Desde que descubrí el placer que provocaba el pene, el pito de los hombres adultos me atrajo al punto de hacerme la maña de espiarlos.
Era mi deséo permanente saber o conocer el tamaño de las pijas de todos los hombres adultos que me rodeaban.
Me quedaba fácil porque confiados en mi inocencia ni sospechaban cuando me escondia para verlos desnudos.
Luego por las noches recreaba en mi mente la desnudez de cada uno y trataba de visualizar y sentir el placer de las hembras que se complacian de ser cojidas por estos tipos.
2 comentarios - Espiando pijas...