Verdulerías de los 70s

El verdulero de la esquina era tan joven como sus verduras.Vera, que era ama de casa y esposa insatisfecha, también era joven. Y leencantaban las verduras. No es de extrañar que Jan, el verdulero, hiciera todolo posible por darle lo mejor que tenía. Esta mañana llegó con una cesta llena.Vera debía elegir. Tal vez, por fin, se dio cuenta de sus intentos nodisimulados no sólo de entregar verduras a la deliciosa hembra, sino también dehacer el trabajo en ella. Vera sabía lo cachondo que era el cabrón. Más de unavez se fijó no sólo en los espárragos que le vendía, sino también en su propio espárragocuando se acercaba a ella.




Había decidido que hoy no sólo le compraría las verduras,sino también su fuerza. Cuando llegó el comerciante, ella no llevaba bragas yprocedió rápidamente al ataque. Metió su suave raíz en la boca de Vera y laagarró con fuerza por debajo de la falda y sintió la cálida voluntad de suexcitado coño. Ya la había doblado hacia atrás y su mano tocaba su caliente agujero.Vera cerró los ojos y el tipo la montó como nunca lo había hecho su marido.





Ya le había clavado la zanahoria en el coño y le habíametido la lengua hasta el fondo de la boca. Vera gimió. Aquello le encantaba:la zanahoria en el coño y la lengua del tipo en la boca. Luego le metió un pepinilloen la boca, le dio la vuelta y le metió la zanahoria por detrás en su brillantecoño.

Pero la zanahoria era demasiado pequeña. No llenaría suexcitado coño. Pero ella no quería la polla del tipo. Quería el pepinillo. Lacosa verde se clavó profundamente en su coño y Vera gimió de éxtasis. Eso yaera algo. Con sonidos resbaladizos, el vegetal verde avanzaba y retrocedía ensu vulva húmeda. La baba de su vagina gorgoteaba alrededor del pepinillo. Veralo sacudió, ya que el "semen fuera" era tan enorme. ¿Y ahora qué debesuceder? El espárrago debe ponerse a trabajar. Un espárrago nunca tuvo una camamás deliciosa.












Pero ahora llega la pareja adecuada. - La polla de Jans.Hermoso como la bestia se puso de pie. Vera lo recibió con la boca abierta… eseolor. Suavemente chupó la pija y Jan se quedó temblando ante la mujer. Sintióque entraba en erupción. El jugo del amor se disparó en sus pelotas. Gruñó deplacer mientras se corría y el semen se derramaba en la garganta sedienta de lamujer que se retorcía.














Vera estuvo a punto de ahogarse cuando el hombre, gimiendo,vertió su jugo dentro de ella. Cerró los ojos y se palpó el coño con la mano.Ahora quería que se la follaran. Ahora quería el arpón rígido y resbaladizo enlo más profundo de su gruta. Jan la cogió y folló como nunca había follado ensu vida. Con potentes golpes bombeó en la carne palpitante y dispuesta de lamujer prácticamente inconsciente. "¡Ah - ah - ah - Sí - ahora - fóllame -más rápido - embísteme!" Trabajaba las mejillas de su culo como una loca.Jan tenía grandes dificultades para sujetar a la mujer que se retorcía. Tambiénle costaba controlar su semen. Debía satisfacer a la jadeante mujer, no podíacorrerse tres veces. Notó cómo la vagina de la jadeante mujer se aferraba más,cómo se cerraba sobre su polla como un zapato sobre su pie. Rugió.

Vera notó que el hombre estaba a punto de correrse, cerrómás los labios de su coño, pero tuvo cuidado. Quería que el jugo de amor delsalvaje y jodido hombre se derramara sobre sus pechos. Su coño estaba lleno deél. Jan gimió profundamente - y Vera se echó hacia atrás, agarró su disparosaber. Pero Jan comprendió. Dejó que las gotas calientes se derramaran sobrelos pechos y se llevó las últimas gotas a la boca. Ambos estaban profundamentesatisfechos.