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El colectivero me hizo un gran favor

Hace no mucho tiempo me tome unas vacaciones detodo, cuando digo todo es absolutamente todo, simplemente quería pasar el ratocon mis amigos y amigas y dormir, solo eso, al punto de ni siquiera querer vera mi familia para nada, solo buscaba descansar y divertirme.


Parte de todo este descanso que quería tomarmeeran hacer pijamadas con mis amigas en casa, que se las debía desde hacía yamucho tiempo o salidas a boliches nuevos de la ciudad y demas, mis amistadesapenas supieron que me tomaba un descanso de todo no se demoraron enorganizarme mil y una actividades para despejar la mente porque supuestamente todavíayo estaba en “duelo” por mi última pareja poli amorosa, algo que yo ya había superadoincluso antes de que se fueran pero bueno, la intensión es lo que realmentecuenta.


Salimos entonces aquella noche a un nuevoboliche en la ciudad, uno que llamaba la atención de muchos por lo que había queir temprano sino no dejaban ingresar, nosotros entonces llegamos, logramosingresar a pesar de que nos demoramos porque comenzamos a tomar en casa ysalimos así. Fuimos con amigos hombres también para que nos cuiden toda la nochepor si pasaba algo (si, ya sé que yo técnicamente soy hombre, pero para misamistades siempre he sido una nena más del grupo y me cuidan igual o incluso aveces un poco más que a las chicas, privilegios).  


Cuestión es que entramos, la noche avanzabajunto a la mejor música electrónica que escuche en mi vida y alcohol quellegaba de todos lados, mis amigos, el personal del boliche y chicos quebuscaban conquistarnos de alguna manera y bailar con nosotras. Los hombres son así,animalitos deliciosos, pero animalitos al fin.


No tengo ni idea con cuantos baile finalmente,pero sí sé que me besaron varios, que muchos otros se cansaron de manosearme yde apoyarme el bulto mientras pasaban, incluso uno que otro me tomo fuerte dela mano con la intención de llevarme al baño para cogerme a lo cual no accedípor no dejar a mis amigos solos y que se asusten, solo en un momento en dondetuve que ir al baño uno me tomo por detrás, me beso el cuello y bajo mispantalones para cogerme a pelo y rápido, cuando quise bajar a hacerle un pete(a riesgo de vomitarle toda la pija) un patovica del lugar nos sacó cagando yme miro con ganas de comerme entera pero no lo hizo, me dejo ir y al muchachoque me había avanzado tan rico no lo vi más.


Para esas alturas yo ya no tenía ni idea de la hora,pero cuando salí del baño me di cuenta de que había mucha menos gente quecuando había entrado, me dolía un poco la cola evidenciando que el hombre habíaentrado en mi más fuerte de lo que sentí en ese momento de frenesí, pero bueno,tampoco era imposible de andar. La cuestión es que mis amigos no estaban y envez de quedarme lo primero que se me ocurrió fue salir del boliche y tomarme elprimer colectivo que pasara por aquel lugar ya que, de verdad, no me dabaconfianza estar solo ahí, aunque ahora que lo pienso era más elacostumbramiento a que me sobreprotejan que el peligro real ya que nadie ibacon ganas de hacerme nada malo, sino todo lo contrario. Me subí entonces al colectivoy entre el aire del exterior y el vaivén del vehículo sumado al alcohol ensangre que no era poco me terminé durmiendo ahí mismo, cuando me desperté estabasolo en la punta de la línea con el chofer bajándose.


En ese momento si me asuste y de la sensación seme paso bastante el estado en el que estaba, corrí al señor gordo, pelado, deestatura media y vestido formal para decirle que por favor me saque de ahí yque no tenía idea de donde estaba, el de mala gana me respondió que su trabajoya había terminado y que no molestara, siempre que terminaba una frase me decía“nena”, no sé si habra sido por mi atuendo de ese día, pero me llamo la atenciónque se diera cuenta.  


