Tenía 16 añitos y a mi padre ya estába al tanto de toda mi "putéz", así que su mejor idéa fué mandarme al campo, léjos de toda tentación, creyendo que la vida rústica me iba a cambiar la forma de ser.
Todo el barrio sabía que yo era re putito y buen chupador de pijas...
Cada solterón, borrachín, vicióso o degenerado de mi barrio y alrededores sabía de mi fama y mi arte amando pijas
Hombres de todo tipo ponían sus pijas a disposición de mi boca y mi lengua hambrienta de sus léches calientes...
Capullos curtídos y preciósos florecían dentro de mi boca esas fresas de carne ajéna y rica.
Mi viejo, enterádo de mi pasatiempo de fin de semána; me envió a la estancia donde mi tio Carlos era encargado general por todo el veráno.
Fue donde descubrí que todos esos gauchos estában necesitados de ricos masájes de verga... y no se los mezquiné...
Me dispúse a devorar tódas y cada una de esas hómbrias puestas a mi alcance
Todo el barrio sabía que yo era re putito y buen chupador de pijas...
Cada solterón, borrachín, vicióso o degenerado de mi barrio y alrededores sabía de mi fama y mi arte amando pijas
Hombres de todo tipo ponían sus pijas a disposición de mi boca y mi lengua hambrienta de sus léches calientes...
Capullos curtídos y preciósos florecían dentro de mi boca esas fresas de carne ajéna y rica.
Mi viejo, enterádo de mi pasatiempo de fin de semána; me envió a la estancia donde mi tio Carlos era encargado general por todo el veráno.
Fue donde descubrí que todos esos gauchos estában necesitados de ricos masájes de verga... y no se los mezquiné...
Me dispúse a devorar tódas y cada una de esas hómbrias puestas a mi alcance
3 comentarios - Amor a la verga... Reláto ilustrado