Hola:
En esta ocasión les traigo un relato de unas aventuras que supuestamente pasaron en mi largo encierro por la cuarentena que de a poco se fue liberando. Tal vez pasó, tal vez no. Pero dejo a la imaginación de todos ustedes decidir si lo que cuento es parte de la realidad o una muy deseado sueño de la ficción.
Me sorprendo de mí mismo.
Después de varios meses de no tener contacto con ser humano alguno más que con algún chico del delivery que trajera alguna mercadería, había estado con demasiada abstinencia de sexo. El placer carnal y terrestre del la carne masculina, sus fuertes y firmes músculos, sentir el sabor de un buen pene y tenerlo a mi gusto y placer para dar placer a su vez. Era demasiada la tensión sexual que se vivía dentro de mi departamento del tercer piso de Almagro.
Llegado un momento en que la cuarentena se liberó lo suficiente, no soporté más las tribulaciones de una vida de castidad y en una noche muy larga, oscura y demasiado solitaria, decidí publicar un aviso en un sitio de citas para gays y osos maduros de Internet.
Título: Quiero ser tu depósito de semen
Cuerpo del anuncio: No importa quién, no importa tu aspecto físico o el tamaño de tu pene. Si sos mayor de 40 años y estás muy necesitado de descargar tus grandes chorros de esperma, hablame al privado y te paso mi dirección.
Esperé durante unos cuantos minutos, quizás 20, quizás 30, quizás más. Y en cuestión de menos de una hora calló el primer mensaje: "Soy activo maduro, tengo un pene muy duro y quiero descargarlo esta noche. Pasame tu dirección"
Ni siquiera me dijo su nombre, tampoco se lo pedí, no le di mi nombre ni mi número de celular, pero le pasé mi dirección con algunas indicaciones. <<Calle>> <<Número>> Venite a esa dirección, cuando llegues verás dos puertas. Tocá timbre en la puerta de la derecha, te abro y subís escaleras arriba. No te preocupes que a esa hora no anda nadie. Entrá en el departamento 7 B. Voy a dejar la puerta abierta.
Cuando mi macho circunstancial estaba tocando timbre abajo me cae otro mensaje:
"Hola putita quiero hacerte el culo y llenarte bien. No me defraudes porque tu publicación parecía sin vueltas"
Le respondí al toque mientras le abría al primer macho que llegó: Hola: Hoy estoy dispuesta a todo, no aguanto más y estoy deseando muy intensamente la verga de un buen macho" Acto seguido copié y pegué las mismas instrucciones que le envié al primer "comensal".
Envié el mensaje rápidamente y mi primer visitante ya estaba golpeando la puerta de mi departamento.
Me ubiqué sobre un sofácama que tengo en el living. Me puse en posición de 4 con el culo bien levantado, bien depilado y ya lubricado. Mientras estuve escibiendo mi publicación iba entrando en calor y poniéndome muy cachondo, preparándome con un suspensor, bastante lubricante y me desnudé completo, esperando que todo saliera tal cual lo había planeado: Anónimo, fugaz, presentarme como muy puta y sobre todo muy caliente.
Busqué abajo del almohadón un pañuelo que había dejado convenientemente ubicado para usarlo rápidamente y me vendé los ojos con él. Apoyé la cabeza sobre el sillón y en esa posición de 4 no podía ver nada. El activo seguía golpeando la puerta y le dije lo más fuete que pude: ¡Pasá!
El hombre abrió la puerta y no dijo una palabra. Aparentemente se sorprendió porque me vio así dispuesto de una, pero no pareció importarle demasiado porque simplemente cerró la puerta del departamento y comenzó a quitarse el pantalón. Lo supe porque escuché el ruido de su cinto al desabrocharse. Dejó caer pesadamente su pantalón con el cinto en el piso y escuché unos suaves pasos hacia mí. Lo tuve muy cerca cuando sentí sus rudas manos acariciando mi lampiño trasero. Me acariciaba las nalgas blancas mientras se escuchaba un ruidito típico cuando un hombre se masturba. Ese chasquido que hace la lubricación de la pija cuando se está mojando y ya está bastante dura.
