Comenzaré con la explicación del contexto, fundamentalmente para los que no siguen o desconocen mi historia y la de mi familia. Con mi hermana, desde hace mucho tiempo, comenzamos con unos juegos que desembocaron en relaciones incestuosas. De hecho, mi hermana fue mi primer mujer, debuté con ella. Siempre había sido muy celoso de ella, era lo que normalmente se denomina un "cuida". La vigilaba, la controlaba, la investigaba, la guardaba de los varones, de mis amigos, conocidos, familiares, compañeros, etc. Hasta que comencé a tener relaciones con otras mujeres por fuera de mi familia. En esos casos la dejaba de lado, ella lo aceptaba, sólo se sugería, se insinuaba, pero sin buscarme, siempre fue así. Sin embargo yo, cuando estaba sólo, sin pareja externa, iba en su búsqueda, a su encuentro y ella me recibía.
Todo esto fue así, hasta su cumpleaños número diecinueve exactamente. Fue una coincidencia, una suma de cosas lo que lo motivó, algo que anteriormente, no lo hubiese creído que fuera a suceder, ni siquiera se me hubiera cruzado por la cabeza, sin dudas habría apostado cualquier cosa que nunca jamás ocurriría, pero, sucedió y por mi voluntad. La entregué a otro hombre.
¿Por qué pasó? Cuándo mi hermana cumplió los diecinueve años yo ya tenía veintidós, Ella cumple precisamente dos semanas después que yo, ella el 20 de noviembre y yo el 6 de noviembre, ese es un dato fidedigno, ambos somos del signo zodiacal de escorpio y tal como lo caracterizan al signo, en lo sexual es totalmente veraz.
Ambos somos bastantes degenerados en lo carnal, lo genital nos puede a los dos, somos muy eróticos. Sin embargo, no sucede lo mismo con lo laboral, entre ambos no hacemos uno, somos vagos, a diferencia de nuestra madre que es aries y proactiva trabajadora.
Nuestra madre es una "cuentapropista", es decir, es una trabajadora independiente, tiene un salón de belleza, un comercio. Donde mi hermana la ayuda, pero, ella no se levanta temprano y va siempre tarde, a pesar que el horario es de todo el día, ella llega hacia el mediodía y/o a la tarde, nunca de mañana. Cabe decir entonces que, siempre todo ese tiempo estamos solos, ya que mi padre trabaja en relación de dependencia en una empresa y se va temprano a la mañana y regresa a la noche y nuestra madre también está afuera todo el día.
Mi hermana como dije trabaja toda la tarde hasta la noche y yo, no hago nada, estoy desempleado desde que terminé la secundaria, vale decir hace cuatro años.
Cabe señalar que no es porque no busco, sino que lo que encuentro no me satisface, entonces duro poco, o renuncio o me despiden. De hecho, recuerdo una anécdota, apenas comencé a buscar empleo, me anoté en una agencia de servicios eventuales, esas que tienen empresas que las contratan. Fui a dejar mi currículum vitae, pero me hicieron completar una planilla y me entrevistaron. una de las primeras preguntas que me hizo el seleccionador fue a qué me postulaba, que trabajo deseaba, respondí muy seriamente "de gerente". Convencido, no es broma.
Debido a eso, tal vez sea que no me llaman y no logro ubicarme. Pero, cada vez se me hace mas cuesta arriba poder financiar mis gustos, mis hobbies, mis salidas y las de alguna amiga o novia.
Me resulta engorroso pedirle a mis padres todos los días, mi padre ya no me banca, se infló las pelotas de mi actitud, mi madre sin embargo es incondicional, porque me ama demasiado, pero yo me siento mal por ella y por mi mismo. Por eso se me ocurrió esto, la única que aún no me había ayudado económicamente, salvo alguna excepción, era mi hermana.
