"Carnede diablo" (Power Futanari x Kobeni)
Autor: Luster_Purger
Redes sociales: https://x.com/lusty_purge
Resumen:
Powerse queda sola en la residencia Hayakawa mientras Denji y Aki están fuera en unaimportante misión. Pero un demonio tan peligroso no puede quedarse solo así,¿verdad? Makima no lo cree. ¿El alma desafortunada encargada de cuidarla? Nadamenos que Kobeni. Pobre, pobre Kobeni. Y una vez que llega, está claro que eldemonio de sangre la ve como algo... mucho más que una cuidadora. El lloróncazador de demonios no va a salir de ese apartamento de la misma manera queentró, eso era seguro.
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La sala de estar de los Hayakawa estaba hecha uncompleto desastre. Había envoltorios de comida y botellas esparcidas por elsuelo. La mesa del comedor había sido desplazada a un lado, en un lugar quebloqueaba el paso a la cocina, dejando un rastro de cuatro patas de mesa en eltatami sobre el que se asentaba. En su lugar había un montón de mantas yalmohadas tomadas de cada cama del apartamento, amontonadas en un montónincoherente que no hacía sino aumentar el desorden absoluto en que se encontrabala habitación. ¿La causa? ¡Nada menos que la gran Power, por supuesto! ConDenji y Aki en su "misión en el extranjero para detener una crisisnacional" o lo que fuera, ¡tenía todo el lugar para ella sola! Era unentorno ideal para el demonio de la sangre. Todas las comodidades del hogar sincompañeros de habitación que la molestaran. Sin Denji con quien discutir sobrequé ver en la televisión, sin Aki para que le diera órdenes y le dijera quelimpiara lo que ensuciara, ¡y un tiempo a solas total y absoluto con su gatitofavorito en el mundo entero, Meowy!
Hablando de Meowy, él estaba acurrucado sobre unade las almohadas que contribuían al enorme montón de ropa de cama que había enel suelo, junto con Power, que estaba sentada en el centro de la pila. El televisorfrente a ella producía un tenue resplandor que iluminaba partes de lahabitación, en su mayor parte oscura. La oscuridad era total, debido a laestación invernal, y Power nunca se había molestado en levantarse y encenderlas luces. Eso podría llevar a pensar que estaba holgazaneando distraídamente,demasiado absorta en el programa de televisión como para preocuparse deiluminar bien la habitación. Lo cual era parcialmente cierto, estaba bastanteabsorta en lo que veía, pero no por la razón que cabría esperar. ¿El programaen cuestión? Un porno de pago. Power no solo era demasiado perezosa paralevantarse, también estaba preocupada masturbándose furiosamente con el porno enla pantalla. La chica estaba completamente desnuda, la necesidad de una camisay pantalones había sido inexistente con la casa para ella sola. Su ágil cuerpopodía distinguirse incluso en la tenue luminiscencia de la pantalla deltelevisor. Unos cuernos de color rojo sangre contrastaban con la luz azul yconstituían el aspecto más llamativo y reconocible de su cuerpo. La base de loscuernos desembocaba en su cabello despeinado, cuyo color no se distinguía bienen la oscuridad. Ese cabello enmarcaba su rostro, que albergaba un par de ojosdecididos, una lengua que sobresalía de su boca en señal de concentración ycejas que se fruncían en señal de anticipación. Por debajo de su rostro y másallá del cuello se alzaban unos pechos modestos pero turgentes. Unos montículosperfectos, del tamaño de un puñado, coronados por unos pezones rosados y endurecidos, uno de los cuales se estaba frotando ypellizcado con los dedos pulgar e índice. Y finalmente, el aspecto más notable del cuerpo de Power... su gorda y furiosa erección.
Un brazo delgado se movía arriba y abajo, arriba yabajo en un movimiento que era de alguna manera frenético y rítmico. Su peneera enorme en comparación con el resto de su cuerpo, un total de 25 centímetrosde verga del demonio de sangre dura, palpitante y sanguinolenta. Una manocomparativamente diminuta agarraba el tronco con la máxima fuerza, bombeando conimprudente desenfreno durante minutos y minutos... aparentemente en vano. Powerhabía estado sexualmente frustrada durante días y días. Parecía que habíaproblemas en el paraíso. ¡Lo había intentado todo! Había hecho agujeros en lafruta, pero lo único que consiguió fue que su pene se pusiera pegajoso. Por nohablar del enorme desastre que había hecho en la cocina y que aún no habíalimpiado. Había hojeado todas las revistas porno que Denji tenía por ahí, perono le servían de nada. Su magnífica vara de demonio no podía excitarse conmeras imágenes en 2D, ¡y mucho menos imágenes de asquerosos humanos! Inclusohabía recurrido a la táctica infalible de invocar un antiguo tesoro. Un tesoroque había buscado durante lo que parecían décadas, y que solo había encontradoen los últimos días. Algo tan poderoso que bien podría cambiar la vida deldemonio en los años venideros. Un tesoro conocido como... ¡la tarjeta decrédito robada de Aki! La usó para comprar pornografía. No hizo mucho por ella.Con todas sus opciones agotadas, Power cayó de nuevo sobre el montón, derrotada.Estos métodos humanos de aliviar la tensión sexual estaban simplemente pordebajo de un ser superior como Power, razonó, lo que la llevaba a ser incapazde liberar todo lo que estaba reprimido dentro de su verga. Y así, allí estaba.En el aire, todavía erecta y palpitando dolorosamente.
¿Qué podía hacer Power a estas alturas? Habíaprobado todas y cada una de las opciones disponibles, ¡y ninguna habíafuncionado! ¡Ni una sola! Estaba harta de ese calor que se agitaba en susentrañas, carcomiéndola constantemente cada segundo de cada día, ¡amenazandocon volverla loca! Necesitaba liberarse y lo necesitaba con urgencia. Su pobrepene prácticamente palpitaba de anticipación, incapaz de alcanzar ese orgasmoque ansiaba tan desesperadamente. El demonio le dio una última caricia, másmelancólica y pensativa. No fue tanto una caricia como una palmaditareconfortante, como la que se le daría a un animal enfermo. Era como si Powerse estuviera disculpando con su propia verga por no poder proporcionarle lo quesabía que realmente quería: plantar su semilla en el útero de una mujer. En elfondo, Power sabía que follarse el coño de una mujer real y viva sería lo únicoque podría darle a su amado cetro de poder lo que realmente ansiaba. Pero, ¿dóndepodía encontrar a alguien digna de enfundar de enfundar su vara diabólicasuperior? El acto de cortejar a una mujer humana tradicionalmente estaba muypor debajo de alguien de su estatus, pensó, así que eso quedaba descartado.Tampoco había muchas mujeres de aspecto atractivo entre los demonios o al menoslos demonios que le venían la mente... ¡realmente era frustrante! Power sabíaque necesitaba solucionar esto de una forma u otra, pero ¿cómo? ¡Había agotadotodas las opciones que se le ocurrían! Tenía que hacer algo, pero no sabía qué.No era como si una mujer atractiva fuera a irrumpir por la puerta de su casa,¿verdad?
