Era un verano caluroso. Estaba trabajando como guía turístico para reunir dinero para la universidad, y recién había acabado mi turno.
Estaba caminando al lado de un Centro de Información Turístico, como lo llamamos aquí, es un sitio bastante grande con oficinas, bibliotecas, distintos pisos, y lo más importante para éste relato, baños públicos. Total, estaba caminando por al lado del Centro, y se me acerca un hombre negro.
Alto, de espalda ancha, de cuerpo musculado, mandíbula firme y ojos verdes imponentes. Iba bastante corto de ropa, así que no dejaba mucho a la imaginación, se le veía casi todo, juraba que no traía bóxer, hasta podía ver el comienzo de los pelos de las pelotas. Me preguntó, "¿tú sabe dónde sta a estación guagua?", con un español bastante básico. Le indiqué dónde estaba, pero decidí acompañarle para que no se perdiera. Durante el camino, hablamos un poco. Me contó que era de Mali, y que había venido a trabajar. Le dije que me llamaba mucho la atención viajar a África y conocer sus países (no se lo dije, pero era obviamente por la fama sobre el tamaño de sus vergas). Me dijo que si me interesaba viajar con él y que le diera mi número. Le contesté con un atrevido y sincero, "¿Por qué? ¿Quieres follar?". Creo que le pilló por sorpresa, pero se lo pensó. "Sólo quero se tú quire", respondió. Así que volvimos para atrás y nos metimos a los baños públicos del Centro.
Una vez dentro, me empezó a besar el cuello y a morderlo. "Yo nunca he stado con chico ante" me dijo. "No importa", le respondí, y le devolví los lametones y los besos. Después, me empotró contra la pared y me desnudó completo, de la cabeza a los pies, con mi pequeño pene goteando y dejando mi ano preparado para recibir a su lengua. Se agachó y empezó con el beso negro, fue increíble. Me desmontaba como un profesional con la lengua, los dedos y los dientes, me sentía en el cielo, pero paró, recibiendo un sonido de queja de mi parte.
"Ahora tú chupa" me dijo. Se bajó los pantalones y salió disparada una polla de unos 26 o 27 cm tranquilamente. Noté cómo mis pupilas se dilataban, y corriendo bajé a mamar. Mientras el negro me follaba la boca, suspiraba y me daba nalgadas en mi ano mojado.
Me levantó en brazos como si nada y me volvió a poner contra la pared, bueno, más bien la puerta de éste baño público. Y volvió a chupar mi ano. Ahora metía un dedo, metió otro rápidamente y a ese ritmo acabé con su puño entero dentro de mi culo. Lo sacó, y metió su larga y gruesa polla de chocolate en mi culo y empezó a follarme sin vergüenza.
No duramos mucho tiempo más. Se corrió en mi culo, se vistió, y se fue, dejándome ahí con el culo lleno de su venida.
Estaba caminando al lado de un Centro de Información Turístico, como lo llamamos aquí, es un sitio bastante grande con oficinas, bibliotecas, distintos pisos, y lo más importante para éste relato, baños públicos. Total, estaba caminando por al lado del Centro, y se me acerca un hombre negro.
Alto, de espalda ancha, de cuerpo musculado, mandíbula firme y ojos verdes imponentes. Iba bastante corto de ropa, así que no dejaba mucho a la imaginación, se le veía casi todo, juraba que no traía bóxer, hasta podía ver el comienzo de los pelos de las pelotas. Me preguntó, "¿tú sabe dónde sta a estación guagua?", con un español bastante básico. Le indiqué dónde estaba, pero decidí acompañarle para que no se perdiera. Durante el camino, hablamos un poco. Me contó que era de Mali, y que había venido a trabajar. Le dije que me llamaba mucho la atención viajar a África y conocer sus países (no se lo dije, pero era obviamente por la fama sobre el tamaño de sus vergas). Me dijo que si me interesaba viajar con él y que le diera mi número. Le contesté con un atrevido y sincero, "¿Por qué? ¿Quieres follar?". Creo que le pilló por sorpresa, pero se lo pensó. "Sólo quero se tú quire", respondió. Así que volvimos para atrás y nos metimos a los baños públicos del Centro.
Una vez dentro, me empezó a besar el cuello y a morderlo. "Yo nunca he stado con chico ante" me dijo. "No importa", le respondí, y le devolví los lametones y los besos. Después, me empotró contra la pared y me desnudó completo, de la cabeza a los pies, con mi pequeño pene goteando y dejando mi ano preparado para recibir a su lengua. Se agachó y empezó con el beso negro, fue increíble. Me desmontaba como un profesional con la lengua, los dedos y los dientes, me sentía en el cielo, pero paró, recibiendo un sonido de queja de mi parte.
"Ahora tú chupa" me dijo. Se bajó los pantalones y salió disparada una polla de unos 26 o 27 cm tranquilamente. Noté cómo mis pupilas se dilataban, y corriendo bajé a mamar. Mientras el negro me follaba la boca, suspiraba y me daba nalgadas en mi ano mojado.
Me levantó en brazos como si nada y me volvió a poner contra la pared, bueno, más bien la puerta de éste baño público. Y volvió a chupar mi ano. Ahora metía un dedo, metió otro rápidamente y a ese ritmo acabé con su puño entero dentro de mi culo. Lo sacó, y metió su larga y gruesa polla de chocolate en mi culo y empezó a follarme sin vergüenza.
No duramos mucho tiempo más. Se corrió en mi culo, se vistió, y se fue, dejándome ahí con el culo lleno de su venida.
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