Cómo les conté, el fin de mi infancia y despertar de mi adolescencia, transcurrieron désde el año 1973 en adelánte, en una sociedad censuráda y caliente, con adultos "discrétos" , morbósos necesitádos de cojer mucho y seguído pero reprimídos por la sociedad y la religión que no desperdiciában ningúna oportunidad de "dejarse mamar" en secréto.
Con "las máñas" que me había agarrado, me costába muy póco convencer a mis compañeros de juégos de mostrarme "el pito"... fácil les hacía la cabéza relatando a sus oídos y en "super secréto" , las cojídas que había presenciado...
Les contába tan bien ese cuento de "Las mil y una Noches" , que podía notar su exitación creciente viendo hincharse el volúmen de sus entrepiernas hasta no aguantarse mas la rópa y dejarme a la vista y al alcance de las mános esas vergas soberbias y poderósas, babeádas, cabezúdas y gomósas que pedían "amor" a grítos...
Cada uno de éllos era distínto, en sabór, aróma y sensibilidad... jugabamos "al papá y la mamá" y me tocába el papél de "mamá" complaciente que "mimaba al papá" que llegába cansádo del labúro.
De las "mínitas" que se cojían mi papá y mis tios habia aprendido a usar la pija de cualquier típo con gánas y cuáles éran las mejóres formas de complacer un péne rabióso y dúro.
Cerrába los ójitos y revivía el placer contagióso de esas putas preciósas devorandosé hambrientas esas piezas de carne durísimas y curtídas... una sensación exquisíta me invadía recreando esas cojídas que espiaba durante toda la semána y que ponía en práctica los fines de semána en el potrero del fondo del barrio donde los chabónes se ponían fáciles sábados y domingos por la tarde.
Con "las máñas" que me había agarrado, me costába muy póco convencer a mis compañeros de juégos de mostrarme "el pito"... fácil les hacía la cabéza relatando a sus oídos y en "super secréto" , las cojídas que había presenciado...
Les contába tan bien ese cuento de "Las mil y una Noches" , que podía notar su exitación creciente viendo hincharse el volúmen de sus entrepiernas hasta no aguantarse mas la rópa y dejarme a la vista y al alcance de las mános esas vergas soberbias y poderósas, babeádas, cabezúdas y gomósas que pedían "amor" a grítos...
Cada uno de éllos era distínto, en sabór, aróma y sensibilidad... jugabamos "al papá y la mamá" y me tocába el papél de "mamá" complaciente que "mimaba al papá" que llegába cansádo del labúro.
De las "mínitas" que se cojían mi papá y mis tios habia aprendido a usar la pija de cualquier típo con gánas y cuáles éran las mejóres formas de complacer un péne rabióso y dúro.
Cerrába los ójitos y revivía el placer contagióso de esas putas preciósas devorandosé hambrientas esas piezas de carne durísimas y curtídas... una sensación exquisíta me invadía recreando esas cojídas que espiaba durante toda la semána y que ponía en práctica los fines de semána en el potrero del fondo del barrio donde los chabónes se ponían fáciles sábados y domingos por la tarde.
1 comentarios - Hombrezuélos desnúdos vintage para "todes"