Muy nerviosa, Kobeni estaba de pie en el pasillo de la vivienda a la quepertenecía la residencia Hayakawa, luciendo como un completo manojo de nervios.Su rostro se contorsionaba en una expresión de preocupación y frágil, como sicualquier cosa mala que le ocurriera pudiera hacerla entrar en una espiral degritos y lágrimas. Su pequeño cuerpo temblaba como un poste en un huracán y susmanos jugueteaban con los dos objetos que sostenía. En la mano derecha llevabaun anillo lleno de llaves que tintineaban al compás de sus temblores ysacudidas, agitadas aún más por sus dedos temblorosos. En la mano izquierda llevabauna bolsa de papel que olía a grasa y sal. El olor característico de la comidarápida. Una insignia en la bolsa decía "Family Burger", con unpequeño logotipo de una hamburguesa con ojos saltones impreso al lado. Lo quehabía en la bolsa era la menor de las preocupaciones de la mujer. Gotas desudor goteaban profusamente de su rostro de aspecto pegajoso, lo que solo sesumaba a su presencia dócil y tímida.
A la pobre Kobeni le habían encargado algo horrible,incluso cruel, los altos mandos del Cuartel General de Seguridad Pública. Durantetoda la semana, debía cuidar de Power mientras sus guardianes principalesestaban fuera. Se había considerado que la demonio de sangre era demasiadoinestable para permanecer sola durante un período prolongado, lo quesignificaba que tenía que haber alguien allí que fuera capaz de detenerla si sedescontrolaba. Era un trabajo que todas las demás personas de su unidad senegaban a realizar. Al parecer, ellos también odiaban la idea de tener que controlara alguien tan petulante como Power. La responsabilidad iba pasando de compañeroen compañero, hasta que acabó cayendo en los brazos proverbiales de Kobeni porsu incapacidad para imponerse. Una vez que le tocó a ella, simplemente se callóy tartamudeó un "sí" por miedo a recibir una respuesta negativa. Otradesgracia más que añadir a la pila para ella, al parecer. Pero no era elmomento de autocompadecerse. Por mucho que lo temiera, tenía un trabajo quehacer. ¡Y lo iba a lograr, maldita sea! Una mano temblorosa se acercó lentapero firmemente al pomo de la puerta, haciendo sonar el llavero de manerafrenética. Después de lo que pareció una eternidad, la llave entró en lacerradura. Una vez dentro, cerró los ojos con fuerza y tomó una gran bocanada de aire, girando la llave rápidamente en un intento de acabar rápido. Como si se estuviera quitandouna curita. Con la puerta ya abierta, sacó rápidamente la llave del pomo y la giró, mientras respiraba tan deprisa que parecía que estabahiperventilando.
Pero, aun así, lo había logrado. La puerta se abriócon un crujido y ella dioo un paso hacia adentro.
—¿P-Power...? S-Soy Kobeni... Estoy aquí con tu...ah... —De repente, sus palabras se cortaron.
Los ojos de Kobeni se abrieron de par en par y suspupilas se dilataron, su mandíbula golpeó el suelo una vez que vio el estado elque se encontraba la sala de estar. Basura por todas partes, muebles malcolocados y... ¡¿una Power desnuda?! Con una verga gigante completamenteerguida... la mujer casi se desmaya al verlo. Podía ver su silueta a contraluzdel televisor, con duras sombras negras que ocultaban su trasero. Sin embargo,incluso con esa falta de detalle, la mera sugerencia de su enorme tamaño fuesuficiente para que Kobeni se tambaleara en estado de shock. La bolsa que llevabaen la mano cayó al suelo en medio de su silencio, que finalmente hizo que Powermirara en su dirección. Su sola presencia en la habitación no era suficientepara llamar su atención, pero el sonido y el olor de una bolsa de comida sí quelo eran.
—¡Oh! ¡Mi comida ha llegado! —La verga de Power sebalanceó en su sitio mientras se levantaba y corría hacia Kobeni, sin que sudureza flaqueara. Su peso la hizo perder un poco el equilibrio, por lo que sucuerpo se dirigió con bastante torpeza hacia la puerta—. ¡Muévete! —exclamó eldemonio. Sus brazos se lanzaron hacia adelante en un intento de empujar a laotra mujer.
Kobeni apenas logró retroceder a tiempo antes deque pudiera ser derribada. Parecía que los reflejos que había perfeccionado lehabían sido útiles en algunas ocasiones. Su sacudida hacia atrás fue acompañadapor un característico "¡Eep!" y una mirada de ojos muy abiertos aldemonio sin túnica.
—¡PPPP-Power...! ¿Por qué no tienes ropa puesta...?—balbuceó. La pobre chica seguía en shock ante aquella descarada exhibición deinesperada desnudez inesperada. Power, en respuesta a su aleteo, miró a Kobenicon un puño lleno de papas fritas ya metido en la boca. Esa pobre bolsa depapel no tuvo ninguna oportunidad.
—¡Esta es la morhara...! —Se tomó un momento paramasticar y tragar—. ¡Esta es la morada de Power! ¡Un dominio sagrado en el quegobierno con puño de hierro! ¡Ahora, vete, humano! ¡No hay lugar para ti aquíen Powlandia! —Power sonrió satisfecha de poder usar por fin ese nombre. Porinfantil que fuera, tardó casi un día entero en inventarlo. Estaba bastanteorgullosa.
Kobeni seguía temblando. Su cuerpo se encogía cadavez que Power le hablaba. Incluso si no era directamente denigrante, su abrasividadera suficiente para hacerla querer desaparecer en el acto. Su lenguaje corporallo comunicaba, su postura era de lo más nerviosa y no amenazadora como se podíaencontrar.
