Para entender el relato es bueno leer las dos primeras partes.
En resumen: Lucas por mandato social decide renunciar a su homosexualidad pero no logra animarse a tener sexo hetero. El ex de su prima lo re-inicia en su verdadera sexualidad. Luego de su debut, busca a sus dos amigos de siempre. Y los encuentra. Espero que les guste.
Lucas se bañó, se perfumó, se puso ese slip rojo que le marcaba bien el ortito y se miró en el espejo, quebró la cadera, mmm qué lindo culito le hacía ese slip!, se lo bajó, no era el slip, eran sus nalgas las lindas, se dijo "estoy refuerte, me cojería yo mismo, jeje". Miró su verga con cariño pero sin admiración, "y bueno, es lo que hay", le hubiese gustado tener los 20 cm de Chiche, pero se tenía que conformar con sus 16 normalísimos centimetritos. Se acordó del chiste "más vale chiquita y juguetona que grandota y boba", pero su irónica conciencia le retrucó "pero mejor grandota y juguetona".
A las 9:30 llegó a la casa de Juan, que lo recibió con un short amplio y una musculosa. Apenas cerrada la puerta, Lucas lo tomó de las nalgas, lo arrimó a él y le dio un intenso beso de lengua.
-Mmmm, sin slip Juancito?
-Si Luquín, así te lo entrego más rápido.
-Bueno, yo también me pongo cómodo-. Se fue al dormitorio de los padres, se quitó la ropa, incluido el famoso slip y se puso también un short, con una remera negra gastada.
Juan se dedicó a la masa y Lucas a la salsa. A las 10 en punto llegó Chiche. Venía precioso, vestido como para una entrevista laboral más que para una cena de amigos: jean Levis flamante, camisa verde impecable, collar de cuero trenzado de feria artesanal al cuello y una nube de Kenzo envolviéndolo, sus uñas perfectas, sus labios sensuales. Se quedó parado en el marco de la puerta.
Lucas lo tomó de la mano y lo hizo pasar, lo besó suave en los labios y le dijo, "a Juan lo conocés, no?". Chiche sonrío "Sí, pero sólo de vista", se arrimó a Juan y le dio también un beso suave en los labios.
-Te querés poner cómodo? Allá está la pieza-, le dijo Juan.
A los 5 minutos llegó Chiche a la cocina. Una musculosa blanca ajustada que le marcaba los pezones y un short de jean deshilachado, súper cavado, que dejaba ver el comienzo de sus nalguitas, y un poco más también. Juan y Lucas intercambiaron miradas de lujuria.
El fernet con cola preparado por Juan estaba justo, las pizzas salieron bárbaras, la charla de los tres amigos fue genial y la sobremesa, calentada por el fernet y el whisky que le afanaron al padre de Juan fue poniéndose interesante.
-Alguna vez te enfiestaron Chiche?- Chiche sonrió.
-No, por qué?, hoy ustedes me van a enfiestar? Lucas y Juan rieron.
-Qué querés Chiche?, con ese shortcito se la hacés parar a un muerto! Todos rieron.
- La verdad chicos, además de Lucas, solamente me cogieron 3 o 4 chicos, casual nada más, además de mi tío porsu.
-Tu tío?
-Si, el hermano menor de mi vieja, ahora tiene 30. Él me desvirgó y me siguió cogiendo hasta que se casó, me llevaba a la casa de mi abuela, me hacía vestir de nena con la ropa de adolescente de mi vieja y me daba por todos lados.
-Wow, y te gustaba?
- Sí boludo, nací puto, me encantaba que me cogiera.
-No webón, si te gustaba vestirte de mina
-Ahh, no, la verdad no me importaba, me daba lo mismo, él me lo pedía y yo le daba el gusto. Si tenés ropa de tu hermana me la pongo, si querés, bien arreglado soy una nena. Lo que sí me encanta es la lencería, después que me puse la primer bombachita, no me la quise sacar más, tan suave!, tan linda!
-Y ahora que tenés puesto?
Chiche sonrió sensual. -Ya la vas a ver.
- Che Chiche, Lucas me contó hace un rato que tenés una verga que asusta.- Chiche se sonrojó y agachó levemente la cabeza.
- Si, mi tío me lo decía siempre: "semejante verga y puto!, Dios da pan a quien no tiene dientes!", jeje.
- Y nunca la usaste?
-No, nunca, pero hoy le dije a Lucas que me gustaría probar.
-Ay, ya me está doliendo el culo- dijeron Juan y Lucas casi al unísono. Se miraron divertidos y comenzaron a reirse del blooper.
- Me parece que hoy hay fiesta para todos.- Chiche se acopló a la carcajada.
