Quiero rectificar lo que afirmé explícitamente en la entrega anterior. Referido a que todo comenzó con mi hermana a partir de su ida al ginecólogo. Cosa que no es cierta, más aún, es absolutamente falaz.
De hecho con Felina mi hermana, todo comenzó previo a eso, con los famosos juegos ingenuos, inocentes, pero cargados de erotismo.
Ella desde siempre fue muy sexual, parecía que su principal objetivo consistía en la búsqueda del placer, de todos los placeres físicos, y afirmaba que estos debían ser satisfechos sin ninguna restricción, al ser alcanzado rápidamente sería posible llegar a la felicidad. Aunque sabía que el placer es elegible por uno mismo, caso contrario de la felicidad que no depende sólo de uno.
Yo de alguna manera aceptaba su teoría, soy parecido a ella. Sin embargo, estaba convencido que, el placer es guiado por la prudencia que es el hombre quien debe dominar al placer y no dejarse dominar por él. Tanta prioridad ella le otorgaba al placer, que olvidaba la realización de los deseos personales para satisfacerse de manera inmediata ignorando los intereses de los demás incluso si esto implicara actos inmorales.
Su interés por el placer presente la invitaba a preocuparse por el hoy, ya que el futuro es incierto. Decía que las gratificaciones corporales, que consideraba intensas, eran preferibles a las mentales. por eso era una pésima alumna en la escuela. No soportaba el menor sufrimiento, priorizaba la satisfacción obtenida por sus deseos más básicos para poder subsistir.
Siempre estuvo convencida que la felicidad consistía en vivir continuamente bajo la satisfacción del placer que excita los sentidos, que logra la ausencia del dolor o de cualquier tipo de aflicción, más aún, buscaba un placer inmediato, aquel que no requiere del uso de la razón, es decir, el que no valora las consecuencias sobre las acciones y otorga placer a corto plazo.
Yo reivindicaba esa actitud ante la vida. Ella primaba el instante sobre el porvenir, reivindicaba su valentía sobre el miedo, su respeto a lo material a su espíritu, que gestionaba lo que sucedía sin preocuparse por lo que nunca sucedió, que apreciaba la lógica de la vida y cuestiona la lógica de la muerte, que sabía que lo suficiente es suficiente, que buscaba el placer donde está, no donde se buscaba "normalmente", que hacía de su cuerpo su aliado y no su prisión, que deseaba aunque la esclavice su deseo, que empleaba su tiempo más que para ejercer la paz consigo misma.
Estoy seguro que ella deseaba ser un volcán en el sexo propiamente dicho. apostaba a una disposición sexual centrada en la acción y por lo tanto, con implicaciones éticas y morales. Producto de todo esto es que dieron inicios nuestros juegos de roles, historias mínimas, de algún modo ingenuas, pero que no eran inocentes.
Lo que me ayudó mucho, o nos ayudó a los dos a confraternizar de manera más íntima, primero y principal fue, que compartíamos habitación, en un dormitorio donde entraban ambas camas y en el medio un escritorio donde estaba la netbook, eso, el "ordenador", fue el segundo motivo, el acceso a la red y a los sitios pornos, como este.
El hecho de que ambos viéramos desnudos, pornografía libremente, nos daba una habitualidad de usos y costumbres que se convirtieron en algo usual, que creaba adicción, ambos consumíamos largas horas del día y/o de la noche, conectados a internet.
Entrabamos a la pieza y seguro, uno de los dos estaba mirando porno. Nuestros padres manifestaban su contrariedad, pero, hasta ahí no más. Ninguno de los dos nunca se puso totalmente riguroso, a lo sumo lo que hacíamos era, desconectarnos rápidamente ante su presencia, y apenas se retiraban de la habitación nos volvíamos a enganchar.
Y si se ponían muy pesados con sus discursos de sedentarismo, que estábamos siempre metidos dentro del dormitorio, que no hacíamos vida natural, etc. Íbamos al fondo de nuestra casa, que disponía de un terreno agreste aledaño, al que lo tomamos como propio y jugábamos al campamento, en una carpa de nuestros padres y acampábamos allí, sin conexión a las redes. Allí fue, donde comenzamos a explorarnos ambos dos.
Digo "explorarnos" como un eufemismo, ya lo habíamos hecho hacía mucho tiempo, específicamente hablo de que tuvimos nuestra primera experiencia carnal. Y curiosamente lo hicimos contra natura. No se porque ambos, estábamos convencidos de que ese era el lugar especial, que no nos generaría conflictos, ni problemas con posibles embarazos y/o dudas sobre desfloraciones.
