Hace un tiempo, iba caminando por una calle de Canelones.Había salido a caminar de noche con unas calzas. Si bien era una noche deverano, al ser jueves no había tanta gente en la calle. Y eso me motivaba acaminar un poco más, sobre todo por las afueras de esa ciudad.
Iba con unas calzas grises y una tanguita roja.
En una de esas doblo por una calle, casi llegando a la ruta,que vi que terminaba y pensaba dar la vuelta por otra para no irme tan afuera.En una veo luz y conversaciones de chicos jóvenes. Se ve que algo vieron porquecuando me acercaba apagaron la luz del frente. Entonces pasé más lentamente meneándome.Escucho que se ríen y uno silva.
Me reía por dentro pensando “estos pendejos se creen que nome doy cuenta de nada”. La casa estaba como apartada, entre esa y la anteriorhabía dos terrenos baldíos y después, otro baldío más y la esquina.
Llego a la esquina y en vez de doblar me quedé parado ahí,dándoles la espalda y subiéndome un poco las calzas para que vean mejor yenciendo un cigarrillo.
Habrán pasado dos minutos que salen dos de esos chicoscaminando como si nada, haciéndose los desentendidos, pasan al lado mío, semiran y siguen caminando, a los pocos metros escucho que uno le dice al otro “¡cagón!”.Siguen caminando un poco, y uno hace la expresión cómo si se olvidara algo yvuelve.
Cuando se acercan, uno saca un cigarrillo y me pide fuego,le doy y el otro me mira y me dice “¿te puedo hacer una pregunta?” “si porsupuesto” “te digo la verdad porque este se cagó, hicimos una apuesta y el queperdía tenía que venir a preguntarte si a vos te gusta que te cojan”, “ufffff,me encanta” y me doy vuelta para mostrarles la cola. “¿y también te gustachupar pija?” “si también”. Los dos se rieron y se fueron. Pero uno se dabavuelta para mirarme.
Yo me quedé ahí sin moverme. A los dos minutos viene otrocon el que me preguntó. Lo veo venir, le doy la espalda y empiezo a mover lacola y se acerca y me pregunta “¿te puedo tocar la cola?”, se la paré más para quela toque. La toca y se va mientras le dice al otro en voz baja “está durita esacola”.
Me daba gracia la situación porque me parecían unos pendejosinocentes, que se consultaban todo. Y no le erré porque enseguida viene otroque se ve que era más valiente porque de una me dice “¿te podemos coger?” “y sime caen bien, puede darse, charlemos un rato” “ya vengo” me dice, y al minutovuelve “te invitamos a tomar algo” y ahí fui.
Nos pusimos a tomar algo yo al principio parad@ meneando unpoco para prepararlos. Eran 4 en total, de unos 19 años mas o menos. Tomamoscerveza, fumamos unos porros que tenían. Me contaron que estaban en la casa deuno de esos, que los padres se habían ido para afuera hasta el domingo y ellosmientras bardeaban ahí. Así, incluso una de las veces que me paré, vi quepusieron algo abajo del almohadón de la silla que yo tenía, cómo para que mesentara arriba de algo. Obviamente me di cuenta y cuando me senté, acomodé lasnalgas para que eso quedara en el medio y de a ratos las movía. Pero resultaronser divertidos.
Ya habían agarrado confianza conmigo, yo se las di también. Yme mandan a la cocina a buscar otra cerveza. Serían las dos o tres de lamañana. Yo voy y demoro un poco, como haciendo que no encontraba. Hasta quellega el primero, un poco avalentonado por el alcohol. Me mira de arriba abajo,y yo lo miro a él mordiendo mi labio inferior con los dientes. “¿Dónde estánlas cervezas?”, “ahí” me responde. Obviamente la agarro de la heladeralevantando bien la cola.
