Desde hace un tiempo me había interesado el porno gay y empecé a sentir curiosidad de como sería ser cogido por un hombre, a pesar de sentir que era hetero me puse a buscar páginas y grupos gay para poder encontrar a alguien que cumpliera esa fantasía.
Después de mucho buscar y varias personas que no me convencieron conocí a un maduro de 48 años de 1.80m con algo de peso extra, pero tenía un gran pene, largo y venoso; así que decidí que ese sería el hombre que me quitaría la virginidad. Estaba muy nervioso y con la casa sola todo el día así que lo acordamos vernos en mi casa lo más pronto posible.
Cuando llegó el día estaba muy inseguro de como sería, ya que no había tenido relaciones amorosas con mujeres antes, además de que había una buena diferencia de tamaño (mido 1.50) pero ya no había marcha atrás, me llamó para que fuera a recibirlo (vivo en un departamento en un piso alto) y fue muy difícil pero lo saludé y empezamos a subir las escaleras, tratamos de conversar un poco antes de entrar pero yo estaba muy incomodo.
En cuanto cerré la puerta y me aseguré de que estuviera cerrado me acerque a él, que se había quedado parado y me empezó a besar apasionadamente; no había tenido mi primer beso y se sentía extraño tener su lengua en mi boca, pero no me resistí, en ese momento el podía hacer lo que quisiera conmigo. Me siguió besando mientras poco a poco y gentilmente me desnudaba y acariciaba el cuerpo, agarraba mi culo con firmeza y me daba una que otra nalgada, sin darme cuenta los dos ya estábamos desnudos y el dirigió mi mano hacia su miembro.
Le empecé a masturbar mientras lo besaba, poco a poco me acostumbraba a sentirlo en la mano y fui más rápido, se sentía muy natural, continuamos así por un rato hasta que me dijo que em pusiera de rodillas y besara su pene, así que lo hice con cuidado y me lo puse en la boca mientras sentía su mano sobre mi cabeza empujándome para que me la tragara toda; sentí que me ahogaba y trate de aguantarlo lo más que pude hasta que tuve hacerme hacia atrás.
Volví a chuparlo y aunque pensé que me ahogaría me estaba empezando a gustar mucho sentirlo en mi garganta, era muy adictivo y el seguía empujando mi cabeza mientras iba agarrando un buen ritmo estuve chupándolo por tal vez 10 minutos, pero se sentía eterno y no quería que se acabara, aunque me pidió que parara de chupar, ya era hora de que me la metiera y entregar mi virginidad.
Me puse en cuatro en el sillón de perrito y el tocaba mis nalgas con su pene para que me fuera preparando, después de lubricarse bien y calmarme estaba listo, poco a poco sentía como entraba en mi culo (me lo hizo a pelo, sin condón) estaba muy apretado, era una sensación muy extraña y excitante, nunca me había sentido tan bien, mientras se movía el pacer aumentaba, estaba chorreando algo de semen sin darme cuenta. El se movía excelente y no pude evitar gemir como putita, seguía y seguía moviéndose hasta que después de varios minutos muy intensos y placenteros, se vino en mi culo y yo sentía su lechita en mi culo.
No he vuelto a verlo pero, me encantaría que alguien me vuelva a coger así, soy una puta adicta al pene.
Les dejo una foto de como me quedó el culo ese día
Después de mucho buscar y varias personas que no me convencieron conocí a un maduro de 48 años de 1.80m con algo de peso extra, pero tenía un gran pene, largo y venoso; así que decidí que ese sería el hombre que me quitaría la virginidad. Estaba muy nervioso y con la casa sola todo el día así que lo acordamos vernos en mi casa lo más pronto posible.
Cuando llegó el día estaba muy inseguro de como sería, ya que no había tenido relaciones amorosas con mujeres antes, además de que había una buena diferencia de tamaño (mido 1.50) pero ya no había marcha atrás, me llamó para que fuera a recibirlo (vivo en un departamento en un piso alto) y fue muy difícil pero lo saludé y empezamos a subir las escaleras, tratamos de conversar un poco antes de entrar pero yo estaba muy incomodo.
En cuanto cerré la puerta y me aseguré de que estuviera cerrado me acerque a él, que se había quedado parado y me empezó a besar apasionadamente; no había tenido mi primer beso y se sentía extraño tener su lengua en mi boca, pero no me resistí, en ese momento el podía hacer lo que quisiera conmigo. Me siguió besando mientras poco a poco y gentilmente me desnudaba y acariciaba el cuerpo, agarraba mi culo con firmeza y me daba una que otra nalgada, sin darme cuenta los dos ya estábamos desnudos y el dirigió mi mano hacia su miembro.
Le empecé a masturbar mientras lo besaba, poco a poco me acostumbraba a sentirlo en la mano y fui más rápido, se sentía muy natural, continuamos así por un rato hasta que me dijo que em pusiera de rodillas y besara su pene, así que lo hice con cuidado y me lo puse en la boca mientras sentía su mano sobre mi cabeza empujándome para que me la tragara toda; sentí que me ahogaba y trate de aguantarlo lo más que pude hasta que tuve hacerme hacia atrás.
Volví a chuparlo y aunque pensé que me ahogaría me estaba empezando a gustar mucho sentirlo en mi garganta, era muy adictivo y el seguía empujando mi cabeza mientras iba agarrando un buen ritmo estuve chupándolo por tal vez 10 minutos, pero se sentía eterno y no quería que se acabara, aunque me pidió que parara de chupar, ya era hora de que me la metiera y entregar mi virginidad.
Me puse en cuatro en el sillón de perrito y el tocaba mis nalgas con su pene para que me fuera preparando, después de lubricarse bien y calmarme estaba listo, poco a poco sentía como entraba en mi culo (me lo hizo a pelo, sin condón) estaba muy apretado, era una sensación muy extraña y excitante, nunca me había sentido tan bien, mientras se movía el pacer aumentaba, estaba chorreando algo de semen sin darme cuenta. El se movía excelente y no pude evitar gemir como putita, seguía y seguía moviéndose hasta que después de varios minutos muy intensos y placenteros, se vino en mi culo y yo sentía su lechita en mi culo.
No he vuelto a verlo pero, me encantaría que alguien me vuelva a coger así, soy una puta adicta al pene.
Les dejo una foto de como me quedó el culo ese día
2 comentarios - Mi primera vez con un maduro