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Marcos, el hippie.

Hola gente linda…. Esto de andar contando mis experiencias me retrocede tanto en el tiempo que a veces me pongo a pensar todo lo que hice y lo que disfruté, a pesar de ser todo a escondidas y en una época muy diferente a la actual….

En mi último relato les contaba que me había mudado a la casa de mi vieja en el interior de Buenos Aires y que mi contacto con Fabián (mi compañero de secundaria; para los que quieren saber quién es pueden leer mi anterior relato) se fue diluyendo con el tiempo a pesar que nos estuvimos escribiendo cartas y tuvimos unos pocos llamados telefónicos. Esto sucedió a finales de los 80.

Durante esos tres años fuera de Bs As, tuve una historia muy corta con una chica y un par de encuentros con hombres.
En este relato voy a contarles la primera de las experiencias que tuve fuera de la ciudad.

Como mi estadía en casa de mi madre se extendía, era lógico que con 19 años tuviera que empezar a buscar trabajo. Como todo pueblo, mucha gente se conoce así que mi mamá me consiguió trabajar en la administración del supermercado más grande que había en el lugar.
En la oficina trabajaban cuatro personas: la contadora (que venía unas horitas a la mañana); una secretaria (que hacía horario cortado); y dos hombres (uno de entre 40 y 45 años que también hacía horario cortado y Marcos, de 23 años que hacía horario corrido). Al principio mi horario fue cortado pero a los pocos meses me ofrecieron hacer el horario corrido.
A partir de ahí, empecé a relacionarme más con Marcos, ya que ambos nos quedábamos solos de 14 a 17 horas.
Marcos tenía una onda especial para ese momento: morocho, pelo largo, barba candado, mas alto que yo y muy hippie en su manera de vestirse y de pensar. Pero muy agradable y muy inteligente. Quería estudiar Dibujo y dedicarse a las historietas por lo que estaba juntando plata para irse a vivir a Buenos Aires.
Nada afeminado y muy discreto con su vida personal.
Con el correr del tiempo nos fuimos conociendo pero en ningún momento hubo intención ni actitudes que pudieran adelantar lo que se vendría.
Fuera del laburo, nos veíamos muy poco; algunas veces fuimos a tomar una birra.
Teníamos algo en común: ambos nos gustaba el cine. Pero en el pueblo no había cine. Mi vieja alquilaba una casa grande, tipo casona y tenía un reproductor de películas (por Dios que vejestorio me siento!!!!).
Se me ocurrió un día invitarlo a que alquilemos unas pelis y verlas en mi casa. Marcos aceptó y quedamos que al día siguiente tipo 8 de la noche pasaba por casa.
Llegó, se lo presenté a mi vieja, comimos pizza y nos instalamos en el living para ver las pelis. Después de un par de horas, mi mamá se fue a dormir. Y se hizo bastante tarde cuando terminamos de ver las dos películas, por lo que lo invité a quedarse a dormir ya que su familia vivía en la otra punta del pueblo.
Acá se me presentó un pequeño dilema… la casa era grande pero nosotros ocupábamos dos cuartos de los tres que había. Mi vieja tenía su habitación al lado del living y yo dormía en la otra punta de la casa. Cuando lo acompaño a la tercera habitación me doy cuenta que la cama no estaba hecha y que no había ni sábanas ni frazadas; la verdad no tenía idea donde se encontraban. Y no iba a dejarlo dormir arriba del colchón…. La otra opción era mi habitación, ya que mi cama era una cama matrimonial así que le ofrecí compartir el lugar si no tenía problemas. Marcos aceptó.
Cerré la puerta, apagué la luz y encendí el velador. Cada uno se fue para un lado de la cama y comenzamos a desvestirnos para meternos dentro de la cama. Nos acostamos ambos boca arriba y charlamos un rato de boludeces. A mí me empezó a pasar algo que jamás había vivenciado. Comencé a temblar de la nada de tal manera que Marcos se dio cuenta y se preocupó. No sé si alguno de uds les pasó!!!
Me abrazó para calmarme y la verdad fue peor… era temblar y no poder controlar el cuerpo… no entendía lo que me estaba pasando. Estuve así unos minutos que fueron eternos; Marcos abrazándome y tratando de que se me pase. Y por fin sucedió. No sabía cómo pedirle perdón.