Cuando me doy vuelta a dársela veo que se arquea “¿pasó algo?”le digo mientras me acerco a él y le agarro la verga, la tenía dura como ungarrote. “¿dónde está tu cuarto?” ahí vamos. Entramos y a propósito dejo lapuerta abierta, lo siento en el borde de la cama y ahí me confiesa que nunca lehabían chupado la pija, le bajé el short y lentamente empecé a darle besitos ya introducirla en mi boca, mientras se la chupaba veía de reojo hacia arriba lacara de goce que tenía. Habrá tardado dos minutos en venirse dentro de mi boca,se la limpié toda con mi boca y cuando levanto la cabeza veo que hace un gesto.Los otros estaban mirando atrás en la puerta, uno se estaba pajeando. Melevanto, camino cómo desfilando un poco y acercándome a ellos, hasta que otrose acercó y me tomó por atrás refregándome todo, me agacho me doy vuelta y ahíde parado empiezo a chuparle la verga. Tardó menos que el otro en venirse. El quese estaba pajeando no aguantó más y enseguida vino a metérmela en la boca, mientrasyo en 4 se la chupaba levantando la cola para todos. El que faltaba fue másosado, se acercó me empieza a tocar la cola, me baja la calza y empieza a acercarse. Yo, mientras chupabaal otro, corrí la tanga para que pueda ponérmela y ahí se les fue la inocenciaa todos. Enseguida empezó a hacer fuerza y logró que entrara. Aunque tambiénduró poquito me cogió. Enseguida el que se la estaba chupando saca la verga demi boca y se pone atrás mío y me entra a coger, todo delante de los demás queestaban descansando
No pasó ni cinco minutos que a dos ya se les había parado devuelta, pero esta vez directamente les di la cola. Así me volvieron a cogertodos.
Terminamos exhaustos. Voy al baño a limpiarme un poco ysentía un cuchilleo.
Cuando vuelvo uno me dice “si te querés quedar a dormir acáno hay problema” me terminé quedando con ellos, despertándonos a las nueve conotra sesión de mamada y cogida para todos.
Después ya casi al mediodía me fui, pero sin las calzas, conshort común que tenía en mi mochila para no dejarlos en evidencia.
Quedamos que me llamaban cuando quisieran verme. Eso lo dejopara otra historia.
Iba con unas calzas grises y una tanguita roja.
En una de esas doblo por una calle, casi llegando a la ruta,que vi que terminaba y pensaba dar la vuelta por otra para no irme tan afuera.En una veo luz y conversaciones de chicos jóvenes. Se ve que algo vieron porquecuando me acercaba apagaron la luz del frente. Entonces pasé más lentamente meneándome.Escucho que se ríen y uno silva.
Me reía por dentro pensando “estos pendejos se creen que nome doy cuenta de nada”. La casa estaba como apartada, entre esa y la anteriorhabía dos terrenos baldíos y después, otro baldío más y la esquina.
Llego a la esquina y en vez de doblar me quedé parado ahí,dándoles la espalda y subiéndome un poco las calzas para que vean mejor yenciendo un cigarrillo.
Habrán pasado dos minutos que salen dos de esos chicoscaminando como si nada, haciéndose los desentendidos, pasan al lado mío, semiran y siguen caminando, a los pocos metros escucho que uno le dice al otro “¡cagón!”.Siguen caminando un poco, y uno hace la expresión cómo si se olvidara algo yvuelve.
Cuando se acercan, uno saca un cigarrillo y me pide fuego,le doy y el otro me mira y me dice “¿te puedo hacer una pregunta?” “si porsupuesto” “te digo la verdad porque este se cagó, hicimos una apuesta y el queperdía tenía que venir a preguntarte si a vos te gusta que te cojan”, “ufffff,me encanta” y me doy vuelta para mostrarles la cola. “¿y también te gustachupar pija?” “si también”. Los dos se rieron y se fueron. Pero uno se dabavuelta para mirarme.
Yo me quedé ahí sin moverme. A los dos minutos viene otrocon el que me preguntó. Lo veo venir, le doy la espalda y empiezo a mover lacola y se acerca y me pregunta “¿te puedo tocar la cola?”, se la paré más para quela toque. La toca y se va mientras le dice al otro en voz baja “está durita esacola”.
