Con mi primo Sebastián, nos veíamos en forma bastante regular. Pero era mucho más interesante cuando él se quedaba solo en su casa, porque podíamos aprovechar para hacer más cosas.
Casi siempre nos pajeabamos mirando videos porno, cada tanto alguno de los dos se animaba a chupársela al otro como habíamos hecho antes. Pero cuando sabíamos que mis tíos iban a llegar tarde del trabajo, era casi un acuerdo tácito de aprovechar la tarde para coger.
Casi siempre Sebastián era pasivo, porque le encantaba como lo cogía y me pedía más y más.
Pero a veces hacíamos un rato cada uno. La primera vez que me cogió fue raro. Sentir la pija de mí primo adentro y ver cómo bombeaba mirándome fijo a la cara con cara burlona y de placer era exitante y culposo al mismo tiempo.
Asi pasaron varios meses, yo casi todas las semanas iba a verlo. No siempre había sexo, porque también iban sus amigos a la casa. Esos días nos pasábamos toda la tarde y a veces la noche jugando a la Play.
Igualmente aunque estuvieran sus amigos, Seba se las arreglaba para hacer gestos o tocarse disimuladamente mientras me miraba fijo para incomodarme.
Al verano siguiente, el día anterior a mí cumpleaños decidí ir a su casa, pensando que nos podíamos pajear juntos y quizás algo más. Pero cuando llegué, ya estaba instalado en el living uno de sus amigos, Tomás. Me caía bien, pero su presencia arruinó todos mis planes.
Sebastián me dijo que si quería me podía quedar a dormir, que mis tíos no tenían problema. Lo tomé como una invitación, pero después cuando le dijo lo mismo a Tomás, otra vez me desilusioné.
A la noche, después de cenar, nos fuimos a su dormitorio a ver una película. Cuando terminó, Tomás se puso a hacer zapping, y pasó por un canal que estaba pasando una película "hot". No era porno, pero se dejaba entender bien el tema.
Pensé que iba a cambiar enseguida pero dejó en ese canal. Yo no sabía que hacer. Mi primo nos miró a los 2 y nos preguntó si no queríamos pajearnos.
Eso me dejó todavía más desconcertado, porque no lo conocía tan bien a Tomás para saber si iba a querer. Pero él aceptó casi sin dudarlo.
Tomás y Sebastián se empezaron a frotar la verga por arriba del pantalón. Cómo Tomás tenía un jogging, fue al primero que se le notó como se le paraba. Yo estaba todavía algo tímido, pero también empecé a frotarme.
Mi primo dijo en voz alta "estoy re caliente, tengo unas ganas de coger que no me aguanto", mientras se bajaba el pantalón y nos mostraba a los 2 su pija tan dura que se le marcaban todas las venas. Casi al instante hizo lo mismo su amigo, que me sorprendió el pedazo de chota que tenía. No tanto por lo grande, sino por lo gruesa y cabezona que era.
Tomás mirándome, me pregunta "¿Y vos como venís? ¿No se te paró?". Esa pregunta era más una invitación a qué les muestre. Mí timidez era muy grande, pero igual cedí y me bajé un poco el pantalón, hasta liberar totalmente mí pija erecta.
Tomás bastante entusiasmado le dijo a Seba "alta pija tiene tu primo". Y los dos se rieron. Pero yo me puse todavía más nervioso y rojo de la vergüenza.
Después de un rato de estar concentrados cada uno en su verga, Tomás me pide permiso para pajearme, yo con timidez acepto. Sentir su mano bajando y subiendo me hizo exitar muchísimo. Empecé a respirar más fuerte, jadeando un poco. Después mí primo se acercó y le empezó a chupar la pija a su amigo, y alternaba entre la mía y la suya.
El ambiente estaba sobrecargado de exitación. Nos fuimos turnando para tocarnos y chuparnos. En un momento yo quedé agachado chupándole la pija a Tomás, y mí primo se pone atrás mío y empezó a chuparme la cola. Primero eran besos, después pasaba la lengua, mí exitación aumentaba y sentía que me dilataba cada vez más. Por momentos sentía que me penetraba con su lengua.
