Para entender este relato deben leer previamente "El compa de la Universidad", ya que es la continuación de dicha historia
Después de desayunar, tenía que inspeccionar mi obra, lo puse a Martín/Zulma patitas para arriba y le comencé a mirar el ojetito, lo que a la noche era apenas un puntito, ahora era un túnel de carne roja que se hundía en su interior, no pude evitarlo, la pija se me puso dura, pero me aguanté, me unté el dedo índice con la manteca que sobró del desayuno y se lo metí despacito. Aún no había entrado la primera falange cuando Martín comenzó a gemir de dolor, a pesar que el dedo lubricado le entraba sin esfuerzo. Cuando se lo saqué, mi dedo salió bastante rojo. Me preocupé, yo nunca había desvirgado a nadie y pensé que tal vez había sido demasiado bruto y estaba lastimado por mi impericia.
-Estoy indispuesta?-, me preguntó con una sonrisa más que forzada y expresión dolorida.
-Bueno, te puedo asegurar que ya virgen no sos Martín-, -Zulma, Luquín-,-bueno, ya tu conchita no es virgen Zulma, quedate descansado con el culito para arriba mientras voy a la farmacia.-
Las hermosas calles del centro de Mendoza aún estaban vacías, ubiqué una farmacia a dos cuadras del apart. Por suerte nadie adentro. Entré y desde el fondo vino el farmacéutico, unos 30 años, alto, delgado, barba candado corta, manos bellas de dedos largos, ojos profundos de un azul oscuro, me miró directo a los ojos de una manera que me llenó de sensaciones raras. No abrió la boca, sólo me miró y se quedó esperando mi pedido.
-Bueno, esteeee, mire...., ayer llegamos de Buenos Aires con mi novia y, mmm, soy un poco fogoso, sabe?- Noté en su rostro un esbozo de sonrisa y luego que sus ojos bajaban a mi bragueta y volvían a mirarme directo con esa intensidad que me perturbaba.
-Y se le fue la mano-, -Y.., si-, "por delante o por detrás?"
-Por detrás-, volvió a sonreir ahora abierta y sensualmente.
-Usted la tiene muy grande?-, - 20-, dije agregándome un par de centímetros y sonriendo orgulloso
-Y es muy gruesa?-, -bastante-, con lo pavo que soy pensaba que estaba evaluando el daño del culito, pero su sonrisa cada vez más lasciva me estaba diciendo otra cosa.
-Bueno mire seguro que lo desgarró, le sangró mucho?-, mis 5 sentidos alertas por lo embarazoso de la situación lo captaron en el acto: "lo???", "lo desgarró????", se dio cuenta????, nooo "desgarró.. al culo, lo desgarró"
-Esta mañana cuando fue de cuerpo, si. Después le metí el dedo y salió con sangre-
-Mmm, ya veo, y él que le dijo?, le dolió cuando le metió el dedo?-, los culos no hablan, pensé, así que éste me caló y sabe que mi novia es un tipo, mejor, pensé, así ya no me cuido de meter la pata.
-Si, le dolió, no está acostumbrado todavía-,-Y esta mañana lo penetró de nuevo?-, -No, me dio miedo-
-Mire hay una crema que va muy bien para eso, pero le tengo que dar la concentración adecuada- Mi miró a los ojos como para incendiarme, y con una sonrisa como para enamorarme.
-Vamos a tener que pasar al consultorio del fondo y me va a tener que mostrar la herramienta que provocó el daño para evaluar la dosis-, mi pija respondió antes que yo, Adrián, así se llamaba, garrapateó sobre un papel "abrimos a las 10", lo pegó en la puerta de la farmacia y cerró con llave.
El consultorio era muy pequeño, una camilla sobre una pared y un pasillo ancho, nada más. Me paré junto a la camilla sin saber qué hacer. El se paró casi pegado a mi cuerpo, rozó apenas mis labios con los suyos y me dijo -con permiso-
Se puso en cuclillas delante de mi bragueta y me bajó el cierre, metió la mano y sacó mi pija medio dormida por los nervios.
