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Las vías 3 (final pero no tanto..)

El sábado amaneció tibio y soleado. 8:30 ya estaba la bici cargada con dos botellones llenos con coca en el cuadro. Ropa cómoda para la larga pedaleada, parche, solución y gomín por las dudas. Puntualmente a las 9 llegó Ezequiel. Su bicicleta era un lujo: cambios Shimano, luces con dínamo, porta equipaje y ese porta herramientas bien "vintage" de cuero marrón grueso colgado del caño.
Su atuendo a la altura de la bici: adidas tenis impecables, joggin de la misma marca como recién estrenado, mochila negra atada al porta equipajes, bastante cargada por cierto.
-Vamos?-,- Vamos.-. Encararon por Güemes, hasta Mitre y de ahí el largo trecho hasta el viaducto de Sarandí , bien al tranco, lado a lado por las veredas anchas y cómodas.
-Que tal ayer con Norbi?-, -muy bien, miramos un par de pelis en su pieza, vos con tu primo?-, -no se si tan bien como vos, pero aprovechando que no estaba mis tios escuchamos rock a todo lo que da en el altillo.-. Los dos sabían que el otro mentía, Mati porque no dudaba que Norbi como siempre le había roto el culo y Eze porque cuando Joni ponía música fuerte, se escuchaba en la casa de Norbi, que quedaba en la misma manzana. Si Mati le inventaba la historia de la música alta, es porque algo ocultaba, pero qué?
Llegados al viaducto, zigzaguearon por varias calles hasta dar con la cancha de Arsenal y el puente que cruzaba el arroyo. Allí ya a la izquierda encararon la larga recta de tierra que los llevaría hasta la costa del Río de la Plata. Eze se paró sobre los pedales y aceleró a toda gamba alejándose de Mati que desde atrás quería adivinar a través de los amplios joggins,  las nalgas de Ezequiel subiendo y bajando al ritmo de las pedales. Por cierto, se confirmaba que nada hacía pensar que Eze tenía el culo roto.  Hizo lo posible para alcanzarlo, pero sin cambios en la bici tenía una gran desventaja. Cuando Eze llegó al terraplen del Acceso Sudeste, se detuvo, lo esperó y lo recibió con un "dale, tortuga!". Pasado el terraplén comenzaba "la costa", una franja selvosa de unos 3 Km de ancho que lindaba con la costa del río, virgen, solamente dominada aquí y allá por los viñedos de algún tano loco que seguía empecinado en hacer  vino de uva chinche, la única que se adaptaba al húmedo clima de Buenos Aires, pero estas chacras ya estaban en pleno proceso de abandono porque los hijos de los tanos ya eran doctores, ingenieros, contadores, y ni  locos iban a seguir pegados a la tierra como los viejos. Tano que se moría, chacra que se abandonaba.
Eze corria a lo loco un rato, paraba y lo esperaba. Mati, más contemplativo, iba mirando las garzas, las perdices, los eucaliptos rodeados de ese matorral denso, y medio julepeado no fuera que también hubiera aún alguna yarará.
Al fin llegaron a la playa de arena oscura. El río se extendía a 100 metros del borde vegetal, marrón, inmenso, silencioso, con sus olas mansas de mar dulce. Los invadió la euforia. Comenzaron a correr entre gritos por la arena, por el agua, salpicados sus traseros por las ruedas como en día de lluvia, eran completamente felices, se sentían libres, dueños del mundo, capaces de todo.
A lo lejos se divisaba un tronco inmenso, un eucalipto centenario, que atravesaba la playa. Corremos hasta allá?,-propuso Eze-, Si pero sin cambios ventajeros-, respondió Mati. Allá fueron las dos saetas, levantando agua, removiendo arena, espantando pájaros con su gritos, riendo, riendo, gozando. Porsu Eze llegó primero, pero Matí ahí nomás. Tiraron las bicis y se sentaron en el árbol, estaban empapados de transpiración y con la respiración entrecortada.
Nos bañamos?, -se le ocurrió a Eze,-pero si no tenemos short-, jucioso Mati-, no importa, nos bañamos en bolas-, atrevido Eze-, pero.. y si nos ven?-, miedoso Mati,-Matiii, no hay nadie en kilómetros, viste a alguíen?-, seguro Eze, -la verdad que no-, dijo Mati, ya bajándose los lonpas, el árbol recibió la ropa y los dos completamente en bolas corrieron hasta el agua. 
 El rio manso los esperaba, el sol de ese casi medio día y el calor de la bicicleteada los invitaban a refrescarse. 100 metros de arena por lo menos hasta las primeras olitas, los dos corrieron bamboleando sus olvidadas bolas y jodiéndose a ver quien llegaba primero, luego unos doscientos metros más dentro del agua para lograr que al menos les cubriera hasta la cintura, chapoteando y tratando de mojar al rival. Agua tibia y mansa, marronísimo Rio de la Plata acogedor de acalorados bañistas en verano, pero tremendo invasor de riberas y destructor de quien se le animara a desafiarlo en las sudestadas de invierno. Mati y Eze estaban exultantes, jugando de mano, corriendo, saltando uno sobre el otro, toqueteándose, riéndose.  Eze se subía a los hombros de Mati y luego se mandaba un clavado chapoteante de espuma. Mati nadaba bajo el agua y tomaba a Eze por detrás y lo sumergía.
