Gente linda, acá estoy de vuelta continuando contándoles sobre mi vida sexual gay.
Hasta ahora les he venido relatando en forma cronológica mis experiencias.
Una tarde, volviendo caminando de la Facultad, tipo 17 horas, me crucé con un chabón alto y delgado. Ese fue mi primer levante en la calle. El flaco me miró fijo y yo pasé a su lado sin saber que hacer. Por supuesto, al instante me di vuelta y él me seguía mirando. Paré en un kiosco a comprar una boludez y vi que el tipo caminaba hacia mí y recuerdo que me puse muy nervioso. Pasó por detrás mío y me esperó en la esquina. Me acerqué y me saludó. La verdad no me acuerdo su nombre, pero se trataba de un chabón alto, flaco y muy lindo de cara.
Después de presentarnos, me preguntó que estaba buscando y ahí me dijo que él era activo. Me interesó porque estaba muy bueno.... sin embargo ninguno de los dos teníamos donde ir.
Me contó que trabajaba en un consultorio odontológico y que si estaba interesado al otro día temprano (8 de la mañana) podía ir porque estaría solo.
Así quedamos.... el consultorio no quedaba lejos de mi laburo así que avisé que llegaría un poco más tarde y encaminé hacia mi encuentro.
Seguramente a muchos de uds les pasa, que esos momentos previos al encuentro, la adrenalina funciona a mil y uno manifiesta un sentido de excitación pero también un poco de temor por enfrentarse a un lugar y a una persona desconocida. Aunque admito que la calentura es siempre más fuerte.
Ahí estuve puntual. Me atendió el flaco y me hizo pasar. Me acuerdo que estaba vestido con un pantalón de vestir oscuro y una camisa blanca. El consultorio estaba vacío; me invitó a sentarme en los sillones de la sala de espera y al toque me empezó a besar. La verdad que además de lindo el flaco (lastima que no me acuerdo el nombre) besaba hermoso; era cariñoso y comenzamos a franelear. Cuando le toco la pija por encima del pantalón me sorprendí bastante ya que sabía que me iba a encontrar con una pija enorme.
Nos empezamos a desnudar y para poner la frutillita del postre, el flaco tenía bastante pelo en pecho, que me vuelve loco y me calienta mucho. Amo acariciar el pecho de los machos peludos... me excita demasiado.
Y no me había equivocado: cuando le bajé el calzoncillo me encontré con una hermosa pija (no tan gruesa tirando más a fina) pero larga como una longaniza.... me acuerdo que tenía un olorcito a limpio y se la agarré para poder disfrutarla. Se la lamí desde el comienzo del tronco hasta la cabeza rosada.... no me entraba en la garganta de lo larga y por suerte no era del tipo que te agarra de los pelos para hacerte atragantar. El flaco disfrutaba con lo que le hacía, le chupe los huevos, lo pajeaba despacio y le mamaba esa verga hermosa.... una vez más les digo que soy un buen mamador.
Lo que me llamaba la atención que en todo momento el se dedicó a disfrutar la mamada y dejar que yo disfrute pero jamás me dedeo el culo ni me agarró mi pija.
Después de un buen rato, me hizo pararme, me pidió que me desnude y me llevó adentro del consultorio. Lo que vino es indescriptible.
Agarró lubricante, me preparó el culo, se puso el forro, se llenó la pija de lubricante y me hizo sentarme en el sillón odontológico (de esos que se tiran para atrás). Me pidió que pusiera las piernas abiertas en cada lado del sillón y acomodó el sillón en un ángulo donde yo estaba ni acostado ni sentado. Me enterró la pija sin compasión y comenzó a bombearme agarrándose de los costados del sillón. No saben la sensación que vivi.... después de los primeros minutos incomodos de dolor, el goce fue tal que me hizo acabar mientras me cogía. Un semental el flaco.... mientras la hacia entrar y salir me besaba el cuello (otra debilidad que tengo) y en un momento me dice al oído: "te voy a llenar de leche bebé" y comenzó a gemir de tal forma que yo (que ya había acabado) logró que se me vuelva a parar y acabar nuevamente en cuestión de segundos.
Cuando terminó, se sacó el forro; me mostró donde estaba el baño para que me lavara y me dijo que podíamos repetirlo.
Me fui feliz y bien cogido.... pensaba cuantas cogidas así iba a tener con el flaco.
Desgraciadamente fue la única. La semana siguiente fui al consultorio y nadie contestaba; fui un par de veces en distintos horarios hasta que después de un tiempo me atendió un señor que me informó que el odontólogo se había mudado pero no sabía su nueva dirección. Nunca más lo vi. Pero a pesar de no recordar su nombre, te puedo describir con detalles su cuerpo y la cogida que me pegó. Una de mis mejores cogidas, sin lugar a dudas. Y con un desconocido de la calle.
Por supuesto que no fue el único levante que tuve en la calle. Después de esa experiencia, tuve muchas otras que les voy a contar la próxima.
Si pueden comenten. Me gusta leerlos.
