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De putito a putota...

|[ Relato ficticio ]|


Tomas, así me llamaba antes de empezar esta vida hacia la feminización. Tengo 28 años, pero cuando hasta donde llegué siendo un chico tenía apenas unos meses cumplidos los 20.

Siempre fui alguien delicado, hasta me molestaban a veces por eso. No jugaba mucho con los demás chicos pero por alguna razón siempre me interesaba verlos jugar. Me juntaba con chicas, pues ellas no eran tan bruscas, y eran agradables. A pesar de eso nunca me interesé amorosamente por una mujer.

Ya adulto me di cuenta que me gustaban los hombres, de todo tipo. Me la pasaba pajeándome viendo porno gay, imaginando ser al que se lo follaban. Poco a poco miraba cosas más fuertes; tríos; interracial; diferencia de edades; bdsm; grupal; y cuckolding. Quién diría que me excitaría tanto viendo cómo le eran infiel en la cara a un tipo hetero. Pero siempre me imaginaba que era alguna familiar en la que estaba en su lugar. Sobre todo con la madre, me hacía venir mucho pensar en lo vergonzoso que era que una madre prefería un macho en lugar de su hijo. Además que siempre tuve el pene pequeño, así que de paso probaba jaulas de castidad muy ajustadas, pues me encantaba, y me encanta, venirme con la estimulación anal.

Lentamente me volvia adicto a ver pollas, grandes, pequeñas, gordas, torcidas, peludas. No paraba de morbosear todas esas vergas que me hacían palpitar el culo deseoso de que me desvirgaran de una vez por todas. Las buscaba por internet. Realmente hay muchos penes con solo buscarlos, pero... no era suficiente. Empecé a buscar en redes sociales lugares para gays. Entonces sí pude encontrar muchos tipos con los que coquetear. Estaba encantado viendo como se masajeaban su cosa hasta tirar leche. Pero notaba que no siempre me ponían atención. Pensaba que si fuera mujer sería más sencillo conseguir captar las miradas y piropos de todos esos tipos. Pero mi cuerpo era muy delgado, y no tenía ganas de mentir sobre ser mujer o hombre. Entonces empecé a ejercitarme, con la única razón de recibir atención. Veía bastante porno de feminización mientras me ejercitaba. Hice hasta dietas aconsejado por la misma internet. Y todo dio frutos.

Con unos meses ya tenía un culo redondo y paradito, y ahora sí que sentía como todos esos pervertidos llegaban a desearme. Era tan morbosa la idea que me pasaba horas masturbandome por el culo frente a cámara. Sí, empecé a hacer streams para adultos. Conseguía dinero y de paso recibía la atención que tanto me calentaba.

Con el tiempo sentía más inútil mi pene, pero no me importaba, me encantaba ver como se sacudían mis pelotitas mientras me sentaba en un dildo. También empecé a usar brasier para sentirme más femenina. Ya a ese punto dejé de llamarme Tomas. Ahora me llamo Elizabeth, Elisabeth la puta a los penes.

Solo un año después de eso empecé a salir con alguno que otro tipo. Iba a bares para gays y también moteleaba de vez en cuando. Aún recuerdo la primera vez: fue con un tipo bastante grande con el que aún estoy en contacto, por suerte tenia ya el culo entrenado porque me tuvo en cuatro como una hora con poco descanso. Creo que se esforzo por impresionarme, y me encantó. También estuve con dos chicos a la vez: uno parecía más emocionado por palmearme las bolas y la cara mientras el otro si que estaba encantado metiendomela. Ni hablar de la vez que estuve con un moreno; enorme y bien parado; ambos hicimos click cuando nos conocimos y al coger fue aún mejor, por eso tuvimos sexo muchas veces más y también me ayudó a hacer mucho contenido.

Fueron tiempos muy intensos, en los que calmé la calentura reprimida por años. Lo demás fue cuestión de hormonas y una cirugía para tener una mandibula más femenina. Adoro mis tetitas, y aún conservo mi penecito. Aunque vivo más calmada, eso no quita que de vez en cuando salga a ser una puta completa aún amante de las vergas y muy obediente.

1 comentarios - De putito a putota...

Alfgus117 +1
Que linda putita amor para Papi y hacerte mío