Y en una de esas excepciones fue que me encontré con este ex compañero de uno de esos trabajos eventuales de los que fui despedido o renunciado. Resulta que un sábado que mi padre hizo un escándalo cuando fui a pedirle plata, tanto que fue imposible luego recurrir a mi madre porque la condicionaba y la ponía en una posición extrema, es decir, entre la espada y la pared, mi hermana me dijo ¡Vamos al cine que quiero ver "La la land"! o algo así, y de aburrido fui a ver esa ficción comedia melodramática. Al salir de la sala cinematográfica me encuentro de frente con este chabón, cambiamos un par de palabras, nos pasamos los teléfonos por si sabía de algún laburo o para juntarnos, porque teníamos buena onda y ni siquiera la presenté a mi hermana, no por celos sino porque no lo advertí.
Al otro día, sonó mi celular y era él, y lo primero que me preguntó fue ¿Quién era esa perra con quién estabas en el cine? Recuerdo que lo primero que se me vino a la cabeza fue putearlo por desubicado, pero, como la necesidad tiene cara de hereje, me mordí la lengua y mientras se me pasaba la bronca me vino una idea a la cabeza, primero me pareció descabellada, pero mientras la iba analizando, cada vez me ´parecía mejor. Terminé respondiendo, ¡Un "gatito amigo"!, y reí a carcajadas.
Él se interesó y yo le chamuyé una fábula, le dije que la estaba preparando para que trabaje para mi, me preguntó por los honorarios y aseguré que todavía no estaba iniciada y que no estaba lista aún. Eso lo incitó aún más, lo vedado lo estimulaba y me dijo ¡Hay trescientos dólares para ella y cien para vos si la convencés!
Le respondí seriamente ¡Es imposible, le faltan meses de adiestramiento, no es fácil ponerla a rodar! El flaco me rogaba por teléfono, me decía ¡Si es por más guita decime el precio! Yo lo enardecía, le explicaba que era la primer vez que iba a intentar hacer algo así con una novia y que acelerar los tiempos podía arruinarlo todo, y yo necesitaba ese ingreso y había invertido mucho en eso. Dijo de modo lacónico ¡Mil, dólares!
Hice un largo silencio, incómodo, escuchaba su respiración agitada, desesperando.
¡Nos tenemos que ver y traé la mitad! Respondí
Nos encontramos en un bar, lo primero que hizo antes de saludarme fue entregarme un sobre con las divisas extranjeras. ¡Sentate, pensé en un plan muy arriesgado, a todo o nada! Le aclaré que debido a eso, necesitaba a primera hora ese 20 de noviembre la otra parte. Porque aquello podría ser debut y despedida. Además era totalmente cierto aquella afirmación, no sabía como podía responder mi hermana a lo que pensaba hacer. Y así como yo que podía perder lo invertido (nada) él también.
Dudó por un rato, pero accedió, estuvo de acuerdo.
El día en cuestión, nos encontramos temprano, trajo lo que restaba pero puso una condición ¿Cuál? Inquirí yo con gesto adusto ¡Qué me dejes filmar todo el evento!
¡Uf, pero eso le suma obstáculos! ¡Imaginate que va no sólo a debutar como "trola" sin saberlo, sin su acuerdo y además filmada! Expliqué
Me respondió, ¡Si no, olvidemos todo! Temí que se echara para atrás y yo ya había dispuesto de parte de la seña en vicios. Pensé rápidamente ¡Este no va a poner la agenda, pero tampoco voy a desistir, ni dejar que lo haga él! ¡Bueno, pero esa vuelta de cuerda modifica lo planeado, dejame pensar una variante! Le dije y eso significaba para mi ajustar el precio, mantuve el plan que ya tenía, pero por pillo, por agregarle al trato una nueva condición, le hice pagar los gastos que iba a cubrir yo, y todo los souvenirs, los regalos, los globos, la torta, etc. los tuvo que pagar él, ya que era una "variante", lo aceptó también.
Fuimos juntos a comprar todo lo necesario, luego me llevó hasta su casa en búsqueda de las filmadoras. Una para mi y otra para él, lo quería en HD pensé y accedí. Preparamos toda la sorpresa mientras mi hermana dormía y se escondió cuando la fui a buscar.
Felina, ese es el nombre de mi hermanita, estaba muy feliz por mi iniciativa, le dije que le tenía una atención preparada por su cumpleaños y le pedí que me hiciera caso, que me siguiera la corriente, que se deje llevar ya que era, un obsequio que no se iba a poder olvidar nunca.
