Tu prometida y su ex

Era el gran día. Tu novia y tú por fin iban a casarse, planearon por meses la boda. Todo parecía ser perfecto, pero el ex de ella le mandó un mensaje. Quería verla


Tu novia no estaba segura, y a pesar de que faltaban horas para la ceremonia, accedió. Él pasó por ella y fueron a casa de él, en ese momento tu novia no recordaba por qué había terminado con su ex.


A él no le costó mucho tenerla de rodillas, como solía tenerla cuando salían. Ella pasó delicadamente la lengua por la punta de la verga de él. Habían pasado años desde que la había saboreado, su sabor, lo grande que era... No podía compararse con tu pequeño pene.


No lo sabías, pero tu novia recatada se transformaba con una buena verga en la mano. Le encantaba sentir lo duras que se ponían, cómo resbalaban por su garganta. Se sentía tan puta y ahora que estaba vestida de blanco, era aún mejor.



La verga de su ex entró con facilidad, como si ella lo estuviera esperando todo este tiempo.

Encima de una mesa, tu novia era follada como una cualquiera cuando debería estar en una iglesia, jurándote amor y fidelidad.


"Solo una última vez" pensaba tu novia mientras era penetrada por la verga de su macho. No se había dado cuenta de lo desesperada que estaba, de lo fuerte que lo cabalgaba.


Su ex comenzó a acariciar su clítoris y eso hizo que se olvidara de la boda por completo. No se arrepentía de estar contigo, te amaba genuinamente. Pero sí que se arrepentía de ya no haber estado con su ex a tus espaldas como lo hacía ahora, necesitaba estar con un hombre de verdad.


Tu novia deseaba no solo montar a su macho, sino también ser follada por él. Le suplicó y él no la hizo esperar.


Y es que a él le encantaba verla entregada, cuando no podía pensar en nada más que en su placer. En cuanto ella comenzó a tocarse supo que ella estaba teniendo un orgasmo.

Tampoco lo sabías, pero a tu novia le encanta que le acaben en la boquita. Como su ex no estaba invitado a la boda, ella le pidió que si le podía dar su regalo en ese momento.

Al verla tan puta, él no se hizo del rogar. Le encantaba ver a tu novia con la boca llena de leche.


Al terminar, ella estaba feliz. Había cumplido dos de sus sueños, casarse con el amor de su vida y entregar su cuerpo al macho de su vida.