Había salido de tomar exámenes tipo 20 horas. Subí al auto para dirigirme a casa; siempre voy escuchando música porque me distrae. En el semáforo de avenida Libertad y San Juan para un auto al lado del mío. Como de costumbre suelo mirar. Era un hombre de mediana edad (le calculaba 45 o 50 años), barba, gorrito. Me mira y se sonríe. Me puse nervioso, miré el semáforo y todavía estaba en rojo. Lo vuelvo a mirar y me estaba viendo. Un bocinazo me indica que tengo que avanzar. Sigo por la avenida Libertad; miro por el espejo retrovisor y veo que el auto está detrás de mí. La verdad estaba un poco nervioso y excitado por la situación. En principio no sabía qué hacer.
Se me ocurrió doblar a la derecha para zafar. Pero el auto también giró. A las dos cuadras frené y estacioné. Mi corazón palpitaba a mil y se aceleró más cuando por el espejo retrovisor vi que el tipo bajaba de su auto y se dirigía hacia mí. No sé si a alguno le pasó tener esas ganas de escaparse de una situación pero quedarse inmóvil al mismo tiempo…. Eso fue lo que me pasó.
Bajé la ventanilla, se acercó y me dijo: “Soy Sergio. Tenes ganas de tomar un café?” sólo me salió un “hola…. Soy Alejandro”. Me transpiraban las manos y el corazón parecía que me iba abandonar. Volvió a sonreír como cuando estábamos parados en el semáforo y me di cuenta que no había respondido su pregunta. Enseguida le dije “dale”.
“Te animas a ir a mi departamento? – me preguntó. O preferís ir a una cafetería”.
Ya estaba jugado….y además muy excitado por la situación. En realidad ni había mirado bien a Sergio más allá de su cara. No me parecía muy bonito pero era un tipo interesante, con facciones muy masculinas y a la vez dulce.
Para no hacer el relato muy largo, les cuento que acepté ir a su departamento. Lo seguí como 15 minutos; la verdad es que estaba medio desorientado (no porque no conocía el lugar sino porque estaba pensando a mil lo que estaba haciendo).
Llegamos a su departamento (después me di cuenta que habíamos vuelto cerca del centro). Bajé del auto. Ahí lo vi realmente por primera vez. Era un poco más alto que yo, con pancita como yo, estaba con un jean y una camisa. Daba la sensación de tener un buen culo.
Subimos por el ascensor; Sergio me hacía las preguntas típicas: a qué me dedicaba, si estaba en pareja, de donde venía y yo le repreguntaba lo mismo.
Dentro del departamento me volvió a ofrecer café pero preferí algo fresco. Me sirvió gaseosa y me invitó a sentarme en un sofá. Hablamos un buen rato, me contó que era arquitecto, separado, con 2 hijos adolescentes, que había experimentado con un hombre por primera vez hacía más de un año y que le había gustado. Que tenía un amigarche y después lo de siempre: que le gusté cuando me vio, que nunca imaginó que se iba a dar la situación y que estaba dispuesto a pasar un buen momento. Por supuesto yo le conté mi experiencia (no toda porque si no lo iba a espantar ja ja) y en un momento se acercó y me dio un beso suave en la boca. Su perfume me envolvió totalmente, volvió a besarme suavemente y después nos comimos la boca durante un tiempo largo.
Nos dirigimos a su habitación; nos empezamos a desnudar mutuamente…. Cuando vi su pecho velludo no pude resistir acariciarlo y besarle las tetillas. Me agarró la cara y me besó profundamente. Nos abrazamos, me bajó el pantalón y el bóxer y yo hice lo mismo con él. Ambos estábamos muy excitados, erectos, nos abrazamos y juntamos nuestras pijas, frotándonos y acariciándonos. Me tomó el culo con ambas manos y me dijo al oído “quiero cogerte ya”….
Nos acostamos, hicimos un 69 mientras le chupaba la pija me comenzó a lamer el culo… esa sensación es insuperable. No tenía una pija grande pero sí gruesa, lo que siempre es un problema ya que son más complicadas para la penetración. Estuvimos así durante un largo rato. Me chupó la pija de tal forma que le tuve que pedir que pare porque no quería acabar.
Me acomodó boca arriba, me puso una almohada bajo la cintura y las piernas en sus hombros y comenzó a ponerse el preservativo con lubricante. Yo estaba super excitado, listo para recibirlo y después de un intento ya lo tenía adentro. Comenzó suave, mientras me besaba y me acariciaba; yo estaba en el limbo, disfrutando, manoseando su pecho velludo, besándolo cuando comenzó a darme más fuerte. Sentía como su pija salía de mi culo y volvía a entrar con fuerza. Hacía mucho que no disfrutaba así…. Me hizo acordar a mi jefe rugbier como cogía….. de repente me la sacó y me giró, me puso de costado y se puso atrás, en cucharita, y me volvió a ensartar. Me cogió así durante varios minutos, mientras me acariciaba y me masturbaba. En el oído me preguntó: “donde queres la lechita?” En mi boca, le contesté….. un minuto más tarde me la sacó, se quitó el forro apurado y me lanzó la leche en mi boca… no fue mucha pero si espesa. Automáticamente me besó y compartimos su semen.
Yo todavía no había acabado. Sergio se dio cuenta y comenzó a mamarme la pija con desesperación. Ahora él me pidió que le diera la leche en su boca. No tardé nada en acabar y volvimos a besarnos mezclando nuestros sémenes.
Nos quedamos tendidos boca arriba en la cama, acariciándonos suavemente, preguntándonos si lo habíamos pasado bien. Me ofreció algo fresco. Le pedí poder darme una ducha.
Ya eran como las 22 horas y yo debía volver a casa. Nos pasamos el celular. Me dijo que quería repetirlo.