Me apretaba las nalgas con una mano y con la otra se pajeaba. Luego de un minuto me dijo: Vení
Y me hizo girar para que le chupe la verga, yo así con los ojos cerrados solamente sentía sus manos sobre mis hombros para hacerme girar y luego sentí la verga metiéndose por mi boca. Su cabeza era bastante grande y se sentía muy suave la piel, tenía un aroma como de recién bañado y me la metí toda en la boca con ansiedad. La ansiedad que tenía guardada por varios meses de abstinencia.
Macho 1: ¡UUyyy! ¡Qué bien la chupás, putito! ¡Ahh, así! Mamámela bien, mojala así te entra bien adentro
Se la chupé y traté de hacerlo con mi mejor esfuerzo aunque es difícil hacerlo sin ver.
Luego de un par de minutos me hizo girar de nuevo y me puse en 4 de vuelta sobre el sillón con el culo bien levantado. El tipo apoyó la cabezota de su pene en mi agujero anal y empezó a empujar.
YO: -¡¡Aahh!! ¡¡Ayy!!
Macho 1: ¡OOohh! Ahora sí, te la voy a meter toda
Y sin decir demasiado más que eso, empezó a coger mi culo ansioso. Me empujaba y enterraba su verga hasta lo más profundo. ¡Plas, plas, plas! Se escuchaba su pelvis golpear contra mi blanco y lubricado trasero. Me cogía con fuerza y pude sentir sus grandes bolas chocar contra la puerta de mi OGT una y otra vez ¡¡La sensación fue maravillosa, justo lo que yo quería!!
En pocos minutos ese macho me empezó a empujar con más fuerza y agarrándome fuerte por la cintura empezó a largar grandes chorros de leche.
Macho 1: -¡AAhh!! ¡Aaah!! ¡Tomá!
YO: -¡Sí, papi! ¡Sí, sí!
Me llenó todo el culo de leche por dentro y un poco por fuera y lentamente empezó a vestirse. Cuando terminó de vestirse yo seguía con el culo levantado y sin decir una palabra. Antes de salir me dio una fuerte palmada en el culo y se despidió con un suave: "Puta, putita cabaretera, así me gustan a mí"
Y en ese mismo momento se escuchó golpear nuevamente la puerta del departamento. El macho número 1 abrió y se presentó el segundo hombre con el que había quedado. El macho 1 le dijo al 2: "Pasá, está muy buena esta puta. Disfrutala bien"
Acto seguido se fue y dejó pasar al segundo hombre que sin decir demasiado también empezó a desvestirse. Se acercó y sentí su aliento cerca de mi cuello.
Macho 2: -No sabés cómo me ponen cuando son así sumisas como vos.
-Y continuó: Quedate así que te voy a coger.
Se ubicó detrás de mí y sinceramente se ve que ya estaba bastante caliente porque me empezó a meter su verga muy dura. Mi OGT que ya estaba lubricado por la cogida anterior, era tierra fértil para que sembrara su semilla y su pene entró como un cuchillo en manteca caliente. Me la metió despacio primero y después más hasta el fondo. El hombre largaba largos suspiros de placer, parecía estar disfrutándolo mucho. Me la metía y la sacaba por completo, la embocaba de una y me la clavaba hasta el fondo. ¡Ohh! Cada vez que me la ponía desde cero hasta las bolas soltaba un largo suspiro de placer ¡¡Ooh!! ¡Qué falta me hacía una cogida de estas! Me dijo con su voz de macho argentino.
Mi agujero anal estaba muy dilatado de tanta penetración y placer, me podía meter un puño que no lo hubiera sentido.
Macho 2: Apretá el culito, putito. Quiero sentir la pija bien apretada.
Por supuesto, como una puta sumisa obedecí.
Macho 2: Ahora si ¡Ahh!
Me siguió cogiendo por un par de minutos más y casi sin darme cuenta me llenó el culo de leche por dentro, bien hasta el fondo como el hombre anterior. Descargó toda su furia y su tensión sexual en mi OGT, luego de lo cual sin decir más empezó a vestirse.
Antes de irse me preguntó si quería su número, a lo cual le respondí que no: "Cuando quieras me hablas por Internet"
No me interesaba sus nombres, tampoco su aspecto físico. Solamente quería ser la fantasía de un hombre desconocido, fornido, caliente y con muchas ganas de coger. Lo pude cumplir esa noche y, por lo menos para mí, fue una experiencia inolvidable.
