Les resumo la parte 1: Lucas por presión social, intenta negar su homosexualidad, deja de tener sexo con sus amigos y pasa varios años intentando ser lo que no es. El ex de una amiga lo reinicia.
A la 1:30 Lucas entraba a la casa de Juan con el aromático paquete de empanadas.
-Qué me querías decir?
Lucas se moría de hambre, -primero comamos, después te cuento.
Comieron y bebieron en la cocina de la casa de Juan, sus padres se habían ido el fin de semana a la costa y la novia estaba en su doloroso primer día de regla, así que seguro hoy no se veían.
Terminada la novena empanada, Lucas miró a Juan a los ojos:
-Che Juan-. Cuando su amigo levantó la vista, le hizo un gesto con las cejas que Juan conocía muy bien. Juan lo miró extrañado. Luego le dijo la palabrita mágica que tan bien recordaba su amigo:
-dale Juan, vamos?....
Juan se puso serio.
-No era que vos ya no querías más?, no era que vos ahora buscabas solamente minas? No me jodas que yo sigo teniéndote las mismas ganas de antes, y con eso no se juega. Si te hacés el loco, te violo!-
Lucas sabía que su amigo jamás lo iba a forzar, que era sólo broma. Además para qué forzarlo si Lucas venía a dárselo?
-Ayer me pasaron cosas Juan-.
Lucas se despachó, le contó de su relación con Chiche en un minuto y después comenzó con lo de Arturo, le contó cómo no había podido resistir el deseo y luego, con lujo de detalles, cómo le había dado casi una hora por el culo y cómo se lo había dejado. Juan escuchaba con los ojos abiertos como moneda de dos pesos, acotando cada tanto un wow o un faaa, con las manos debajo de la mesa.
Lucas repitió el gesto y la invitación. - Entonces, vamos Juan?...
Juan se incorporó de un salto, lo tomó de la mano y lo llevó a la cama de sus padres. Por primera vez, nunca lo había hecho, se besaron desesperadamente. Las ropas fueron casi arrancadas y los dos jóvenes desnudos rodaron por la cama, sus cuerpos esbeltos y perfectos se entrelazaron en abrazos, sus pijas se besaron apretadas una con otra y esos preseminales añorados volvieron a mojar sus vientres. Llegaba el momento, sería igual que antes?, quién primero? No hizo falta jugar a piedra, papel o tijera.
}-Me hiciste mucha falta Luquitas, metémela ya Luquitas, ni me acuerdo que se sentía!
Juan se acomodó en el centro de la cama y separó las piernas. Su culito lampiño, de piel clara y suave era tan bello como Lucas lo recordaba. Se ubicó de rodillas entre las piernas de su amigo, le abrió las nalguitas casi temblando de emoción. Cerradísimo. Iba a doler. Buscó en su mochila. Juan sintió una crema fría en su esfínter y miró inquisidor por sobre su hombro.
-Tranquilo, es body milk para que te entre más fácil, estás casi virgen-
-viste?, lo guardé así para vos, Luquitas- Rieron. Los dedos de Lucas pusieron cremita en el agujero de Juan. Luego despacito apoyó el glande en el tembloroso agujerito y sin miramientos, mejor rápido, se la clavó de una vez hasta el fondo, el body milk lubricaba a las mil maravillas y su pija se deslizó sin dolor hasta que sus bolas quedaron pegadas a esas bellas nalgas que tanto la necesitaban. Juan gritó, una sola vez, luego quedó jadeando. Lucas se apoyó en su espalda y le besó el cuello.
-Ya pasa Juan, ya pasa.-
-Lo sé Luquitas, ya va mejor, sos un hijo de puta, pero me gusta. Está toda adentro?-
-Hasta la bolas.-
-Dale, cogeme duro Lucas.
Lucas, luego de años, volvía en enterrar su pija en el culito de su amigo, o mejor dicho en un culito. Ya no más manuela, era tan delicioso sentir gemir a Juan!, disfrutar en su pija ese calor y esa presión que el esfínter de su amigo le daba a su pija, ninguna paja, por más sentida e imaginada que fuera, se lo podía transmitir. Lo tomó de las tetas y comenzó a metérsela lo más largo posible. La sacaba hasta casi el glande y de un golpe se la mandaba a fondo, Juan gemía y reía.
