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Intentando no serlo parte 1

Enero había venido por demás caluroso. Lucas estaba volviendo del baño donde se había masturbado como casi todas las noches. Tenía un bello cuerpo, bien formado. Había sido gordito, pero el estirón de la adolescencia lo había estilizado, sólo le habían quedado de su época de gordito unos pechitos bastante grandes y una nalgas muy cogibles. Se tiró en la cama con sólo el slip y sin siquiera las sábanas, hacía mucho calor. El culito aún le molestaba un poco, había sido un poco brusco con sus dedos, pero la sensación de placidez en sus huevos vacíos lo relajaba mucho y lo ayudaba a conciliar el sueño.

Cruzó las manos debajo de su cabeza. Apenas había terminado la secundaria y, por más que los viejos insistieran, no iba a ir a la universidad. Ya demasiado les había concedido sin que ellos siquiera lo supieran. El hijo de María y Alberto tenía que ser hombre, y los hombres no se dejan coger. Por eso hacía dos años que había cortado con Juan, su amigo de toda la vida, rubio y grácil, con el que había debutado en el sexo y con el que había desarrollado toda su líbido y aprendido, casi jugando, a ser un gordito puto. Hacía ya dos años que Juan no lo cogía ni él se cogía a Juan.

El hijo de María y Alberto, un verdadero hombre, tampoco podía cogerse a otro hombre. Por eso hacía ya como seis meses que había cortado con Chiche, el chico pasivo de verga impresionante jamás usada, que con sus nalgas grandes y suaves le había sacado la leche y bajado el ardor cada semana desde que cortara con Juan. Y después qué?, minas?, no, no había caso, no se animaba, no lo excitaban. Trataba de pajearse pensando en minas, pero siempre volvía a Chiche o a Juan. Para colmo, su placer como pasivo cuando estaba con Juan era puramente mental, su culo no sentía nada, pero ahora su esfínter le cosquilleaba y sus dedos bien lubricados adentro del culito lo hacían gemir, eso lo preocupaba. Tenía amigas, si, como buen puto justamente era un estupendo amigo de las chicas, pero coger jamás. Sus amigos lo envidiaban por tener tantas amigas y de hecho, más de un gancho había hecho. Si supieran!!! Pero no, él era muy reservado y estaba dispuesto a combatir su deseo por los hombres hasta vencerlo y convertirse en un tipo normal. Nadie nace puto, aunque a veces pensaba que sí.

La única que lo sabía era Marta, una prima lejana que ya andaba por los 25, no muy alta, linda, de tetitas chicas y un culo tremendo. Lucas no se lo deseaba, se lo envidiaba!! Marta y Lucas eran grandísimos amigos, tanto que Lucas se había animado a confesarle su lucha. Marta tenía un carácter tan especial que a ella podía decirle todo. Sus charlas eran muy zafadas, muy francas y directas.

-Así que Juan es puto?, no me jodas, un pibe tan lindo! Pero si tiene novia!

-Martu, sabés cuantas veces me rompió el culo en su pieza mientras la novia estaba en la pieza de al lado charlando con la hermana? Sabés cuantas noches venía a casa a muerto de ganas que lo parta al medio después de haber cogido con la novia?

-Puta, che! que desperdicio, tan lindo pibe! Cogías con él solamente?

-No, también con Chiche, pero Chiche es sólo pasivo.

- Chiche?, pero ese es más lindo que Juan!

- Y más puto. Miralo bien de atrás cuando lo veas con un jean ajustado. A veces se le nota la tanga o la bikini debajo del slip.

- Usa calzones de mina?

- Si, por eso lo descubrió la vieja. Un día se olvidó de cerrar con llave la puerta del dormitorio, la madre entró y lo encontró frente al espejo sacando la colita para afuera vestido con una bombacha de la hermana, para colmo sobre la mesa de luz había un pepino enfundado en un forro. Quiso inventar alguna excusa pero era demasiado evidente.