Vio la filmadora y me preguntó de quién era, quien me la había dado, yo la llevaba a ella con mi mano sobre sus ojos hacia la habitación de nuestros padres, lugar habitual en donde jugábamos nuestros juegos eróticos. Tal vez ella imaginó que era sólo eso, otra ocasión como tantas otras que mi regalo había sido cojérmela, con la diferencia o el cambio que esta vez nos íbamos a grabar.
Entramos al dormitorio y le quité la mano de los ojos y vio los globos, las masas finas y una bolsa con regalos, ella exclamó de felicidad, la verdad que la sorprendí, estaba asombrada. Nunca pensó en eso.
Se subió a la cama gateando muy sugestiva y sonriente de felicidad, ella pensaba que no sólo me había acordado sino que además le había preparado un agasajo y unos regalos, estaba conmovida.
No se si de felicidad y para retribuirme, ella se bajó la remera y sacó las tetas para afuera o fue sin querer que al saltar de alegría en la cama se les salieron sus imponentes gomas.
Encendió las velitas mientras le cantaba el cumpleaños feliz, las sopló, pidió un deseo y comenzó a abrir los regalos, mas que abrirlos los fue sacando y observó que los presentes tenían una clara connotación sexual, ella me dio una sonrisa seductora y cómplice.
Festejó cuando vio los implemento, artefactos y/o juguetes sexuales, el dildo vibrador, los antifaces cerrados, las cuerdas, la crema pastelera, etc
Le pedí que me dejara embadurnarla con crema y accedió, le pedí que se pusiera el antifaz y lo hizo rápidamente, le solicité que pruebe el dildo vibrador mientras le agregaba crema a sus senos y en su vulva y lo efectuó con destreza, mientras a todo esto, desde el principio casi, mi ex compañero de trabajo asistía y filmaba todo, implicado como compinche copartícipe del suceso.
Por último, visiblemente excitado, ya me había desnudado, me acerqué con la pija en total estado de erección sobre sus labios y ella como siempre y de manera habitual me la chupó como sólo ella sabe hacerlo.
Apunto de acabar me distrajo las señas y ademanes que me hacía mi acólito para participar, asentí con la cabeza y lo llamé con mi mano derecha y al oficio mudo para que se sumara.
Fue una sensación agridulce, era la primera vez que compartía a alguien, y en este caso ese alguien era de verdad muy preciado para mi, era una mezcla de ira, celos contenidos y de morbo, afección, malestar, perturbación, obsceno, lujurioso y lascivo.
Le pedí a mi hermana que se quitara la ropa, mientras yo me acostaba en la cama matrimonial de nuestros padres y que no dejara de chuparme la garcha, ella hacía todo lo que le decía.
Mi socio y secuaz, estaba con la verga parada fuera de sus pantalones aunque aún vestido,
Le pedí a Felina que se acostara de espaldas en la cama que la iba a penetrar, por supuesto lo hizo inmediatamente. Y fue en ese momento que hicimos el intercambio, me retiré dándole paso a mi colega, en absoluto silencio. Sin embargo, fue el mero contacto del miembro viril de este, con la humanidad de mi hermanita que hizo que ella, se sobresaltara y se quitara intempestivamente el antifaz extrañada.
Él, ante la reacción de mi hermana, redobló la apuesta y enterró el choto dentro de la vagina de mi familiar, sin embargo ella se frunció y apretó los labios vaginales frenando la irrupción del extraño intruso. Eso me enorgulleció.
Sin embargo, eso estaba pago, así que hice tripas corazón, y tranquilicé a Felina, hablandole y acercándole mi miembro viril, y ella pasmada desconcertada me sonrió y lo aceptó, como todo, como siempre, mi incondicional.
Y como una manera de serenar aún más la situación, le pedí que se volteara sobre mi y le diera la espalda a él, para que no tuviera que verlo además de sentirlo, por supuesto obedeció. Sin embargo, este gil, no lo era tanto y de verdad no le importaba nada de lo que experimentaba mi hermanita.
