Hay cosas que no siempre me imaginaba hacer o que fueran apasar pero, hace tres veranos, en una ciudad del interior de Uruguay (aclaro,soy de Montevideo) estaba tan caliente que decidí mandarme una locura.
Era una ciudad costera, yo estaba veraneando y las noches seponían tremendas.
Entonces decidí ir a comprarme unas calzas, pero muchasveces mantengo la discreción y las compro en una feria, ya conozco mi talle.Esa vez preferí ir a una tienda deportiva. Fui de tarde, hacía calor pero enlos lugares adentro siempre hay aire acondicionado. Llevaba un short discreto yme puse una tanga debajo.
Entro y había dos muchachos atendiendo y una señora bastantemayor en la caja (supongo sería la dueña).
Voy derecho a uno, que me pareció muy bonito y le pregunté porlas calzas largas deportivas.
- Tenés estas que salen $390 son de un solo colorson de lycra y algodón. Estas a $ 500 (bueno, todas las descripciones)
- Quiero de talle L.
Me mostró las que había de ese talle, yo las tocaba, me lasimaginaba, y no me aguanté. Y le pregunté por unas grises oscuras brillosas yotras violetas.
- Si no hay problema (me dice y me trae las dos,solo que la violeta no era de talle L)
- ¿Me puedo probar la gris?
Me queda mirando
- Si es para mí
- Bueno, pasá por el probador
Cómo en casi todas las tiendas los probadores están más bienal fondo, me mandó a uno que estaba al fondo, hacia un costado, como a lavueltita. Me imaginé que le daba vergüenza que yo me esté probando unas calzasahí, pero ya estaba en un punto que no me importaba nada.
Cuando voy a entrar, disimuladamente me levanto un poco latanga para que sobresalga del short. No sé si se percató pero bueno.
- ¿Me voy probando estas y veo después la violeta?
- Si no hay problema, ya te la traigo
Me puse las calzas grises, cuando terminé solté la tranca dela puerta del probador a propósito, demoró un par de minutos en venir. Cuandollegó se mostró indiferente pero sé que me miraba. Me trajo las calzas violetasy me preguntó si quería probarme algún otro modelo
- ¿Cuál decís que puede quedarme bien? Le preguntéviendo que no había gente alrededor
- Capaz unas rojas oscuro
- Dale me pruebo
Me entré a probar las violetas, solo que las puse ydirectamente dejé la puerta abierta, cuando llegó yo me estaba meneando la colamirándome al espejo, vi que se paró en la puerta a mirar y yo haciéndome el queno me di cuenta seguía mirándome.
- A ver estas que decís.
Bueno, me las dio, me las probé y enseguida vino. Las rojasresaltaban más la tanga azul que tenía abajo y que yo me preocupé que la viera.
- No sé cuál elegir de las tres
- La roja te queda bien, me dijo
- Me llevo la roja entonces.
- Bien, ya te hago la boleta y te la doy
Le devuelvo las otras, me puse de vuelta el short y veo quedemoraba en venir a la caja.
Por allá viene con la bolsa, le dice a la cajera, pago y melas llevo.
Cuando llego al apartamento donde me estaba quedando, la sacoy veo algo que no esperaba, una nota que decía: “no me gustan los hombres, perotenés tremenda cola… 094… salgo a las 7, si querés nos podemos ver a las 11 enel parque… ” Su nombre y un número de teléfono y un parque medio en las afuerasde esa ciudad.
A eso de las 10 decido llamarlo, y quedamos para ir a las11, solo que en vez de llevar la tanga azul que tenía en la tarde, llevé unablanca con las calzas rojas, me reía porque cada vez que salía el portero mequedaba mirando.
Nos encontramos en el parque, bueno, me invitó a tomar unacerveza ahí mismo, charlamos un rato, yo me paraba a cada rato para mostrarlela cola, hasta que en un momento me dijo:
- ¿puedo tocarte la cola?
- Si por supuesto
Me tocó un rato y me dice:
- ¿querés ir a casa a tomar otra? Vivo a unacuadra
- Dale si
Fuimos para ahí, el medio tímido solo me tocaba, me servíacerveza, pero no hacía nada, pero veía que su bulto crecía, entoncesdirectamente le agarré la pija y vi cómo se puso dura.
Acerqué mi cola para que me refriegue un poco y así la fuisintiendo ahí se fue animando un poco más
- Cola de nena tenés, me dice
- Si, de nenita putita, le digo ya re caliente
Me di vuelta me agaché y empecé a chupársela un buen rato,tremenda mamada le hice, quedó como loco, cuando sentí que se le empezaba ahinchar, solté y me di vuelta, dejándole toda mi cola a su merced. EL no sabía quéhacer, así que me bajé la calza, me corrí la tanga, le agarré la pija y yomismo la llevé a mi culito, ahí sí, hizo un poco de fuerza y enseguida empezó abombear, yo gemía del placer que sentía con esa pija hermosa que ya animadoempezaba a bombear lentamente aumentando la velocidad, a tal punto que logramosvenirnos casi juntos.
Quedamos los dos tirados en el sillón, el abrazándome deatrás.
- Nunca me había pasado, pero me enloquecí, medice
- Siempre hay una primera vez
Quedamos un rato más, a la media hora más o menos se levuelve a parar y me vuelve a coger solo que esta vez duró mucho más, meencantó.
Terminamos, nos duchamos juntos, yo me cambié la tanga, y mefui. Quedamos de vernos dos días después.