- Más Luquita, más, rompeme el culo Luquita, por qué me tuviste tanto tiempo sin pija?, malote!, no me la saques más Luquita, así, así.-
Juan levantó la cadera y comenzó a mover las nalgas, complementando cada enterrada de Lucas con una levantada de sus nalgas, ahora Lucas gemía, Lucas perdía el control, Lucas acababa entre gritos y Juan reía y lloraba de placer. Su culito sediento por años recibía la lluvia tibia de su amigo, un solo sorbo era muy poco, pero era el comienzo. Descansaron un rato en silencio hasta que la pija dormida de Lucas abandonó el culito de Juan. Lucas se incorporó y se acostó boca abajo al lado de su amigo y, por supuesto, puso el slip de Juan sobre la almohada. No hacía falta más. Juan se incorporó y se acomodó entre las piernas de Lucas, le abrió las nalgas.
-Wow, como tenés el culo de roto, nene!, te cabe una botella de cerveza!
Lucas sonrió. -mejor meteme tu pija.-
Juan no se hizo rogar. Lubricar?, si un poco apenas. Dolor? apenas, placer? mucho, la añorada verga de su amigo estaba de vuelta en su culo, de donde jamás se debería haber alejado.
- Nunca más te dejo Juan, soy puto, ya no lo niego más, llename de leche, embarazame, dámela, dámela.-
Juan se la dio, no duró mucho, había demasiado deseo acumulado, pero la leche fue abundantísima, como si la hubiera estado guardando en su bolas desde la última vez que habían cogido, a pesar de que se culiaba a su novia, a pesar que se pajeaba todos los días pensando en él.
El semen había sido compartido, ya la simiente de Juan había embarazado a Lucas, ya la simiente de Lucas había embarazado a Juan. Nunca más dejarían de hacerse el amor.
Lucas volvió a su casa cerrando las cachas para que no se le escapara la leche. Ya habían planeado la noche, pero Lucas tenía algo que arreglar antes. Fue hasta la casa de Chiche. Estaba en el fondo arreglando la bici. No dijo nada, sólo se arrimó a su amigo, lo tomó de las nalgas y lo besó en los labios. No hacía falta más, buscaron el rincón de siempre, Chiche desesperado se bajó el jean, se bajó la bikini rosa y se abrió las nalgas. Lucas ya estaba al palo, se lo escupió un poco, lo tomó de la cadera y se la clavó. Comenzó el mete y saca sin esperar, las bolas de Chiche se bamboleaban en el aire, su respiración agitada excitaba a Lucas que flexionando las rodillas intentaba que le entrara hasta las bolas. Sus manos buscaron por debajo de la remera los pezones del putito que él sabía eran súper sensibles y los comenzó a franelear, la inmensa pija casi siempre inerme de Chiche se puso dura y el nene empezó a llorar, abrió la piernas lo más que pudo, empujó su culo para atrás lo más que pudo y acabó en el aire como casi nunca lograba acabar. Las contracciones de su esfínter hicieron acabar a Lucas, que se recostó sobre la espalda de su amigo y se la cubrió de besos, mientras de a poco se la iba sacando.
Se vistieron de inmediato. Chiche no hacía preguntas, su felicidad era tan grande que prefería no mancharlas con una respuesta que tal vez no quería escuchar. Lucas comenzó a contarle. Chiche, le apoyó la mano en los labios
- Nunca te pedí explicaciones, no hace falta, volviste, no hago preguntas.- Pero Lucas debía contarle, los planes de esa noche incluían a Chiche. Siempre había sido muy discreto, ni Chiche sabía de Juan ni Juan, hasta esa tarde, sabía de Chiche. Pero lo que más le costaba contarle es que él también se dejaba, reconocer que él no era el gran macho cogedor que Chiche siempre había conocido sino que también entregaba su culito y que gozaba igual que él. Era un paso a dar, poder verbalizar su homosexualidad en toda su realidad era parte de terminar de asumirla, y pucha que Lucas la había asumido! Le contó sucintamente de su despertar sexual con Juan, de su rol versátil desde siempre, de Arturo y su renuncia al infructuoso intento de comportarse como hétero, y de su reiniciada relación con Juan de esa tarde. Chiche escuchaba en silencio, por momentos serio, por momentos sonriente.