Juegos y más juegos, cuerpos que se rozaban, manos que "sin querer" tocaban,  los dos comenzaron a excitarse y sus pijas a pararse. Si bien el agua oscura las ocultaba, en medio de los juegos era imposible ocultarlo siempre. Cuando  Mati cargaba a Eze sobre sus hombros podía ver la tremenda pija de Eze no parada pero casi, pero discretamente no decía nada, al fin y al cabo ya sabía de los gustos de su amigo. Eze también pudo ver el palo duro de Mati, pero discretamente no dijo nada, aunque mentalmente se decía "mirá vos!, Mati también" y comenzó a fabular lo que podrían hacer si se animaba a decirle.  Alguna vez en medio de aprietes y diversiones inclusive alguno sintió el palo duro del otro apretado contra su raya, pero también discretamente no dijo nada.
En un momento Mati bajando a la tierra espetó un "che, tengo hambre ya", por lo que volvieron caminando tranquilos a la playa, largo trecho aprovechado para bajar pijas a su mínima expresión.
Cuando llegaron al tronco, Eze rebuscó en su mochila y sacó una toalla grande que le pasó a Mati, -tomá, secate-, ahh venías preparado para el baño, trucho!-, -no boludo, las traigo siempre para refrescarme un poco después de una bicicleteada larga-. Matías se secó un poco por todas partes y se la devolvió a Eze, que inmediatamente se la llevó a su nariz, -humm, que olor a bolas-, dijo, llevándose con gestos bien evidentes la toalla al culito. Luego de secado, cuando ya la iba a guardar, Mati se la pidió, se la llevó a la nariz y dijo -hum, que olor a culo- llevándosela luego con gestos bien evidentes a las bolas. Secadas nuevamente pija, bolas y algo el pelo, se la devolvió a Eze que sonriendo había seguido cada movimiento secatorio de Matías.  Se pusieron slips y pantalones y atacaron los sanguches de jamón y queso con Coca, las espaldas apoyadas contra el tronco.
-Que bien que la estamos pasando, no Mati?-, de 10 Eze, el rio estaba genial y hace rato que no me cagaba tanto de risa, pero me cagaste, vos no quisiste hacer de trampolín, -tas muy pesado Mati, me ibas a hundir en la arena, jaja. -Ahora que Eze, cuando estabas arriba te vi, uy que tremenda pija que tenés-
Lo había dicho, y apenas salió de su boca se dijo trágame tierra, luego pensó que hablar de sus pijas entre hombres no era algo fuera de lo común.
No tanto,-dijo Eze-, la tuya tampoco es chiquita.
Pero.., con la tuya le dejas el culo roto a cualquier pibe, en cambio con la mía...-Zas!!,esta vez sí había metido la pata, Eze debería ser muy tonto para no darse cuenta que él era puto.  Pero Eze no era tonto.  Lo miró a los ojos, le apoyó la mano en el bulto y con toda franqueza le dijo:
Mati, no disimulemos más, yo te ví la pija parada en el agua y vos me la viste a mi, y ni vos no yo somos mina, dale vamos a cogernos?, si? ,- y dicho esto le dio un suave beso en la boca, que Matías recibió sonrojándose. Poco había que agregar, logrado estaba, pero.. el había pensado en este encuentro para hablar de puto a puto, no para coger, pero bueno, después de coger, hablarían.
-No pensarás que vamos a coger acá en la playa, no?, -No Mati, la arena en el culo raspa, metámonos en los matorrales.
Entre pisotones, cortes de ramas y arranques de pastos se hicieron un lugarcito a no más de 1 metro de la playa, la vegetación era tan tupida que apenas se veía. Arrimaron las bicis todo lo que pudieron y llevaron todas sus pertenencias al nido que habían  armado. Eze sacó una toalla seca de la mochila y la extendió en el suelo.
Ahí estaban, torsos desnudos, joggings abultados allí y mirándose sin saber qué hacer. Y?, -preguntó Mati, -y.., con ropa no lo podemos hacer-, respondió con toda lógica Ezequiel. Matí comenzó a bajarse el jogging, pero en ese momento recordó con una sonrisa, entonces cerró los ojos,  se puso de costado, quebró hacia atrás la cadera y se bajó la ropa solo por detrás hasta el comienzo de las piernas para mostrar sus nalguitas. Cuando abrió los ojos, estalló en una carcajada, repetida como eco por la de Ezequiel: los dos estaban de costado, cadera quebrada y nalga al aire!
Me parece que los dos somos come pijas, tenemos un problema,- dijo Ezequiel sin dejar de mirar el culo de Mati, no porque lo excitara sino porque solo conocía el culo duro y peludo de Norbi y ver un culito lampiño como el de él le llamaba la atención. -, Sólo queda una solución Mati, una vez cada uno. Te va?, si querés yo te cojo primero,- Matías se quedó pensando, la tremenda pija gorda y larga de Ezequiel le daba ganas pero también le daba miedo y además después se lo tenía que coger?, nunca lo había hecho, podría?-
Es que Eze, yo por atrás lo que quieras,-dijo Mati haciéndose el experto de intensa vida sexual-, pero por delante no lo hice nunca. Y si no me sale?
Ezequiel, que alguna vez con bastante asco había arremetido contra la araña peluda que era el culo de Norberto, lo tranquilizó, le dijo que todos podían pero que pasara lo que pasara, él no se iba a ir sin su leche dentro del culito, que lo tuviera en cuenta. Esta amenaza hizo reir a Mati que sin más terminó de sacarse la ropa y se acostó boca abajo sobre la toalla, apoyando los codos en el piso para mirar a Eze.  Ropita fuera, Eze comenzó a masturbarse un poco para pararla bien, ante la mirada preocupada de Matías que ya pensaba cómo iba a hacer para no llorar de dolor cuando se la enterrara.