Cuatro días después me mandó un mensaje para ver como estaba. Nos mensajeamos durante varios días.
De esto hace más de una semana. Ya quedamos en encontrarnos después de las fiestas porque estaba con sus hijos.
Si les gustó mi experiencia comenten.
Saludos desde Mardel.
Se me ocurrió doblar a la derecha para zafar. Pero el auto también giró. A las dos cuadras frené y estacioné. Mi corazón palpitaba a mil y se aceleró más cuando por el espejo retrovisor vi que el tipo bajaba de su auto y se dirigía hacia mí. No sé si a alguno le pasó tener esas ganas de escaparse de una situación pero quedarse inmóvil al mismo tiempo…. Eso fue lo que me pasó.
Bajé la ventanilla, se acercó y me dijo: “Soy Sergio. Tenes ganas de tomar un café?” sólo me salió un “hola…. Soy Alejandro”. Me transpiraban las manos y el corazón parecía que me iba abandonar. Volvió a sonreír como cuando estábamos parados en el semáforo y me di cuenta que no había respondido su pregunta. Enseguida le dije “dale”.
“Te animas a ir a mi departamento? – me preguntó. O preferís ir a una cafetería”.
Ya estaba jugado….y además muy excitado por la situación. En realidad ni había mirado bien a Sergio más allá de su cara. No me parecía muy bonito pero era un tipo interesante, con facciones muy masculinas y a la vez dulce.
Para no hacer el relato muy largo, les cuento que acepté ir a su departamento. Lo seguí como 15 minutos; la verdad es que estaba medio desorientado (no porque no conocía el lugar sino porque estaba pensando a mil lo que estaba haciendo).
Llegamos a su departamento (después me di cuenta que habíamos vuelto cerca del centro). Bajé del auto. Ahí lo vi realmente por primera vez. Era un poco más alto que yo, con pancita como yo, estaba con un jean y una camisa. Daba la sensación de tener un buen culo.
Subimos por el ascensor; Sergio me hacía las preguntas típicas: a qué me dedicaba, si estaba en pareja, de donde venía y yo le repreguntaba lo mismo.
Dentro del departamento me volvió a ofrecer café pero preferí algo fresco. Me sirvió gaseosa y me invitó a sentarme en un sofá. Hablamos un buen rato, me contó que era arquitecto, separado, con 2 hijos adolescentes, que había experimentado con un hombre por primera vez hacía más de un año y que le había gustado. Que tenía un amigarche y después lo de siempre: que le gusté cuando me vio, que nunca imaginó que se iba a dar la situación y que estaba dispuesto a pasar un buen momento. Por supuesto yo le conté mi experiencia (no toda porque si no lo iba a espantar ja ja) y en un momento se acercó y me dio un beso suave en la boca. Su perfume me envolvió totalmente, volvió a besarme suavemente y después nos comimos la boca durante un tiempo largo.
Nos dirigimos a su habitación; nos empezamos a desnudar mutuamente…. Cuando vi su pecho velludo no pude resistir acariciarlo y besarle las tetillas. Me agarró la cara y me besó profundamente. Nos abrazamos, me bajó el pantalón y el bóxer y yo hice lo mismo con él. Ambos estábamos muy excitados, erectos, nos abrazamos y juntamos nuestras pijas, frotándonos y acariciándonos. Me tomó el culo con ambas manos y me dijo al oído “quiero cogerte ya”….
Nos acostamos, hicimos un 69 mientras le chupaba la pija me comenzó a lamer el culo… esa sensación es insuperable. No tenía una pija grande pero sí gruesa, lo que siempre es un problema ya que son más complicadas para la penetración. Estuvimos así durante un largo rato. Me chupó la pija de tal forma que le tuve que pedir que pare porque no quería acabar.
Me acomodó boca arriba, me puso una almohada bajo la cintura y las piernas en sus hombros y comenzó a ponerse el preservativo con lubricante. Yo estaba super excitado, listo para recibirlo y después de un intento ya lo tenía adentro. Comenzó suave, mientras me besaba y me acariciaba; yo estaba en el limbo, disfrutando, manoseando su pecho velludo, besándolo cuando comenzó a darme más fuerte. Sentía como su pija salía de mi culo y volvía a entrar con fuerza. Hacía mucho que no disfrutaba así…. Me hizo acordar a mi jefe rugbier como cogía….. de repente me la sacó y me giró, me puso de costado y se puso atrás, en cucharita, y me volvió a ensartar. Me cogió así durante varios minutos, mientras me acariciaba y me masturbaba. En el oído me preguntó: “donde queres la lechita?” En mi boca, le contesté….. un minuto más tarde me la sacó, se quitó el forro apurado y me lanzó la leche en mi boca… no fue mucha pero si espesa. Automáticamente me besó y compartimos su semen.
Yo todavía no había acabado. Sergio se dio cuenta y comenzó a mamarme la pija con desesperación. Ahora él me pidió que le diera la leche en su boca. No tardé nada en acabar y volvimos a besarnos mezclando nuestros sémenes.
Nos quedamos tendidos boca arriba en la cama, acariciándonos suavemente, preguntándonos si lo habíamos pasado bien. Me ofreció algo fresco. Le pedí poder darme una ducha.
Ya eran como las 22 horas y yo debía volver a casa. Nos pasamos el celular. Me dijo que quería repetirlo.
Cuatro días después me mandó un mensaje para ver como estaba. Nos mensajeamos durante varios días.
De esto hace más de una semana. Ya quedamos en encontrarnos después de las fiestas porque estaba con sus hijos.
Si les gustó mi experiencia comenten.
Saludos desde Mardel.
3 comentarios - Sorpresa en el semàforo (relato gay)