Además a ella le fascinaba, llegaba al orgasmo rápidamente por el culo y expulsaba lo que en un principio pensábamos que era pis, orina, y luego supimos que tiene otra denominación que se utiliza para aquello, (squirt).
Cuando conocimos "eso" nos enviciamos, pero Felina lo hizo en grado superlativo era una "sexo dependiente", era una adicta patológica a consumir pija, se estimulaba de tal manera que no podía ni quería parar, lo hacía de continuado.
No te podías desenganchar nunca, porque se enojaba, se volvía agresiva, cruel, hiriente, hasta que quedaba deseca.
Aquello en ella, se convirtió en un problema, para ambos, no sólo para ella, porque se ponía como desquiciada queriendo cojer, e iba "in crescendo". como una especie de síndrome de abstinencia, que mas temprano que tarde haría que nuestros padres se enteraran, la familia lo supiera, los vecinos murmuren y todo termine saliendo a la luz. De verdad era sólo eso lo que a mi me preocupaba, aunque suene como mínimo egoísta de mi parte, es la verdad.
Sin embargo, parte de la familia, por no decir toda, ya que seguramente hay honrosas excepciones, no tenía los pruritos míos. No, todo lo contrario, y los parientes más viejos fueron los peores.
Viejos libidinosos que querían degustar ese bocado exquisito, los genitales de mi hermana. Pero, no sólo querer es poder, muchos de esos vejetes, ni siquiera se le paraba el miembro a esas alturas de la vida. Aunque, a otros si.
Uno de ellos fue precisamente nuestro propio padre.
Si ya tenía poco cariño por él, a partir de eso lo desprecié aún más. No sólo porque no era correcto, convengamos que lo mío con mi hermana y/o viceversa tampoco lo era, pero él era el adulto, y a parte existía una cuestión de celos de mi parte, por su experiencia, por sus conocimientos, etc.
Además era el único que a Felina la satisfacía, ya que se quedaba sedada luego de cojer con él, no le pedía más y más.
Se conformaba. Mi padre tenía una parsimonia, que a muchos encrespaba pero a otros calmaba, ese era el caso de Felina con él.
Y lo que presupuse se cumplió, la familia ampliada, es decir, la que no convivía con nosotros, se dio cuenta más rápido que la nuestra, la primaria.
Los tíos, hermanos de mi padre y/o de mi madre, lo notaron y se aprovecharon.
Como así también nuestros abuelos materno y paterno, nuestros padrinos también mojaron la chaucha en la concha de su ahijada. Sino como mínimo un pete se ganaron de parte de ella.
En cada actividad que mi hermana desarrollaba, es decir, estudios, trabajos, deportes, entretenimiento, amistades, los padres de sus amigas, los hermanos de sus compañeras, sus entrenadores, los directivos de clubes, los encargados o jefes, todos absolutamente la poseyeron.
Sin embargo, no fue como extorsión, como acoso, o abuso, siempre fue consentido, consensuado, hasta me animo a decir más, si hubo abuso o acoso, fue de mi hermana a ellos, sin dudar.
Ella nunca fue una víctima, por lo menos hasta ese momento, aunque tal vez para muchos lo fuera. Felina se ponía intensa desde siempre, y lograba lo que buscaba, es decir, el goce sexual, el placer genital.
Hasta que mi madre dudó y decidió llevarla al médico, al ginecólogo, y ya saben lo que sucedió, lo conté en el relato anterior. A grandes rasgos "un fracaso", porque se cojió al facultativo.
Mi madre, como yo nunca creyó en los psicólogos, los psiquiatras, pero perdido por perdido, la llevó a lo de un analista muy reconocido. Con este, vivió mi hermana una gran aventura, creo que hasta se enamoró de él.
Bueno, creo que queda claro que ella es, fue y será, un caso perdido. Producto de ello, es que a ya nadie le importa que hace con su vida, o que le pasa. Y a partir de aquí es que comienza una nueva etapa, la de ser víctima de sus adicciones.
Porque, como dejó de ser un secreto a voces y se hizo "vox populi". comenzaron los abusos, en todos los ámbitos, y dos por tres, era agredida por una horda de tipos, que como dije antes, podían ser, conocidos de ella, amigos, compañeros, familiares y la usaban como carne de cañón.
En improvisadas orgías, donde la maltrataban, la vejaban, rompían sus prendas de vestir, varias veces llegó o la encontraron desnuda deambulando hacia nuestra casa.