Cuando Lucas terminó, Chiche se colgó de su cuello y le dijo al oído a media voz:
-algún día me vas a dejar debutar con tu culito?, me vas a enseñar?-
Lucas sonrió, dudaba que Chiche pudiera, imaginar esa verga casi tan grande como la de Arturo en su culito lo excitaba, asumir con Chiche su parte pasiva, le costaba.
- Te hacemos trencito Chiche, así la vas a tener parada y me la vas a poder poner. Querés venir esta noche conmigo a la casa de Juan?, está solo y nos vamos a quedar a dormir todos juntos.-
A Chiche una sonrisa le iluminó la cara, pero en un instante lo invadió la tristeza.
- Vos sabés que mi vieja y mi viejo saben que soy trolo, si les digo que voy a dormir con ustedes, qué van a pensar?-
- Pero che, no te castres como me castré yo! Siempre que un trolo sale con un amigo es para coger?, no podés tener amigos?, por ser puto vas a voltearte a cuanto macho pasa por tu vida?, no Chichín, no sólo de pija vive el puto! Si tus viejos piensan así es hora que les hagas ver que vos no sos una ninfómana, y si siguen pensando así, es problema de ellos, no te parece? Además,- sonrisa cómplice de Lucas-, Juan tiene novia, y tus viejos siempre me quisieron - sonrisa cómplice de ambos-. Acordate, cuando te dejé de coger, cada vez que tus viejos me encontraban por la calle me preguntaban por qué ya no iba tan seguido a tu casa.
- Si, tenés razón, yo me arreglo, a qué hora?-
- A las 10, primero hacemos unas pizzas y después te comés unas pijas.
Chiche sonrió- Yo solo voy a comer pija?-
- Naa, los tres vamos a comer pija, no seas amarrete, las querés todas vos solo?- Rieron
-Ma, esta noche me quedo a dormir en lo de Juan, con Chiche, los padres no están, así que vamos a hacer unas pizzas y después a jugar con la Play a morir.
- Bueno Lucas, te preparo una pasta frola para el desayuno, querés?
- Gracias ma!
(continuará)
A la 1:30 Lucas entraba a la casa de Juan con el aromático paquete de empanadas.
-Qué me querías decir?
Lucas se moría de hambre, -primero comamos, después te cuento.
Comieron y bebieron en la cocina de la casa de Juan, sus padres se habían ido el fin de semana a la costa y la novia estaba en su doloroso primer día de regla, así que seguro hoy no se veían.
Terminada la novena empanada, Lucas miró a Juan a los ojos:
-Che Juan-. Cuando su amigo levantó la vista, le hizo un gesto con las cejas que Juan conocía muy bien. Juan lo miró extrañado. Luego le dijo la palabrita mágica que tan bien recordaba su amigo:
-dale Juan, vamos?....
Juan se puso serio.
-No era que vos ya no querías más?, no era que vos ahora buscabas solamente minas? No me jodas que yo sigo teniéndote las mismas ganas de antes, y con eso no se juega. Si te hacés el loco, te violo!-
Lucas sabía que su amigo jamás lo iba a forzar, que era sólo broma. Además para qué forzarlo si Lucas venía a dárselo?
-Ayer me pasaron cosas Juan-.
Lucas se despachó, le contó de su relación con Chiche en un minuto y después comenzó con lo de Arturo, le contó cómo no había podido resistir el deseo y luego, con lujo de detalles, cómo le había dado casi una hora por el culo y cómo se lo había dejado. Juan escuchaba con los ojos abiertos como moneda de dos pesos, acotando cada tanto un wow o un faaa, con las manos debajo de la mesa.
Lucas repitió el gesto y la invitación. - Entonces, vamos Juan?...
Juan se incorporó de un salto, lo tomó de la mano y lo llevó a la cama de sus padres. Por primera vez, nunca lo había hecho, se besaron desesperadamente. Las ropas fueron casi arrancadas y los dos jóvenes desnudos rodaron por la cama, sus cuerpos esbeltos y perfectos se entrelazaron en abrazos, sus pijas se besaron apretadas una con otra y esos preseminales añorados volvieron a mojar sus vientres. Llegaba el momento, sería igual que antes?, quién primero? No hizo falta jugar a piedra, papel o tijera.