Y lo que hizo generó otro trastorno, no tuvo otra mejor idea que penetrarla contra natura.
Eso fue otro quilombo, ella no quería, se puso como loca, gritaba que no, que le dolía, que no quería. Yo intenté que él dejara de hacerlo pero ni bola me dio, y estaba en su derecho, entonces intenté calmarla a ella, pero era imposible, así que todo se me estaba yendo de las manos, entonces tuve que ponerme rudo, cosa que nunca jamás hice con nadie. Aunque aprendí que era necesario, la abofetee y paró, no se quejó más. En otras palabras me recibí de gigoló.
Él terminó la faena mientras ella recibía sus embistes y mientras me la chupaba a mi mirándome directamente a los ojos para mantener una conexión sentimental. Yo, además de la bofetada le hablé, le dije que su vagina era mi propiedad, que su vulva iba a permanecer indemne de extraños y/o desconocidos que era sólo para mi, que no iba a ser compartida ni infectada por otros fluidos, ya que a ella yo se la chupaba, y el culo era un lugar sucio, de mierda.
Eso la sosegó la apaciguó, mientras el forastero me hacía un guiño de aprobación.
Para confirmar mis dichos, luego de que él se retirara de ella, yo la poseí por la vagina y la hice acabar, ya que ella por el culo no lograba el orgasmo.
Mientras se lo explicaba le pedí que le chupara la pija a él, y eso la volvió a turbar, sin embargo esa inquietud terminó por excitarla o se conformó de lo inevitable del momento, no lo se.
Ya que se giró de pronto boca abajo e hizo contacto visual con él, cosa que excitó a nuestro cliente y me pidió que la cojiera por el culo, porque había sentido placer.
Su culo estaba dilatado así que no opuso resistencia, lubricado por el semen de mi camarada, ella acabó otra vez.
Luego de aquello se arrodilló entre los dos y nos masturbo con ambas manos a los dos, tomando una actitud contradictoria, la veía activa, diligente, laboriosa.
A partir de ese momento se hizo adicta a la garcha, y comenzamos ambos un lucrativo trabajo en la actividad más antigua de la historia, yo de fiolo y ella de puta.
Logró que ambos acabáramos simultáneamente sobre sus pechos.
Ella supo que se había aplicado y conseguido la eficacia de las profesionales.
Por último, exclamó, ¡Qué buena sorpresa de cumpleaños hermano! El gesto de desagrado en el rostro del perpetrador fue evidente, tanto que nunca más lo vimos.
Todo esto fue así, hasta su cumpleaños número diecinueve exactamente. Fue una coincidencia, una suma de cosas lo que lo motivó, algo que anteriormente, no lo hubiese creído que fuera a suceder, ni siquiera se me hubiera cruzado por la cabeza, sin dudas habría apostado cualquier cosa que nunca jamás ocurriría, pero, sucedió y por mi voluntad. La entregué a otro hombre.
¿Por qué pasó? Cuándo mi hermana cumplió los diecinueve años yo ya tenía veintidós, Ella cumple precisamente dos semanas después que yo, ella el 20 de noviembre y yo el 6 de noviembre, ese es un dato fidedigno, ambos somos del signo zodiacal de escorpio y tal como lo caracterizan al signo, en lo sexual es totalmente veraz.
Ambos somos bastantes degenerados en lo carnal, lo genital nos puede a los dos, somos muy eróticos. Sin embargo, no sucede lo mismo con lo laboral, entre ambos no hacemos uno, somos vagos, a diferencia de nuestra madre que es aries y proactiva trabajadora.
Nuestra madre es una "cuentapropista", es decir, es una trabajadora independiente, tiene un salón de belleza, un comercio. Donde mi hermana la ayuda, pero, ella no se levanta temprano y va siempre tarde, a pesar que el horario es de todo el día, ella llega hacia el mediodía y/o a la tarde, nunca de mañana. Cabe decir entonces que, siempre todo ese tiempo estamos solos, ya que mi padre trabaja en relación de dependencia en una empresa y se va temprano a la mañana y regresa a la noche y nuestra madre también está afuera todo el día.
