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Vacaciones en barra del chuy (parte 1)

Con Juan ya había contado una historia anterior, sobre unfin de semana que pasamos afuera. Esta vez, a Juan, cuando cumplió 20 años, elpadre le regaló un auto. Como siempre, todas mis historias son reales.
 
Era verano, yo estaba en casa, y recibo un mensaje de él. “putis¿vamos para afuera unos días?” yo estaba sin trabajar esos días, así que notenía problemas en ir.
Me lo dijo un viernes y salíamos el lunes, era mitad deenero más o menos.
Quedamos en encontrarnos en su casa para salir y él se hacíacargo de la ropa. Ni bien llegué, sus padres no estaban, habían ido al trabajo,me puso la ropa que llevaría a la ida. Una tanguita, unas calzas negras y unablusa con voladitos. Arriba para salir debía ser discreto, luego me daba lootro. Las calzas eran tipo pescadoras. Me las pruebo, le muestro cómo mequedan, me da un beso y me mira y me dice “mmmmmmmmmmm, me gustaría que tedepiles, está la máquina de mi madre”. Yo nunca lo había hecho, pero, no sé porqué, a él le hacía caso en lo que me pidiera.

Luego de eso si, salí y ni bien subimos al auto y tomamos la carretera, mesaqué la ropa y quedé con las calzas y la blusita. El viaje era de cerca de 4horas, por lo que paramos en una estación de servicio en la ruta a comprarbebidas y algo para comer. Me hizo bajar a mí a comprarlas.
 
Él había alquilado una casa en Barra del Chuy, del ladobrasilero, para que esté un poco más apartado. La casa era normal, con dosdormitorios, uno de ellos con cama doble, donde dormiríamos nosotros.
 
Bajamos las cosas, vimos todo lo que había en la casa, aireacondicionado, televisor cable, sillones cómodos en el living comedor. Nosacomodamos, nos besamos un buen rato, él estaba al mango, “Naty (me habíapuesto Natalia), chupámela un poco”, obviamente obedecí al instante. Se laestaba chupando cuando de una me dice “basta, vamos a cambiarnos y a la playa”.Serían las tres y algo de la tarde. Vamos a cambiarnos y me da un bikininaranja y un short ajustado para que lleve. Me lo puse, me miré al espejo, meencantaba cómo me quedaba.
 
Vamos a la playa, no mucha gente, pero bueno, mejor paraestar más tranquilos y disfrutar. Caminamos un poco y nos dimos un baño en elagua. Ese día fue así.
 
Volvimos a la casa, nos dimos una ducha, juntos, se la volvía chupar, solo que esta vez sí me tomé toda la leche. Nos quedamos un rato enla casa, cómo hasta las diez de la noche, más o menos y salimos (él sabía de unlugar tranquilo para cenar, donde casi no va gente).
Me dio otra tanga y una calza short violeta, que me ajustababien y además apenas me cubría la cola.
 
Salimos, fuimos a cenar y empezó a darme vino, ya habíamostomado un par y me empezaba a hacer efecto, caminamos por la calle un poco, esazona era tranquila, pero algunos pasaban y me miraban. Yo me iba excitando cadavez más. Fuimos para la parte más cercana a la playa, donde había también otroparador. Pidió una cerveza para cada uno, yo ya con el efecto del vino y lacerveza, me iba a empezar a marear un poco, pero charlamos, en esa él va albaño y yo me quedo ahí sentad@ en la mesa, aunque quise prender un cigarrillo yle tuve que pedir fuego a uno y pararme. Juan vino a los cinco minutos y bueno,terminamos la cerveza y vamos hacia un costado. Me dijo “ya vengo” y trajo doscervezas más chicas. Yo parad@ en un costado, en eso siento que alguien se mepega atrás, me apoya y me besa la oreja, pero no era Juan, era un brasilero,enseguida Juan viene y dice “vamos Naty”, y nos fuimos, pero con el brasilero,yo medio meread@ por el alcohol. Cuando llegamos a la casa, el brasilero metoma de atrás y empieza a refregarme, yo miro a Juan y él se acerca adelante yempieza a besarme, mientras yo no podía más de calentura, con una mano abrazabaa Juan y con la otra buscaba el pedazo del brasilero, cuando se lo agarré measusté, porque era gigante, pero me di vuelta y enseguida me agaché a chupársela,no me iba a quedar con las ganas, le di tremenda mamada, hasta que frenó. AhíJuan me baja las calzas, la tanga y me pone lubricante, con ello, no fue difícilla entrada, jamás me dolía pero esta vez, al principio sentí un poco de dolor,pero Juan besándome me tranquilizaba un poco, así el brasilero me cogió por un buenrato, yo re exitad@ gemía y pedía más y más y más, hasta que empezó con las embestidasfuertes y me terminó con todo. Yo re disfrutando al máximo y con la colachorreando de semen. El brasilero me besó y se fue. Juan me miraba diciendo “sosre puta vos, cómo disfrutas la verga” “si mi amor, ¿y ahora viene la tuya cielo?”,me subí la tanga, las calzas y me fui a duchar para limpiarme un poco. Cuandosalí, estaba Juan esperándome con un bombón, obviamente también me dio tremendacogida. Esa noche me costó dormirme a pesar del alcohol, pero me sentía tanputa y me gustaba.
 
Al día siguiente cuando nos levantamos, le hice el desayunoa Juan y se lo llevé a la cama como buena señorita. Nos levantamos, me dio otraropita para ponerme, también para la playa, “hoy es todo de un color cielo”, medio una malla enterita rosada, solo que me tuve que poner una cinta paradisimular mis genitales jajajajaja.
 
Fuimos a la playa, había más gente que el día anterior, no sési había llegado más gente o no. Juan saca un porro para fumar, y bueno,fumamos un poco, nos dimos un baño en la playa y volvimos a almorzar. Pero paraalmorzar, había que ir a comprar algo, así que dejándonos el, el short y yo lamaya, el solo se puso una remera y me dio a mí una pollerita corta, tambiénrosada. Hoy era el día del rosado me había dicho. Y así fuimos al súper,compramos algo para almorzar, comimos, y nos acostamos a dormir la siesta conla correspondiente cogida que me dio y disfruté mucho.
 
De tarde no fuimos a la playa, fuimos a caminar, yo tambiéncon una calza short rosada y tanga también rosada, muchos me miraban y eso nodejaba de causarme morbo, porque me iba a dar la sensación que se venía unaenfiestada.
 
Sigue en la próxima parte 

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