—Pero yo... se supone que debo cuidar —Power saltóde repente—. ¡Power no recibe órdenes de nadie! ¡Excepto de Makima! Y quizá Akia veces... ¡pero de nadie más! —De manera exagerada, la desalmada demonioagarró los restos de comida que quedaban de su diatriba y se retiró a la casa,cerrando la puerta de un portazo en la cara de su supuesto cuidador. Sinembargo, nada más entrar... recordó algo. ¡Todavía estaba súper cachonda! Suerección no se había calmado en absoluto. Tal vez Kobeni pudiera serle útildespués de todo, pensó. Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de Power.Seguro que Kobeni tenía un cuerpo bonito debajo de ese traje sofocante,¿verdad? Por lo que podía ver, su trasero era bastante pronunciado... era unahumana asquerosa, pero el pene de Power no le permitía se precisamente serexigente. Razonó que una humana bastaría para un alivio temporal, si nada más.
Del otro lado de la puerta, Kobeni aún intentabaprocesar lo que acababa de ocurrir. El cuerpo desnudo de Power, el tamaño de suverga y la extraña sensación que tuvo después de verla rumiaban en su mente.Era enorme, un monstruo absoluto, el olor era lo suficientemente abrumador comopara ser percibido desde relativamente lejos, y el extraño hormigueo en susregiones inferiores era prueba de ello. ¿Así eran todas las pollas? ¿Tan...tentadoras? La sacó de sus pensamientos la repentina apertura de la puerta y lasensación de que una mano la agarraba del brazo. Sin mediar palabra, Powerarrastró a la desprevenida trabajadora de Seguridad Pública al interior delapartamento. No encontró mucha resistencia y Kobeni no tardó en oír el portazode la puerta al entrar en la oscura habitación.
—¿Power? ¿Q-qué estás...? —Antes de que pudieraterminar ese pensamiento, Power la empujó y tiró de ella sin miramientos.
El desorden del suelo hacía casi imposible notropezar con algo, un hecho que pronto se comprobaría una vez que resbaló conuna botella de refresco tirada y cayó sin contemplaciones sobre la gigantesca pilade ropa de cama. Esto proporcionó una oportunidad perfecta para que Powerconfirmara su teoría anterior.
La demonio se arrodilló justo detrásde Kobeni y le bajó los pantalones sin previo aviso. También le bajó lasbragas. La enorme luna llena de la cazadora de demonios quedó en plenaexhibición para la otra mujer, que apretó el puño con emoción al verla.
«¡Así que está gorda! ¡Ya me loimaginaba!»
Kobeni, mientras tanto, estabaenloqueciendo. Tanto que ni siquiera podía formular oraciones. Todo lo que se oíasalir de su boca eran balbuceos incoherentes. ¿Esto estaba pasando en serio?¿Iba a aprovecharse de ella un demonio de entre todas las personas? ¿Por quéella? ¿Por qué le habían encargado esto? ¿Por qué Power tenía que ser tanvoraz, por qué... por qué lo estaba disfrutando? No sabía lo que era, pero sesentía tan caliente... que era casi insoportable. Y mientras este tren depensamiento pasaba por su cabeza y su coño goteaba por su aparente necesidad,Power estaba ansiosa por actuar. Incapaz de contenerse y prácticamente babeandoante un culo tan magníficamente redondo, se zambulló de lleno. Esto bastaríapara una comida, sin duda. De todos modos, Los jugos de la humana sabían muchomejor que cualquier comida que pudiera haber traído, de todos modos. Duranteminutos y minutos, Power comió brutalmente a la chica. Su lengua devoró todoslos puntos a los que pudo llegar. Rodeando su clítoris, follando con la lenguasus paredes internas, lamiendo y besando descuidadamente sus pliegues. Lo quele faltaba en habilidad lo compensaba con pura y un deseo sexual bestial. Kobeni gimió todo el tiempo, sin hacer nada que indicara lucha.Bueno, aparte de decirle verbalmente a Power que parara, que no quería esto y cosas por el estilo. No le hizo mucho caso a esas peticiones.Mentalmente, Kobeni quería salir lo más rápido posible, volver a casa y llorar,pero físicamente ansiaba más. Su cuerpo se lo rogaba. Su necesitada vagina seestremeció en orgasmos alrededor la lengua de Power varias veces en cuestión deminutos, una clara señal —al menos para Power— de que debía continuar incluso sinsu consentimiento explícito.
Al final, Power se aburrió y su lengua se cansó,por lo que se apartó. Una línea de saliva conectó su boca con la equivalenteinferior de Kobeni. Ya había dejado esa cosa hecha un desastre, de lo que nopodía estar más contenta. Sin embargo, mientras admiraba su obra, la demonionotó algo. En la conmoción, algo se había soltado del bolsillo trasero de suvíctima... un marcador rojo. Esto le dio una idea al pervertido demonio.Agarrando ansiosamente el utensilio de escritura en su mano, le quitó la tapacon los dientes y puso una mano en sus mejillas para mantenerlas firmes.
—...P-por favor... no escribas sobre mí… —Kobenisuplicó débilmente. Dicha súplica fue rápidamente ignorada por Power, que enese momento estaba maravillada con sus propios escritos.
—Y… ¡listo! ¡Ahora estás oficialmente marcada comomi mujer! ¡Regocíjate, humana, porque no muchos de tu especie reciben la honorablebendición que el cetro de Power proporciona a sus compañeras! —La frase"CARNE DE DIABLO" había sido escrita con tinta roja en una de lasmejillas de la muchacha, que pronto recibió una bofetada bastante fuerte, conla piel roja a juego. Esta bofetada ni siquiera fue recibida con el típicochillido patético... parecía que Kobeni estaba empezando a sentirlo de verdad despuésde correrse tantas veces. Pero eso no iba a detener a Power, ni un poco. Porfin había llegado el momento de apagar el furioso fuego que ardía en elinterior del cetro de Power.
La demonio se sentó hasta que suentrepierna quedó alineada verticalmente con la de su compañera. Sin prisa perocon seguridad, sus caderas se movieron hacia delante hasta que la cabezaalcanzó su objetivo. El contacto produjo un ruido de chapoteo que volvió loca aPower. Kobeni, a raíz de esto, simplemente se quedó tumbada y permitió que seaprovechara de ella. Estaba cansada de luchar contra eso, tanto que su cuerponi siquiera podía moverse. El calor insoportable dentro de sus zonas erógenasera demasiado agotador para su estado mental y físico como para poderdefenderse.