Mi hermana como dije trabaja toda la tarde hasta la noche y yo, no hago nada, estoy desempleado desde que terminé la secundaria, vale decir hace cuatro años.
Cabe señalar que no es porque no busco, sino que lo que encuentro no me satisface, entonces duro poco, o renuncio o me despiden. De hecho, recuerdo una anécdota, apenas comencé a buscar empleo, me anoté en una agencia de servicios eventuales, esas que tienen empresas que las contratan. Fui a dejar mi currículum vitae, pero me hicieron completar una planilla y me entrevistaron. una de las primeras preguntas que me hizo el seleccionador fue a qué me postulaba, que trabajo deseaba, respondí muy seriamente "de gerente". Convencido, no es broma.
Debido a eso, tal vez sea que no me llaman y no logro ubicarme. Pero, cada vez se me hace mas cuesta arriba poder financiar mis gustos, mis hobbies, mis salidas y las de alguna amiga o novia.
Me resulta engorroso pedirle a mis padres todos los días, mi padre ya no me banca, se infló las pelotas de mi actitud, mi madre sin embargo es incondicional, porque me ama demasiado, pero yo me siento mal por ella y por mi mismo. Por eso se me ocurrió esto, la única que aún no me había ayudado económicamente, salvo alguna excepción, era mi hermana.
Y en una de esas excepciones fue que me encontré con este ex compañero de uno de esos trabajos eventuales de los que fui despedido o renunciado. Resulta que un sábado que mi padre hizo un escándalo cuando fui a pedirle plata, tanto que fue imposible luego recurrir a mi madre porque la condicionaba y la ponía en una posición extrema, es decir, entre la espada y la pared, mi hermana me dijo ¡Vamos al cine que quiero ver "La la land"! o algo así, y de aburrido fui a ver esa ficción comedia melodramática. Al salir de la sala cinematográfica me encuentro de frente con este chabón, cambiamos un par de palabras, nos pasamos los teléfonos por si sabía de algún laburo o para juntarnos, porque teníamos buena onda y ni siquiera la presenté a mi hermana, no por celos sino porque no lo advertí.
Al otro día, sonó mi celular y era él, y lo primero que me preguntó fue ¿Quién era esa perra con quién estabas en el cine? Recuerdo que lo primero que se me vino a la cabeza fue putearlo por desubicado, pero, como la necesidad tiene cara de hereje, me mordí la lengua y mientras se me pasaba la bronca me vino una idea a la cabeza, primero me pareció descabellada, pero mientras la iba analizando, cada vez me ´parecía mejor. Terminé respondiendo, ¡Un "gatito amigo"!, y reí a carcajadas.
Él se interesó y yo le chamuyé una fábula, le dije que la estaba preparando para que trabaje para mi, me preguntó por los honorarios y aseguré que todavía no estaba iniciada y que no estaba lista aún. Eso lo incitó aún más, lo vedado lo estimulaba y me dijo ¡Hay trescientos dólares para ella y cien para vos si la convencés!
Le respondí seriamente ¡Es imposible, le faltan meses de adiestramiento, no es fácil ponerla a rodar! El flaco me rogaba por teléfono, me decía ¡Si es por más guita decime el precio! Yo lo enardecía, le explicaba que era la primer vez que iba a intentar hacer algo así con una novia y que acelerar los tiempos podía arruinarlo todo, y yo necesitaba ese ingreso y había invertido mucho en eso. Dijo de modo lacónico ¡Mil, dólares!
Hice un largo silencio, incómodo, escuchaba su respiración agitada, desesperando.
¡Nos tenemos que ver y traé la mitad! Respondí
Nos encontramos en un bar, lo primero que hizo antes de saludarme fue entregarme un sobre con las divisas extranjeras. ¡Sentate, pensé en un plan muy arriesgado, a todo o nada! Le aclaré que debido a eso, necesitaba a primera hora ese 20 de noviembre la otra parte. Porque aquello podría ser debut y despedida. Además era totalmente cierto aquella afirmación, no sabía como podía responder mi hermana a lo que pensaba hacer. Y así como yo que podía perder lo invertido (nada) él también.