Eze, poneme mucha saliva por favor y si te pido que me la saques haceme caso, -suplicó Matías-, Nada de saliva nene-, dijo Eze mientras iba a su bolsita de herramientas de las bici y sacaba un potecito blanco de esos de crema Ponds. -Qué es eso?, vaselina Mati, para que te entre fácil. Abrite y vas a ver.
Ezequiel se ubicó de rodillas entre las piernas de Matías, untó abundante vaselina en su dedo y se lo mandó adentro. La sensación cremosa del dedo no estaba mal. Luego se pasó también la crema por el palote y le apuntó al ojetito que se veía tremendamente más chico que el glande. Empujó y entró, con un grito de Matías, segundo empujón, segundo grito. -Sabés Mati, ya tenés la mitad adentro-, me estás matando nene dejala hasta ahí nomás,- no Mati, toda o nada-, retrucó Ezequiel con otro empujón, que esta vez sacó apenas un quejido de Matías,- Viste?, ya está toda adentro-, toda?, los 20?-, si, los 20 cm dentro de tu culo, putazo, se nota que tenías experiencia, jeje.-
 Mati no estaba en condiciones de reirse con el ardor que sentía en el esfinter, pero le gustaba parecer un "tipo con experiencia", a pesar que sólo se había comido 3 veces la pija de su primo que, por otra parte, no pasaba de los 15 cm, con suerte. Como las otras veces el ardor fue cediendo y Ezequiel comenzó con su mete y saca, al principio cortito pero luego sacando casi completamente toda la verga del culito de Mati y clavándosela nuevamente, a veces de golpe y a veces a saltitos, -cada saltito un gritito del putito, jeje-, pensaba  Mati entre quejido y quejido. -Qué buena cosa la vaselina, Eze, -que buena cosa tu culito Mati, le respondía su putito amigo que ya notaba el esfinter de Matías totalmente abierto, mojado por la mezcla de vaselina, preseminal y el juguito que su enorme verga traccionaba de dentro del recto de Mati. Aumentó entonces aun más su ritmo, pero sacando completamente la pija del culito de Mati y volviéndolo a clavar entero, 20 fuera, mmm, 20 dentro, ahhhh, 20 fuera, mmm, 20 dentro, ahhhh.
Eze fue aumentando la furia de sus movimientos y por momentos parecía que quería traspasar el culito de Mati. Su pija entraba a fondo y salía casi completa de dentro de ese culo que volvía a engullir los 20 cm de carne caliente y dura de Ezequiel entre quejidos de Mati y resoplidos de Eze. Mati mientras gozaba pensaba asombrado y orgulloso cómo era posible que su culito casi virgen estuviera comiéndose semejante verga hasta las bolas sin sufrir y gozando como putita.  Por momentos  Eze lo tomaba de la cadera, por momentos, se acostaba sobre su espalda, sin dejar de meter y sacar, y sinó se alzaba con sus dos brazos extendidos apoyados en el suelo para lograr la máxima fuerza de su ariete que brotaba inmenso de entre las fértiles nalgas de Mati y desaparecía nuevamente en ese agujero profundo, tibio y suave.
De a poco la excitación de Mati fue bajando y su climax desapareció completamente, pero como buen putito se quedó, con la mejilla apoyada sobre sus manos, y la mirada perdida, soportando el embate de su amigo. Su mente se iba tras su primo. Si se lo llegaba a coger de vuelta, se daría cuenta?, no podía no darse cuenta, ya llevaba como media hora recibiendo un  mete y saca de una pija atrozmente gruesa y larga. Tenía que quedar abierto. Le extrañaba el poco placer que expresaba Eze, y pensó en ayudarlo. -Eze, querés que levante el culito así acabás más rápido?.-No, - dijo Eze deteniendo la bombeada y sacándosela., -cabalgame! Cómo es eso,-preguntó ingenuo Matías.- Haceme un lugar al lado tuyo, ordenó Ezequiel, que se acomodó boca arriba, con su palo duro y brillante. -Ahora apoyá tus rodillas a la altura de mi cintura mirando para mi lado y andá sentándote sobre mi pija. Mati fue bajando su cadera pero la pija se le corría, sus nalgas estaban empapadas de jugos sexuales y por más que intentaba, la pija de Eze se iba por la raya hacia afuera o terminaba en sus bolas.-Pará, -ordenó Eze-, buscate el agujero con los dedos, si, así, ahora que sabés dónde lo tenés, agarrame la pija con la mano,- Mati obedecía-, andá bajando despacito y llevate mi pija al agujero, la sentís?, eso, ahora sentate.  Matías fue bajando despacito, quería sentir cómo entraba en él la verga de Eze, cuando la sintió segura dentro de él, soltó su mano y con su cadera y sus muslos fue sentándose hasta quedar con sus nalgas contra el pubis de Eze. Wow que rico!, la sentía aún más adentro y le hacía cosquillear la base de la pija más que una paja. -Ahora, galopá nene, ordenó Eze a un Matías que entendía ya perfectamente de qué se trataba y comenzó a subir y bajar su cadera cadenciosamente quejándose con cada descenso y entusiasmándose más con cada ascenso.   Al rato Mati galopaba como potro de carrera, mientras sonreía y miraba a Eze que también sonreía mientras le acariciaba la cadera y la cintura. Galopaba con Eze con la misma alegría que unas horas atrás había corrido desnudo a su lado chapoteando agua río adentro, pero ahora con una sensación de placer increíble en su cuerpo, su pija dura azotando la pancita de Eze que la miraba alucinado y la acariciaba mientras le decía, -ya te voy a engullir toda pijita, esperá que le llene de leche el culo a tu dueño y te devoro. -Estás loco Eze, ya le hablás a la pija nene, mirá si te contesta! Los dos rieron de la ocurrencia, pero la pija de Mati, no quería quedarse muda. El placer del culito se extendía y la excitación de Mati crecía más rápido que la de Ezequiel, las deliciosas sensaciones de su esfinter se fueron extendiendo por sus huevos y sus verga de una manera tal que ninguna paja podía igualar. Mati, ya experto en el arte de galopar, iba cambiando la posición de su  cadera para que la pija de Eze recorriera cada rincón de su recto, sentía que no iba a poder evitar la eyaculación, pero cambiando de poses la demoraba todo lo que podía. Llegó el momento en que no pudo más y su leche saltó abundante como nunca hacia la cara y el pecho de Ezequiel, que asombrado pero feliz de la contestación de la pija a sus palabras la masturbaba para sacar todo resto de leche de dentro del palito y luego con su dedo fue llevando a su boca y chupando con deleite cada gota de semen. Matías no bajaba, sus manos apoyadas sobre el torax de Eze, su cadera subiendo y bajando, subiendo y bajando, sus ojos abiertos, su mente volando, sin pensar, solo gozando del momento, de ese orgasmo que no terminaba aunque se hubiera vaciado de leche, porque su culo mantenía el orgasmo, el placer inmenso, como cien pajas juntas, como nunca había sentido.