A la risa siguió el silencio, al silencio las miradas cómplices, a las miradas cómplices, el gesto con las cejas, al gesto de las cejas el "vamos?". Juan tomó de la mano a Lucas, Lucas tomó de la cintura a Chiche. Entraron al dormitorio de los padres de Juan, la cama queen los invitaba, Juan se sacó de inmediato el short y la camiseta, lo mismo hizo Lucas. Chiche los miraba, esos dos bellos cuerpos apenas abandonando la adolescencia, esas pijas semi-erectas que prometían placer, esos culitos lampiños, delicados y perfectos, tan bellos como el suyo propio, igual de rotos y tal vez igual de deseosos de pija. Se quitó la musculosa, se acarició las tetitas y gimió, se puso de costado a sus amigos y quebrando la cadera comenzó a bajarse el short despacito, el encaje negro de su mejor bombachita comenzó a asomar, luego sus nalgas debajo de ella, hasta caer al piso, mostrado la perfecta armonía de sus cachitas suaves. Se subió a la cama en 4 patas, gruñendo como pantera y mostrando y ofreciendo su culito mientras por sobre los hombros los miraba lujurioso. Lucas y Juan no se hicieron esperar. Lucas saltó adelante y le ofreció la pija, que Chiche de inmediato se puso en la boca. Juan por detrás, con ojos desorbitados comenzó a morderle las nalgas, se las lamió, se las besó, se las apretó, se las abrió para descubrir su ojetito rosado, húmedo y tembloroso. Lucas le mostró sobre la mesa de luz el frasquito azul de body milk, se puso rápido un poco y le metió un dedo encremado en el culito. Apoyó y se la mandó a guardar. El esfínter se abría deleitosamente, firme pero suave, y al empuje de su glande se iba abriendo en caricias tibias, en suaves presiones de bienvenida. Chiche se sacó la verga de la boca, cerró los ojos y gimió con esa mezcla de dolor y placer que siempre le daban las clavadas, le gustaba ese dolorcito, sentirlo era sentir que se entregaba, que un macho lo hacía suyo, que nuevamente lo iban a embarazar, nuevamente el semen de un bello y dulce machito lo haría subir a las nubes. Lucas entendió que si le volvía a meter la pija en la boca lo iba a distraer, que tenía que dejarlo disfrutar de su culito. Lo besó y comenzó a acariciarlo, a acariciarlos en verdad porque se levantaba e iba a la boca de Juan para besarlo con pasión, para lamer el pedazo de pija que estaba fuera de Chiche, las bolas de ambos, el perineo de Chiche, pero lo que más le gustaba a los tres era que apoyara su lengua en el esfínter de Chiche para lamer la pija que entraba y salía apretada desde ese culito precioso.
El culito de Juan iba y venía, bello, lampiño, adorable, dejarlo sin pija era un desperdicio. Lucas se puso detrás, se embadurnó la pija con el body milk y se la clavó de una. Juan estaba demasiado caliente para quejarse. Se quedó quieto, bien adentro de Chiche, mientras Lucas terminaba de empujársela adentro hasta las bolas, gimió y arrancó el mete y saca, todos gemían, la enorme pija de Chiche se bamboleaba como carro en calle poceada, Juan lo clavaba sin piedad, tomándolo de la cadera, Lucas detrás quieto, sólo dejaba que el va y viene del culito de Juan lo llenara de placer. Juan, con la cogida dura, que le estaba dando a Chiche, sin darse cuenta cerraba su esfínter, dándole a Lucas unas sensaciones tan intensas que en pocos minutos lo llevaron al orgasmo, que Juan recibió con una sonrisa y dando vuelta la cabeza para besar a su amigo. Su culito, que siempre fue súper sensible, sentía cada latigazo de la verga de Lucas, cada estertor, cada goterón de semen que salía de la uretra directo a lo más profundo de su recto. La tibieza del culito de Chiche evitó que se pusiera triste cuando la verga de Lucas abandonó su cuerpito y su meneo lo hizo volar desde su paraíso de pasivo a su cielo de activo, levantó a Chiche para besarle el cuello y apretarle los pezones, mientras Chiche empujaba sus nalgas contra su pelvis.
Lucas, que se había recostado para descansar y gozar viendo a sus amigos gozando, no pudo menos que admirar esos 20 cm parados de Chiche, los aprovechaba?, sería el momento de desvirgar ese pedazo de carne impresionante?