-Veamos-, dijo, se la metió en la boca y comenzó a chuparla, en instantes mi verga estaba dura. Se la sacó de la boca y me miró a los ojos
-Mmm, ya me imagino cómo quedó el culito de su novia-, me peló el glande y me dio una mamada como nunca me habían dado. Comencé a cogerlo con furia por la boca, pero sus planes eran otros. Me alejó poniendo sus manos en mi cadera y se incorporó. Sin sacar su mano de mi verga, mientras me la pajeaba despacito, me dijo -ya evalué el grado de daño en el culito de su novia, ahora traigo la crema y le explico cómo aplicarla-.
Salió y me dejó solo y caliente en el consultorio. Ahí terminaba la cosa?, o me sacaba la leche con la boca o le enchastraba la pared del consultorio con el pajazo!
Volvió en unos minutos con un pomo que decía "noseque proct" y un pote que decía "analove".
-El pomo es lo que necesita para su novia, con este otro le voy a explicar cómo se aplica-, me dijo tomando el pote de "analove".
-Primero le tiene que aplicar un poco con los dedos, vamos a practicar?- Se bajó el pantalón del ambo blanco y descubrió unas nalgas perfectas, lampiñas, de curvas suaves. Se reclinó sobre la camilla y se las abrió. Tenía un asterisquito hermoso, rosado, húmedo, palpitante, me dieron ganas de chupárselo, pero preferí seguir su plan. Me unté un dedo con el analove y se lo fui metiendo despacito.
-Así doctor?-
-Así, pero llévelo bien hasta el fondo y muévalo un poco- Le clavé a fondo el dedo y se lo revolví. El farmacéutico comenzó a gemir suavecito.
-Ahora siga con dos-, índice y mayor lubricados fueron a seguir abriéndole el culo al farmacéutico, con el sólo fin de aprender cómo aplicarle el tratamiento a Martín, por supuesto.
-Bien, veo que aprende rápido.- Se incorporó sin avisarme, -saque ya, que pasamos a la aplicación. Debe usar el aplicador que viene con el pomo, de esta manera-, tomó el analove y me lubricó la pija por todos lados. Se quitó el pantalón y se volvió a recostar en la camilla. -Aplique, por favor-
Mi jean y mi slip volaron y se la clavé de una, gimió y mordió la sábana de la camilla.
-Se acabó el juego putito, ahora te reviento el culo, nene-, comencé a bombearlo con furia, el analove era genial.
-Si, pendejo destrozame el culo-, me respondió entre gemidos
La camilla golpeando contra la pared rompía el enduido, las jeringas del pequeño estante temblaban, la botella de alcohol cayó al piso, mi putito ocasional chillaba con voz de mina, mi pubis golpeaba contra sus nalgas enrojecidas.
Lo di vuelta y me puse sus piernas en el hombro, su pija considerable pero completamente dormida estaba encharcada de su preseminal
-Ay mi macho!, haceme sangrar como a tu novio, partime en cuatro!
-Sos demasiado puto para sangrar nene, pero igual te voy a llenar de leche!-
Lo bajé de la camilla y quedó parado apoyado contra la pared del fondo, se la volví a clavar.
-Ahora es tu turno, mové esa cola hermosa que tenés-, me miró por sobre el hombro y sonrió pícaro
Me cogió con el culo mejor que como yo cojo con mi pija, lo retiraba hasta que mi glande quedaba en su puerta y pujaba de golpe para clavárselo a fondo, dejaba sólo mi glande adentro y me lo presionaba con el esfinter, que controlaba como quería hasta hacerme gemir, lo movia, me tomaba con su manos de las nalgas y me apretaba más contra su culo, me ordeñó, no aguanté y en un par de minutos le inundé el ojete de leche.
Adrían empezó a reir, entre sus piernas caían guesos chorros de semen y su esfinter se contraía espasmódico como para ordeñar los últimos restos de leche de mi poronga.
Bajada la calentura, volví a la realidad y miré la hora, Martín debía estar inquieto. Adrían se dio cuenta.
-Tu novio no te puede ver llegar así, vení.
Tiró la camisa de su ambo sobre el charco de semen del piso y caminando como una diosa griega me hizo que lo siguiera al baño.