Yo salí y me fui un rato a ese parque, pero bueno, lo quesucedió lo dejo para otro relato
Era una ciudad costera, yo estaba veraneando y las noches seponían tremendas.
Entonces decidí ir a comprarme unas calzas, pero muchasveces mantengo la discreción y las compro en una feria, ya conozco mi talle.Esa vez preferí ir a una tienda deportiva. Fui de tarde, hacía calor pero enlos lugares adentro siempre hay aire acondicionado. Llevaba un short discreto yme puse una tanga debajo.
Entro y había dos muchachos atendiendo y una señora bastantemayor en la caja (supongo sería la dueña).
Voy derecho a uno, que me pareció muy bonito y le pregunté porlas calzas largas deportivas.
- Tenés estas que salen $390 son de un solo colorson de lycra y algodón. Estas a $ 500 (bueno, todas las descripciones)
- Quiero de talle L.
Me mostró las que había de ese talle, yo las tocaba, me lasimaginaba, y no me aguanté. Y le pregunté por unas grises oscuras brillosas yotras violetas.
- Si no hay problema (me dice y me trae las dos,solo que la violeta no era de talle L)
- ¿Me puedo probar la gris?
Me queda mirando
- Si es para mí
- Bueno, pasá por el probador
Cómo en casi todas las tiendas los probadores están más bienal fondo, me mandó a uno que estaba al fondo, hacia un costado, como a lavueltita. Me imaginé que le daba vergüenza que yo me esté probando unas calzasahí, pero ya estaba en un punto que no me importaba nada.
Cuando voy a entrar, disimuladamente me levanto un poco latanga para que sobresalga del short. No sé si se percató pero bueno.
- ¿Me voy probando estas y veo después la violeta?
- Si no hay problema, ya te la traigo
Me puse las calzas grises, cuando terminé solté la tranca dela puerta del probador a propósito, demoró un par de minutos en venir. Cuandollegó se mostró indiferente pero sé que me miraba. Me trajo las calzas violetasy me preguntó si quería probarme algún otro modelo
- ¿Cuál decís que puede quedarme bien? Le preguntéviendo que no había gente alrededor
- Capaz unas rojas oscuro
- Dale me pruebo
Me entré a probar las violetas, solo que las puse ydirectamente dejé la puerta abierta, cuando llegó yo me estaba meneando la colamirándome al espejo, vi que se paró en la puerta a mirar y yo haciéndome el queno me di cuenta seguía mirándome.
- A ver estas que decís.
Bueno, me las dio, me las probé y enseguida vino. Las rojasresaltaban más la tanga azul que tenía abajo y que yo me preocupé que la viera.
- No sé cuál elegir de las tres
- La roja te queda bien, me dijo
- Me llevo la roja entonces.
- Bien, ya te hago la boleta y te la doy
Le devuelvo las otras, me puse de vuelta el short y veo quedemoraba en venir a la caja.
Por allá viene con la bolsa, le dice a la cajera, pago y melas llevo.
Cuando llego al apartamento donde me estaba quedando, la sacoy veo algo que no esperaba, una nota que decía: “no me gustan los hombres, perotenés tremenda cola… 094… salgo a las 7, si querés nos podemos ver a las 11 enel parque… ” Su nombre y un número de teléfono y un parque medio en las afuerasde esa ciudad.
A eso de las 10 decido llamarlo, y quedamos para ir a las11, solo que en vez de llevar la tanga azul que tenía en la tarde, llevé unablanca con las calzas rojas, me reía porque cada vez que salía el portero mequedaba mirando.
Nos encontramos en el parque, bueno, me invitó a tomar unacerveza ahí mismo, charlamos un rato, yo me paraba a cada rato para mostrarlela cola, hasta que en un momento me dijo:
- ¿puedo tocarte la cola?
- Si por supuesto
Me tocó un rato y me dice:
- ¿querés ir a casa a tomar otra? Vivo a unacuadra
- Dale si
Fuimos para ahí, el medio tímido solo me tocaba, me servíacerveza, pero no hacía nada, pero veía que su bulto crecía, entoncesdirectamente le agarré la pija y vi cómo se puso dura.
Acerqué mi cola para que me refriegue un poco y así la fuisintiendo ahí se fue animando un poco más
- Cola de nena tenés, me dice
- Si, de nenita putita, le digo ya re caliente
Me di vuelta me agaché y empecé a chupársela un buen rato,tremenda mamada le hice, quedó como loco, cuando sentí que se le empezaba ahinchar, solté y me di vuelta, dejándole toda mi cola a su merced. EL no sabía quéhacer, así que me bajé la calza, me corrí la tanga, le agarré la pija y yomismo la llevé a mi culito, ahí sí, hizo un poco de fuerza y enseguida empezó abombear, yo gemía del placer que sentía con esa pija hermosa que ya animadoempezaba a bombear lentamente aumentando la velocidad, a tal punto que logramosvenirnos casi juntos.
Quedamos los dos tirados en el sillón, el abrazándome deatrás.
- Nunca me había pasado, pero me enloquecí, medice
- Siempre hay una primera vez
Quedamos un rato más, a la media hora más o menos se levuelve a parar y me vuelve a coger solo que esta vez duró mucho más, meencantó.
Terminamos, nos duchamos juntos, yo me cambié la tanga, y mefui. Quedamos de vernos dos días después.
Yo salí y me fui un rato a ese parque, pero bueno, lo quesucedió lo dejo para otro relato
2 comentarios - con el de la tienda de ropa
van 10