}-Me hiciste mucha falta Luquitas, metémela ya Luquitas, ni me acuerdo que se sentía!
Juan se acomodó en el centro de la cama y separó las piernas. Su culito lampiño, de piel clara y suave era tan bello como Lucas lo recordaba. Se ubicó de rodillas entre las piernas de su amigo, le abrió las nalguitas casi temblando de emoción. Cerradísimo. Iba a doler. Buscó en su mochila. Juan sintió una crema fría en su esfínter y miró inquisidor por sobre su hombro.
-Tranquilo, es body milk para que te entre más fácil, estás casi virgen-
-viste?, lo guardé así para vos, Luquitas- Rieron. Los dedos de Lucas pusieron cremita en el agujero de Juan. Luego despacito apoyó el glande en el tembloroso agujerito y sin miramientos, mejor rápido, se la clavó de una vez hasta el fondo, el body milk lubricaba a las mil maravillas y su pija se deslizó sin dolor hasta que sus bolas quedaron pegadas a esas bellas nalgas que tanto la necesitaban. Juan gritó, una sola vez, luego quedó jadeando. Lucas se apoyó en su espalda y le besó el cuello.
-Ya pasa Juan, ya pasa.-
-Lo sé Luquitas, ya va mejor, sos un hijo de puta, pero me gusta. Está toda adentro?-
-Hasta la bolas.-
-Dale, cogeme duro Lucas.
Lucas, luego de años, volvía en enterrar su pija en el culito de su amigo, o mejor dicho en un culito. Ya no más manuela, era tan delicioso sentir gemir a Juan!, disfrutar en su pija ese calor y esa presión que el esfínter de su amigo le daba a su pija, ninguna paja, por más sentida e imaginada que fuera, se lo podía transmitir. Lo tomó de las tetas y comenzó a metérsela lo más largo posible. La sacaba hasta casi el glande y de un golpe se la mandaba a fondo, Juan gemía y reía.
- Más Luquita, más, rompeme el culo Luquita, por qué me tuviste tanto tiempo sin pija?, malote!, no me la saques más Luquita, así, así.-
Juan levantó la cadera y comenzó a mover las nalgas, complementando cada enterrada de Lucas con una levantada de sus nalgas, ahora Lucas gemía, Lucas perdía el control, Lucas acababa entre gritos y Juan reía y lloraba de placer. Su culito sediento por años recibía la lluvia tibia de su amigo, un solo sorbo era muy poco, pero era el comienzo. Descansaron un rato en silencio hasta que la pija dormida de Lucas abandonó el culito de Juan. Lucas se incorporó y se acostó boca abajo al lado de su amigo y, por supuesto, puso el slip de Juan sobre la almohada. No hacía falta más. Juan se incorporó y se acomodó entre las piernas de Lucas, le abrió las nalgas.
-Wow, como tenés el culo de roto, nene!, te cabe una botella de cerveza!
Lucas sonrió. -mejor meteme tu pija.-
Juan no se hizo rogar. Lubricar?, si un poco apenas. Dolor? apenas, placer? mucho, la añorada verga de su amigo estaba de vuelta en su culo, de donde jamás se debería haber alejado.
- Nunca más te dejo Juan, soy puto, ya no lo niego más, llename de leche, embarazame, dámela, dámela.-
Juan se la dio, no duró mucho, había demasiado deseo acumulado, pero la leche fue abundantísima, como si la hubiera estado guardando en su bolas desde la última vez que habían cogido, a pesar de que se culiaba a su novia, a pesar que se pajeaba todos los días pensando en él.
El semen había sido compartido, ya la simiente de Juan había embarazado a Lucas, ya la simiente de Lucas había embarazado a Juan. Nunca más dejarían de hacerse el amor.