Lo tome de la mano y le dije que iba a hacer loque me pida para que me haga ese favor y lo que me pidió fue plata, pero…no la plataque sale un boleto de colectivo o dos, sino mucha, pero mucha plata la cualevidentemente yo no tenía encima, ante mi negativa él sonrió y siguió queriéndosebajar del colectivo en medio de ese predio absolutamente solitario y tenebroso.


¡Por favor! Le volví a suplicar y quizás apretéun poco más fuerte su mano por lo que se dio vuelta quedando frente a mí y me tomodel cuello, le dije que si le gustaban las nenas yo podía hacerlo disfrutarmucho si me hacia el favor, a esas alturas mis ojos ya estaban lagrimeando unpoco.


Me empujo de tal manera que me caí al suelo, enel pasillo del vehículo, él se giró hacia su asiento y apago todas las lucesdel mismo después de cerrar la puerta de ingreso, volvió hacia mí y me volvió atomar del cuello sin hablar absolutamente nada, simplemente me arrodillo ante ély bajo sus pantalones luego de desabrochar su cinto y ponerlo como una correade perro en mi cuello, con su pene coloriendo en frente mío, el cual era detamaño promedio, comencé a lamerlo, primero sus testículos mientras el golpeabacon su miembro mi cara, luego subir con mi lengua por todo su tronco y cuandoya estuvo lo suficientemente babeado todo lo metí en mi boca, al principio nome gusto porque claramente estaba sucio y probablemente se había cogido aalguien más hacia poco pero luego ya me acostumbre a ese sabor que comenzó aderramarse como miel por toda mi boca. Yo sabía que debía darlo todo, comosiempre, pero quizás de eso ahora dependía mi vida. Claramente él estabadisfrutando mucho de mi trabajo, pase de estar de rodillas ante el a sentarmeen un asiento de pasajero, pero haciendo la misma acción, ya estaba todochorreado de fluidos, pero él estaba intentando desnudarme como podía hasta quelo logro, claramente era un macho que vio a una hembra desnuda y entregada a élpara que hiciera lo que quisiera. Me paro en frente de él, me beso, me giro yme pego un chirlo en la cola para que me fuera al asiento largo del fondo, esohice y no tuve siquiera tiempo de recostarme que él ya estaba penetrándome, mientrasmasajeaba mis tetitas, yo gemía como la más puta de las putas en ese momento ycada vez que lo hacía le gemía en el oído y le pedía que me cogiera más y más,lo cual le daba mucha potencia. No sé cuánto tiempo estuvimos, pero cuando meacabo en la cola vi que algo de luz ya se estaba asomando por el horizonte.


Quedo sentado destruido en el asiento en el quecogimos y yo me pose sobre su gran panzona de gordo de mierda hediondo, y mequede jugando un rato con su pene ya flácido, ahora ya nada me molestaba en ély cuando le pregunte si me iba a dejar en mi ruta como me había prometido fuemucho más amable que antes al contestarme que me iba a dejar en mi casa, yo lo agradecísabiendo que en el futuro la plata con la que el intento chantajearme yo se laiba a cobrar un montón de veces más y él no se iba a negar en lo absoluto.

El colectivero me hizo un gran favor


Al otro día llamé a mis amigos enojado porqueme habían dejado solo, pero ellos me dijeron que no hicieron eso, sino que mevieron salir solo del boliche y cuando me buscaron no me encontraron sepreocuparon mucho, tuve que pedir perdón yo al final de todo y solo me quedouna linda pero turbia anécdota para contarles.

sexo duro

3 comentarios - El colectivero me hizo un gran favor

elbotika +1
O me importaría ser tú chófer especial putita
LaBrujitaSensual
Me encantaria mi amor. Que me harias?
elbotika +1
@LaBrujitaSensual intentar que cada vez que te sientes te acuerdes de mí y sabes porque lo digo.
LaBrujitaSensual
Que rico, mi asiento favorito.
Contame mas amor...
GIEGUI +1
Me encantaría que me pasara algo asi
IvanSuke666
Buen relato me calientan los gordos :3