- Mirá voooos! No sé qué le encuentran a dejarse por atrás che, yo ni loca le doy el culo a un tipo.

- Dale Marta!, con el pedazo de orto que tenés no me digas que nunca te quisieron dar vuelta y hacerte el hoyo.

-Más bien!, muchas veces, pero siempre digo que no. Y si alguno se pone pesado, lo arreglo con un apretón en las bolas, por más machos que sean, todos piden perdón. Mi culo es para cagar, para coger tengo concha, que te creés?-. Luego, poniéndose más intimista, lo invitaba: -che Luqui, no querés que te haga gancho con una amiga?, mirá que tengo alguna que si te agarra te da vueltas como una media, si?

-Ay Martu!, no gracias. Dejar de ser me cuesta, más adelante, si?

A pesar del calor, Lucas se quedó al fin dormido. Esa noche lo asaltaron los sueños de siempre, esos que por miedo a tenerlos, le generaban el insomnio solucionado a fuerza de pajas. En uno de ellos se veía acostado de espaldas en la cama de un telo, se pajeaba desesperadamente pero la pija no se le paraba. Al pie de la cama una prostituta vieja, de cara pintarrajeada, minifalda que apenas le tapaba el culo y piernas gordas lo miraba y se reía. De pronto señalando su inútil pene pronunciaba unas palabras extrañas: warmiyasqa! ullu rikukunakama!, su pija entonces comenzaba a achicarse, cada vez más, hasta desaparecer, un ardor como de fuego le penetraba el pubis y ante sus ojos, entre las risotadas de la prostituta, los labios y el tajo de una concha comenzaban a formarse en su pubis. Otras veces soñaba que su mamá abría de pronto la puerta de su cuarto y le decía - Lucas, Juan ya le dio dos nietos a su madre- y luego comenzaba a repetir sin cesar "vos cuándo?, vos cuándo?, vos cuándo?- el tono de voz comenzaba a subir hasta que el "cuando" se transformaba en un grito ensordecedor que lo hacía despertar.

Puto o no puto había que buscar un laburo, porque en su casa, o se estudiaba o se trabajaba. Consiguió una changa por ahí medio free lance que quedaba cerca del laburo de Marta. Entonces cuando terminaba se iba a visitar a su primita al estudio contable donde trabajaba de asistente. Sus visitas eran tan frecuentes que en el estudio ya lo consideraban casi un "empleado ad honorem".

Una de esas tardes, su prima le soltó - sabés qué Lucas?, estoy saliendo con un chongo y la cosa va más que bien-

A la semana Marta le presentó al "chongo", Arturo, un tipo de unos 30 años, alto, más flaco que gordo, espaldas anchas, piernas fuertes y un culo tremendo, piel blanca, barba rala negrísima y unos ojos negros de mirada intensa. La química con Lucas fue inmediata y el noviazgo de dos se hizo de "dos y medio" porque Marta y Arturo invitaban a Lucas a casi cuanta salida hacían (salvo al telo por supuesto).

Arturo tenía una forma de ser muy entradora. Terminó haciéndose amigo de los padres de Lucas y más de una vez venía solo a casa de Lucas para tomar mate con María o con Alberto. Lucas estaba muy feliz de que el novio de su prima fuera tan buena onda y que esa relación, en lugar de hacerle perder a su amiga del alma, le estaba haciendo ganar un buen amigo.

El novio de Marta laburaba como vendedor de seguros ejecutivos, por lo que su trabajo lo mantenía en la calle la mayor parte del tiempo, visitando prospectos, lo que le daba gran libertad de horarios. A poco más de un mes de conocerlo le ofreció a Lucas que fuera a trabajar con él. Bingo!, Lucas aceptó de inmediato y así se convirtió en un novato vendedor de seguros en la misma empresa donde trabajaba Arturo. Todas la mañanas se bañaba, se hacía su primer pajita del día, sin deditos como la nocturna pero pensando en las mismas cosas, viajaba en bondi una hora hasta la capital y se encontraba en la empresa con el novio de Marta, recibían los prospectos del día y salían a visitarlos. Arturo le enseñó mucho y recién luego de un mes lo largó solo. Desde entonces sólo se veían por la mañana y a veces para almorzar en Banchero o alguna otra pizzería.