Dudó por un rato, pero accedió, estuvo de acuerdo.
El día en cuestión, nos encontramos temprano, trajo lo que restaba pero puso una condición ¿Cuál? Inquirí yo con gesto adusto ¡Qué me dejes filmar todo el evento!
¡Uf, pero eso le suma obstáculos! ¡Imaginate que va no sólo a debutar como "trola" sin saberlo, sin su acuerdo y además filmada! Expliqué
Me respondió, ¡Si no, olvidemos todo! Temí que se echara para atrás y yo ya había dispuesto de parte de la seña en vicios. Pensé rápidamente ¡Este no va a poner la agenda, pero tampoco voy a desistir, ni dejar que lo haga él! ¡Bueno, pero esa vuelta de cuerda modifica lo planeado, dejame pensar una variante! Le dije y eso significaba para mi ajustar el precio, mantuve el plan que ya tenía, pero por pillo, por agregarle al trato una nueva condición, le hice pagar los gastos que iba a cubrir yo, y todo los souvenirs, los regalos, los globos, la torta, etc. los tuvo que pagar él, ya que era una "variante", lo aceptó también.
Fuimos juntos a comprar todo lo necesario, luego me llevó hasta su casa en búsqueda de las filmadoras. Una para mi y otra para él, lo quería en HD pensé y accedí. Preparamos toda la sorpresa mientras mi hermana dormía y se escondió cuando la fui a buscar.
Felina, ese es el nombre de mi hermanita, estaba muy feliz por mi iniciativa, le dije que le tenía una atención preparada por su cumpleaños y le pedí que me hiciera caso, que me siguiera la corriente, que se deje llevar ya que era, un obsequio que no se iba a poder olvidar nunca.
Vio la filmadora y me preguntó de quién era, quien me la había dado, yo la llevaba a ella con mi mano sobre sus ojos hacia la habitación de nuestros padres, lugar habitual en donde jugábamos nuestros juegos eróticos. Tal vez ella imaginó que era sólo eso, otra ocasión como tantas otras que mi regalo había sido cojérmela, con la diferencia o el cambio que esta vez nos íbamos a grabar.
Entramos al dormitorio y le quité la mano de los ojos y vio los globos, las masas finas y una bolsa con regalos, ella exclamó de felicidad, la verdad que la sorprendí, estaba asombrada. Nunca pensó en eso.
Se subió a la cama gateando muy sugestiva y sonriente de felicidad, ella pensaba que no sólo me había acordado sino que además le había preparado un agasajo y unos regalos, estaba conmovida.
No se si de felicidad y para retribuirme, ella se bajó la remera y sacó las tetas para afuera o fue sin querer que al saltar de alegría en la cama se les salieron sus imponentes gomas.
Encendió las velitas mientras le cantaba el cumpleaños feliz, las sopló, pidió un deseo y comenzó a abrir los regalos, mas que abrirlos los fue sacando y observó que los presentes tenían una clara connotación sexual, ella me dio una sonrisa seductora y cómplice.
Festejó cuando vio los implemento, artefactos y/o juguetes sexuales, el dildo vibrador, los antifaces cerrados, las cuerdas, la crema pastelera, etc
Le pedí que me dejara embadurnarla con crema y accedió, le pedí que se pusiera el antifaz y lo hizo rápidamente, le solicité que pruebe el dildo vibrador mientras le agregaba crema a sus senos y en su vulva y lo efectuó con destreza, mientras a todo esto, desde el principio casi, mi ex compañero de trabajo asistía y filmaba todo, implicado como compinche copartícipe del suceso.
Por último, visiblemente excitado, ya me había desnudado, me acerqué con la pija en total estado de erección sobre sus labios y ella como siempre y de manera habitual me la chupó como sólo ella sabe hacerlo.
Apunto de acabar me distrajo las señas y ademanes que me hacía mi acólito para participar, asentí con la cabeza y lo llamé con mi mano derecha y al oficio mudo para que se sumara.
Fue una sensación agridulce, era la primera vez que compartía a alguien, y en este caso ese alguien era de verdad muy preciado para mi, era una mezcla de ira, celos contenidos y de morbo, afección, malestar, perturbación, obsceno, lujurioso y lascivo.
