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Me la chupó un viejo

|[ Relato ficticio ]|

Me la chupó un viejo.
Todo inicio con la curiosidad de qué sería tener sexo con un hombre mayor. Bueno, no uno demasiado, pero si uno al que se le noten los años y hasta pueda tener nietos. Yo ya había tenido relaciones sexuales con otros hombres, pero de mi misma edad o poco más jóvenes. A mis 25 años y con mi físico se me da fácil eso, ya que algo serio no es lo mío. Y no es como que tenga un fetiche o trastorno por los viejos, solo me daba curiosidad cada vez que me ponía a pensar en follar con alguien de esa edad, pues la calentura no siempre se irá con los años.

Una de las tantas mañanas que llegaba al taller donde trabajo, mientras me cruzaban esos pensamientos por la cabeza, también se me cruzó la mirada del señor Milton. Su mirada rapidamente se volvió esquiva, haciendo evidente que tenía sus ojos en mí. Por poco lo dejo pasar por alto, pero justamente ese día había despertado con el deseo de experimentar algo nuevo. Me acerqué y le pregunté que como estaba la famila (ya que tiene una mujer y dos hijas hasta donde sabía yo), a lo que el respondió que estaba bien. Siempre sonriente el señor. Curioso por la mirada de antes le pregunté que si necesitaba algo, y me contestó con que no, que estaba bien y que no necesitaba nada. Eso sí, era evidente que el don estaba como apenado. Además había escuchado esos rumores de bromas que Milton pasaba de las viejas, cosa que quería comprobar.

Ya por la tarde casi antes de anochecer salimos todos del trabajo, yo terminé algo sucio como de costumbre, pero antes de irme a lavar las manos por lo menos fui con don Milton, que ya estaba preparándose para irse. Le dije que fueramos a tomar algo, a lo que Milton accedió con gusto. Yo estaba en esqueleto (una camisa sin mangas), y como soy más alto que el señor pude ver como me miraba el cuerpo. Justo ahí supe que ya habia cazado a mi presa. Entre risas le dije que si nunca había visto a un hombre con grasa en las manos. El señor se asustó un poco, pero le tranquilice diciéndole que era broma, pero rematé esa frase comentándole que no me incomodaban sus miradas. Luego de eso lo deje allí nada más para lavarme las manos, esperando no ahuyentarlo para ir a tomar algo. Y cuando volví a la puerta le vi esperándome, pero menos nervioso.

Esa noche le dije que iríamos a un bar distinto y apenas decirle el nombre se le abrieron los ojos. Algo me decía que que él solía visitarla también, pues ese bar era uno para encuentros gays. Y para cuando llegamos estuvo más relajado cada vez, y hasta se le veía sonriendo.

A medida de que conversábamos y tomábamos, al señor se le escapó con una sonrisa que yo le gustaba. Yo levanté una ceja, sonriéndole de vuelta. Además hizo el acercamiento, acariciando mis brazos con sus algo duros dedos pero se notaba que era delicado. Yo que estaba ya con ganas de coger me levante de la mesa y le dije que fueramos a un motel, a lo que Milton de una sola salió de su silla para seguirme. Subimos al mi carro, pero me ganaron las ganas. Me incliné sobre él y empecé a besarlo, coloqué min mano en su nuca con escaso cabello para meterle la lengua en la boca. Él no se contivo tampoco, empezando a manosearme los brazos y la espalda. Luego de un breve momento él me empezó a manosear el culo, pero no quería que se confundiera por lo que lo alejé un poco para abrirme el pantalón y bajarmelo con todo y boxer, dejando salir mi verga ya gorda por la excitación. De una le jale de la nuca y lo puse a chupar. No se resistió para nada, aún cuando se la puse bien hasta el fondo de su garganta. Él solo seguía sorbiendo como puta sedienta. Como me excitaba sentir lo desesperado de ese viejo por atragantárse más. Le pasé la mano por el culo por debajo de su apretado pantalón, pude sentir los pelos que le rodeaban el ojete con mis dedos mientras él seguía mamandomela toda. Quién diría que un hombre de su edad se veía encantado saboreando un pene. El putito solo se sacó mi verga de la boca nada más para ir a comerme los huevos. Se veía como todo un viejo degenerado con mis bolas en la boca mientras tenia mi verga en su cara. Y así duramos un buen rato, yo dedeandole su apretado culo y él dandome placer con su mamada hasta que terminé en su cara, jaja, incluso le llené la calva de mi semen, él solo me seguia lamiendo la verga y pajeándomela.

Realmente esa noche me encantó tratarlo de mi puta, pues ni se opuso sino más bien parecía insitarme a humillarlo. Pero ya quedando satisfecho por ese día le dije que en otra ocasión le daría más "leche", para tenerlo más desesperado para la próxima vez.

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