En una de esos almuerzos Arturo le comentó:

- Lucas, hace rato que ando pensando que necesitamos un departamento por acá por el centro, chiquito, nada especial, para tener un lugar donde refrescarnos un poco los días de calor, descansar un rato los días de poco trabajo, no estar al pedo en un bar los días de lluvia o prepararnos un churrasco en lugar de andar comiendo mierda todos los días, no te parece?

A Lucas le gustó la propuesta, la verdad las tardes de calor en el centro eran insoportables.

- La idea está buena, pero no saldrá muy caro?

- Lo pagamos entre los dos, antes a mi solo se me complicaba. Igual, como yo gano más que vos, al principio podemos hacer 70-30, te parece? Tengo un amigo con una inmobiliaria, algo nos va a poder conseguir bueno y baratito.

- Dale, averiguá.

- Pero Lucas, no le digas nada a Marta. Vos sabés lo celosa que es y seguro va a pensar que lo vamos a usar de bulo para llevar minas y me va a armar un quilombo bárbaro.

El secreto entre compinches le encantaba. Ni a Marta ni a nadie.

Pasaron un par de semanas y una mañana, cuando salieron de la reunión matinal en la empresa, en lugar de ir con los demás vendedores a tomar el primer café, Arturo le dijo -vení, acompañame que te quiero mostrar algo.

Fueron hasta Viamonte y Uruguay. Arturo se paró en el palier de un elegante edificio de la década del 40 y le mostró una llave.

-Ya lo conseguiste? Muy caro?

- No, una pichincha, y además amueblado a full

Subieron al 4to."D". Entraron, Lucas sintió un leve temblor en el culito, para un puto era una situación excitante, entrar con un macho a un depa vacío lo llenaba de sensaciones sugestivas. -Pará-, se dijo, -es el novio de Marta!- Se serenó, subió bien alto las barreras anti-homo y dibujó una sonrisa estándar. Lindo el lugar!, un ambiente amplio, alfombrado. A la izquierda de la puerta el baño, a la derecha la mini cocina, al fondo un estar-comedor y luego un biombo con dibujos orientales para separar el dormitorio. La cama de dos plazas puso a Lucas a temblar. Una imagen pasó por sus ojos: se veía desnudo boca abajo con las piernas bien abiertas y a Arturo arriba de él, su enorme y oscura pija mitad dentro de su culo y mitad aún afuera. No!, se debía controlar!, eso era pasado, además era el novio de Marta, eso no se hace! Rogando que su amigo no se hubiera dado cuenta de nada, salió presuroso del dormitorio.

El precio era razonable, el lugar estaba bueno. Alquilaron. Desde ese momento, Lucas y Arturo compartieron algún rato todos los días en el departamento, para almorzar, bañarse o descansar en los ratos libres que les dejaba el trabajo. Al principio con miedo, luego, a medida que fue tomando confianza en sí mismo, ya con mayor tranquilidad, Lucas compartió la cama con Arturo, él con su bóxer apenas ajustado y Arturo con sus slips mínimos e inclusive a veces con sunga. Su bulto dormido era notable, sus nalgas grandes y masculinas, dignas de una estatua de Miguel Ángel. Nada sucedió, los dos se portaron como dos perfectos heterosexuales, conversaron, rieron y durmieron la siesta. Arturo nunca se mostró desnudo, ni siquiera al salir del baño, y Lucas por supuesto tampoco, el miedo de ser descubierto por una erección lo perseguía. Curiosamente nunca hablaban entre ellos de sexo. Lucas se sentía muy bien, lo estaba logrando. Algo más para agradecerle a su prima.