Había que hacerlo bien, su culito debía estar muy dilatado para que la de Chiche entrara con muy poco esfuerzo. Se fue a la heladera, urgueteó en los cajones de la verdura, ni pepinos ni bananas, pero al menos una humilde zanahoria de tamaño mediano. La lavó, le puso aceite, apoyó el pie izquierdo sobre una silla y se fue metiendo la zanahoria, fuuu, qué fría y qué dura! Se cogió un rato con el anaranjado amigo y sin sacárselo se fue al baño. Encontró un aerosol de desodorante, eso estaba mejor, lo lubricó, sacó la verdura y en el acto se clavó el tubo, costó!, pero si se había comido la verga de Arturo, un tubo de desodorante le tenía que calzar, más frío que la zanahoria pero también más suave, además con lo grueso que era, se sentía bastante rico. Se dio una buena cogida con el desodorante y se fue de nuevo al dormitorio, donde los dos, parados al borde de la cama, seguían cogiendo entre besos, mordiscos y gemidos. Les sacó una foto, había que inmortalizar el momento previo al desvirgue de Chiche. Se puso en 4 en la cama y acomodó su culito frente a la verga de Chiche, se quitó el tubo del culo y llevó la pija de Chiche a su ojetito que estaba dilatadísimo y mojadísimo. Recién allí Chiche salió del ensueño en que lo tenían los mimos y la verga de Juan. Lucas empujó para atrás, Juan a fuerza de pija lo empujó para adelante y sin quererlo, como 10 cm del dirigible de Chiche entraron en el culito de Lucas. Juan tomó las manos de Chiche y las llevó a las caderas de Lucas
- Tu debut Chiche, disfrutalo!- le susurró al oído mientras le daba una buena pujada con su pija.
Chiche, con cara de susto, se quedaba inmóvil, pero a pesar de su inmovilidad, Lucas y Juan siguieron maniobrando hasta que los 20 cm del nene entraron completos al culito de Lucas. Juan empezó a cogerlo fuerte para que no se le bajara y Lucas comenzó a menear las nalgas y mirarlo mientras le tiraba piquitos.
-Dale Chichín, animate. Este es mi regalo especial para vos.
Y cómo se animó!, le apretó con fuerza las caderas y empezó a culearlo con todo, cada vez que las caderas de Chiche chocaban contra sus nalgas, Lucas sentía que la pija de su amigo le iba a salir por la garganta, era más larga y más gruesa que la de Arturo, sin duda. Realmente le estaba costando y doliendo bastante bancarse el vergón de su amigo. Después de lo de Arturo creía que se bancaba cualquier cosa, pero Chiche lo estaba destrozando. Juan dejó de cogerlo, ya el motor había arrancado y no necesitaba pija en el culo para mantenerla parada.
Chiche, por primera vez en su vida, comenzó a gemir como activo, pero de a poco su gemido se fue haciendo más y más agudo, hasta convertirse casi en un chillido histérico, sus movimientos se aceleraron, se descordinaron, chillaba y empujaba su pija hasta el fondo de Lucas que gemía un poco por placer y otro poco por dolor, su cabeza se movía de un lado a otro, sus ojos apretados como negándose a ver el cuerpito bello de Lucas que se le estaba entregando, hasta que al fin, con un agudísimo chillido final, se vino dentro de Lucas. Se la sacó de inmediato y se acostó en el centro de la cama, su cuerpo temblaba como una hoja en el viento del sur, sus dientes castañeteaban, sus gemidos se convirtieron en llanto ahogado. Lucas y Juan se asustaron.
-Qué te pasa Chiche?
-No sé, no sé!, sólo abrácenme, por favor abrácenme.
Lucas y Juan, uno de cada lado, abrazaron a Chiche y comenzaron a acariciarlo suave, las sienes, la cabeza, las mejillas, los brazos. La calma fue volviendo a Chiche que sin darse cuenta se fue quedando dormido.
Cuando despertó, Juan dormía a su izquierda y Lucas a su derecha, ambos, de costado, apoyaban sus pijas dormidas en sus muslos. Sonrió, pensó, -nunca más, soy pasivo, ya está, mi pija es un accidente, después de lo de hoy, ni en pedo la vuelvo a usar. Acabar?, sí, me encanta, pero al aire, con la pija de Lucas en mi culo, que su verga me saque la leche.- Alguna vez había visto algunos videos de "pussy men", esos tipos que se operaban y les fabricaban una concha. Cómo sería?, alguna vez frente al espejo se había escondido la pija en la ingle para verse como mina, se había excitado mucho verse adelante con su tupido bosque de pendejos y nada colgando pero, cómo sería? Bueno, por el momento con su culito tenía todo lo que necesitaba, además ahora sus amigos le darían toda la pija que deseara y tal vez más de la que deseara. No necesitaba un segundo agujero, pero la curiosidad lo aguijoneaba, cómo sería?
Se puso de costado, su boca quedó frente a la de Juan, su culito frente a la pija de Lucas. Comenzó a besar despacito los labios de su amigo, suave, muy suave y así de suave Juan fue saliendo del sueño. Lucas roncaba aún, pero cuando los besos de sus amigos fueron subiendo de intensidad, despertó, viendo como su pija, aún con él durmiendo, había mojado de preseminal la rajita de Chiche, el culo le dolía, pero teniendo delante un ortazo como el de Chiche, qué importaba el propio? Le levantó la pierna y se la metió. Juan se dio vuelta y arrancó un 69, costaba engullirse la de Chiche, pero la vista, a centímetros de su cara de la pija de Lucas entrando y saliendo del culito de Chiche lo recontra excitaban. Lucas recordó que Juan aún no había acabado. -Volvamos al principio-, dijo.