Video ilustrativo
link: http://www.xvideos.com/video39528830/un_culo_para_3_vergas_yucatan
En esta ocasión les traigo un relato de unas aventuras que supuestamente pasaron en mi largo encierro por la cuarentena que de a poco se fue liberando. Tal vez pasó, tal vez no. Pero dejo a la imaginación de todos ustedes decidir si lo que cuento es parte de la realidad o una muy deseado sueño de la ficción.
Me sorprendo de mí mismo.
Después de varios meses de no tener contacto con ser humano alguno más que con algún chico del delivery que trajera alguna mercadería, había estado con demasiada abstinencia de sexo. El placer carnal y terrestre del la carne masculina, sus fuertes y firmes músculos, sentir el sabor de un buen pene y tenerlo a mi gusto y placer para dar placer a su vez. Era demasiada la tensión sexual que se vivía dentro de mi departamento del tercer piso de Almagro.
Llegado un momento en que la cuarentena se liberó lo suficiente, no soporté más las tribulaciones de una vida de castidad y en una noche muy larga, oscura y demasiado solitaria, decidí publicar un aviso en un sitio de citas para gays y osos maduros de Internet.
Título: Quiero ser tu depósito de semen
Cuerpo del anuncio: No importa quién, no importa tu aspecto físico o el tamaño de tu pene. Si sos mayor de 40 años y estás muy necesitado de descargar tus grandes chorros de esperma, hablame al privado y te paso mi dirección.
Esperé durante unos cuantos minutos, quizás 20, quizás 30, quizás más. Y en cuestión de menos de una hora calló el primer mensaje: "Soy activo maduro, tengo un pene muy duro y quiero descargarlo esta noche. Pasame tu dirección"
Ni siquiera me dijo su nombre, tampoco se lo pedí, no le di mi nombre ni mi número de celular, pero le pasé mi dirección con algunas indicaciones. <<Calle>> <<Número>> Venite a esa dirección, cuando llegues verás dos puertas. Tocá timbre en la puerta de la derecha, te abro y subís escaleras arriba. No te preocupes que a esa hora no anda nadie. Entrá en el departamento 7 B. Voy a dejar la puerta abierta.
Cuando mi macho circunstancial estaba tocando timbre abajo me cae otro mensaje:
"Hola putita quiero hacerte el culo y llenarte bien. No me defraudes porque tu publicación parecía sin vueltas"
Le respondí al toque mientras le abría al primer macho que llegó: Hola: Hoy estoy dispuesta a todo, no aguanto más y estoy deseando muy intensamente la verga de un buen macho" Acto seguido copié y pegué las mismas instrucciones que le envié al primer "comensal".
Envié el mensaje rápidamente y mi primer visitante ya estaba golpeando la puerta de mi departamento.
Me ubiqué sobre un sofácama que tengo en el living. Me puse en posición de 4 con el culo bien levantado, bien depilado y ya lubricado. Mientras estuve escibiendo mi publicación iba entrando en calor y poniéndome muy cachondo, preparándome con un suspensor, bastante lubricante y me desnudé completo, esperando que todo saliera tal cual lo había planeado: Anónimo, fugaz, presentarme como muy puta y sobre todo muy caliente.
Busqué abajo del almohadón un pañuelo que había dejado convenientemente ubicado para usarlo rápidamente y me vendé los ojos con él. Apoyé la cabeza sobre el sillón y en esa posición de 4 no podía ver nada. El activo seguía golpeando la puerta y le dije lo más fuete que pude: ¡Pasá!
El hombre abrió la puerta y no dijo una palabra. Aparentemente se sorprendió porque me vio así dispuesto de una, pero no pareció importarle demasiado porque simplemente cerró la puerta del departamento y comenzó a quitarse el pantalón. Lo supe porque escuché el ruido de su cinto al desabrocharse. Dejó caer pesadamente su pantalón con el cinto en el piso y escuché unos suaves pasos hacia mí. Lo tuve muy cerca cuando sentí sus rudas manos acariciando mi lampiño trasero. Me acariciaba las nalgas blancas mientras se escuchaba un ruidito típico cuando un hombre se masturba. Ese chasquido que hace la lubricación de la pija cuando se está mojando y ya está bastante dura.