En poco más de un año Arturo y Marta decidieron casarse. Sólo por civil, nada de fiestas, sólo un almuerzo para padres y hermanos. Y para Lucas.

A Marta se le veía feliz en su nuevo estado. A Arturo también. La relación entre Lucas y Arturo no cambió en nada, la misma camaradería, el mismo respeto, el departamento, mucho más que antes, siguió siendo un secreto cuidadísimo.

Pero la cosa no iba a durar mucho. Las primeras vacaciones de Marta y Arturo fueron a los 6 meses de casados, en Mar del Plata. Iban a pasar dos semanas de sol y playa. Marta volvió a los 7 días. Lo llamó, se encontraron en un bar. -Me separé de Arturo, - ¿Por qué?, -Yo no soy la segunda de nadie, qué se cree ese hijo de puta?

Marta había regresado de la playa antes de la hora acordada y al entrar al cuarto del hotel, encontró a Arturo sobre la cama dándole por el culo a una pendeja teñida de rubio, el uniforme de mucama desparramado por el piso. Con la tana no había vuelta. Sin siquiera dirigirle la palabra metió sus pilchas en la valija, se fue al aeropuerto y se volvió sola en el primer vuelo.

- Y ahora qué vas a hacer?

- Mirá, no quiero hablar con nadie, no me banco la cantinela de la familia y el "yo te dije de las amigas". Mi jefe me ofreció laburo en la sucursal de Rosario. Me voy mañana.

-Pero, y tus cosas?

- Te hago una lista de las cosas que me interesan. Vos encargate de buscarlas y llevátelas a tu casa, después vemos. Lo demás que se lo meta en el culo ese mierda!

Cuatro días después regresó Arturo. Lucas lo vió a la mañana en el trabajo, Arturo lo saludó como si nada hubiera pasado.

-Che Artu, tenemos que hablar.

Con una sonrisa como si hablara con un cliente, -Si, Lucas, hoy almorzamos juntos en el depa?

Lucas llegó a las 11:45. Arturo ya estaba, se había cambiado, jean ajustado, remera ajustada. Pidieron pizza. El pibe del delivery dejó la pizza sobre la mesa mirando de reojo a Arturo que sonreía mirándole el culo. La propina fue más que buena.

- Hasta la próxima Arturo.

- Chau nene, la trajiste como a mí me gusta, no?

- Por supuesto, nunca me olvido de tus gustos -, respondió el delivery con una sonrisa que a Lucas le pareció demasiado cómplice.

Se sentaron frente a frente.

- Explicame qué pasó, por favor.

- Y, pasó lo que tenía que pasar. Una mina no me alcanza.

- Pero, y para qué te casaste? Está mal lo que le hiciste a Marta! Estuviste para la mierda.

- Ella sabía que yo no dejaba títere con cabeza. Ella sabía que ya me había volteado a varias de sus amigas. Creyó que me podía cambiar y no pudo.

- Puta, qué boludo que sos, Marta es la mejor piba que conozco.

-Si, macho, será muy buena, pero en la cama no me alcanza.

Lucas tenía ganas de darle una piña, pero después pensó que eran adultos, que era su vida y sus decisiones y él no era quien para meterse en el medio.

-Lucas, por favor, casado o no casado con tu prima, soy tu amigo y te quiero, si?

- Yo también soy tu amigo, aunque seas un pelotudo! Esta no te la voy a perdonar nunca.

Se abrazaron tibiamente y sellaron un pacto de silencio. De la relación Marta - Arturo no se hablaba más.