Chiche volvió a ponerse en 4 al costado de la cama y Juan se le metió. Lucas iba a ir a la boca del putito, pero la pensó mejor, a pesar de que aún le dolía, se puso en 4 al lado de Chiche
La pija de Juan fue deleitando a ambos, pasó de un culito al otro una y otra vez, mientras los putitos se besaban y mordían. El polvo fue para Chiche, que aún no había recibido leche.
Al fin cansados, se tiraron los tres en la cama, felices, cubiertos de preseminal, olor a verga, leche chorreada, pero felices como nunca. Decidieron bañarse y cambiar las sábanas. Luego los tres frescos, y oliendo a jabón se recostaron abrazados sobre las frías sábanas nuevas.
-Qué quilombo que armaste Luquitas!
-Yo?, a mí que me dicen?, ustedes lo armaron!, si apenas me puedo sentar de cómo me dejaron el culo!
-Si nene, pero quien vino esta tarde a organizar la fiesta? Quién me convenció de volver a dejarme coger?
-Eso!-, reclamó Chiche - Yo estaba lo más tranqui en casa, me llevaste al fondo y me llenaste el culito de leche!
-Uy, sí, porque me dio un trabajo bárbaro convencerlos!
Los tres rieron.
-En serio, chicos. Ahora les quiero pedir perdón. Me quise hacer el macho y no me salió.
- Y bueno Lucas, a mí tampoco me salió, por intentar usar la pija me agarró un ataque de nervios.
- Si Chiche, pero yo los dejé solos a ustedes, a los únicos que me entendían y compartían conmigo esto que somos.
- Putos somos, dale decilo-
- Si Juan, vos, Chiche, yo, somos putos. Quise no serlo, intenté no serlo, pero nunca pude sacármelos a ustedes de mi cabeza, de mi corazón y, bueno, aunque no estuvimos juntos, en cada paja ustedes siguieron estando.
- Y ahora para siempre, no?
- Y vos Juan, que vas a hacer con tu novia?
- Mirá, si seguía con ella era para sacarme a leche y para disimular, pero vos estabas en cada paja y más de una vez mientras me la cogía, tuve que morderme los labios para no decir tu nombre.
Se abrazaron con fuerza. La noche siguió calma, conversaron del futuro, lloraron un poco, rieron otro tanto, hicieron planes. Lucas esa noche volvió a coger a Juan, pero suavecito, sólo boca abajo en la cama, con mucha dulzura y muchas caricias. A la mañana, mientras Juan preparaba el desayuno y se bañaba, le tocó el turno a Chiche, también boca abajo en la cama y con mucha dulzura y muchas caricias.
El domingo no se vieron, el culito de Lucas debía sanar y las cabecitas de los tres debían asentar lo mucho vivido.
-Ma, sabés que cambié de idea?, el año que viene voy a empezar la facultad. Juan y Chiche me van a acompañar a ver cuándo empieza el curso de ingreso a Arquitectura.
-Qué bien hijo, no sabés la alegría que me das!, cuando se lo cuente a tu padre va a saltar en una pata!
- Sabés que estábamos pensando, ma? El viaje a la Uni es medio largo, Juan y Chiche ya están podridos de ir en colectivo todos los días hora y media de ida, hora y media de vuelta, más el trabajo. Vamos a ver si nos alquilamos un departamentito chiquito en el centro, poniendo entre los tres lo podemos bancar.
-Ay, Lucas, te voy a extrañar, pero es mejor para vos, así no tenés que volver tan tarde. Si no les alcanza, yo habló con los padres de Juan y Chiche y los ayudamos un poco, no te hagas problemas. Me encanta porque son tan buenos chicos ellos dos!
-Yo no?- Vos sos mi amor, hijo, siempre!
El martes fueron a visitarlo a Arturo para que los recomendara con su amigo de la inmobiliaria. Esa tarde, Arturo se comió tres culitos divinos, al borde de la cama, su pija enorme y negra entró y salió del culito de Lucas, destrozó el culito de Juan y abrió para siempre el angelical ortito de Chiche. La leche fue a la cara de los tres.
A la semana Juan se peleó con la novia.
Desde que iniciaron las clases los tres amigos comparten depa, comparten la abundante lencería de Chiche y lo nuevo que con vergüenza fueron a comprar. Hacen el amor todas las noches, nunca, nunca ninguno de los tres culitos se duerme sin su lechita. A veces, comparten la verga de Arturo.
Lucas habló largamente con la madre. La madre de Lucas habló largamente con la madre de Chiche.
Juan aún no se animó.
El que intentó no serlo, al fin es, y es feliz.
