A mi mujer siempre le gustó cocinar, aún más, realmente lo hace muy bien. Siempre, es elogiada por sus comidas. Entre nuestras relaciones, amigos, familiares y conocidos en general, los que en algún momento pudieron probar sus manjares, todos pueden dar fe de eso.
Producto de eso, ya que ella es un ama de casa, que sólo se dedica a las tareas del hogar, (que por cierto lo hace muy bien). y que de un tiempo a esta parte, venía quejándose y reclamando cambios en nuestra vida en general. La alenté para que modificara esa realidad, que no dependiera tanto de mi o de los demás y que hiciera algo por cuenta propia.
¡Hace algo por vos misma, no me rompas las pelotas! Le respondí uno de esos días que estaba fastidiosa. ¿Por qué no te anotás en ese programa de cocina que ves los fines de semana? Le pregunté. Había visto unos adelantos en la televisión, de un nuevo formato llamado "Dueños de la cocina". Me mandó a cagar, pero sin decírmelo averiguó y junto con una de sus amigas fueron.
Igual, eso no lo supe hasta que ella misma me lo confirmó, pero, vamos en orden, así continúo con el relato pormenorizado de los hechos.
Como había dicho anteriormente, las quejas, reclamos, disgusto y disconformidad de mi cónyuge, iban en aumento progresivo. Tanto era así, que adopté una técnica, estimo muy utilizada por la mayoría de los maridos, no oírla, no escucharla, me programé para que al sonido de su voz, mi audición se neutralizara.
Es así que tal vez ella me haya manifestado o no, la decisión de ir y anotarse.
Lo que de a poco fui notando fue, que ese sentimiento de frustración, de pena, en ella se había modificado. Su rutinaria quejumbre había terminado o en el peor de los casos se había interrumpido.
Sin embargo, nunca me imaginé, ni me pregunté cuales eran los motivos. Pero si, noté varios cambios en su accionar de la vida cotidiana.
No sólo su humor se había modificado, sino también su aspecto exterior, la veía más arreglada en su aspecto personal. Había adelgazado los kilitos de más, se vestía como para salir hasta para hacer los mandados, etcétera.
Todo esto que enumero ahora, igual a mi, me había pasado desapercibido, hasta que su amiga en mi presencia dijo, bueno, mañana es el día, te paso a buscar temprano para ir al canal.
¿Qué canal? Pregunté yo como un otario caído del catre.
¡Ah, por fin te dignaste a preguntar! Me respondió ¡Seguí tu consejo y nos anotamos con Silvia! Afirmó ella, mientras la amiga en cuestión asentía con la cabeza. ¡Vamos mañana, así que no se a que hora nos desocupamos, cualquier cosa hacete unos patys! Explicó ella ¡Ok! Respondí
De verdad, no me molestó tener que cocinarme unas hamburguesas con el fin de que se distrajera y dejara de inflarme las pelotas.
Y fue así que al otro día, ambas marcharon hacia la productora de televisión muy temprano y volvieron muy tarde. Yo ya había cenado y ella manifestó que algo había "masticado" y que se había saciado con eso. Así que, como estaba cansada se iba a dar una ducha y acostar porque al otro día debían volver para ver si estaban entre las seleccionadas al programa.
Yo me estaba yendo al trabajo y ella dormía profundamente, la llamé para preguntarle si no iba a ir a la productora, me respondió que era más al mediodía. Me fui sin decir más palabra para no despabilarla y que pudiera dormir un rato más.
Cuando regresé a la noche, encontré la cena preparada y una esquela con indicaciones para que calentara la comida en el micro honda y que iba a volver luego de saber los resultados de la selección.
Esa noche no la esperé y me fui a dormir, estaba muy cansado, en el trabajo había sido un día agotador.
Tan profundamente me dormí, que no me enteré, no me di cuenta cuando llegó, ni la sentí cuando se metió en nuestra cama.
Me levanté para ir a trabajar como siempre y en la mesa de la cocina encontré otra esquelita que decía que la despierte cuando me fuera porque debía volver al programa, debido que no habían resuelto quienes entraban al mismo.
La desperté y le dije que me iba a trabajar y le pregunté si la veía a la noche en la cena. Me repondió que no sabía.
Bueno, resumiendo, esto mismo fue sucediendo por muchas semanas de manera recurrente. Ella me dejaba una minuta que yo calentaba, luego me acostaba y me dormía, no la veía ni me enteraba cuando llegaba y vuelta a comenzar en la mañana.
Hasta que un día cualquiera, salí hacer un trámite para el trabajo, aproveché a su vez para realizar uno para mi (me compré una Play) y para no volver y mandarme al frente en el trabajo, me fui hasta mi casa, para dejar mi compra.
Bajé del "bondi" y llegando cerca de casa me encontré con Silvia, la amiga de mi señora, le pregunté ¿Y quedaron o no en el programa? Ella me miró extrañada ¿No te contó Nora? Ese es el nombre de mi mujer ¡No! Respondí ¡Claro, le habrá dado vergüenza que la bardees! ¡Era todo una truchada! ¡No tenían nada que ver con el programa, eran unos vivos que te sacaban plata! Aseguró Silvia
¿Vos qué hacés por acá? ¡No tendrías que estar trabajando! Exclamó ella ¡Si, pero salí hacer un trámite para el laburo y me compré una Play, la dejo en casa y vuelvo al trabajo! Dije eso y me encaminé para mi casa.
Mientras iba llegando a casa iba teniendo feos presentimientos de todo aquello ¿Cómo no me había dicho nada? ¿Y cómo seguía diciéndome que seguía yendo a la productora? Acá había "gato encerrado".
Ingresé a casa y me encontré con la respuesta a todos mis interrogantes.
Un viejo pijudo desnudo en nuestra cama matrimonial junto a mi esposa también en cueros cojiendo y ella que me mira y me dice ¡Perdoname Jorge me enamoré de Manolo, es mejor que te busques otro lugar porque el no tiene mas propiedades que las que están a la vista! Mientras eso, el viejo sonreía.
35 comentarios - Mi esposa fue al casting de Masterchef y se la cojieron