—S-Sé... gentil... —Fue su únicapetición. Una que Power no estaba dispuesta a cumplir.
Sin siquiera un reconocimiento de susúplica, el voraz demonio golpeó con ambas manos las caderas de su amante y seagarró a sus michelines, aprovechando esta nueva posición ventajosa paraintroducir su magnífica vara hasta el fondo de aquel necesitado coño. El miembroerecto de Power estaba desaliñado como el resto de su aspecto, con un arbustoprominente y un olor horriblemente fuerte, que presumiblemente estaba excitandoa Kobeni tanto como a ella. Casi inmediatamente después de metérsela, los ojosde Power se abrieron de par en par ante la absoluta estrechez de un coño humanode verdad. ¡Sus manos no eran nada en comparación con esto!
—¡¿P-podría ser...?! ¿He encontradoun recipiente digno de envainar la grandiosa verga demoniaca de Power...!?"Exclamó conmocionada.
Envolvió su polla como una mordaza,cálido terciopelo siendo martilleado hasta darle la misma forma que laintrusión que la asolaba en ese momento. De vez en cuando de oía un chapoteoentre el sonido mucho más fuerte de la piel chocando con la piel, las caderasde Power parecían un pistón con lo fuerte y rápido que chocaban con ese culogordo que lucía Kobeni.
Hablando de Kobeni, por fin empezaba a dejarse vencer por sus impulsos. Esasensación de intenso deseo que había sentido desde que olió la verga de Powerse encontró con una sensación de agonizante satisfacción. Claro, había usadoalgunos juguetes en secreto, ¡pero nunca nada tan grande! Con una familia tangrande como la suya, no había forma de guardar nada más grande que un vibradoro dos. Una verga real con el grosor y la longitud de la de Power era algo a loque pensaba que nunca podría acostumbrarse. Y sin embargo, allí estaba,gimiendo como una perra en celo mientras su adorable vagina virgen era usadacomo un fleshlight.
—¡P-Power...! ¡Hngh...! ¡Ngh...!¡AUGH! —Una sonora bofetada de su dominante compañero arrancó un gemido más fuertede sus cuerdas vocales.
—¡Silencio, bellaca! ¡Ahora sólohablas cuando te hablan! ¡Aprende tu lugar, puta humana! —Fiel a su homónimo,el demonio de sangre estaba en pleno viaje de poder. Una perrita sumisa a laque criar y dominar en todos los sentidos de la palabra hacía maravillas parasu ya enorme ego. Si podía hacer que una chica gimiera su nombre en el calor deun intenso encuentro sexual, ¡no había nada más que no pudiera hacer! Bueno, excepto impedir que ellamisma se corriera, claro..
Un orgasmo que llevaba varios días gestándose inundó el útero de ladesprevenida mujer, parecía que el cetro de Power había lanzado su ataquedefinitivo. La intensidad del torrente de endorfinas que recorrió el cuerpo dePower la hizo caer momentáneamente sobre Kobeni. Pudo volver a levantarse unavez que terminó de dispararle la última de sus cuerdas. Un torrente de semilla dedemonio superior se agolpó en el interior de la hendidura de Kobeni,seguramente repartiendo unos cuantos espermatozoides en uno o dos de los óvulosde la agente.
—Ahhh... ¡Estaba esperando sacar eso!—gritó jovialmente mientras veía que su pene, antes dolorosamente erecto, empezabaa quedarse flácido. La expresión de satisfacción era evidente en su rostro—. Elresto de esta semana, perteneces a Power... ¿entiendes, humano? —El vitriolonormal en la voz de Power había desaparecido.
Estaba claro que Kobeni le estabagustando, aunque solo fuera por su cuerpo. Le gustaba lo suficiente como paraderrumbarse a su lado y rodearla perezosamente con un brazo,
—Está bien... —La mujer respondió débilmente.
La semana que tenía por delante iba aser larga, eso era seguro. Pero por alguna razón... no parecía importarle. Talvez fuera por el olor a polla que le perturbaba la mente, tal vez fuera por elinmenso placer que había recibido... fuera cual fuera que fuera la razón,estaba segura de que podría ser al menos un poco más feliz con Power cerca.Solo había una manera de averiguarlo.
...
Estaba de rodillas, igual de desnuda que Power, contodo el cuerpo cubierto de semen y un considerable charco goteando de su vaginay culo rellenos. Durante el resto de su semana a solas, Kobeni fue unaauténtica puta adoradora de la verga del demonio de sangre. Su cuerpo consagradoa Power y solo a Power, como demostraban las diversas marcas esparcidas por suforma. En su muslo podía leerse "PERRA DE POWER/POWER'S BITCH", en elotro " AFICIONADA A LA POLLA/FIEND FORCOCK", junto con docenas de marcas que indicaban cuántas cargas habíarecibido, dentro o fuera. Incluso llevaba un collar, cortesía de Meowy, parademostrar esa dinámica de Amo y Mascota con la que ambos se habían plegado.Power, por supuesto, se masturbaba sobre la boca de su amante, decidida a darleesa corrida que tanto ansiaba.
—Tu ama está muy orgullosa de lo puta que te hasvuelto... ¡ngh! —Su voz se entrecorto cuando unos chorros de masa para bebéssalpicaron la boca y la cara de Kobeni. La chica sorbió con avidez todo lo quele brindó. Después de hacerlo, acarició el miembro reblandecido, prácticamenteronroneando de placer. Eso fue hasta que oyó el crujido de la puerta. Aki yDenji entraron en el apartamento sin llamar.
Contemplaron la escena ante ellos en silencio y conla mandíbula floja. El terrible desastre, el semen salpicado por todo el sueloy las paredes, incluso el techo de alguna manera, había que verlo para creerlo.Se formó un largo silenció entre ambas partes mientras se miraban incómodamentedurante lo que pareció una eternidad.
—...Voy a llamar a Makima... —murmuró Aki condesilusión, saliendo de su destrozada casa y caminando abatido por el pasillo.Odiaba estar allí. Realmente lo odiaba.
Fin.
