Era el concubíno de Ana, mi vecína y mejor amiga que con 46 añitos tenía cómo consuélo de divorciáda a un pendéjo divíno de la barriáda donde viviámos. "Natíto" con 25 añitos era bien madúro para su edad y, escapando de la brutalidad de su padre; se había emparejádo con mi amiga.
Al princípio de la relación me éra esquívo y yó no podía dejar de verlo con deséo furióso sabiendo como venía dotádo ese pibe de barrio, herréro y futboléro al que los amigos le llamaban "El Dálmata" sin que yó imaginára el por qué de ese apódo...
Cuando gané confiánza entre jóda y jóda yo lo jodía con las cojídas que le daba a mi amíga y yo podía escuchar desde el cuarto de invitádos en esa casa de parédes de machimbre.
Esa verga bicolor le arrancába unos suspiros largos, inténsos y profundos acompañados de chorros de flújo que le untában la piél ténsa.
Por éso los que conocían su secreto le decían " dálmata" .
Al princípio de la relación me éra esquívo y yó no podía dejar de verlo con deséo furióso sabiendo como venía dotádo ese pibe de barrio, herréro y futboléro al que los amigos le llamaban "El Dálmata" sin que yó imaginára el por qué de ese apódo...
Cuando gané confiánza entre jóda y jóda yo lo jodía con las cojídas que le daba a mi amíga y yo podía escuchar desde el cuarto de invitádos en esa casa de parédes de machimbre.
Esa verga bicolor le arrancába unos suspiros largos, inténsos y profundos acompañados de chorros de flújo que le untában la piél ténsa.
Por éso los que conocían su secreto le decían " dálmata" .
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