Eze, con suaves caricias lo fue haciendo bajar, hasta que al fin Mati quedó sentado tranquilo sobre su pubis, recuperando aliento.  Quedaron un rato en silencio. -Tengo que acabar Mati, pero así no puedo, sacátela y ponete en cuatro. Mati despacito nuevamente, para darle una caricia final, se levantó para sacarse el palo del culito y se puso a un costado de Eze, rodillas en tierra, manos también, mejilla sobre las manos. Sentía un raro vació en su culo, casi una hora de tenerla adentro había cambiado para siempre su traserito, que seguía abierto como si aun estuviera lleno de pija. Se llevó un par de dedos al ano y los pudo meter dentro de él sin rozar casi. Se tocó las paredes del esfinter, estaban calientes y mojadas y sus nalgas estaban cubiertas de una crema transparente que ya no solo estaba en la raja sino en el inicio de sus cachete y escurriendo a sus bolas. Eze, de rodillas detrás de él se masturbaba con todas sus fuerzas, mientras se meneaba se quejaba, pero más que quejarse chillaba agudamente, y con cada chillido movía espasmódicamente la pelvis hacia atrás, como para clavarse una pija imaginaria en el culo. -Ya, ya, ya, preparate Mati,- le dijo mientras se acomodaba detrás de él y sin dejar de masturbarse se la metía en el culo sin esfuerzo, lo cogió furiosamente por unos segundos y se la volvió a sacar para volver a masturbarse y volver a metérsela, esta vez si, para entre chillidos de puta y jadeos de macho, volcar su semen dentro del culito de Matías. Apenas unos segundos después, se la sacaba y caía a su lado extenuado.  Matí, con sonrisa de Gioconda, mantuvo la posición unos minutos más para que el semen anidara bien dentro de él y luego  se acostó al lado de su amigo, le dio un suave beso en los labios y tomándole la mano, se quedó quieto a su lado, escuchando la respiración aún agitada y gozando del contacto tibio de ese bello cuerpo de hombre que tenía Eze.
Que acababa de vivir? Eze, el chico que le iba a explicar sus dudas y del que sabía que "se lo cogía cada vez que Norbi tenía ganas" acabada de romperle el culo con una pija de 20 cm, y no cinco minutos sino que se lo había montado como una hora. Era normal?, lo del tamaño no le asombraba, ya en las duchas del club había visto varios tipos con pijas inmensas, pero esa duración?, su primo era demasiado rápido o Eze demasiado lento? Sería verdad lo de Norbi o era al revés? Y, uy! había aprendido a cabalgar una pija, que bueno que era eso!!!, poder tener el control y saborear la pija como él quisiera. Y además, por qué había acabado? , si no se estaba masturbando, por qué?, y por qué tanta leche? Y que era lo que sentía tanto tiempo en el esfínter que no lo dejaba bajar? La amistad de Ezequiel, no le respondía preguntas sino que se las agregaba. Sentía una sensación de bienestar total, sus hombros relajados, sus piernas dóciles y blandas y sobre todo su cadera, su vientre, sus testículos, su anito, era una sensación única, deliciosa, calma y placentera. De a poco su mente se fue poniendo confusa y sin querer ni darse cuenta se quedó dormido. 
No sabe cuánto tiempo durmió, pero de a poco, dentro de su modorra, fue sintiendo algo muy rico en la pija, abrió lo ojos y se encontró con los de Eze que, acostado entre sus piernas le estaba chupando la pija, que ya estaba casi erecta. Mati comenzó a quejarse de gusto mientras acariciaba la cabeza de Eze que entusiasmado mamaba feliz. Cuando vio que ya casi estaba, empezó la segunda fase de su mamada, ya no mamadas largas de abajo a arriba sino que tomó la pija con una mano y la peló para lamer el glande. Mati gritó y se contrajo de excitación, era muy fuerte la sensación que le provocaba esa lengüita acariciando el borde inferior de su glande que por otra parte tenía la sensibilidad de la virgindad. Luego se concentró en el agujerito, lo que provocó nuevos gritos de Mati. Ya satisfecho con el resultado, la pija estaba durísima, volvió a tragar a fondo, ahora más difícil, pero súper excitante para Mati cuando los labios de Eze oprimían su pubis.
Ahora es mi turno,- dijo al fin Eze, -querés que te cabalgue?
