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A pelo: Siempre me he sentido una nena (parte 1)

Creo que mi tío mientras más tiempo pasábamosjuntos y más veces me poseía para cumplir sus fantasías junto a las mías máscuenta se daba de que mi objetivo era ser una nena, su nena, voy a ser sinceroy decirles que llego un punto en donde ya no era nada de detectives darsecuenta: toda mi ropa era de mujer, incluso mi ropa interior, los programas queveía en la televisión, los perfumes que usaba, mis expresiones, mi cuerpo ydemas, para todo era una nena incluso sin transicional ni nada por el estilo,entonces pase por mis definiciones sexuales pasando de homosexual a pan sexualterminando en definirme como QUEER que es lo que mejor se adapta a lo que soyhoy. Tanto mi tío como todos los hombres con los que estaba acompañaban eseproceso, algunos genuinamente y a otros porque les convenía tener a una putacon pene indefensa y sedienta de sexo casi las 24 horas del día. En ese puntofue en donde mi tío incluso me acompaño en mi sueño de ser bailarina de danzasárabes y pole dancer además de modelo alternativa, cuestiones que en pocosmeses me dio mucho trabajo en nichos privados dentro de subculturas muy ligadasal sexo y las fantasías de lo más exóticas.


Llego un momento en el que todos mis hombreshacían su aporte para convertirme más y más en una verdadera nena, estaban losque me trataban de una manera súper dulce antes del sexo y me hacían losregalos más tiernos del mundo para enmarcar mi fragilidad y aquellos que, porel contrario, estimulaban sus propias fantasías desde la mirada que queríatener de mí misma y su necesidad de someterme, quitándome todo el controlposible sobre mí misma, pero siempre llevándome al límite de lo femenino.


Mi tío era un poco de ambas, pero él ya habíacomenzado a referirse hacia mí siempre como mujer y en contextos específicosera literalmente su mujer o su nena.


Esa tarde, luego de cogerme en el umbral de lapuerta que daba al comedor, él estaba sentado en el inodoro esperando a que yosaliera de bañarme y cuando salí, envuelta en mi toalla me dijo:


El: “Sos mi nenita vos, ¿no?”


Yo: “Si, soy tu nenita”


El: “Ven, arrodíllate delante de mí”


En ese momento me quité la toalla que tapaba micuerpo y fui a hacer exactamente lo que me había pedido, cuando estuve derodillas delante de él tuve el instinto de acercar mis labios a su pantalón,pero él me tomo con sus dos manos el rostro y continuo:


El: “Vas a hacer siempre lo que yo te diga,¿no?”


Yo: “Si amor”


El: “Aunque no te guste o no estés de acuerdo?”


Yo: “Hago lo que me digas”


Luego de eso sonreí y el siguió diciendo:


El: “Mañana nos vamos a pasar el fin de semanacon mis amigos a un hotel y vos vas a venir con nosotros, vas a ser la únicanena del grupo y nos vas a atender a todos”


Yo: “Estas seguro de lo que me estas pidiendo?”


El: “Si, estoy muy seguro. ¿Lo vas a hacer?”


Yo: “Si es lo que vos quieres que haga yo lohago”


El sonrió y me dijo:


El: “Ahora sí, chúpame la pija antes de irnos adormir”


Sonreí, desabroché su pantalón y le chupé lapija hasta tragarme toda su leche en tres tandas.
A la mañana siguiente nos preparamosrápidamente para ir a la casa que mi tío junto a sus amigos había alquiladopara pasar el fin de semana, yo tenía que limpiar, hacer la comida y atenderlosa ellos en lo que quisieran y me pidieran en el momento, mi tío me dijo que eraimportante que no molestara cuando hicieran “cosas de hombres” salvo que ellosme lo permitieran y yo acepte, también me dijo que todos tenían la mismaautoridad conmigo que tenía el siempre, también lo acepte.


Llegamos al lugar y fuimos los primeros dos,antes que todos los demas que en teoría iban a ser entre ocho y diez amigos quehabía invitado con los que iban a comer un asado, tomar e irse a pescarprobablemente, era una salida de amigos por lo que esposas no estabanpermitidas, la única nena era yo.


Cuando llegamos mi tío me dio un remeron grandeque me llegaba casi hasta las rodillas y una tanga blanca, me dijo que eso eralo único que tenía permitido usar salvo que se pusiera más frio, sino no. Comosiempre, yo sonreía porque me parecía divertido, pero todos mis impulsos másanimales y de mujer estaban al rojo vivo con esos simples actos y órdenes.


Pensé que iban a ser los amigos con los cualesél se juntaba siempre pero no, cuando llegaron me di cuenta de que solo conocía auno, con el que habíamos ido a pescar aquella vez y con el cual nos habíamosdivertido casi en secreto, él fue el primero que llego a saludarme, pero todosse dispararon a hacerlo apenas me vieron, algunos me saludaron con la mano yotros con abrazos y besos que se deslizaban a veces por demas cerca de loslabios. 


Todos terminaron de acomodarse en sus lugares yluego comenzaron a armar para hacer el asado, de eso no me encargaba yo porqueeran cosas de hombres, pero si tenía que servirles los tragos y los snacks, conel paso del tiempo, la confianza y el alcohol a la hora siguiente ya estabantodos un poquito más cariñosos, cada vez que yo me acercaba a alguno de ellos aservirlo sus manos se deslizaban por alguna parte de mi cuerpo, incluso a vecesy sin ser vistos supuestamente, tocaban mi cola, apretándola o acariciándolagentilmente, las primeras veces me sorprendió y luego ya me adapte, sonreí eincluso esperaba a lo que hicieran.


En un momento en particular mi tío me llamopara que me siente en su falda, yo estaba terminando de servir el fernet yluego me senté en donde el me había dicho, nos besamos y mientras me acariciabamis piernas hablaban de cómo solucionar los problemas económicos del mundo, no sési fue mi percepción en ese momento, pero todos me miraban como devorándome,pero se hacían los tontos cada uno a su modo.
Uno de ellos tomo el ultimo sorbo de whisky quele quedaba en el vaso, se levantó y me pidió que lo acompañara a hacer lasensaladas, yo le dije que no había drama y que ya las hacia yo, pero insistió ymi tío me dijo que vaya, me adelante, pero logre escuchar que el amigo le dijoa mi tío al pasar antes de entrar conmigo: “Te la uso un ratito” y losmurmullos no se hicieron esperar.


Encare para la cocina, pero él me tomo de lamano y me llevo al baño, me tomo del cuello y me beso antes de directamentepedirme: “Chúpame la pija putita” luego de lo cual yo me arrodille ante él y cumplíordenes más rápido de lo que yo hubiera querido porque cuando recién estabacomenzando a disfrutar del sabor de su palo me levanto del suelo, me pusocontra la pared, me corrió la tanga y me cogió a pelo, si no grite fuesimplemente porque el tapo mi boca con su mano, porque también gemí fuerte deplacer cuando aplasto con su otra mano mi pene de mujer...

A pelo: Siempre me he sentido una nena (parte 1)

1 comentarios - A pelo: Siempre me he sentido una nena (parte 1)

alfgus116 +2
Muy puta amor



Sexo anal
LaBrujitaSensual
Como no serlo amor, tu cuerpito me trae buenos recuerdos y muchas ganitas!