¿Hasta dónde son lícitos los juegos dentro de la familia? ¿Es decir hasta dónde está permitido? ¿Hasta dónde se está autorizado llegar? ¿Quién dice que es justo y que no lo es? ¿Se relaciona con el consentimiento? ¿De quién o quiénes?
Está duda me acompaña desde siempre.
El hecho es que en mi familia, nunca se resolvió y los juegos no tenían un límite. Jugábamos hasta que nos aburríamos a cualquier cosa. Mientras nos tuviera entretenidos lo hacíamos. Por eso el concepto "tabú", lo conocí y aprendí en la universidad.
Tabú: Todo aquello que está prohibido hacer o decir, ya sea por convenciones religiosas, psicológicas o sociales.
Con mi hermana seguíamos ese precepto, por eso nos parecía "normal" explorarnos, específicamente nuestros cuerpos y especialmente nuestras zonas más íntimas, nuestras zonas erógenas-
Mi hermanita por ejemplo me masturbaba y yo por supuesto a ella también.
El problema surgió una vez que nuestro padre fue con ella sólos al cine.
Mi hermana abstraída por la película y/o dejándose llevar por la situación o el contexto oscuro y pasando por alto que era él y no yo su acompañante, bajó el cierre relámpago de su bragueta y comenzó a masturbarlo.
Eso produjo algo negativo, un juicio a favor de nuestro padre con ausencia de neutralidad en su proceder, que transformaron aquellos primeros juegos en un conjunto de ritos falsos.
De modo que nuestros escarceos exploratorios quedaron minimizados con la impronta de nuestro progenitor. El le imponía mucha más adrenalina y perversión.
Por supuesto todo lo que le hacía y/o enseñaba a ella, era reproducido inmediatamente entre mi hermanita y yo. Donde ella hacía las veces de maestra anfitriona.
A partir de aquello nos comenzamos ha arriesgar mas, porque eso era lo que ellos hacían. Y de hecho era una tranquilidad, saber que había una especie de reaseguro en eso. Es decir, si lo había hecho con papá y estaba bien, nada podría pasarnos.
Por primera vez hacíamos contacto entre su vagina y mi pene.
Era maravilloso lo que sentía, la suavidad de su vulva húmeda en el roce con mi glande.
Habíamos perdido los pocos prejuicios que nos quedaban. Sin restricciones ni condiciones. Obrábamos a nuestro antojo, bah, eso creíamos. Pero lo hacíamos bajo el influjo o la voluntad de otro, en el caso de mi hermana por capricho de nuestro padre y en mi caso con el mismo pretexto.
La primera vez que eyaculé fue indescriptible, pero además sorpresivo. Nunca imaginé lo que me iba a suceder.
Yo no tenía idea de nada de eso. Mi hermanita tampoco. Tanto fue así que me preguntaba que me había pasado. Si me había orinado, igual ambos vimos que eso no era orín.
Yo como pude expresé lo que sentí. Ella me consultaba por que no le pasó lo mismo y yo no tenía respuesta a eso.
Como para buscar un argumento dije que tal vez a ella no le pasó porque ella tenía un agujero y yo no.
Entonces ella me informó que a nuestro padre también le sucedía lo mismo pero mas abundante era lo que expelía y que tal vez yo como aún era chico no tenía tanto y rompiò en llanto.
¿Por qué lloras? Pregunté ¡Porque algo anda mal en mi! Respondió sollozando
¡A papá y a vos les sale eso y a mi no! ¿Y si la meto adentro? Pregunté y ella dudó, pensó y respodiò ¡Dale!
Meses más tarde quedé como el responsable de la separación de nuestros padres, la encarcelación de nuestro progenitor por abuso sexual de su hija, y el internado de mi hermana hasta finalizar el embarazo, para luego dar en adopción el fruto de su pecado con mi padre o conmigo. Nunca lo averiguamos por lo costoso y poco certero examen.