Mati recién cayó en la cuenta que ahora debía cogerlo él, lo había prometido, y con miedo por ser primera vez, pero con mucha confianza en su amigo, le dijo -no, Eze, quiero aprender tu culito que casi ni te lo vi.
Ezequiel entonces se puso boca abajo con las piernas abiertas, en esa misma posición en que Joni le había roto el culo a él allá en las vías y sonriendo esperó a su amigo. Mati recordó el mimo especial de su primo y se metió de cabeza entre las nalguitas de Eze y le empezó a lamer el ojetito, levantando de inmendiato los quejidos del putito que en pocos minutos le pidió -ya, metémela Matu, damela ya, necesito pija Matu.- Matías se ensalivó la verga y  apoyando la cabecita en el asterisquito dio su primer empujón, su glande comenzó a sentir la presión del esfinter y el roce no del todo placentero del cañito de Eze. -Si esto es coger, no me gusta-, pensó, y su pija comenzó a perder dureza. Eze, que notaba el desconcierto de su amigo, lo invitó a usar la vaselina. Pija fuera, Eze enseguida se incorporó y volvió a chupársela para ponerla dura, y luego él mismo se metió los dedos envaselinados en el culo y embadurnó la pija de Mati con la crema. Nueva intento, esta vez siiii, la pija se deslizó dentro de Ezequiel como por un tobogán y en lugar del desagrado Mati pudo sentir la tibieza del canalito de Eze y su suave presión agradable esta vez. Mati entonces se recostó sobre la espalda de Ezequiel. -Ya la tenés toda adento Eze-, -siii, Matu, pudiste, me estás rompiendo el culo nene, dale sacudime!
Matías comenzó el mete y saca primero despacito para sentir y para calcular, no sea que se saliera, pero de a poco fue ganando confianza y se convirtó en un ariete tremendo martillando el culito de Eze. A veces se salía, pero meterla de nuevo era nada, la dilatación de Ezequiel permitía que entrara sin darse cuenta, sin esforzar el glande, su pija era una locomotora que corría embravecida sobre eso rieles que la llevaban a ese túnel oscuro y caliente, ese túnel húmedo ya no sólo de vaselina sino de los jugos de ambos, mejores que la vaselina. Ezequiel con cada pujada gritaba suavecito, con una vocecita aguda, rara, que parecía más de mujer que de hombre, cuando Mati se detenía a descansar sobre su espalda y quedaban casi boca con boca, Eze quejumbrosamente le rogaba -cómo necesitaba tu pija Matu, no me la saques nunca Matu, rompeme el culo Matu-. Matías entonces hiper excitado comenzaba con fuerza el mete y saca. De pronto recordó lo que le había pasado en su debut en las vías, se salió del culo de Eze (-nooo, por qué me la sacaste tan prontooo?), fue a buscar la mochila,la envolvió en el toallón mojado y se lo puso a Eze debajo del pubis, con lo que sus pompis quedaron bien elevadas. La clavada fue total, el quejido de Eze fue maravilloso y la sensación en su pija intensísima. Siguió el mete y saca entre quejidos y lloriqueos de placer de su amiguito por un lindo rato hasta que comenzó a sentir algo extraño, la temperatura del canal de Eze era cada vez mayor, como si quisiera quemarle la pija, y de pronto el esfinter se contrajo apretándole fuertemente la verga, al unísono con un aaaayyy! prolongado de Ezequiel. Luego todo el cuerpo del chico se relajó, cayeron sun hombros, se aflojó el esfinter, se relajaron las piernas y con un largo suspiro Eze apoyó su mejilla contra el piso. Matu,no entendía nada, por las dudas le sacó la mochila de abajo el cuerpo y acostándose de nuevo sobre Eze le preguntó -qué te pasa Eze?-, -No se Mati, no se, pero fue maravilloso, cogeme amorcito, cogeme suavecito, llename el culito de tu lechita-, Mati, extrañado por lo de "amorcito", reinició su mete y saca despacito, con mucho afecto pero sin convicción erótica. Pero Eze le tenía reservada otra sorpresa: levantó la cadera y comenzó a menear sus nalgas, arriba, un costado, al otro, bailando una salsa fenomenal que con cada movimiento le daba una caricia nueva a la pija de Mati, que bufaba de placer, cuando Mati hundía la pija, Eze levantaba el culo, golpeándose pubis y nalgas con un chasquido y venciendo la tenaz resistencia de los testículos de Mati, que tenían su carga de leche lista para salir al primer descuido del mental Matías. Y el descuido llegó cuando Eze, a la pujada hacia arriba le sumó un movimiento circular de su cadera que rodeó toda la pija de Mati, en diamétro y largo con una sensación imposible de dominar. Sus manos traccionaron a full la cadera de Eze y empellón tras empellón se vació en ese culito especial. Los dos cayeron, Eze agitado, Mati con un raro temblor en todo el cuerpo que fue cediendo lentamente a medida que acariciaba los costados de Ezequiel y que besaba su orejita. 
Quedaron en silencio por un buen rato, el graznido de una garza y el uh uh de una paloma montera los devolvió del ensueño.  -Me rompiste el culo Mati-, -Y vos me desvirgaste la pija, Eze-, -Yo tengo tu primera leche?, que lindooo!.- si no contás las pajas y la que te dejó la cara enchastrada, si.- Sabés Mati, yo acabé junto con vos, mientras vos me llenabas, yo la sacaba, estoy todo enchastrado. Es la primera vez que me pasa. Mati sonrió y se bajó de Eze. Se acostó boca arriba con las manos debajo de la cabeza, al lado de su amigo, que se quedó boca abajo apoyado sobre los codos para poder ver a su amigo mientras hablaban.