En resumen: Lucas por mandato social decide renunciar a su homosexualidad pero no logra animarse a tener sexo hetero. El ex de su prima lo re-inicia en su verdadera sexualidad. Luego de su debut, busca a sus dos amigos de siempre. Y los encuentra. Espero que les guste.
Lucas se bañó, se perfumó, se puso ese slip rojo que le marcaba bien el ortito y se miró en el espejo, quebró la cadera, mmm qué lindo culito le hacía ese slip!, se lo bajó, no era el slip, eran sus nalgas las lindas, se dijo "estoy refuerte, me cojería yo mismo, jeje". Miró su verga con cariño pero sin admiración, "y bueno, es lo que hay", le hubiese gustado tener los 20 cm de Chiche, pero se tenía que conformar con sus 16 normalísimos centimetritos. Se acordó del chiste "más vale chiquita y juguetona que grandota y boba", pero su irónica conciencia le retrucó "pero mejor grandota y juguetona".
A las 9:30 llegó a la casa de Juan, que lo recibió con un short amplio y una musculosa. Apenas cerrada la puerta, Lucas lo tomó de las nalgas, lo arrimó a él y le dio un intenso beso de lengua.
-Mmmm, sin slip Juancito?
-Si Luquín, así te lo entrego más rápido.
-Bueno, yo también me pongo cómodo-. Se fue al dormitorio de los padres, se quitó la ropa, incluido el famoso slip y se puso también un short, con una remera negra gastada.
Juan se dedicó a la masa y Lucas a la salsa. A las 10 en punto llegó Chiche. Venía precioso, vestido como para una entrevista laboral más que para una cena de amigos: jean Levis flamante, camisa verde impecable, collar de cuero trenzado de feria artesanal al cuello y una nube de Kenzo envolviéndolo, sus uñas perfectas, sus labios sensuales. Se quedó parado en el marco de la puerta.
Lucas lo tomó de la mano y lo hizo pasar, lo besó suave en los labios y le dijo, "a Juan lo conocés, no?". Chiche sonrío "Sí, pero sólo de vista", se arrimó a Juan y le dio también un beso suave en los labios.
-Te querés poner cómodo? Allá está la pieza-, le dijo Juan.
A los 5 minutos llegó Chiche a la cocina. Una musculosa blanca ajustada que le marcaba los pezones y un short de jean deshilachado, súper cavado, que dejaba ver el comienzo de sus nalguitas, y un poco más también. Juan y Lucas intercambiaron miradas de lujuria.
El fernet con cola preparado por Juan estaba justo, las pizzas salieron bárbaras, la charla de los tres amigos fue genial y la sobremesa, calentada por el fernet y el whisky que le afanaron al padre de Juan fue poniéndose interesante.
-Alguna vez te enfiestaron Chiche?- Chiche sonrió.
-No, por qué?, hoy ustedes me van a enfiestar? Lucas y Juan rieron.
-Qué querés Chiche?, con ese shortcito se la hacés parar a un muerto! Todos rieron.
- La verdad chicos, además de Lucas, solamente me cogieron 3 o 4 chicos, casual nada más, además de mi tío porsu.
-Tu tío?
-Si, el hermano menor de mi vieja, ahora tiene 30. Él me desvirgó y me siguió cogiendo hasta que se casó, me llevaba a la casa de mi abuela, me hacía vestir de nena con la ropa de adolescente de mi vieja y me daba por todos lados.
-Wow, y te gustaba?
- Sí boludo, nací puto, me encantaba que me cogiera.
-No webón, si te gustaba vestirte de mina
-Ahh, no, la verdad no me importaba, me daba lo mismo, él me lo pedía y yo le daba el gusto. Si tenés ropa de tu hermana me la pongo, si querés, bien arreglado soy una nena. Lo que sí me encanta es la lencería, después que me puse la primer bombachita, no me la quise sacar más, tan suave!, tan linda!
-Y ahora que tenés puesto?
Chiche sonrió sensual. -Ya la vas a ver.
- Che Chiche, Lucas me contó hace un rato que tenés una verga que asusta.- Chiche se sonrojó y agachó levemente la cabeza.
- Si, mi tío me lo decía siempre: "semejante verga y puto!, Dios da pan a quien no tiene dientes!", jeje.
- Y nunca la usaste?
-No, nunca, pero hoy le dije a Lucas que me gustaría probar.
-Ay, ya me está doliendo el culo- dijeron Juan y Lucas casi al unísono. Se miraron divertidos y comenzaron a reirse del blooper.
- Me parece que hoy hay fiesta para todos.- Chiche se acopló a la carcajada.
