Vero buscaba un veterano
Inesperadamente, una linda pendeja de 22 años cogió conmigo.
Yo soy profesional y tengo 49 años. Aunque petiso, en buen estado físico y de buen ver. En un boliche la conocí. Estaba sola, me aceptó un trago y una hora después, Vero entró a mi casa.
Sin vueltas, Vero me contó que dos semanas atrás se había peleado con su novio, de 25 años, porque lo descubrió abrazado con una (ex) amiga. Y que desde la separación se dedicó a cogerse a los amigos de su ex (ocho) y otros cinco chicos. Dijo que todos eran lindos, algunos pijudos, pero ninguno le dio orgasmos. Y que su mayor deseo era que le chupen la concha y gozar como perra.
Según Vero, la curiosidad por un “viejo”, la llevó a elegirme.
Estar con una pendeja preciosa logró que le de placer sin usar Viagra. En siete horas, apenas tres veces le metí la poronga. El resto del tiempo la hice delirar chupando, besando, acariciando, mordisqueando, todo su cuerpito. Especialmente la conchita, culito, axilas…
Me dejó sacarle fotos, controlando que no se vea su bonita cara. “Para que disfrutés solito…”, dijo la muy guacha.
No me dio su teléfono pero me aseguró que va a llamarme “para que me cogás y hagás gozar rico, papi”
Y comparto...
Inesperadamente, una linda pendeja de 22 años cogió conmigo.
Yo soy profesional y tengo 49 años. Aunque petiso, en buen estado físico y de buen ver. En un boliche la conocí. Estaba sola, me aceptó un trago y una hora después, Vero entró a mi casa.
Sin vueltas, Vero me contó que dos semanas atrás se había peleado con su novio, de 25 años, porque lo descubrió abrazado con una (ex) amiga. Y que desde la separación se dedicó a cogerse a los amigos de su ex (ocho) y otros cinco chicos. Dijo que todos eran lindos, algunos pijudos, pero ninguno le dio orgasmos. Y que su mayor deseo era que le chupen la concha y gozar como perra.
Según Vero, la curiosidad por un “viejo”, la llevó a elegirme.
Estar con una pendeja preciosa logró que le de placer sin usar Viagra. En siete horas, apenas tres veces le metí la poronga. El resto del tiempo la hice delirar chupando, besando, acariciando, mordisqueando, todo su cuerpito. Especialmente la conchita, culito, axilas…
Me dejó sacarle fotos, controlando que no se vea su bonita cara. “Para que disfrutés solito…”, dijo la muy guacha.
No me dio su teléfono pero me aseguró que va a llamarme “para que me cogás y hagás gozar rico, papi”
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