Los días trascurrieron. La amistad siguió, pero Lucas descubría cosas en Arturo que antes nunca había visto. Sería que él antes no se daba cuenta o que luego de la separación Arturo había cambiado? Las miradas y las frases con el pibe del delivery fueron el primer síntoma, pero luego de eso comenzó a notar que cuando Arturo hablaba con el cadete de la empresa, Christian, un pibe de unos 20 años, tucumano, delgado, trigueño claro, carita redonda, culoncito, vestido siempre a lo rapero, acostumbraba tocarse el paquete y que luego los dos salían casi al mismo tiempo y regresaban juntos. Christian, normalmente caracúlico, volvía con una sonrisa que le iluminaba la cara. Una tarde, estando los dos en el depa, Lucas sintió esa rara sensación que sentimos cuando alguien está detrás nuestro, se le dio por mirar hacia atrás por sobre su hombro y descubrió a Arturo, que tenía los ojos clavados en su culo. Desde ese momento cada vez que tenía a Arturo detrás, repetía la mirada espía y casi siempre volvía a descubrir a Arturo relojeándole las nalgas. Sería que a Arturo le gustaban los pendejos también? Bue, era problema de él. De él?, el esfínter le dio un respingo. Tan seguro estaba que nunca su amigo le iba a proponer algo? Y si se lo proponía, tan seguro estaba de que le iba a decir "no Arturo, yo no la voy con esa, disculpame", como tantas veces había escuchado que los hetero respondían a las insinuaciones de un marica? Igual, eso no iba a pasar.

Fue un 6 de diciembre. La calle ardía. Lucas, después de visitar sus clientes de la mañana se sentía pegajoso de transpiración. Decidió ir al departamento a refrescarse. Entró, la ropa de Arturo estaba tirada sobre una silla y se escuchaba correr la ducha. Golpeó la puerta del baño, le avisó a Arturo que estaba y se sentó a la mesa a leer una revista. Allí estaba la sunga de Arturo. Sintió curiosidad. La tomó y la olió profundamente, mmmm, qué delicioso olor a bolas de macho! Le hacía acordar a Juan. Les gustaba coger en la pose tradicional, boca abajo en la cama, y siempre apoyaba el slip de Juan sobre la almohada para olerlo mientras su amigo le rompía el culo. El placer anal y el olor del slip de macho para él estaban desde siempre unidos. El ruido de la ducha acabó, Lucas presuroso devolvió el calzón a su posición y trató de concentrarse en la cholulísima revista. Escuchó el saludo de Arturo. Levantó los ojos de la revista, sus pupilas se llenaron de una vista maravillosa: Arturo estaba por primera vez completamente desnudo delante de él, su pija era aún más grande y bella de lo que había imaginado, oscura, de un grosor inusual, de unos 20 cm, sus bolas peludas y grandes. No podía quitar sus ojos de esa increíblemente hermosa herramienta de macho, había quedado paralizado. Arturo se dio cuenta, imposible no darse cuenta. Caminó hasta la mesa y le dijo "te gusta?", le tomó la mano y se la llevó a su pinga. Lucas seguía embobado. Su cuerpo volteaba una a una las barreras que su voluntad de ser "normal" habían levantado. Sus ojos fijos en el glande de Arturo, su mano rodeando el tronco, congelado. Cuando la última barrera cayó, Lucas cayó con ella, de rodillas en el piso se llevó la pija de Arturo a la boca, la apoyó contra sus labios, apenas los separó, como si algo intentara mantener sus mandíbulas cerradas mientras otra fuerza que subía desde su vientre las tratara de abrir. De a poco fue ganando su homosexualidad, sus labios se fueron separando y la pija de Arturo fue entrando en su boca, mmm, qué increíble sabor!, qué deliciosa tibieza!, qué música para sus oídos el primer suave gemido de Arturo! Vencida toda resistencia estaba empezando a gozar como un puto goza, su pija se puso dura, su esfínter hormigueaba como nunca. La pija de Arturo apenas entraba en su boca, le comenzaban a doler las comisuras de los labios, pero el trozo de carne seguía avanzando a su garganta. Tragarla toda, imposible, pero la besó, la acarició, la masturbó, la chupó desesperado, mientras Arturo le acariciaba suavemente la cabeza. Miró de casualidad el reloj: eran las 3 de la tarde.

