Pecado capital, la pija de Dios

En catecismo mientras aprendía los mandamientos y los pecados, no podía dejar de pensar en sexo y en el tamaño de cada una de las pijas de los hombres que me rodeaban; incluso la imagen de Jesús semidesnudo me excitaba

Era mi deporte favorito mirar bultos y tratar de averiguar la forma y el tamaño de esos paquetes que veía










Andaba de buscon y mirón entre los tipos grandes esperando que se descuidaran para relojearles la forma de la verga














Cuando se daban cuenta de que yo era un putito travieso y mirón, tarde o temprano se hacían maña para hacerse chupar la pija




Me gustaban más los tipos grandes porque no tenían prejuicios a la hora de coger.