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Autor: Luster_Purger
Redes sociales: https://x.com/lusty_purge
Resumen:
Powerse queda sola en la residencia Hayakawa mientras Denji y Aki están fuera en unaimportante misión. Pero un demonio tan peligroso no puede quedarse solo así,¿verdad? Makima no lo cree. ¿El alma desafortunada encargada de cuidarla? Nadamenos que Kobeni. Pobre, pobre Kobeni. Y una vez que llega, está claro que eldemonio de sangre la ve como algo... mucho más que una cuidadora. El lloróncazador de demonios no va a salir de ese apartamento de la misma manera queentró, eso era seguro.
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La sala de estar de los Hayakawa estaba hecha uncompleto desastre. Había envoltorios de comida y botellas esparcidas por elsuelo. La mesa del comedor había sido desplazada a un lado, en un lugar quebloqueaba el paso a la cocina, dejando un rastro de cuatro patas de mesa en eltatami sobre el que se asentaba. En su lugar había un montón de mantas yalmohadas tomadas de cada cama del apartamento, amontonadas en un montónincoherente que no hacía sino aumentar el desorden absoluto en que se encontrabala habitación. ¿La causa? ¡Nada menos que la gran Power, por supuesto! ConDenji y Aki en su "misión en el extranjero para detener una crisisnacional" o lo que fuera, ¡tenía todo el lugar para ella sola! Era unentorno ideal para el demonio de la sangre. Todas las comodidades del hogar sincompañeros de habitación que la molestaran. Sin Denji con quien discutir sobrequé ver en la televisión, sin Aki para que le diera órdenes y le dijera quelimpiara lo que ensuciara, ¡y un tiempo a solas total y absoluto con su gatitofavorito en el mundo entero, Meowy!
Hablando de Meowy, él estaba acurrucado sobre unade las almohadas que contribuían al enorme montón de ropa de cama que había enel suelo, junto con Power, que estaba sentada en el centro de la pila. El televisorfrente a ella producía un tenue resplandor que iluminaba partes de lahabitación, en su mayor parte oscura. La oscuridad era total, debido a laestación invernal, y Power nunca se había molestado en levantarse y encenderlas luces. Eso podría llevar a pensar que estaba holgazaneando distraídamente,demasiado absorta en el programa de televisión como para preocuparse deiluminar bien la habitación. Lo cual era parcialmente cierto, estaba bastanteabsorta en lo que veía, pero no por la razón que cabría esperar. ¿El programaen cuestión? Un porno de pago. Power no solo era demasiado perezosa paralevantarse, también estaba preocupada masturbándose furiosamente con el porno enla pantalla. La chica estaba completamente desnuda, la necesidad de una camisay pantalones había sido inexistente con la casa para ella sola. Su ágil cuerpopodía distinguirse incluso en la tenue luminiscencia de la pantalla deltelevisor. Unos cuernos de color rojo sangre contrastaban con la luz azul yconstituían el aspecto más llamativo y reconocible de su cuerpo. La base de loscuernos desembocaba en su cabello despeinado, cuyo color no se distinguía bienen la oscuridad. Ese cabello enmarcaba su rostro, que albergaba un par de ojosdecididos, una lengua que sobresalía de su boca en señal de concentración ycejas que se fruncían en señal de anticipación. Por debajo de su rostro y másallá del cuello se alzaban unos pechos modestos pero turgentes. Unos montículosperfectos, del tamaño de un puñado, coronados por unos pezones rosados y endurecidos, uno de los cuales se estaba frotando ypellizcado con los dedos pulgar e índice. Y finalmente, el aspecto más notable del cuerpo de Power... su gorda y furiosa erección.
Un brazo delgado se movía arriba y abajo, arriba yabajo en un movimiento que era de alguna manera frenético y rítmico. Su peneera enorme en comparación con el resto de su cuerpo, un total de 25 centímetrosde verga del demonio de sangre dura, palpitante y sanguinolenta. Una manocomparativamente diminuta agarraba el tronco con la máxima fuerza, bombeando conimprudente desenfreno durante minutos y minutos... aparentemente en vano. Powerhabía estado sexualmente frustrada durante días y días. Parecía que habíaproblemas en el paraíso. ¡Lo había intentado todo! Había hecho agujeros en lafruta, pero lo único que consiguió fue que su pene se pusiera pegajoso. Por nohablar del enorme desastre que había hecho en la cocina y que aún no habíalimpiado. Había hojeado todas las revistas porno que Denji tenía por ahí, perono le servían de nada. Su magnífica vara de demonio no podía excitarse conmeras imágenes en 2D, ¡y mucho menos imágenes de asquerosos humanos! Inclusohabía recurrido a la táctica infalible de invocar un antiguo tesoro. Un tesoroque había buscado durante lo que parecían décadas, y que solo había encontradoen los últimos días. Algo tan poderoso que bien podría cambiar la vida deldemonio en los años venideros. Un tesoro conocido como... ¡la tarjeta decrédito robada de Aki! La usó para comprar pornografía. No hizo mucho por ella.Con todas sus opciones agotadas, Power cayó de nuevo sobre el montón, derrotada.Estos métodos humanos de aliviar la tensión sexual estaban simplemente pordebajo de un ser superior como Power, razonó, lo que la llevaba a ser incapazde liberar todo lo que estaba reprimido dentro de su verga. Y así, allí estaba.En el aire, todavía erecta y palpitando dolorosamente.
¿Qué podía hacer Power a estas alturas? Habíaprobado todas y cada una de las opciones disponibles, ¡y ninguna habíafuncionado! ¡Ni una sola! Estaba harta de ese calor que se agitaba en susentrañas, carcomiéndola constantemente cada segundo de cada día, ¡amenazandocon volverla loca! Necesitaba liberarse y lo necesitaba con urgencia. Su pobrepene prácticamente palpitaba de anticipación, incapaz de alcanzar ese orgasmoque ansiaba tan desesperadamente. El demonio le dio una última caricia, másmelancólica y pensativa. No fue tanto una caricia como una palmaditareconfortante, como la que se le daría a un animal enfermo. Era como si Powerse estuviera disculpando con su propia verga por no poder proporcionarle lo quesabía que realmente quería: plantar su semilla en el útero de una mujer. En elfondo, Power sabía que follarse el coño de una mujer real y viva sería lo únicoque podría darle a su amado cetro de poder lo que realmente ansiaba. Pero, ¿dóndepodía encontrar a alguien digna de enfundar de enfundar su vara diabólicasuperior? El acto de cortejar a una mujer humana tradicionalmente estaba muypor debajo de alguien de su estatus, pensó, así que eso quedaba descartado.Tampoco había muchas mujeres de aspecto atractivo entre los demonios o al menoslos demonios que le venían la mente... ¡realmente era frustrante! Power sabíaque necesitaba solucionar esto de una forma u otra, pero ¿cómo? ¡Había agotadotodas las opciones que se le ocurrían! Tenía que hacer algo, pero no sabía qué.No era como si una mujer atractiva fuera a irrumpir por la puerta de su casa,¿verdad?
