"Compádre Juan"... olor a hombre.

Éramos compádres, su mujer y mi mejor amíga de aquel entónces me eligió como padrino del quinto y último hijo entre ellos.

Ese oficial albañil morócho y macízo andába en cuero por su cása bien segúro de su belléza de hombrezuelo exhibicionísta orgullóso de su porte y tamaño.

Durante dos años me llené de las gánas de saborear esa verga gruésa y pelúda que éra propiedad de mi amiga y comádre, ardía de oler el sudor de ese tipéjo precioso de brúto que olía a mácho dominante. Todo lo que tenía de "rústico" también lo tenía de generóso y hospitalário; el típo me apreciába y me tenía confiánza pero como éra el confiddnte de su mujer se cuidaba y yo hacía lo mismo, aunque lo desnudara con la vista cada vez que podía tratando de adivinar la forma y tamaño de ese "fruto prohibído" tan al alcánce y tan lejáno.









Pero ésa siésta de navidad, sin querér terminámos sólos en su casa mientras "la comádre" y los chícos se habían ido a saludar a su familia bien léjos.

Por séis inolvidáble hóras túve la exquisíta oprtunidad de saborear la verga de ese tipéjo borracho y atrevído a punto de caramélo...un borrácho del tablón