Qué lindo todo lo que pasó, no Eze?, pero decime, cuando me invitaste a venir acá vos ya lo tenías planeado?
Ni loco, Matu, no me imaginaba que eras puto, sólo quería aprovechar que alguien me hiciera pata en una bicicleteada, el boludo de Norbi nunca quiere. Pero cuando jugábamos en el agua y te vi la pija parada, primero me asombré y no lo quise creer, pero luego cuando en los juegos tocábamos más de la cuenta, me convencí que yo te gustaba, y me di cuenta que estabas rebueno, y bueno, acá estamos, los dos con el culo roto y con leche por todos lados.
Había llegado el momento de las preguntas y las confidencias, el motivo original de Mati, asi que no lo iba a dejar pasar.
-Contame cómo empezaste Eze-. -A qué?-, no te hagás el boludo, a dejarte coger-
-Jajaaa, bueno, ya hace como un año que Norberto me coge. Empezó medio como en broma, pero después que me la metió la primera vez, ya los dos no pudimos parar de juntarnos a coger.
-Pero.., por qué te dejaste coger?
-Porque Norbi me gustaba
Entonces ya eras puto Eze?
-No se Mati, siempre me llamaron la atención las pijas, en las duchas del club miraba con disimulo las pijas de los otros pibes, como muchos hacen, pero no era para "comparar" sino porque me gustaba verlas, sentía como una atracción, como ganas de tocarlas, no sabía muy bien por qué, pero tenía ganas de agarrarlas con la mano y sentirlas. Y cuando tenía un tipo enfrente, mi mirada siempre caía a la bragueta, no por timidez como muchos pensaban sino porque quería imaginar lo que había debajo. Sabés Matu, con mi tamaño muchos me la miran y se quedan mirando, cuando yo los miro a los ojos, enseguida distingo al puto del comparador, jeje, claro, es un segundo porque después miran para otro lado. Y te puedo asegurar Matu, somos mucho más que dos.
Entonces cuando vino la cosa con Norbi, era mi oportunidad para probar eso que tanto deseaba.
Matu aún no lo entendía, -Pero, Eze, no te sentiste mal después que te cogió?, los dos sabemos que un hombre entrega cualquier cosa menos el culo, entonces cómo te animaste?
-Matu, no se como me animé, pero después que la tuve adentro, sentí que no me equivoqué. Tengo bien claro que si los demás se enteran estamos jodidos, pero si nos gusta, y mientras lo mantengamos en secreto, por qué no? Yo quería ya no solo imaginar sino tener una verga, Norbi me gustaba, Era amigo así que nadie se enteraba, por qué no iba a darle en culo?, Además, vos ya te la comiste muchas veces, qué pasa, no te gusta ser puto?
-Yo no soy puto-
Ezequiel, pensó en reir, pero luego entendió la congoja de su amigo.
Matu, a menos que seas un bufarrón...
-un bufa queee?, preguntó Matute
-Un bufarrón es un tipo que coge con mujeres y con hombres-, explicó académicamente Ezequiel.
El término era lo bastante desagradable como para que la palabra "puto" ya no le cayera tan mal.
-Es que Eze, la verdad, yo me hice el langa pero tengo muy poca experiencia. No se si soy eso porque hasta ahora nunca estuve con una mujer, pero no se, con hombres apenas.
-Bueno Matu, me engañaste bien, contá vos ahora.
-Yo debuté hace menos de un mes, con mi primo-, comenzó a contar algo balbuceante Matías.
-Con Jonatan?, en serio? Siempre lo vi tan machote!, no la tiene grande pero la tiene buena.
-Qué, también te cogió a vos el muy hijo de puta?, preguntó enojado Matías.
-Epa, celos?, tranquilo Mati, se la vi en el club como a todos los demás, siga contando Señor. En donde te cogió?
-En las vías-, en las vías?, como yo, jajaaa, las vías son el telo de los putos Matu.
-Pero a mi no me gustaba mi primo, no sentía nada por él. Se lo dí de onda-
-Cómo es eso, vos no sos puto porque le das el culo de onda? jajaaaaaaaaa
-No te rías Eze, que me da verguenza y no sigo-
Ok, perdón, seguí.
-Estábamos los dos en las vías y mi primo me pidió el culo, me dijo que estaba muy caliente, que no aguantaba más, que ya estaba podrido de las pajas, que porfa lo ayudara. Y tanto insistió e insistió que al fin me animé y se lo di. No tenía ganas que me cogiera, sólo queria ayudarlo a sacarse la leche y que se tranquilizara.
-Pero vos sabías que eso era de puto, que le estabas entregando lo que los hombres jamás entregan-
-Si, pero pensé como vos, que nadie se iba a enterar, y además me dije que era por una sola vez, pero ya ves, parece que me gustó y que con una vez no me alcanzó. Después, en su casa, el otro día te acordás? cuando vos ibas a coger con Norberto, yo iba a a lo de mi primo con ganas de que me la diera de nuevo. Me echó dos polvos esa tarde. Eso es todo, el único que me ha cogido antes que vos es Joni y sólo me cogió tres veces. El cuarto polvo es el tuyo. Además Eze, vos tuviste algo de culpa.
-Y yo que tengo que ver?, -preguntó extrañado.
-Es que yo ya sabía que a vos te cogían duro. Tenemos un mejor amigo en común y me lo contó rogándome que no le dijera a nadie.
-Que hijo de .....!, claro porque el culo no era el de él, por eso lo contaba-, replicó enojado Ezequiel.