Sin dejar de chuparle la pija a Tomás, mí primo se puso un preservativo y me empezó a coger. Sentí que entró muy fácil, por la exitación que tenía. El placer era supremo. Mí primo me penetraba con un ritmo constante mientras sentía toda la pija de Tomás en mí boca. Al poco tiempo, Sebastián lo llama a su amigo y le dice "vení, ahora te toca a vos". Él obedece y lo reemplaza. Pero esta vez no fue tan fácil, la pija de Tomás era muy gruesa, y me costó que entre. Pero finalmente mí cola cedió.
La sensación fue increíble, entre placer y dolor, pero cogía muy bien y me estaba haciendo volar de placer. Fuimos cambiando de posición, mientras mí primo miraba todavía con el forro puesto y pajeándose.
Terminé yo arriba de Tomás cabalgándolo. Él después me abrazó y sin dejarme mover me penetraba fuertemente. Estaba gozando como nunca.
En un momento se detuvo. Pensé que habría acabado. Pero empecé a sentir más presión en mí culo que ya estaba apretado. Era mí primo, que estaba haciendo fuerza para que su pija entre. Yo me quedé quieto sin decir nada. Estaba asombrado y exitado al mismo tiempo. Después de unos segundos Sebastián logro meterla por completo. Nunca imaginé que iba a poder aguantar 2 pijas al mismo tiempo adentro mío.
Una vez que entraron, volvieron a la acción. Era exitación pura. Sentía como entraban y salían las 2 pijas y a la vez Tomás me pajeaba con una de sus manos.
No tardé mucho en largar varios chorros de leche, con un gemido profundo. Mí semen le llegó a todo el pecho y parte del cuello. Inmediatamente empecé a sentir como la pija de Tomás se ensanchaba, también estaba acabando, y a los segundos mí primo.
Los sonidos de los 3 gemidos se mezclaban. Eran la expresión de placer total. Estábamos muy calientes y después de haber acabado ninguno se movió de su lugar. Yo sentía todavía las 2 pijas duras adentro mío, pulsando los últimos chorros. También no podía dejar de notar el ritmo descontrolado del corazón de Tomás y mí primo que al estar tan pegados parecía que los tenía adentro mío.
Después de descansar un rato, sin que ninguno saque su verga de dónde estaba, Sebastián dijo casi con un tono de risa "ya son más de las 12, feliz cumpleaños primito".
Casi siempre nos pajeabamos mirando videos porno, cada tanto alguno de los dos se animaba a chupársela al otro como habíamos hecho antes. Pero cuando sabíamos que mis tíos iban a llegar tarde del trabajo, era casi un acuerdo tácito de aprovechar la tarde para coger.
Casi siempre Sebastián era pasivo, porque le encantaba como lo cogía y me pedía más y más.
Pero a veces hacíamos un rato cada uno. La primera vez que me cogió fue raro. Sentir la pija de mí primo adentro y ver cómo bombeaba mirándome fijo a la cara con cara burlona y de placer era exitante y culposo al mismo tiempo.
Asi pasaron varios meses, yo casi todas las semanas iba a verlo. No siempre había sexo, porque también iban sus amigos a la casa. Esos días nos pasábamos toda la tarde y a veces la noche jugando a la Play.
Igualmente aunque estuvieran sus amigos, Seba se las arreglaba para hacer gestos o tocarse disimuladamente mientras me miraba fijo para incomodarme.
Al verano siguiente, el día anterior a mí cumpleaños decidí ir a su casa, pensando que nos podíamos pajear juntos y quizás algo más. Pero cuando llegué, ya estaba instalado en el living uno de sus amigos, Tomás. Me caía bien, pero su presencia arruinó todos mis planes.
Sebastián me dijo que si quería me podía quedar a dormir, que mis tíos no tenían problema. Lo tomé como una invitación, pero después cuando le dijo lo mismo a Tomás, otra vez me desilusioné.
A la noche, después de cenar, nos fuimos a su dormitorio a ver una película. Cuando terminó, Tomás se puso a hacer zapping, y pasó por un canal que estaba pasando una película "hot". No era porno, pero se dejaba entender bien el tema.
Pensé que iba a cambiar enseguida pero dejó en ese canal. Yo no sabía que hacer. Mi primo nos miró a los 2 y nos preguntó si no queríamos pajearnos.
Eso me dejó todavía más desconcertado, porque no lo conocía tan bien a Tomás para saber si iba a querer. Pero él aceptó casi sin dudarlo.