Le pedí a mi hermana que se quitara la ropa, mientras yo me acostaba en la cama matrimonial de nuestros padres y que no dejara de chuparme la garcha, ella hacía todo lo que le decía.
Mi socio y secuaz, estaba con la verga parada fuera de sus pantalones aunque aún vestido,
Le pedí a Felina que se acostara de espaldas en la cama que la iba a penetrar, por supuesto lo hizo inmediatamente. Y fue en ese momento que hicimos el intercambio, me retiré dándole paso a mi colega, en absoluto silencio. Sin embargo, fue el mero contacto del miembro viril de este, con la humanidad de mi hermanita que hizo que ella, se sobresaltara y se quitara intempestivamente el antifaz extrañada.
Él, ante la reacción de mi hermana, redobló la apuesta y enterró el choto dentro de la vagina de mi familiar, sin embargo ella se frunció y apretó los labios vaginales frenando la irrupción del extraño intruso. Eso me enorgulleció.
Sin embargo, eso estaba pago, así que hice tripas corazón, y tranquilicé a Felina, hablandole y acercándole mi miembro viril, y ella pasmada desconcertada me sonrió y lo aceptó, como todo, como siempre, mi incondicional.
Y como una manera de serenar aún más la situación, le pedí que se volteara sobre mi y le diera la espalda a él, para que no tuviera que verlo además de sentirlo, por supuesto obedeció. Sin embargo, este gil, no lo era tanto y de verdad no le importaba nada de lo que experimentaba mi hermanita.
Y lo que hizo generó otro trastorno, no tuvo otra mejor idea que penetrarla contra natura.
Eso fue otro quilombo, ella no quería, se puso como loca, gritaba que no, que le dolía, que no quería. Yo intenté que él dejara de hacerlo pero ni bola me dio, y estaba en su derecho, entonces intenté calmarla a ella, pero era imposible, así que todo se me estaba yendo de las manos, entonces tuve que ponerme rudo, cosa que nunca jamás hice con nadie. Aunque aprendí que era necesario, la abofetee y paró, no se quejó más. En otras palabras me recibí de gigoló.
Él terminó la faena mientras ella recibía sus embistes y mientras me la chupaba a mi mirándome directamente a los ojos para mantener una conexión sentimental. Yo, además de la bofetada le hablé, le dije que su vagina era mi propiedad, que su vulva iba a permanecer indemne de extraños y/o desconocidos que era sólo para mi, que no iba a ser compartida ni infectada por otros fluidos, ya que a ella yo se la chupaba, y el culo era un lugar sucio, de mierda.
Eso la sosegó la apaciguó, mientras el forastero me hacía un guiño de aprobación.
Para confirmar mis dichos, luego de que él se retirara de ella, yo la poseí por la vagina y la hice acabar, ya que ella por el culo no lograba el orgasmo.
Mientras se lo explicaba le pedí que le chupara la pija a él, y eso la volvió a turbar, sin embargo esa inquietud terminó por excitarla o se conformó de lo inevitable del momento, no lo se.
Ya que se giró de pronto boca abajo e hizo contacto visual con él, cosa que excitó a nuestro cliente y me pidió que la cojiera por el culo, porque había sentido placer.
Su culo estaba dilatado así que no opuso resistencia, lubricado por el semen de mi camarada, ella acabó otra vez.
Luego de aquello se arrodilló entre los dos y nos masturbo con ambas manos a los dos, tomando una actitud contradictoria, la veía activa, diligente, laboriosa.
A partir de ese momento se hizo adicta a la garcha, y comenzamos ambos un lucrativo trabajo en la actividad más antigua de la historia, yo de fiolo y ella de puta.
Logró que ambos acabáramos simultáneamente sobre sus pechos.
Ella supo que se había aplicado y conseguido la eficacia de las profesionales.
Por último, exclamó, ¡Qué buena sorpresa de cumpleaños hermano! El gesto de desagrado en el rostro del perpetrador fue evidente, tanto que nunca más lo vimos.
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