Esclavo del amor. Dame más.

Me había convertido en un putito adicto al sexo con otros hombres. Sobretodo me gustaba ser poseído por hombres grandes, arriba de los 30, eran tipos decididos y "le ponían onda". Por alguna razón, esos varónes a los que había espiado mientras cogían con sus hembras bien crudo, se ponían dóciles, tiernos y cuidadosos conmigo. Se tomaban "su tiempo" y atentos a mi fragilidad juvenil me trataban con cuidado y dulzura. Esos peleadores de potrero, chongazos de barrio, curtidos y laburantes; me metían en sus camas y me daban permiso para tomar toda su intimidad varonil. No eran bisexuales, no eran putos tapados; eran hombres comunes con ganas de coger y yo era "su minita", la novia de trampa, para coger sin compromiso.






Les puedo jurar que cuando alguno de ellos me invitaba a "la prueba de amor", en mi cabeza solo aparecía la idea fija de complacer a ése varón que me hacía suyo.





Podía sentir como el agujero de mi cola se dilataba cuando las cabezas de esas pijas se apoyaban calientes de fiebre, en mi mente la sola idea de sentir como me penetraban bastaba para obviar el dolor y disfrutar todo el vigor potente de esas chotas negras y cabezudas que practicaban sexo conmigo.







Yo era un peque, sí... Pero ellos no me obligaban a nada; al contrario, era el que buscaba la ocasión de tenerlos indefensos después de una buena borrachera. El putito promiscuo y salvaje, se metía entre las piernas de sus mayores y les usaba la verga, los huevos y todo lo que se diera en ése estado de inconciencia donde eran víctimas de mi hambre de pija sin importar que eran mis familiares. Mis tres tíos y el primo de mi viejo fueron víctimas de mis abusos nocturnos, cuando se caían de la curda, los ayudaba a irse a dormir, y esperando escuchar como roncaban los desvestía tumbados sobre la cama, hasta dejarlos solo con el boxer o slip; cuando los oía roncando; retiraba un costado de la ropa interior y me dejaba a la vista toda la hombria de esos tipos cojudos, al rato de ver, me engullia toda la cabeza de la chota, degustando el sabor a machito, sabor a carne viva, hormonas y huevos...