El incidente que más recuerdo fue con nuestros primos de parte de nuestra madre. Que, por otro lado, el evento que dio lugar a que nuestra madre la llevara al ginecólogo fue, por encontrarla en una situación extraña, comprometida con el mayor de nuestros primos "el pela".
Luego de haber quedado escrachado en ese momento como una especie de pervertido por acosar y/o abusar de su prima, siendo el mayor. Cuando todo supieron que el problema era ella, Felina, se cobró venganza, y juntos con el resto de nuestros primos, la llevaron a un "bulo" y dieron rienda suelta a esa revancha.
Eso marcó su rumbo para siempre, y a partir de allí se desbarrancó mucho peor, se arruinó, se convirtió en puta. Bueno, acá hago mi confesión, que no pretende ser una expiación, quiero dejarlo en claro ¡Porque, de qué otra manera la podría haber ayudado y que eso me sirviera a mi también?
A partir de ese momento, generaríamos ganancias con su "adicción", yo, de alguna manera la "cuidaría", la representaría y velaría por su economía, bah, por nuestra realidad socio económica.
En cambio de hacerlo gratis, donde perdía cosas personales, aros, ropas, y muchas veces volvía lastimada, con heridas que había que curar, y gastar en remedios, desde ese momento, yo la controlaría.
Pero igual, eso no fue una solución para su "problema", no le alcanzaría con trabajar con su cuerpo, a pesar de que era brillante, ¡Porque, qué puta acaba, llega al orgasmo con indefectiblemente todos sus clientes! Todos quedaban satisfechos, menos ella.
Porque hasta acá, el tema era no hacer olas, nuestra madre, que era la más conflictiva, la que no quería entender como eran las cosas y se preocupaba y gastaba dinero en profesionales que no hacían más que cojer a Felina y cobrarle a nuestra familia por sus honorarios. Había aceptado que yo a cambio de una módica suma de dinero que mi madre aportaba, la contenga.
Yo con esos primeros ingresos generé los medios para la actividad que desempeñaba con mi hermana, y todos felices. O por lo menos eso creí, pero la enferma de mi hermana, luego de cojer todo el día, por la noche, algunas veces, se despertaba e iba a buscar a nuestro padre, y él, este pelotudo, no se podía negar. Hasta que un día los engancho mi vieja y se re contra pudrió todo.
Lo echó a mi viejo de la casa, se divorciaron, y pretendió internar en un manicomio a Felina, eso implicaba dejarme sin mi "gallina de los huevos de oro". Así que nos fuimos, eso a su vez trajo como consecuencia, mayores gastos y la perdida del sector del mercado que yo buscaba explotar con mi hermana. Tuve que aceptar cualquier cosa para hacer frente a las obligaciones.
Y realmente era un desperdicio, teniendo un excelente "producto", mi hermana era una pendeja, rubia, bonita, voluptuosa, bien puta, a la que podía comercializar adecuadamente en un nivel determinado, ahora debía arrojarla como "margaritas a los chanchos". Además haciendo un uso intensivo de ella, que a la larga degradaría la mercadería.
Felina no le hacía asco a nada, ni a los clientes apuestos o feos, ni a las condiciones del entorno, a ella le resultaba igual hacerlo en un hotel cinco estrellas como en un descampado.
Aunque, eso trascendía, y aquellos ejecutivos cada vez eran más escasos.
Y cada vez más, los acuerdos contractuales que cerraba, eran grupales, con trabajadores pobres, que regateaban la tarifa. Y se realizaba en el lugar de trabajo, como en los campos de soja de los chacareros gringos.
Cada vez menos la contrataban los que tenían algún fetiche y que buscaban disfrazarla de "colegiala", enfermera, sirvienta, en lujosas casas.
Hasta al final, lo comenzamos hacer en la calle, en la vía pública, por unos pocos pesos, además la economía del país no ayudaba tampoco. Me iba dando cuenta que eso no daba para más, en cualquier momento caeríamos presos los dos.
El último arreglo fue también lo que colmó mis ganas, un chabón dentro de un vehículo casi la ahorca a mi hermana, tuve que intervenir y como no terminó, no nos pagó, le dije a Felina que terminábamos la relación comercial, seguiría siendo su hermano, pero ya no su "fiolo". Se enojó y no la vi más desde ese momento. Por otro lado, me arreglé con mi madre, volví a vivir con ella, por ahora nos alcanza con lo que ella recibe de nuestro padre, que le pasa una mensualidad, por la culpa que tiene por lo que hizo con Felina, la hija de ambos.
Supe que mi hermana va por el sanguche y la gaseosa a orgías masivas, que está como en otra realidad paralela. Y yo comencé una relación con mi madre...
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