Muy nerviosa, Kobeni estaba de pie en el pasillo de la vivienda a la quepertenecía la residencia Hayakawa, luciendo como un completo manojo de nervios.Su rostro se contorsionaba en una expresión de preocupación y frágil, como sicualquier cosa mala que le ocurriera pudiera hacerla entrar en una espiral degritos y lágrimas. Su pequeño cuerpo temblaba como un poste en un huracán y susmanos jugueteaban con los dos objetos que sostenía. En la mano derecha llevabaun anillo lleno de llaves que tintineaban al compás de sus temblores ysacudidas, agitadas aún más por sus dedos temblorosos. En la mano izquierda llevabauna bolsa de papel que olía a grasa y sal. El olor característico de la comidarápida. Una insignia en la bolsa decía "Family Burger", con unpequeño logotipo de una hamburguesa con ojos saltones impreso al lado. Lo quehabía en la bolsa era la menor de las preocupaciones de la mujer. Gotas desudor goteaban profusamente de su rostro de aspecto pegajoso, lo que solo sesumaba a su presencia dócil y tímida.
A la pobre Kobeni le habían encargado algo horrible,incluso cruel, los altos mandos del Cuartel General de Seguridad Pública. Durantetoda la semana, debía cuidar de Power mientras sus guardianes principalesestaban fuera. Se había considerado que la demonio de sangre era demasiadoinestable para permanecer sola durante un período prolongado, lo quesignificaba que tenía que haber alguien allí que fuera capaz de detenerla si sedescontrolaba. Era un trabajo que todas las demás personas de su unidad senegaban a realizar. Al parecer, ellos también odiaban la idea de tener que controlara alguien tan petulante como Power. La responsabilidad iba pasando de compañeroen compañero, hasta que acabó cayendo en los brazos proverbiales de Kobeni porsu incapacidad para imponerse. Una vez que le tocó a ella, simplemente se callóy tartamudeó un "sí" por miedo a recibir una respuesta negativa. Otradesgracia más que añadir a la pila para ella, al parecer. Pero no era elmomento de autocompadecerse. Por mucho que lo temiera, tenía un trabajo quehacer. ¡Y lo iba a lograr, maldita sea! Una mano temblorosa se acercó lentapero firmemente al pomo de la puerta, haciendo sonar el llavero de manerafrenética. Después de lo que pareció una eternidad, la llave entró en lacerradura. Una vez dentro, cerró los ojos con fuerza y tomó una gran bocanada de aire, girando la llave rápidamente en un intento de acabar rápido. Como si se estuviera quitandouna curita. Con la puerta ya abierta, sacó rápidamente la llave del pomo y la giró, mientras respiraba tan deprisa que parecía que estabahiperventilando.
Pero, aun así, lo había logrado. La puerta se abriócon un crujido y ella dioo un paso hacia adentro.
—¿P-Power...? S-Soy Kobeni... Estoy aquí con tu...ah... —De repente, sus palabras se cortaron.
Los ojos de Kobeni se abrieron de par en par y suspupilas se dilataron, su mandíbula golpeó el suelo una vez que vio el estado elque se encontraba la sala de estar. Basura por todas partes, muebles malcolocados y... ¡¿una Power desnuda?! Con una verga gigante completamenteerguida... la mujer casi se desmaya al verlo. Podía ver su silueta a contraluzdel televisor, con duras sombras negras que ocultaban su trasero. Sin embargo,incluso con esa falta de detalle, la mera sugerencia de su enorme tamaño fuesuficiente para que Kobeni se tambaleara en estado de shock. La bolsa que llevabaen la mano cayó al suelo en medio de su silencio, que finalmente hizo que Powermirara en su dirección. Su sola presencia en la habitación no era suficientepara llamar su atención, pero el sonido y el olor de una bolsa de comida sí quelo eran.
—¡Oh! ¡Mi comida ha llegado! —La verga de Power sebalanceó en su sitio mientras se levantaba y corría hacia Kobeni, sin que sudureza flaqueara. Su peso la hizo perder un poco el equilibrio, por lo que sucuerpo se dirigió con bastante torpeza hacia la puerta—. ¡Muévete! —exclamó eldemonio. Sus brazos se lanzaron hacia adelante en un intento de empujar a laotra mujer.
Kobeni apenas logró retroceder a tiempo antes deque pudiera ser derribada. Parecía que los reflejos que había perfeccionado lehabían sido útiles en algunas ocasiones. Su sacudida hacia atrás fue acompañadapor un característico "¡Eep!" y una mirada de ojos muy abiertos aldemonio sin túnica.
—¡PPPP-Power...! ¿Por qué no tienes ropa puesta...?—balbuceó. La pobre chica seguía en shock ante aquella descarada exhibición deinesperada desnudez inesperada. Power, en respuesta a su aleteo, miró a Kobenicon un puño lleno de papas fritas ya metido en la boca. Esa pobre bolsa depapel no tuvo ninguna oportunidad.
—¡Esta es la morhara...! —Se tomó un momento paramasticar y tragar—. ¡Esta es la morada de Power! ¡Un dominio sagrado en el quegobierno con puño de hierro! ¡Ahora, vete, humano! ¡No hay lugar para ti aquíen Powlandia! —Power sonrió satisfecha de poder usar por fin ese nombre. Porinfantil que fuera, tardó casi un día entero en inventarlo. Estaba bastanteorgullosa.
Kobeni seguía temblando. Su cuerpo se encogía cadavez que Power le hablaba. Incluso si no era directamente denigrante, su abrasividadera suficiente para hacerla querer desaparecer en el acto. Su lenguaje corporallo comunicaba, su postura era de lo más nerviosa y no amenazadora como se podíaencontrar.