-No te pongas así Eze, pensá que si no fuera por eso, no estaríamos juntos ahora-, intentó calmarlo Mati.
-Bueno, dale, que tuve que ver yo en tu debut?
-Y, que cuando ya estaba casi convencido de darle una mano a la calentura de mi primo, pensé que por ahi se me iba a notar algo y casi le digo que no, entonces me acordé de vos, que a pesar que te la comías no se te notaba nada y que si repetías no debía ser tan feo. Con eso me decidí.-Ajá, entonces me tenés que dar las gracias, gracias a mi ahora sos puto.Y dale, no soy puto.
Mati, -le dijo Ezequiel con voz suave-, no te engañes más, no fue una vez para probar, lo hiciste y lo repetiste  con tu primo, después me buscaste a mi para coger, te tragaste mi pedazo a pesar del miedo y gozaste tanto que hasta acabaste sin tocártela. Si no sos puto, que sos? Yo se que no es fácil reconocerlo pelotudo!, -dijo Eze como enojándose-, no sabés cuantas almohadas mojé llorando cuando me di cuenta.
Los dos seguían aun acostados, Mati miró a Ezequiel, que moqueba mientras gruesas lágrimas caían de sus mejillas. Se incorporó y lo ayudó a levantarse. Lo abrazó fuerte, mientras Eze entre sollozos seguía hablando.
-Vos no sabés lo que mi viejo piensa de los putos, lo más liviano que dice es que son una mierda y que habría que matarlos a todos!, y la hija de puta de mi vieja, cuando lo escucha, sonríe, porque piensa igual que él. Que hago si se enteran? Porque yo soy lo que soy y no voy a cambiar..
Ya Eze, te entendí, - los ojos de Matías también lagrimeaban-, tus lágrimas están ahorrando las mías, gracias Ezequiel, gracias.- decía mientras tomaba la cara de Eze entre sus manos y besaba sus lágrimas.
-Por qué Matu?, preguntó Ezequiel aún sollozando.
-Mi razón para buscarte y provocar el encuentro no era coger, estaba desesperado por entender qué me pasaba, qué sentía, estaba angustiado con la culpa, por eso quería hablar con vos, eras el único puto que conocía y con el único que podía hablar, quería escucharte a vos para entenderme a mi. Ahora ya lo se, soy puto, lo asumo, y se que voy a sufrir cuando escuche de mis viejos, de mis amigos, de mis compañeros esos comentarios sobre los putos de mierda y los maricas que hay que matar. Gracias Eze, ya estoy preparado para no llorar por eso.
Se volvieron a abrazar fuerte, sus pijas caídas apoyadas una contra la otra, sus cuerpos tibios transmitiendo calidez humana.
-Pero che, ya hace como cuatro horas que estamos en pelotas-, dijo Eze con una sonrisa que era como un arco iris naciente luego de la tormenta de sus lágrimas.
Mati bajó de su estado de sentimiento puro, sonriendo también y bajando sus manos a las nalgas de Eze, le respondió:
-Si, y no se cómo nos vamos a sacar este olor a pija y leche que tenemos encima.
-Para que tenemos el río boludón? Otra carrera?
Los dos salieron como pudieron de entre el matorral y de nuevo en bolas corrieron por la inmensa y solitaria playa hasta el agua. Se metieron hasta que el agua les llegó a mitad de los muslos y allí planearon los dos hacia adelante, como dos delfines regresando de un salto.
Me hiciste mierda Eze,- comentó Matías- cuando corro siento como si mi agujero fuera un caño, menos mas que cuando me zambullí no hizo glub, glub, glub.
Eze sonriendo, lo agarró por atrás y apoyándole la pija en el culo, le retrucó:
-Si querés te lo lleno, así no te entra agua-
-Serás capáz?- sonriendo acotó Mati mientras se inclinaba y se ponía en posición de recibirla
-Abrite y vas a ver ya que te hacés el macho-
Mati, le siguió el juego y con las dos manos separó sus nalgas, pensando que hasta allí seguía la broma, pero un segundo después el dolor intenso de su culo le dijo que no era joda, Ezequiel lo había ensartado en seco y tomándolo de las caderas intentaba terminar de meterle los 10 cm que le quedaban afuera.
-No seas bruto nene, soy puto pero no desfondado-, se quejó Matías mientras se acomodaba para reducir el dolor que ya era dolorcito y a medida que se iba transformando en sólo ardor, empujaba hacia atrás para clavarse del todo la pijota de Eze.
El sol  seguía alto en ese cielo sin nubes, las olitas amigas del río seguían su tranquilo rumbo hacia la costa, a lo lejos las chimeneas del doke humeaban como siempre, y allí, como si fueran los únicos habitantes del planeta, Eze y Matu hacían el amor, medio jugando, medio en serio, sin siquiera pensar que hacían el amor, ni se les hubiera ocurrido esa palabra, como no se les ocurría aun besarse con pasión o decirse cosas tiernas.
Luego de un rato de mete y saca, Eze dejó el culito de su amigo y acotando: mi turno que yo también soy puto-, se dio vuelta y abrió sus nalgas.  Matu, más expeditivo, y con un Eze que sabía sacarle la leche, en 10 minutos lo volvió a llenar de semen.
Al fin entre risas y bromas porque venían a sacarse el olor a pija y terminaron aumentándolo, se lavaron y caminando tranquilos volvieron a la playa.
Ya era hora de regresar, así que con desgano se vistieron, previo halagos a sus respectivos culos -con un culo tan lindo, si no fueras puto sería un desperdicio- tomaron lo que quedaba de coca y pedaleando despacito comenzar la vuelta a Avellaneda.
