Desde el Chaco mi príma de la infancia me rogába por messenger que hiciera el favor de darle asílo "hasta que se acomodaran" a sus híjos gemélos Juan Pablo y Mariáno , "el máyo y el bóli" qué venían a probar suerte a la escuéla de policía . No podía negarme, pero tampóco quería resignarme a perder la libertad de convertir mi casa en una orgía cada fin de semána...
Mi prima no tenía idéa de mi vida en ese moménto y me confiába a un par de varónes adolescentes recién recibídos, paisános inocentes que no tenían idéa de dónde "venían a parar"... De tódos módos para mi era un bajón... no sabía convivir con gente fuera "del palo" del sexo, la pája, el porno y los placéres entre adúltos
Así que apénas llegáron, sin reparar en su aspécto los acomodé en la habitación de servicio y les dí las instrucciónes de "convivencia"... cada fin de semána sin importar náda, debían encerrarse en su habitación sin salir por nada del mundo.
Los "paisánitos gringo" obedientes y sumísos siguieron mis órdenes hasta darse cuenta de que "el tio abuélo" era un gay pajéro, mirón e insaciable que cada finde organizába fiestas que terminában en orgías hermósas donde hombres, mujéres, gays y travestis cojían sin repáros.
Fué asi que ese par de pendéjos se pusieron "pillos" con el tio que los bancába y pusiéron esas vergas ricas y virgochas a disposición de los invitados de la casa; para solventar los gastos de estadía.
Mi prima no tenía idéa de mi vida en ese moménto y me confiába a un par de varónes adolescentes recién recibídos, paisános inocentes que no tenían idéa de dónde "venían a parar"... De tódos módos para mi era un bajón... no sabía convivir con gente fuera "del palo" del sexo, la pája, el porno y los placéres entre adúltos
Así que apénas llegáron, sin reparar en su aspécto los acomodé en la habitación de servicio y les dí las instrucciónes de "convivencia"... cada fin de semána sin importar náda, debían encerrarse en su habitación sin salir por nada del mundo.
Los "paisánitos gringo" obedientes y sumísos siguieron mis órdenes hasta darse cuenta de que "el tio abuélo" era un gay pajéro, mirón e insaciable que cada finde organizába fiestas que terminában en orgías hermósas donde hombres, mujéres, gays y travestis cojían sin repáros.
Fué asi que ese par de pendéjos se pusieron "pillos" con el tio que los bancába y pusiéron esas vergas ricas y virgochas a disposición de los invitados de la casa; para solventar los gastos de estadía.
0 comentarios - "El Mayo y El Boli", juégo de róles.