A la risa siguió el silencio, al silencio las miradas cómplices, a las miradas cómplices, el gesto con las cejas, al gesto de las cejas el "vamos?". Juan tomó de la mano a Lucas, Lucas tomó de la cintura a Chiche. Entraron al dormitorio de los padres de Juan, la cama queen los invitaba, Juan se sacó de inmediato el short y la camiseta, lo mismo hizo Lucas. Chiche los miraba, esos dos bellos cuerpos apenas abandonando la adolescencia, esas pijas semi-erectas que prometían placer, esos culitos lampiños, delicados y perfectos, tan bellos como el suyo propio, igual de rotos y tal vez igual de deseosos de pija. Se quitó la musculosa, se acarició las tetitas y gimió, se puso de costado a sus amigos y quebrando la cadera comenzó a bajarse el short despacito, el encaje negro de su mejor bombachita comenzó a asomar, luego sus nalgas debajo de ella, hasta caer al piso, mostrado la perfecta armonía de sus cachitas suaves. Se subió a la cama en 4 patas, gruñendo como pantera y mostrando y ofreciendo su culito mientras por sobre los hombros los miraba lujurioso. Lucas y Juan no se hicieron esperar. Lucas saltó adelante y le ofreció la pija, que Chiche de inmediato se puso en la boca. Juan por detrás, con ojos desorbitados comenzó a morderle las nalgas, se las lamió, se las besó, se las apretó, se las abrió para descubrir su ojetito rosado, húmedo y tembloroso. Lucas le mostró sobre la mesa de luz el frasquito azul de body milk, se puso rápido un poco y le metió un dedo encremado en el culito. Apoyó y se la mandó a guardar. El esfínter se abría deleitosamente, firme pero suave, y al empuje de su glande se iba abriendo en caricias tibias, en suaves presiones de bienvenida. Chiche se sacó la verga de la boca, cerró los ojos y gimió con esa mezcla de dolor y placer que siempre le daban las clavadas, le gustaba ese dolorcito, sentirlo era sentir que se entregaba, que un macho lo hacía suyo, que nuevamente lo iban a embarazar, nuevamente el semen de un bello y dulce machito lo haría subir a las nubes. Lucas entendió que si le volvía a meter la pija en la boca lo iba a distraer, que tenía que dejarlo disfrutar de su culito. Lo besó y comenzó a acariciarlo, a acariciarlos en verdad porque se levantaba e iba a la boca de Juan para besarlo con pasión, para lamer el pedazo de pija que estaba fuera de Chiche, las bolas de ambos, el perineo de Chiche, pero lo que más le gustaba a los tres era que apoyara su lengua en el esfínter de Chiche para lamer la pija que entraba y salía apretada desde ese culito precioso.
El culito de Juan iba y venía, bello, lampiño, adorable, dejarlo sin pija era un desperdicio. Lucas se puso detrás, se embadurnó la pija con el body milk y se la clavó de una. Juan estaba demasiado caliente para quejarse. Se quedó quieto, bien adentro de Chiche, mientras Lucas terminaba de empujársela adentro hasta las bolas, gimió y arrancó el mete y saca, todos gemían, la enorme pija de Chiche se bamboleaba como carro en calle poceada, Juan lo clavaba sin piedad, tomándolo de la cadera, Lucas detrás quieto, sólo dejaba que el va y viene del culito de Juan lo llenara de placer. Juan, con la cogida dura, que le estaba dando a Chiche, sin darse cuenta cerraba su esfínter, dándole a Lucas unas sensaciones tan intensas que en pocos minutos lo llevaron al orgasmo, que Juan recibió con una sonrisa y dando vuelta la cabeza para besar a su amigo. Su culito, que siempre fue súper sensible, sentía cada latigazo de la verga de Lucas, cada estertor, cada goterón de semen que salía de la uretra directo a lo más profundo de su recto. La tibieza del culito de Chiche evitó que se pusiera triste cuando la verga de Lucas abandonó su cuerpito y su meneo lo hizo volar desde su paraíso de pasivo a su cielo de activo, levantó a Chiche para besarle el cuello y apretarle los pezones, mientras Chiche empujaba sus nalgas contra su pelvis.
Lucas, que se había recostado para descansar y gozar viendo a sus amigos gozando, no pudo menos que admirar esos 20 cm parados de Chiche, los aprovechaba?, sería el momento de desvirgar ese pedazo de carne impresionante?