-Cuando volvemos Matu?
-Sería bueno venir con carpa y pasarnos un fin de semana no?
-Mmmm, coger sobre la arena a la luz de la luna, siiii
-Ahhh, pará tengo una idea mejor,- dijo Matías casi gritando de entusiasmo- La casa de mi abuelo en San Clemente, el otro día en la cena  mis viejos comentaban que había que ir para cortar el pasto, limpiarla y prepararla para alquilarla en la temporada. El otro fin de semana tiene un feriado, son tres días. Por qué no vamos los dos solos con esa excusa, hacemos el laburo y de noche cogemos a morir?
-Yo me prendo-, dijo Eze con la cara iluminada de entusiasmo.
Matu pensó un poco, - No querés que invitemos a Norbi y a Jonatan?
-Vos le vas a contar lo de hoy?, yo no, -preguntó preocupado Ezequiel
-Yo tampoco, pero cuando me abra los cachetes por ahí se da cuenta-
-Vos cerralo como para evitar que te salga un pedo por las dudas. Por qué queres que vengan?
- Y..., Eze, a los dos nos gusta más estar abajo que arriba, por eso....
- Norbi es un pelotudo y seguro no va a querer, pero si tu primo quiere....
-Bueno, yo le digo lo del plan, pero no le cuento de "nuestros" planes. Allá inventamos algo para que se dé cuenta y empezar la fiesta. Pero che, porque no me decís nada bueno de Norbi?
- Porque la verdad, es un pelotudo, tiene un buen cuerpo y eso me calienta, pero después que bici no, que estar mas tiempo juntos no porque cree que van a pensar mal, que chupármela no porque le va a quedar olor a pija en la boca. Mirá Matu, ni me la toca, se debe imaginar que mi pija muerde.-
Mati pensaba que Joni no era una maravilla tampoco, pero claro, en dos encuentros aún no había lugar para que el fuera tomando en cuenta esas cosas.
-Che, yo tampoco te la chupé hoy-
-Pero Mati, en unas pocas horas no se puede todo, pero seguro que si te lo pido me la chupás
Mati, que jamás había tenido una pija en la boca, arqueó una ceja y balbuceando le dijo:
-Si.., si,  seguro que si.
Eze paró de golpe la bicicleta.- Me la chupás ahora?-
Para Mati era entonces una cuestión de honor, así que se bajó de la bici y le dijo "dale", lo tomó de la mano y lo llevó hasta un árbol que había al costado del camino, Eze dejaba hacer,  le apoyó la espalda contra el árbol, se arrodilló delante de él y le bajó el jogging. Tomó con una mano la pija fláccida de su amigo y se la llevó a la boca. Sus labios se apretaban contra esa carne blanda y tibia, cerró los ojos y comenzó a subir y bajar por ese tronco tratando de imitar lo que Eze le había hecho esa tarde, le peló el inmenso glande y pasó su lengua por el borde, que rico que era!!!, ese sabor a macho que inundaba su boca, esa primera gota de preseminal salada, deliciosa que salía del ojito, esa sensación de poder que emanaba, que lo entusiasmaba. De a poco fue tragando un poco más, imposible tragarla toda, pero hacía lo mejor que podía. Eze comenzó a quejarse y suspirando le pidió -Mati porfa meteme los dedos en el culo-, la idea era clara, Matu se chupó los dedos para ensalivarlos y mientras seguía mamándole la verga se ingenió para meterle  primero uno y luego dos dedos. Con mucho arte sincronizó su boca con el mete y saca de los dedos, lo que llevó a Eze a la gloria.
-Soltala que ya acabo-, le dijo Eze al rato, pero Matu no tenía el menor interés de soltarla, por lo que recibió en su boca el largo trallazo de leche de su amigo, un sabor raro, diferente, extraño, pero rico. Lo tragó sin dejar de chupar pero mirando a Eze a los ojos, sacó delicadamente los dedos del culito de su amigo y bajando el ritmo, abandonó su rica pija dándole un besito final en la punta. Se incorporó y besó por primera vez  de verdad a su amigo para que él también sintiera el sabor de la leche.
-Ay Mati, con la media cogida que te dí había quedado caliente, necesitaba sacarme la leche. Gracias Matu, sos un amor.
Matías, con la boca un poco dolorida por el esfuerzo, sonrió feliz y le dijo:
-Si, pero ahora estoy de vuelta con olor a pija-
-Todo tiene solución-, acotó Eze, sacando su cantimplora de emergencia y su paquete de Billiken Mentol. -Te enjuagás bien y con dos pastillas de estas solamente van a pensar que estás tapando el olor a cigarrillo berreta, jeje.
Subieron de nuevo a las bicis, Matu feliz porque su primera mamada le había encantado pero más aún porque le había demostrado a Eze que él era mejor compañero de cogida que Norberto, cosa que no había que demostrar porque  Eze estaba más  feliz que él por todo lo que había vivido esa tarde.
El sol se iba escondiendo cuando llegaron a Mitre, alli apuraron la carrera en el pavimento para llegar antes de la noche al barrio.
En la puerta de la casa de Matías estaba el abuelo en su sillita que los vio venir desde la otra cuadra y con su tono medio cocoliche los saludó
-Medio tarde chico, se divirtierono?
-Si abuelo, mucho- respondieron los dos al unísono sin siquiera mirarse
El lunes hablamos Eze?
El lunes hablamos Matute.

2 comentarios - Las vías 3 (final pero no tanto..)

Gus7676
Excelente relato, la verdad que la forma en que lo contas te lleva a seguir leyendo. Espero q pronto publiques más. Abrazo.