Arturo lo levantó. - Desvestite-, le dijo con vos suave pero firme. Lo acomodó de rodillas en el borde de la cama y le bajó la cabeza.

Lucas sintió la saliva de Arturo mojándole el ano, casi virgen luego de 5 años sin pija, 5 años a sólo índice y mayor. Sintió la tibieza del glande apoyada en él, cerró los ojos. Luego un dolor lacerante le sacó el primer grito. Esa pija era demasiado gruesa para su ortito, pero no iba a cejar, se la iba a comer aunque luego terminara en el hospital. Un segundo empujón y un segundo grito.

- Estrecho como tu prima, Luquitas, se nota que sos de la familia. Lucas pudo esbozar una sonrisa, su prima al fin había entregado el culo.

La conciencia, dormida hasta ese momento por la calentura, comenzó a jugarle una mala pasada. Era el marido de su prima, de Marta, su mejor amiga! Cómo iba a permitir que el marido de su prima le metiera los cuernos con él?, con su mejor amigo? Cómo se sentiría Marta sabiendo que su marido se enculaba a un puto y que ese puto era él? Se enfrío, y su esfínter cerró lo poco que se había abierto, provocándole más dolor aún. Arturo no pudo seguir avanzando.

-Pucha!, sos más estrecho que tu prima! Esperame.

Se la sacó. El ortito lacerado de Lucas quedó vacío. Su cuerpo retrucó, Marta y Arturo hacía varios meses que se habían separado y no había sido culpa de él. Arturo era libre, Marta estaba lejos. Y además seguro que él no era el primer puto que Arturo se cogía, el delivery, el cadete, ya no había motivo para dudar, se encamaban con el ex de su prima. Su cuerpo mandaba. Se sintió mal, se sintió solo. La había tenido apenas un par de minutos, pero ya su culo abierto le urgía que lo volvieran a llenar, tenía ganas de llorar, llorar de deseo, de necesidad de ser penetrado por un macho. Cómo la carencia de una pija lo podía angustiar así?, pero sí!, lo angustiaba, tenía ganas de rogar por favor que se le volviera a meter, pero se contuvo y se quedó con la cara apoyada sobre las sábanas, las rodillas al borde de la cama y el agujerito abierto temblando de deseo.

Un suave frescor se extendió por su lastimado esfínter. Arturo había conseguido una botella de body milk y lo estaba embadurnando. Sintió el glande cremoso y de nuevo gritó de dolor, pero esta vez la pija se deslizó suave hacia adentro, ya el glande en su recto y su esfínter bancándose todo el tremendo grosor del palo de su amigo. Arturo se quedó quieto, el dolor fue reemplazado por ardor y Lucas comenzó a relajarse. La siguiente pujada terminó con el primer "chaf" del pubis de Arturo en sus nalgas. El mete y saca lo fue llevando a ese placer añorado, lo fue llevando a sus abrazos con Juan, a esas tardes a escondidas, prohibidas, buscadas, donde la amistad de Juan se plasmaba en sexo y donde su culito, amado por la pija de su amigo, lo llevaba al éxtasis, a la sensación de eternidad que perdona todas las culpas y desvanece todas las prohibiciones. La pija de Arturo lo rescataba de la censura autoimpuesta, de la castración por mano propia y comenzaba a gozar como antes. Los gemidos renacieron en su boca y cada nueva clavada profunda de Arturo lo llevaba un paso más hacia las nubes, despertaban en su vientre nuevas sensaciones, nuevos deseos de ser preñado por el semen de su macho y le hacían olvidar su falsa careta de nene "normal". Su pija reventaba de excitación, le dieron ganas de masturbarse, pero no lo hizo, quería recuperar antes todos los placeres y todas las sensaciones de su culo.

-Pará Arturo, cambiemos de pose, quiero vértela.