—Pero yo... se supone que debo cuidar —Power saltóde repente—. ¡Power no recibe órdenes de nadie! ¡Excepto de Makima! Y quizá Akia veces... ¡pero de nadie más! —De manera exagerada, la desalmada demonioagarró los restos de comida que quedaban de su diatriba y se retiró a la casa,cerrando la puerta de un portazo en la cara de su supuesto cuidador. Sinembargo, nada más entrar... recordó algo. ¡Todavía estaba súper cachonda! Suerección no se había calmado en absoluto. Tal vez Kobeni pudiera serle útildespués de todo, pensó. Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de Power.Seguro que Kobeni tenía un cuerpo bonito debajo de ese traje sofocante,¿verdad? Por lo que podía ver, su trasero era bastante pronunciado... era unahumana asquerosa, pero el pene de Power no le permitía se precisamente serexigente. Razonó que una humana bastaría para un alivio temporal, si nada más.
Del otro lado de la puerta, Kobeni aún intentabaprocesar lo que acababa de ocurrir. El cuerpo desnudo de Power, el tamaño de suverga y la extraña sensación que tuvo después de verla rumiaban en su mente.Era enorme, un monstruo absoluto, el olor era lo suficientemente abrumador comopara ser percibido desde relativamente lejos, y el extraño hormigueo en susregiones inferiores era prueba de ello. ¿Así eran todas las pollas? ¿Tan...tentadoras? La sacó de sus pensamientos la repentina apertura de la puerta y lasensación de que una mano la agarraba del brazo. Sin mediar palabra, Powerarrastró a la desprevenida trabajadora de Seguridad Pública al interior delapartamento. No encontró mucha resistencia y Kobeni no tardó en oír el portazode la puerta al entrar en la oscura habitación.
—¿Power? ¿Q-qué estás...? —Antes de que pudieraterminar ese pensamiento, Power la empujó y tiró de ella sin miramientos.
El desorden del suelo hacía casi imposible notropezar con algo, un hecho que pronto se comprobaría una vez que resbaló conuna botella de refresco tirada y cayó sin contemplaciones sobre la gigantesca pilade ropa de cama. Esto proporcionó una oportunidad perfecta para que Powerconfirmara su teoría anterior.
La demonio se arrodilló justo detrásde Kobeni y le bajó los pantalones sin previo aviso. También le bajó lasbragas. La enorme luna llena de la cazadora de demonios quedó en plenaexhibición para la otra mujer, que apretó el puño con emoción al verla.
«¡Así que está gorda! ¡Ya me loimaginaba!»
Kobeni, mientras tanto, estabaenloqueciendo. Tanto que ni siquiera podía formular oraciones. Todo lo que se oíasalir de su boca eran balbuceos incoherentes. ¿Esto estaba pasando en serio?¿Iba a aprovecharse de ella un demonio de entre todas las personas? ¿Por quéella? ¿Por qué le habían encargado esto? ¿Por qué Power tenía que ser tanvoraz, por qué... por qué lo estaba disfrutando? No sabía lo que era, pero sesentía tan caliente... que era casi insoportable. Y mientras este tren depensamiento pasaba por su cabeza y su coño goteaba por su aparente necesidad,Power estaba ansiosa por actuar. Incapaz de contenerse y prácticamente babeandoante un culo tan magníficamente redondo, se zambulló de lleno. Esto bastaríapara una comida, sin duda. De todos modos, Los jugos de la humana sabían muchomejor que cualquier comida que pudiera haber traído, de todos modos. Duranteminutos y minutos, Power comió brutalmente a la chica. Su lengua devoró todoslos puntos a los que pudo llegar. Rodeando su clítoris, follando con la lenguasus paredes internas, lamiendo y besando descuidadamente sus pliegues. Lo quele faltaba en habilidad lo compensaba con pura y un deseo sexual bestial. Kobeni gimió todo el tiempo, sin hacer nada que indicara lucha.Bueno, aparte de decirle verbalmente a Power que parara, que no quería esto y cosas por el estilo. No le hizo mucho caso a esas peticiones.Mentalmente, Kobeni quería salir lo más rápido posible, volver a casa y llorar,pero físicamente ansiaba más. Su cuerpo se lo rogaba. Su necesitada vagina seestremeció en orgasmos alrededor la lengua de Power varias veces en cuestión deminutos, una clara señal —al menos para Power— de que debía continuar incluso sinsu consentimiento explícito.
Al final, Power se aburrió y su lengua se cansó,por lo que se apartó. Una línea de saliva conectó su boca con la equivalenteinferior de Kobeni. Ya había dejado esa cosa hecha un desastre, de lo que nopodía estar más contenta. Sin embargo, mientras admiraba su obra, la demonionotó algo. En la conmoción, algo se había soltado del bolsillo trasero de suvíctima... un marcador rojo. Esto le dio una idea al pervertido demonio.Agarrando ansiosamente el utensilio de escritura en su mano, le quitó la tapacon los dientes y puso una mano en sus mejillas para mantenerlas firmes.
—...P-por favor... no escribas sobre mí… —Kobenisuplicó débilmente. Dicha súplica fue rápidamente ignorada por Power, que enese momento estaba maravillada con sus propios escritos.
—Y… ¡listo! ¡Ahora estás oficialmente marcada comomi mujer! ¡Regocíjate, humana, porque no muchos de tu especie reciben la honorablebendición que el cetro de Power proporciona a sus compañeras! —La frase"CARNE DE DIABLO" había sido escrita con tinta roja en una de lasmejillas de la muchacha, que pronto recibió una bofetada bastante fuerte, conla piel roja a juego. Esta bofetada ni siquiera fue recibida con el típicochillido patético... parecía que Kobeni estaba empezando a sentirlo de verdad despuésde correrse tantas veces. Pero eso no iba a detener a Power, ni un poco. Porfin había llegado el momento de apagar el furioso fuego que ardía en elinterior del cetro de Power.
La demonio se sentó hasta que suentrepierna quedó alineada verticalmente con la de su compañera. Sin prisa perocon seguridad, sus caderas se movieron hacia delante hasta que la cabezaalcanzó su objetivo. El contacto produjo un ruido de chapoteo que volvió loca aPower. Kobeni, a raíz de esto, simplemente se quedó tumbada y permitió que seaprovechara de ella. Estaba cansada de luchar contra eso, tanto que su cuerponi siquiera podía moverse. El calor insoportable dentro de sus zonas erógenasera demasiado agotador para su estado mental y físico como para poderdefenderse.