Después de eso, me di vuelta para el otro extremo, dándole la espalda y apenas un minuto después, siento que me abraza tipo cucharita. Me quedé helado, quieto. Sentía su respiración y también su pija apoyada en mi cuerpo.
Le tomé las manos como señal de consentimiento. Me empezó acariciar; me di vuelta para verlo y nos besamos….. nos seguimos besando y recorriendo nuestros cuerpos con las manos… Sin verla aún, noté que su verga era bastante grande y gruesa, cuestión que luego pude comprobar. Nos desnudamos y bajé a su pija para empezar a chuparla. Marcos jadeaba y me pedía que continuara; estuve un buen rato hasta que me agarró de la cabeza y me subió para besarme. Le tocó su turno. La verdad es que el flaco la chupaba como los Dioses… no solamente se ocupaba de mi pija sino de mis huevos y por primera vez me chuparon la cola…. No podía creer lo que estaba sintiendo. Amo que me chupen el culo y Marcos lo hacía excepcionalmente bien. Yo no me animé con él pero después me quedó claro que Marcos era activo.
Me pidió que me acostara boca arriba; me subió las piernas a sus hombros e intentó penetrarme. Su pija era bastante gorda y larga. Fueron varios intentos fallidos ya que me dolía mucho.
Le propuse intentar en otra posición. Se acostó boca arriba e intenté sentarme en su pija. La verdad que recuerdo un dolor horrible (este boludòn grande tampoco usaba lubricantes… si lo hubiese sabido me hubiese ahorrado estos momentos) pero tripa corazón y con la ayuda “inesperada” de un empujoncito suyo entró toda. Yo quería que me la sacara pero Marcos me aferró a él con las manos en mi cintura y me dijo: quedate quieto, respira profundo y esperemos.
Lo que han experimentado con algo parecido pueden confirmar que es verdad, que después ese dolor comienza a convertirse en un gran placer…. Cogíamos con desesperación (evidentemente Marcos también hacía mucho que no descargaba); intentamos patitas al hombro como le gustaba y la verdad es que el placer que estábamos teniendo era hermoso.
Yo acabé primero (chorros de leche mal) y a los segundos se vino él…. No era tan lechoso como creí.
Después de coger, nos quedamos abrazados charlando de cómo nos imaginamos cada uno sería el otro al momento de conocernos. En este aspecto Marcos era muy parecido a Fabián… esta situación de disfrutar uno del otro después del polvo… cosa que me apasiona.
Por supuesto cogimos de nuevo durante la noche y a la mañana siguiente no nos podíamos levantar del sueño que teníamos. Me pasó algo que nunca se volvió a repetir: Marcos tenía una pija impresionante, gorda, larga y bien dura pero cuando no estaba excitado era el pito más chiquito que vi en mi vida…. Pensaba como esa cosita se transformaba en un monstruo después. Cosa rara….
Con Marcos fuimos compañeros de laburo durante casi medio año más. En el horario que nos quedábamos solos, a veces nos pajeabamos entre nosotros y en un par de circunstancias cogimos (una de parado y dos veces en una silla).
Pero todo lo bueno tiene un final…. Marcos pudo inscribirse en Bs As para estudiar y se fue. Como tenía su familia en el pueblo, al principio volvía cada 15 días los fines de semana y nosotros aprovechábamos para coger. Después venía una vez al mes hasta que en un momento no volvió más.
Perdí contacto con él durante mucho tiempo y el destino me hizo volverlo a ver en un negocio en Buenos Aires muchos años después, justo meses antes de mi casamiento…. Por supuesto que en ese momento no pasó nada pero todavía tenía su espíritu hippie pero con unos cuantos años más que la verdad no le sentaba bien.

Pero volviendo al pueblo y después de no saber de él, me tuve que consolar con Juan…. Pero esa es otra historia.

Si tienen ganas comenten…..

Saludos desde Mardel

2 comentarios - Marcos, el hippie.

b4ilaromix +1
Que bueno! segui contando
mgm67 +1
Gracias por el comentario. Prometo que seguiré contando...
Osval2233 +1
Ojalá hagamos lo mismo los dos y disfrutemos t van losv10
mgm67
Seguro que sí.... en eso estamos
Osval2233 +1
@mgm67 te llego mi foto