Me apretaba las nalgas con una mano y con la otra se pajeaba. Luego de un minuto me dijo: Vení
Y me hizo girar para que le chupe la verga, yo así con los ojos cerrados solamente sentía sus manos sobre mis hombros para hacerme girar y luego sentí la verga metiéndose por mi boca. Su cabeza era bastante grande y se sentía muy suave la piel, tenía un aroma como de recién bañado y me la metí toda en la boca con ansiedad. La ansiedad que tenía guardada por varios meses de abstinencia.
Macho 1: ¡UUyyy! ¡Qué bien la chupás, putito! ¡Ahh, así! Mamámela bien, mojala así te entra bien adentro
Se la chupé y traté de hacerlo con mi mejor esfuerzo aunque es difícil hacerlo sin ver.
Luego de un par de minutos me hizo girar de nuevo y me puse en 4 de vuelta sobre el sillón con el culo bien levantado. El tipo apoyó la cabezota de su pene en mi agujero anal y empezó a empujar.
YO: -¡¡Aahh!! ¡¡Ayy!!
Macho 1: ¡OOohh! Ahora sí, te la voy a meter toda
Y sin decir demasiado más que eso, empezó a coger mi culo ansioso. Me empujaba y enterraba su verga hasta lo más profundo. ¡Plas, plas, plas! Se escuchaba su pelvis golpear contra mi blanco y lubricado trasero. Me cogía con fuerza y pude sentir sus grandes bolas chocar contra la puerta de mi OGT una y otra vez ¡¡La sensación fue maravillosa, justo lo que yo quería!!
En pocos minutos ese macho me empezó a empujar con más fuerza y agarrándome fuerte por la cintura empezó a largar grandes chorros de leche.
Macho 1: -¡AAhh!! ¡Aaah!! ¡Tomá!
YO: -¡Sí, papi! ¡Sí, sí!
Me llenó todo el culo de leche por dentro y un poco por fuera y lentamente empezó a vestirse. Cuando terminó de vestirse yo seguía con el culo levantado y sin decir una palabra. Antes de salir me dio una fuerte palmada en el culo y se despidió con un suave: "Puta, putita cabaretera, así me gustan a mí"
Y en ese mismo momento se escuchó golpear nuevamente la puerta del departamento. El macho número 1 abrió y se presentó el segundo hombre con el que había quedado. El macho 1 le dijo al 2: "Pasá, está muy buena esta puta. Disfrutala bien"
Acto seguido se fue y dejó pasar al segundo hombre que sin decir demasiado también empezó a desvestirse. Se acercó y sentí su aliento cerca de mi cuello.
Macho 2: -No sabés cómo me ponen cuando son así sumisas como vos.
-Y continuó: Quedate así que te voy a coger.
Se ubicó detrás de mí y sinceramente se ve que ya estaba bastante caliente porque me empezó a meter su verga muy dura. Mi OGT que ya estaba lubricado por la cogida anterior, era tierra fértil para que sembrara su semilla y su pene entró como un cuchillo en manteca caliente. Me la metió despacio primero y después más hasta el fondo. El hombre largaba largos suspiros de placer, parecía estar disfrutándolo mucho. Me la metía y la sacaba por completo, la embocaba de una y me la clavaba hasta el fondo. ¡Ohh! Cada vez que me la ponía desde cero hasta las bolas soltaba un largo suspiro de placer ¡¡Ooh!! ¡Qué falta me hacía una cogida de estas! Me dijo con su voz de macho argentino.
Mi agujero anal estaba muy dilatado de tanta penetración y placer, me podía meter un puño que no lo hubiera sentido.
Macho 2: Apretá el culito, putito. Quiero sentir la pija bien apretada.
Por supuesto, como una puta sumisa obedecí.
Macho 2: Ahora si ¡Ahh!
Me siguió cogiendo por un par de minutos más y casi sin darme cuenta me llenó el culo de leche por dentro, bien hasta el fondo como el hombre anterior. Descargó toda su furia y su tensión sexual en mi OGT, luego de lo cual sin decir más empezó a vestirse.
Antes de irse me preguntó si quería su número, a lo cual le respondí que no: "Cuando quieras me hablas por Internet"
No me interesaba sus nombres, tampoco su aspecto físico. Solamente quería ser la fantasía de un hombre desconocido, fornido, caliente y con muchas ganas de coger. Lo pude cumplir esa noche y, por lo menos para mí, fue una experiencia inolvidable.
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