—S-Sé... gentil... —Fue su únicapetición. Una que Power no estaba dispuesta a cumplir.
Sin siquiera un reconocimiento de susúplica, el voraz demonio golpeó con ambas manos las caderas de su amante y seagarró a sus michelines, aprovechando esta nueva posición ventajosa paraintroducir su magnífica vara hasta el fondo de aquel necesitado coño. El miembroerecto de Power estaba desaliñado como el resto de su aspecto, con un arbustoprominente y un olor horriblemente fuerte, que presumiblemente estaba excitandoa Kobeni tanto como a ella. Casi inmediatamente después de metérsela, los ojosde Power se abrieron de par en par ante la absoluta estrechez de un coño humanode verdad. ¡Sus manos no eran nada en comparación con esto!
—¡¿P-podría ser...?! ¿He encontradoun recipiente digno de envainar la grandiosa verga demoniaca de Power...!?"Exclamó conmocionada.
Envolvió su polla como una mordaza,cálido terciopelo siendo martilleado hasta darle la misma forma que laintrusión que la asolaba en ese momento. De vez en cuando de oía un chapoteoentre el sonido mucho más fuerte de la piel chocando con la piel, las caderasde Power parecían un pistón con lo fuerte y rápido que chocaban con ese culogordo que lucía Kobeni.
Hablando de Kobeni, por fin empezaba a dejarse vencer por sus impulsos. Esasensación de intenso deseo que había sentido desde que olió la verga de Powerse encontró con una sensación de agonizante satisfacción. Claro, había usadoalgunos juguetes en secreto, ¡pero nunca nada tan grande! Con una familia tangrande como la suya, no había forma de guardar nada más grande que un vibradoro dos. Una verga real con el grosor y la longitud de la de Power era algo a loque pensaba que nunca podría acostumbrarse. Y sin embargo, allí estaba,gimiendo como una perra en celo mientras su adorable vagina virgen era usadacomo un fleshlight.
—¡P-Power...! ¡Hngh...! ¡Ngh...!¡AUGH! —Una sonora bofetada de su dominante compañero arrancó un gemido más fuertede sus cuerdas vocales.
—¡Silencio, bellaca! ¡Ahora sólohablas cuando te hablan! ¡Aprende tu lugar, puta humana! —Fiel a su homónimo,el demonio de sangre estaba en pleno viaje de poder. Una perrita sumisa a laque criar y dominar en todos los sentidos de la palabra hacía maravillas parasu ya enorme ego. Si podía hacer que una chica gimiera su nombre en el calor deun intenso encuentro sexual, ¡no había nada más que no pudiera hacer! Bueno, excepto impedir que ellamisma se corriera, claro..
Un orgasmo que llevaba varios días gestándose inundó el útero de ladesprevenida mujer, parecía que el cetro de Power había lanzado su ataquedefinitivo. La intensidad del torrente de endorfinas que recorrió el cuerpo dePower la hizo caer momentáneamente sobre Kobeni. Pudo volver a levantarse unavez que terminó de dispararle la última de sus cuerdas. Un torrente de semilla dedemonio superior se agolpó en el interior de la hendidura de Kobeni,seguramente repartiendo unos cuantos espermatozoides en uno o dos de los óvulosde la agente.
—Ahhh... ¡Estaba esperando sacar eso!—gritó jovialmente mientras veía que su pene, antes dolorosamente erecto, empezabaa quedarse flácido. La expresión de satisfacción era evidente en su rostro—. Elresto de esta semana, perteneces a Power... ¿entiendes, humano? —El vitriolonormal en la voz de Power había desaparecido.
Estaba claro que Kobeni le estabagustando, aunque solo fuera por su cuerpo. Le gustaba lo suficiente como paraderrumbarse a su lado y rodearla perezosamente con un brazo,
—Está bien... —La mujer respondió débilmente.
La semana que tenía por delante iba aser larga, eso era seguro. Pero por alguna razón... no parecía importarle. Talvez fuera por el olor a polla que le perturbaba la mente, tal vez fuera por elinmenso placer que había recibido... fuera cual fuera que fuera la razón,estaba segura de que podría ser al menos un poco más feliz con Power cerca.Solo había una manera de averiguarlo.
...
[/b]—¡Por favor, más, Maestro Power! ¡Por favor, honremi inferior boca humana con su superior semilla demoniaca! —suplicó Kobeni, conlos ojos llenos de lujuria.
Estaba de rodillas, igual de desnuda que Power, contodo el cuerpo cubierto de semen y un considerable charco goteando de su vaginay culo rellenos. Durante el resto de su semana a solas, Kobeni fue unaauténtica puta adoradora de la verga del demonio de sangre. Su cuerpo consagradoa Power y solo a Power, como demostraban las diversas marcas esparcidas por suforma. En su muslo podía leerse "PERRA DE POWER/POWER'S BITCH", en elotro " AFICIONADA A LA POLLA/FIEND FORCOCK", junto con docenas de marcas que indicaban cuántas cargas habíarecibido, dentro o fuera. Incluso llevaba un collar, cortesía de Meowy, parademostrar esa dinámica de Amo y Mascota con la que ambos se habían plegado.Power, por supuesto, se masturbaba sobre la boca de su amante, decidida a darleesa corrida que tanto ansiaba.
—Tu ama está muy orgullosa de lo puta que te hasvuelto... ¡ngh! —Su voz se entrecorto cuando unos chorros de masa para bebéssalpicaron la boca y la cara de Kobeni. La chica sorbió con avidez todo lo quele brindó. Después de hacerlo, acarició el miembro reblandecido, prácticamenteronroneando de placer. Eso fue hasta que oyó el crujido de la puerta. Aki yDenji entraron en el apartamento sin llamar.
Contemplaron la escena ante ellos en silencio y conla mandíbula floja. El terrible desastre, el semen salpicado por todo el sueloy las paredes, incluso el techo de alguna manera, había que verlo para creerlo.Se formó un largo silenció entre ambas partes mientras se miraban incómodamentedurante lo que pareció una eternidad.
—...Voy a llamar a Makima... —murmuró Aki condesilusión, saliendo de su destrozada casa y caminando abatido por el pasillo.Odiaba estar allí. Realmente lo odiaba.
Fin.
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