Nos quedamos solos con mi madre, pero esa es otra historia.
Está duda me acompaña desde siempre.
El hecho es que en mi familia, nunca se resolvió y los juegos no tenían un límite. Jugábamos hasta que nos aburríamos a cualquier cosa. Mientras nos tuviera entretenidos lo hacíamos. Por eso el concepto "tabú", lo conocí y aprendí en la universidad.
Tabú: Todo aquello que está prohibido hacer o decir, ya sea por convenciones religiosas, psicológicas o sociales.
Con mi hermana seguíamos ese precepto, por eso nos parecía "normal" explorarnos, específicamente nuestros cuerpos y especialmente nuestras zonas más íntimas, nuestras zonas erógenas-
Mi hermanita por ejemplo me masturbaba y yo por supuesto a ella también.
El problema surgió una vez que nuestro padre fue con ella sólos al cine.
Mi hermana abstraída por la película y/o dejándose llevar por la situación o el contexto oscuro y pasando por alto que era él y no yo su acompañante, bajó el cierre relámpago de su bragueta y comenzó a masturbarlo.
Eso produjo algo negativo, un juicio a favor de nuestro padre con ausencia de neutralidad en su proceder, que transformaron aquellos primeros juegos en un conjunto de ritos falsos.
De modo que nuestros escarceos exploratorios quedaron minimizados con la impronta de nuestro progenitor. El le imponía mucha más adrenalina y perversión.
Por supuesto todo lo que le hacía y/o enseñaba a ella, era reproducido inmediatamente entre mi hermanita y yo. Donde ella hacía las veces de maestra anfitriona.
A partir de aquello nos comenzamos ha arriesgar mas, porque eso era lo que ellos hacían. Y de hecho era una tranquilidad, saber que había una especie de reaseguro en eso. Es decir, si lo había hecho con papá y estaba bien, nada podría pasarnos.
Por primera vez hacíamos contacto entre su vagina y mi pene.
Era maravilloso lo que sentía, la suavidad de su vulva húmeda en el roce con mi glande.
Habíamos perdido los pocos prejuicios que nos quedaban. Sin restricciones ni condiciones. Obrábamos a nuestro antojo, bah, eso creíamos. Pero lo hacíamos bajo el influjo o la voluntad de otro, en el caso de mi hermana por capricho de nuestro padre y en mi caso con el mismo pretexto.
La primera vez que eyaculé fue indescriptible, pero además sorpresivo. Nunca imaginé lo que me iba a suceder.
Yo no tenía idea de nada de eso. Mi hermanita tampoco. Tanto fue así que me preguntaba que me había pasado. Si me había orinado, igual ambos vimos que eso no era orín.
Yo como pude expresé lo que sentí. Ella me consultaba por que no le pasó lo mismo y yo no tenía respuesta a eso.
Como para buscar un argumento dije que tal vez a ella no le pasó porque ella tenía un agujero y yo no.
Entonces ella me informó que a nuestro padre también le sucedía lo mismo pero mas abundante era lo que expelía y que tal vez yo como aún era chico no tenía tanto y rompiò en llanto.
¿Por qué lloras? Pregunté ¡Porque algo anda mal en mi! Respondió sollozando
¡A papá y a vos les sale eso y a mi no! ¿Y si la meto adentro? Pregunté y ella dudó, pensó y respodiò ¡Dale!
Meses más tarde quedé como el responsable de la separación de nuestros padres, la encarcelación de nuestro progenitor por abuso sexual de su hija, y el internado de mi hermana hasta finalizar el embarazo, para luego dar en adopción el fruto de su pecado con mi padre o conmigo. Nunca lo averiguamos por lo costoso y poco certero examen.
Nos quedamos solos con mi madre, pero esa es otra historia.
44 comentarios - Los juegos de mi hermana
Gracias a vos por la excelente y caliiente historia.