Arturo se la sacó despacito, Lucas se acostó de espaldas y se tomó las piernas. Arturo sonrió y se la clavó de una.

-Parece que te gusta a fondo, putita!, respondió Arturo mientras lo clavaba despiadadamente.

- Si, pero además quiero verte gozar, quiero sentirte adentro mío, quiero darme cuenta de cómo me estás rompiendo el culo Arturo!

Lucas llevó la mano a su esfínter, y acarició ese ariete de carne que se perdía en su cuerpo. Lo rodeó con la mano y se asombró, cómo era posible que algo tan grueso estuviera dentro suyo? Pero sí, bien adentro estaba, sonrió con ese orgullo de puto que se da cuenta de lo aguantador que es su culito. Ahora sí, podía entregarse todo al placer, apoyó su cabeza sobre la cama y cerró los ojos. Sus gemidos se expandían en el aire y se mezclaban con las indecencias que en su calentura le decía Arturo, su culo gozaba como nunca había gozado, con un placer eléctrico que sentía por todos lados, en su vientre, en su esfínter, en su perineo, en sus bolas y que subía por su pija con una intensidad más fuerte aún que en sus más profundas culiadas a Chiche. Sin buscarlo, sin tocarse, su pija se convirtió en un tibio manantial de semen, que manchó su cara, su pecho, su panza.

Arturo aceleró, Arturo acabó, y el placer de la acabada de Lucas fue reemplazado por un placer más intenso, nacido de su vientre, nacido del calor de la leche de su amigo dentro suyo, su esfínter vibró, su cuerpo fue la tensada cuerda de un laúd difundiendo en el aire la dulce melodía de sus gemidos. Arturo cayó desplomado sobre él, todo su cuerpo grande, caliente, sudoroso, lo cubrió, pero de la unión de los cuerpos renació el ardor de ese semental, que tomó la cara de Lucas y comenzó a besarlo furiosamente, como para romperle la boca y reanudó el mete y saca con la misma furia de antes de acabar. Al rato los dos, mejilla con mejilla, gritaban de placer y excitación, mientras los pijazos furibundos de Arturo hacían temblar la cama. Acabaron al unísono, la pija de Lucas apretada contra el vientre de Arturo, la pija de Arturo golpeando contra el fondo del recto de Lucas y depositando allí su semen ardiente. Volvió a mirar el reloj: eran casi las 4, Arturo le había dado pija por más de 45 minutos casi sin parar.

Se quedaron dormidos. A las 7 y media, Lucas abrió los ojos. Estaba de costado, Arturo detrás de él roncaba abrazándolo, su pija dormida apoyada en su culito. Se incorporó, aún sus piernas cansadísimas, mensajeó "ma, me tuve q quedar un rto más p terminar un trabajo urg ya salgo tkm". Llevó las manos a sus nalgas, wow, qué abierto sentía el culo! Se bañó, despertó a Arturo, lo besó, se la mamó un ratito y quedaron en repetir el lunes.

Llegó a su casa pasadas las 9. El culo le dolía y las piernas aún no estaban del todo bien. La madre se dio cuenta que caminaba raro, - no pasa nada, ma, me tropecé en el laburo y me duele un poco la rodilla.- Fue al baño y se sentó. Aún sentía aire fresco entrando a su esfínter que no acababa de cerrarse. Trató de vaciarse, un poco de caca, mucho semen, y mucho moco rectal, apenas un poco, casi nada, de sangre. Era aguantador, no cabía duda.

Durmió hasta las 11, tomó unos mates con doña María y mensajeó a Juan - che invitame a comer q quiero hablar con vs.- mi vieja no está, te arreglás con empanadas d la esq?,- mejor, yo ls compro antes de ir, vos prepará la coc-, -dale t spero.
(continuará)

5 comentarios - Intentando no serlo parte 1

nikolaz17
Genial, como siempre. Encantado con tus relatos.
Jero-Hot
espectacular...tal cual lo cuenta es para un tapada..