Lucas volvió a su casa cerrando las cachas para que no se le escapara la leche. Ya habían planeado la noche, pero Lucas tenía algo que arreglar antes. Fue hasta la casa de Chiche. Estaba en el fondo arreglando la bici. No dijo nada, sólo se arrimó a su amigo, lo tomó de las nalgas y lo besó en los labios. No hacía falta más, buscaron el rincón de siempre, Chiche desesperado se bajó el jean, se bajó la bikini rosa y se abrió las nalgas. Lucas ya estaba al palo, se lo escupió un poco, lo tomó de la cadera y se la clavó. Comenzó el mete y saca sin esperar, las bolas de Chiche se bamboleaban en el aire, su respiración agitada excitaba a Lucas que flexionando las rodillas intentaba que le entrara hasta las bolas. Sus manos buscaron por debajo de la remera los pezones del putito que él sabía eran súper sensibles y los comenzó a franelear, la inmensa pija casi siempre inerme de Chiche se puso dura y el nene empezó a llorar, abrió la piernas lo más que pudo, empujó su culo para atrás lo más que pudo y acabó en el aire como casi nunca lograba acabar. Las contracciones de su esfínter hicieron acabar a Lucas, que se recostó sobre la espalda de su amigo y se la cubrió de besos, mientras de a poco se la iba sacando.
Se vistieron de inmediato. Chiche no hacía preguntas, su felicidad era tan grande que prefería no mancharlas con una respuesta que tal vez no quería escuchar. Lucas comenzó a contarle. Chiche, le apoyó la mano en los labios
- Nunca te pedí explicaciones, no hace falta, volviste, no hago preguntas.- Pero Lucas debía contarle, los planes de esa noche incluían a Chiche. Siempre había sido muy discreto, ni Chiche sabía de Juan ni Juan, hasta esa tarde, sabía de Chiche. Pero lo que más le costaba contarle es que él también se dejaba, reconocer que él no era el gran macho cogedor que Chiche siempre había conocido sino que también entregaba su culito y que gozaba igual que él. Era un paso a dar, poder verbalizar su homosexualidad en toda su realidad era parte de terminar de asumirla, y pucha que Lucas la había asumido! Le contó sucintamente de su despertar sexual con Juan, de su rol versátil desde siempre, de Arturo y su renuncia al infructuoso intento de comportarse como hétero, y de su reiniciada relación con Juan de esa tarde. Chiche escuchaba en silencio, por momentos serio, por momentos sonriente.
Cuando Lucas terminó, Chiche se colgó de su cuello y le dijo al oído a media voz:
-algún día me vas a dejar debutar con tu culito?, me vas a enseñar?-
Lucas sonrió, dudaba que Chiche pudiera, imaginar esa verga casi tan grande como la de Arturo en su culito lo excitaba, asumir con Chiche su parte pasiva, le costaba.
- Te hacemos trencito Chiche, así la vas a tener parada y me la vas a poder poner. Querés venir esta noche conmigo a la casa de Juan?, está solo y nos vamos a quedar a dormir todos juntos.-
A Chiche una sonrisa le iluminó la cara, pero en un instante lo invadió la tristeza.
- Vos sabés que mi vieja y mi viejo saben que soy trolo, si les digo que voy a dormir con ustedes, qué van a pensar?-
- Pero che, no te castres como me castré yo! Siempre que un trolo sale con un amigo es para coger?, no podés tener amigos?, por ser puto vas a voltearte a cuanto macho pasa por tu vida?, no Chichín, no sólo de pija vive el puto! Si tus viejos piensan así es hora que les hagas ver que vos no sos una ninfómana, y si siguen pensando así, es problema de ellos, no te parece? Además,- sonrisa cómplice de Lucas-, Juan tiene novia, y tus viejos siempre me quisieron - sonrisa cómplice de ambos-. Acordate, cuando te dejé de coger, cada vez que tus viejos me encontraban por la calle me preguntaban por qué ya no iba tan seguido a tu casa.
- Si, tenés razón, yo me arreglo, a qué hora?-
- A las 10, primero hacemos unas pizzas y después te comés unas pijas.
Chiche sonrió- Yo solo voy a comer pija?-
- Naa, los tres vamos a comer pija, no seas amarrete, las querés todas vos solo?- Rieron
-Ma, esta noche me quedo a dormir en lo de Juan, con Chiche, los padres no están, así que vamos a hacer unas pizzas y después a jugar con la Play a morir.
- Bueno Lucas, te preparo una pasta frola para el desayuno, querés?
- Gracias ma!
(continuará)
3 comentarios - Intentando no serlo Parte 2
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