"En Carne Viva...", cabézas calientes...

Cada vez que mi viejo le apoyába la cabeza de la pija entre los pliégues de la rája, " La Flaca Susy" empezaba a balbucear entre gemídos.
-Me quéma...me quéma...-, jadeába entre suspíros ahogádos y entrecortádos mientras yo veía como esa verga durísima intentába escurrirse en el interior de esa conchíta babósa...

La verga de mi padre escurría un "juguito" babóso y espéso que mojába la sábana y la entrepierna de su hembra donde se apoyaba.



























"El pito" de mi viejo que conocía fláccida cuando estába "muerta" triplicába su tamaño cuando se le parába y la piel de su prepúcio cedía en una erección descomunal revelando terrible fresa en "carne viva"




Esa verga tremenda estaba dotáda de un glande carmesí con forma de frésa achatáda y ténsa que brillába y se mojaba con una bábita que se escurría sobre el tronco y entre los bordes de la piel debajo de la cabezóta macháza.



-Me quéma...- le susurrába la hembra...y era cierto, esa barra de carne afiebráda se le hundía en la cajéta arrancandole altas acabádas.