Había que hacerlo bien, su culito debía estar muy dilatado para que la de Chiche entrara con muy poco esfuerzo. Se fue a la heladera, urgueteó en los cajones de la verdura, ni pepinos ni bananas, pero al menos una humilde zanahoria de tamaño mediano. La lavó, le puso aceite, apoyó el pie izquierdo sobre una silla y se fue metiendo la zanahoria, fuuu, qué fría y qué dura! Se cogió un rato con el anaranjado amigo y sin sacárselo se fue al baño. Encontró un aerosol de desodorante, eso estaba mejor, lo lubricó, sacó la verdura y en el acto se clavó el tubo, costó!, pero si se había comido la verga de Arturo, un tubo de desodorante le tenía que calzar, más frío que la zanahoria pero también más suave, además con lo grueso que era, se sentía bastante rico. Se dio una buena cogida con el desodorante y se fue de nuevo al dormitorio, donde los dos, parados al borde de la cama, seguían cogiendo entre besos, mordiscos y gemidos. Les sacó una foto, había que inmortalizar el momento previo al desvirgue de Chiche. Se puso en 4 en la cama y acomodó su culito frente a la verga de Chiche, se quitó el tubo del culo y llevó la pija de Chiche a su ojetito que estaba dilatadísimo y mojadísimo. Recién allí Chiche salió del ensueño en que lo tenían los mimos y la verga de Juan. Lucas empujó para atrás, Juan a fuerza de pija lo empujó para adelante y sin quererlo, como 10 cm del dirigible de Chiche entraron en el culito de Lucas. Juan tomó las manos de Chiche y las llevó a las caderas de Lucas
- Tu debut Chiche, disfrutalo!- le susurró al oído mientras le daba una buena pujada con su pija.
Chiche, con cara de susto, se quedaba inmóvil, pero a pesar de su inmovilidad, Lucas y Juan siguieron maniobrando hasta que los 20 cm del nene entraron completos al culito de Lucas. Juan empezó a cogerlo fuerte para que no se le bajara y Lucas comenzó a menear las nalgas y mirarlo mientras le tiraba piquitos.
-Dale Chichín, animate. Este es mi regalo especial para vos.
Y cómo se animó!, le apretó con fuerza las caderas y empezó a culearlo con todo, cada vez que las caderas de Chiche chocaban contra sus nalgas, Lucas sentía que la pija de su amigo le iba a salir por la garganta, era más larga y más gruesa que la de Arturo, sin duda. Realmente le estaba costando y doliendo bastante bancarse el vergón de su amigo. Después de lo de Arturo creía que se bancaba cualquier cosa, pero Chiche lo estaba destrozando. Juan dejó de cogerlo, ya el motor había arrancado y no necesitaba pija en el culo para mantenerla parada.
Chiche, por primera vez en su vida, comenzó a gemir como activo, pero de a poco su gemido se fue haciendo más y más agudo, hasta convertirse casi en un chillido histérico, sus movimientos se aceleraron, se descordinaron, chillaba y empujaba su pija hasta el fondo de Lucas que gemía un poco por placer y otro poco por dolor, su cabeza se movía de un lado a otro, sus ojos apretados como negándose a ver el cuerpito bello de Lucas que se le estaba entregando, hasta que al fin, con un agudísimo chillido final, se vino dentro de Lucas. Se la sacó de inmediato y se acostó en el centro de la cama, su cuerpo temblaba como una hoja en el viento del sur, sus dientes castañeteaban, sus gemidos se convirtieron en llanto ahogado. Lucas y Juan se asustaron.
-Qué te pasa Chiche?
-No sé, no sé!, sólo abrácenme, por favor abrácenme.
Lucas y Juan, uno de cada lado, abrazaron a Chiche y comenzaron a acariciarlo suave, las sienes, la cabeza, las mejillas, los brazos. La calma fue volviendo a Chiche que sin darse cuenta se fue quedando dormido.
Cuando despertó, Juan dormía a su izquierda y Lucas a su derecha, ambos, de costado, apoyaban sus pijas dormidas en sus muslos. Sonrió, pensó, -nunca más, soy pasivo, ya está, mi pija es un accidente, después de lo de hoy, ni en pedo la vuelvo a usar. Acabar?, sí, me encanta, pero al aire, con la pija de Lucas en mi culo, que su verga me saque la leche.- Alguna vez había visto algunos videos de "pussy men", esos tipos que se operaban y les fabricaban una concha. Cómo sería?, alguna vez frente al espejo se había escondido la pija en la ingle para verse como mina, se había excitado mucho verse adelante con su tupido bosque de pendejos y nada colgando pero, cómo sería? Bueno, por el momento con su culito tenía todo lo que necesitaba, además ahora sus amigos le darían toda la pija que deseara y tal vez más de la que deseara. No necesitaba un segundo agujero, pero la curiosidad lo aguijoneaba, cómo sería?
Se puso de costado, su boca quedó frente a la de Juan, su culito frente a la pija de Lucas. Comenzó a besar despacito los labios de su amigo, suave, muy suave y así de suave Juan fue saliendo del sueño. Lucas roncaba aún, pero cuando los besos de sus amigos fueron subiendo de intensidad, despertó, viendo como su pija, aún con él durmiendo, había mojado de preseminal la rajita de Chiche, el culo le dolía, pero teniendo delante un ortazo como el de Chiche, qué importaba el propio? Le levantó la pierna y se la metió. Juan se dio vuelta y arrancó un 69, costaba engullirse la de Chiche, pero la vista, a centímetros de su cara de la pija de Lucas entrando y saliendo del culito de Chiche lo recontra excitaban. Lucas recordó que Juan aún no había acabado. -Volvamos al principio-, dijo.