Saludos a todos desde La Feliz....
Hasta ahora les he venido relatando en forma cronológica mis experiencias.
Una tarde, volviendo caminando de la Facultad, tipo 17 horas, me crucé con un chabón alto y delgado. Ese fue mi primer levante en la calle. El flaco me miró fijo y yo pasé a su lado sin saber que hacer. Por supuesto, al instante me di vuelta y él me seguía mirando. Paré en un kiosco a comprar una boludez y vi que el tipo caminaba hacia mí y recuerdo que me puse muy nervioso. Pasó por detrás mío y me esperó en la esquina. Me acerqué y me saludó. La verdad no me acuerdo su nombre, pero se trataba de un chabón alto, flaco y muy lindo de cara.
Después de presentarnos, me preguntó que estaba buscando y ahí me dijo que él era activo. Me interesó porque estaba muy bueno.... sin embargo ninguno de los dos teníamos donde ir.
Me contó que trabajaba en un consultorio odontológico y que si estaba interesado al otro día temprano (8 de la mañana) podía ir porque estaría solo.
Así quedamos.... el consultorio no quedaba lejos de mi laburo así que avisé que llegaría un poco más tarde y encaminé hacia mi encuentro.
Seguramente a muchos de uds les pasa, que esos momentos previos al encuentro, la adrenalina funciona a mil y uno manifiesta un sentido de excitación pero también un poco de temor por enfrentarse a un lugar y a una persona desconocida. Aunque admito que la calentura es siempre más fuerte.
Ahí estuve puntual. Me atendió el flaco y me hizo pasar. Me acuerdo que estaba vestido con un pantalón de vestir oscuro y una camisa blanca. El consultorio estaba vacío; me invitó a sentarme en los sillones de la sala de espera y al toque me empezó a besar. La verdad que además de lindo el flaco (lastima que no me acuerdo el nombre) besaba hermoso; era cariñoso y comenzamos a franelear. Cuando le toco la pija por encima del pantalón me sorprendí bastante ya que sabía que me iba a encontrar con una pija enorme.
Nos empezamos a desnudar y para poner la frutillita del postre, el flaco tenía bastante pelo en pecho, que me vuelve loco y me calienta mucho. Amo acariciar el pecho de los machos peludos... me excita demasiado.
Y no me había equivocado: cuando le bajé el calzoncillo me encontré con una hermosa pija (no tan gruesa tirando más a fina) pero larga como una longaniza.... me acuerdo que tenía un olorcito a limpio y se la agarré para poder disfrutarla. Se la lamí desde el comienzo del tronco hasta la cabeza rosada.... no me entraba en la garganta de lo larga y por suerte no era del tipo que te agarra de los pelos para hacerte atragantar. El flaco disfrutaba con lo que le hacía, le chupe los huevos, lo pajeaba despacio y le mamaba esa verga hermosa.... una vez más les digo que soy un buen mamador.
Lo que me llamaba la atención que en todo momento el se dedicó a disfrutar la mamada y dejar que yo disfrute pero jamás me dedeo el culo ni me agarró mi pija.
Después de un buen rato, me hizo pararme, me pidió que me desnude y me llevó adentro del consultorio. Lo que vino es indescriptible.
Agarró lubricante, me preparó el culo, se puso el forro, se llenó la pija de lubricante y me hizo sentarme en el sillón odontológico (de esos que se tiran para atrás). Me pidió que pusiera las piernas abiertas en cada lado del sillón y acomodó el sillón en un ángulo donde yo estaba ni acostado ni sentado. Me enterró la pija sin compasión y comenzó a bombearme agarrándose de los costados del sillón. No saben la sensación que vivi.... después de los primeros minutos incomodos de dolor, el goce fue tal que me hizo acabar mientras me cogía. Un semental el flaco.... mientras la hacia entrar y salir me besaba el cuello (otra debilidad que tengo) y en un momento me dice al oído: "te voy a llenar de leche bebé" y comenzó a gemir de tal forma que yo (que ya había acabado) logró que se me vuelva a parar y acabar nuevamente en cuestión de segundos.
Cuando terminó, se sacó el forro; me mostró donde estaba el baño para que me lavara y me dijo que podíamos repetirlo.
Me fui feliz y bien cogido.... pensaba cuantas cogidas así iba a tener con el flaco.
Desgraciadamente fue la única. La semana siguiente fui al consultorio y nadie contestaba; fui un par de veces en distintos horarios hasta que después de un tiempo me atendió un señor que me informó que el odontólogo se había mudado pero no sabía su nueva dirección. Nunca más lo vi. Pero a pesar de no recordar su nombre, te puedo describir con detalles su cuerpo y la cogida que me pegó. Una de mis mejores cogidas, sin lugar a dudas. Y con un desconocido de la calle.
Por supuesto que no fue el único levante que tuve en la calle. Después de esa experiencia, tuve muchas otras que les voy a contar la próxima.
Si pueden comenten. Me gusta leerlos.
Saludos a todos desde La Feliz....
4 comentarios - Mi primer levante en la calle