Tomás y Sebastián se empezaron a frotar la verga por arriba del pantalón. Cómo Tomás tenía un jogging, fue al primero que se le notó como se le paraba. Yo estaba todavía algo tímido, pero también empecé a frotarme.
Mi primo dijo en voz alta "estoy re caliente, tengo unas ganas de coger que no me aguanto", mientras se bajaba el pantalón y nos mostraba a los 2 su pija tan dura que se le marcaban todas las venas. Casi al instante hizo lo mismo su amigo, que me sorprendió el pedazo de chota que tenía. No tanto por lo grande, sino por lo gruesa y cabezona que era.
Tomás mirándome, me pregunta "¿Y vos como venís? ¿No se te paró?". Esa pregunta era más una invitación a qué les muestre. Mí timidez era muy grande, pero igual cedí y me bajé un poco el pantalón, hasta liberar totalmente mí pija erecta.
Tomás bastante entusiasmado le dijo a Seba "alta pija tiene tu primo". Y los dos se rieron. Pero yo me puse todavía más nervioso y rojo de la vergüenza.
Después de un rato de estar concentrados cada uno en su verga, Tomás me pide permiso para pajearme, yo con timidez acepto. Sentir su mano bajando y subiendo me hizo exitar muchísimo. Empecé a respirar más fuerte, jadeando un poco. Después mí primo se acercó y le empezó a chupar la pija a su amigo, y alternaba entre la mía y la suya.
El ambiente estaba sobrecargado de exitación. Nos fuimos turnando para tocarnos y chuparnos. En un momento yo quedé agachado chupándole la pija a Tomás, y mí primo se pone atrás mío y empezó a chuparme la cola. Primero eran besos, después pasaba la lengua, mí exitación aumentaba y sentía que me dilataba cada vez más. Por momentos sentía que me penetraba con su lengua.
Sin dejar de chuparle la pija a Tomás, mí primo se puso un preservativo y me empezó a coger. Sentí que entró muy fácil, por la exitación que tenía. El placer era supremo. Mí primo me penetraba con un ritmo constante mientras sentía toda la pija de Tomás en mí boca. Al poco tiempo, Sebastián lo llama a su amigo y le dice "vení, ahora te toca a vos". Él obedece y lo reemplaza. Pero esta vez no fue tan fácil, la pija de Tomás era muy gruesa, y me costó que entre. Pero finalmente mí cola cedió.
La sensación fue increíble, entre placer y dolor, pero cogía muy bien y me estaba haciendo volar de placer. Fuimos cambiando de posición, mientras mí primo miraba todavía con el forro puesto y pajeándose.
Terminé yo arriba de Tomás cabalgándolo. Él después me abrazó y sin dejarme mover me penetraba fuertemente. Estaba gozando como nunca.
En un momento se detuvo. Pensé que habría acabado. Pero empecé a sentir más presión en mí culo que ya estaba apretado. Era mí primo, que estaba haciendo fuerza para que su pija entre. Yo me quedé quieto sin decir nada. Estaba asombrado y exitado al mismo tiempo. Después de unos segundos Sebastián logro meterla por completo. Nunca imaginé que iba a poder aguantar 2 pijas al mismo tiempo adentro mío.
Una vez que entraron, volvieron a la acción. Era exitación pura. Sentía como entraban y salían las 2 pijas y a la vez Tomás me pajeaba con una de sus manos.
No tardé mucho en largar varios chorros de leche, con un gemido profundo. Mí semen le llegó a todo el pecho y parte del cuello. Inmediatamente empecé a sentir como la pija de Tomás se ensanchaba, también estaba acabando, y a los segundos mí primo.
Los sonidos de los 3 gemidos se mezclaban. Eran la expresión de placer total. Estábamos muy calientes y después de haber acabado ninguno se movió de su lugar. Yo sentía todavía las 2 pijas duras adentro mío, pulsando los últimos chorros. También no podía dejar de notar el ritmo descontrolado del corazón de Tomás y mí primo que al estar tan pegados parecía que los tenía adentro mío.
Después de descansar un rato, sin que ninguno saque su verga de dónde estaba, Sebastián dijo casi con un tono de risa "ya son más de las 12, feliz cumpleaños primito".
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