Me daba gracia la situación porque me parecían unos pendejosinocentes, que se consultaban todo. Y no le erré porque enseguida viene otroque se ve que era más valiente porque de una me dice “¿te podemos coger?” “y sime caen bien, puede darse, charlemos un rato” “ya vengo” me dice, y al minutovuelve “te invitamos a tomar algo” y ahí fui.
Nos pusimos a tomar algo yo al principio parad@ meneando unpoco para prepararlos. Eran 4 en total, de unos 19 años mas o menos. Tomamoscerveza, fumamos unos porros que tenían. Me contaron que estaban en la casa deuno de esos, que los padres se habían ido para afuera hasta el domingo y ellosmientras bardeaban ahí. Así, incluso una de las veces que me paré, vi quepusieron algo abajo del almohadón de la silla que yo tenía, cómo para que mesentara arriba de algo. Obviamente me di cuenta y cuando me senté, acomodé lasnalgas para que eso quedara en el medio y de a ratos las movía. Pero resultaronser divertidos.
Ya habían agarrado confianza conmigo, yo se las di también. Yme mandan a la cocina a buscar otra cerveza. Serían las dos o tres de lamañana. Yo voy y demoro un poco, como haciendo que no encontraba. Hasta quellega el primero, un poco avalentonado por el alcohol. Me mira de arriba abajo,y yo lo miro a él mordiendo mi labio inferior con los dientes. “¿Dónde estánlas cervezas?”, “ahí” me responde. Obviamente la agarro de la heladeralevantando bien la cola.
Cuando me doy vuelta a dársela veo que se arquea “¿pasó algo?”le digo mientras me acerco a él y le agarro la verga, la tenía dura como ungarrote. “¿dónde está tu cuarto?” ahí vamos. Entramos y a propósito dejo lapuerta abierta, lo siento en el borde de la cama y ahí me confiesa que nunca lehabían chupado la pija, le bajé el short y lentamente empecé a darle besitos ya introducirla en mi boca, mientras se la chupaba veía de reojo hacia arriba lacara de goce que tenía. Habrá tardado dos minutos en venirse dentro de mi boca,se la limpié toda con mi boca y cuando levanto la cabeza veo que hace un gesto.Los otros estaban mirando atrás en la puerta, uno se estaba pajeando. Melevanto, camino cómo desfilando un poco y acercándome a ellos, hasta que otrose acercó y me tomó por atrás refregándome todo, me agacho me doy vuelta y ahíde parado empiezo a chuparle la verga. Tardó menos que el otro en venirse. El quese estaba pajeando no aguantó más y enseguida vino a metérmela en la boca, mientrasyo en 4 se la chupaba levantando la cola para todos. El que faltaba fue másosado, se acercó me empieza a tocar la cola, me baja la calza y empieza a acercarse. Yo, mientras chupabaal otro, corrí la tanga para que pueda ponérmela y ahí se les fue la inocenciaa todos. Enseguida empezó a hacer fuerza y logró que entrara. Aunque tambiénduró poquito me cogió. Enseguida el que se la estaba chupando saca la verga demi boca y se pone atrás mío y me entra a coger, todo delante de los demás queestaban descansando
No pasó ni cinco minutos que a dos ya se les había parado devuelta, pero esta vez directamente les di la cola. Así me volvieron a cogertodos.
Terminamos exhaustos. Voy al baño a limpiarme un poco ysentía un cuchilleo.
Cuando vuelvo uno me dice “si te querés quedar a dormir acáno hay problema” me terminé quedando con ellos, despertándonos a las nueve conotra sesión de mamada y cogida para todos.
Después ya casi al mediodía me fui, pero sin las calzas, conshort común que tenía en mi mochila para no dejarlos en evidencia.
Quedamos que me llamaban cuando quisieran verme. Eso lo dejopara otra historia.
3 comentarios - con cuatro jovenes