Chiche volvió a ponerse en 4 al costado de la cama y Juan se le metió. Lucas iba a ir a la boca del putito, pero la pensó mejor, a pesar de que aún le dolía, se puso en 4 al lado de Chiche
La pija de Juan fue deleitando a ambos, pasó de un culito al otro una y otra vez, mientras los putitos se besaban y mordían. El polvo fue para Chiche, que aún no había recibido leche.
Al fin cansados, se tiraron los tres en la cama, felices, cubiertos de preseminal, olor a verga, leche chorreada, pero felices como nunca. Decidieron bañarse y cambiar las sábanas. Luego los tres frescos, y oliendo a jabón se recostaron abrazados sobre las frías sábanas nuevas.
-Qué quilombo que armaste Luquitas!
-Yo?, a mí que me dicen?, ustedes lo armaron!, si apenas me puedo sentar de cómo me dejaron el culo!
-Si nene, pero quien vino esta tarde a organizar la fiesta? Quién me convenció de volver a dejarme coger?
-Eso!-, reclamó Chiche - Yo estaba lo más tranqui en casa, me llevaste al fondo y me llenaste el culito de leche!
-Uy, sí, porque me dio un trabajo bárbaro convencerlos!
Los tres rieron.
-En serio, chicos. Ahora les quiero pedir perdón. Me quise hacer el macho y no me salió.
- Y bueno Lucas, a mí tampoco me salió, por intentar usar la pija me agarró un ataque de nervios.
- Si Chiche, pero yo los dejé solos a ustedes, a los únicos que me entendían y compartían conmigo esto que somos.
- Putos somos, dale decilo-
- Si Juan, vos, Chiche, yo, somos putos. Quise no serlo, intenté no serlo, pero nunca pude sacármelos a ustedes de mi cabeza, de mi corazón y, bueno, aunque no estuvimos juntos, en cada paja ustedes siguieron estando.
- Y ahora para siempre, no?
- Y vos Juan, que vas a hacer con tu novia?
- Mirá, si seguía con ella era para sacarme a leche y para disimular, pero vos estabas en cada paja y más de una vez mientras me la cogía, tuve que morderme los labios para no decir tu nombre.
Se abrazaron con fuerza. La noche siguió calma, conversaron del futuro, lloraron un poco, rieron otro tanto, hicieron planes. Lucas esa noche volvió a coger a Juan, pero suavecito, sólo boca abajo en la cama, con mucha dulzura y muchas caricias. A la mañana, mientras Juan preparaba el desayuno y se bañaba, le tocó el turno a Chiche, también boca abajo en la cama y con mucha dulzura y muchas caricias.
El domingo no se vieron, el culito de Lucas debía sanar y las cabecitas de los tres debían asentar lo mucho vivido.
-Ma, sabés que cambié de idea?, el año que viene voy a empezar la facultad. Juan y Chiche me van a acompañar a ver cuándo empieza el curso de ingreso a Arquitectura.
-Qué bien hijo, no sabés la alegría que me das!, cuando se lo cuente a tu padre va a saltar en una pata!
- Sabés que estábamos pensando, ma? El viaje a la Uni es medio largo, Juan y Chiche ya están podridos de ir en colectivo todos los días hora y media de ida, hora y media de vuelta, más el trabajo. Vamos a ver si nos alquilamos un departamentito chiquito en el centro, poniendo entre los tres lo podemos bancar.
-Ay, Lucas, te voy a extrañar, pero es mejor para vos, así no tenés que volver tan tarde. Si no les alcanza, yo habló con los padres de Juan y Chiche y los ayudamos un poco, no te hagas problemas. Me encanta porque son tan buenos chicos ellos dos!
-Yo no?- Vos sos mi amor, hijo, siempre!
El martes fueron a visitarlo a Arturo para que los recomendara con su amigo de la inmobiliaria. Esa tarde, Arturo se comió tres culitos divinos, al borde de la cama, su pija enorme y negra entró y salió del culito de Lucas, destrozó el culito de Juan y abrió para siempre el angelical ortito de Chiche. La leche fue a la cara de los tres.
A la semana Juan se peleó con la novia.
Desde que iniciaron las clases los tres amigos comparten depa, comparten la abundante lencería de Chiche y lo nuevo que con vergüenza fueron a comprar. Hacen el amor todas las noches, nunca, nunca ninguno de los tres culitos se duerme sin su lechita. A veces, comparten la verga de Arturo.
Lucas habló largamente con la madre. La madre de Lucas habló largamente con la madre de Chiche.
Juan aún no se animó.
El que intentó no serlo, al fin es, y es feliz.
3 comentarios - Intentando no serlo parte 3 (final)
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