Nos duchamos entre besos y caricias con toda la franela que no habíamos tenido en nuestra sesión de sexo express. Ya secos, antes de vestirnos, me dijo
-Por el bien de tu novio, tengo que hacerte ahora un tratamiento adicional a vos-
Me sentó en una banqueta alta del laboratorio y entre tubos de ensayos y frascos con quimicos me chupó la pija hasta arrancarme un segundo polvo.
-Así vas a estar tranquilito y no te lo vas a querer coger en un rato-
Me besó con el sabor de mi leche, nos vestimos, me regaló el analove y el remedio para Martín.
Nos dimos un último beso
-No quiero que te enfermes, pero me encantaría que vuelvas a la Farmacia.
- Seguro vuelvo Adri, mmm, vos haces delivery nocturno?
-Por supuesto, llámenme cuando quieran-
-Tal vez te pidamos algo una noche de éstas-
Me dio un apretón de manos, se revistió de nuevo con su expresión formal y caracúlica, pero no pudo dejar de tirarme un beso con los labios desde el otro lado del vidrio. Por suerte la calle seguí vacía.
Después de desayunar, tenía que inspeccionar mi obra, lo puse a Martín/Zulma patitas para arriba y le comencé a mirar el ojetito, lo que a la noche era apenas un puntito, ahora era un túnel de carne roja que se hundía en su interior, no pude evitarlo, la pija se me puso dura, pero me aguanté, me unté el dedo índice con la manteca que sobró del desayuno y se lo metí despacito. Aún no había entrado la primera falange cuando Martín comenzó a gemir de dolor, a pesar que el dedo lubricado le entraba sin esfuerzo. Cuando se lo saqué, mi dedo salió bastante rojo. Me preocupé, yo nunca había desvirgado a nadie y pensé que tal vez había sido demasiado bruto y estaba lastimado por mi impericia.
-Estoy indispuesta?-, me preguntó con una sonrisa más que forzada y expresión dolorida.
-Bueno, te puedo asegurar que ya virgen no sos Martín-, -Zulma, Luquín-,-bueno, ya tu conchita no es virgen Zulma, quedate descansado con el culito para arriba mientras voy a la farmacia.-
Las hermosas calles del centro de Mendoza aún estaban vacías, ubiqué una farmacia a dos cuadras del apart. Por suerte nadie adentro. Entré y desde el fondo vino el farmacéutico, unos 30 años, alto, delgado, barba candado corta, manos bellas de dedos largos, ojos profundos de un azul oscuro, me miró directo a los ojos de una manera que me llenó de sensaciones raras. No abrió la boca, sólo me miró y se quedó esperando mi pedido.
-Bueno, esteeee, mire...., ayer llegamos de Buenos Aires con mi novia y, mmm, soy un poco fogoso, sabe?- Noté en su rostro un esbozo de sonrisa y luego que sus ojos bajaban a mi bragueta y volvían a mirarme directo con esa intensidad que me perturbaba.
-Y se le fue la mano-, -Y.., si-, "por delante o por detrás?"
-Por detrás-, volvió a sonreir ahora abierta y sensualmente.
-Usted la tiene muy grande?-, - 20-, dije agregándome un par de centímetros y sonriendo orgulloso
-Y es muy gruesa?-, -bastante-, con lo pavo que soy pensaba que estaba evaluando el daño del culito, pero su sonrisa cada vez más lasciva me estaba diciendo otra cosa.
-Bueno mire seguro que lo desgarró, le sangró mucho?-, mis 5 sentidos alertas por lo embarazoso de la situación lo captaron en el acto: "lo???", "lo desgarró????", se dio cuenta????, nooo "desgarró.. al culo, lo desgarró"
-Esta mañana cuando fue de cuerpo, si. Después le metí el dedo y salió con sangre-
-Mmm, ya veo, y él que le dijo?, le dolió cuando le metió el dedo?-, los culos no hablan, pensé, así que éste me caló y sabe que mi novia es un tipo, mejor, pensé, así ya no me cuido de meter la pata.
-Si, le dolió, no está acostumbrado todavía-,-Y esta mañana lo penetró de nuevo?-, -No, me dio miedo-
-Mire hay una crema que va muy bien para eso, pero le tengo que dar la concentración adecuada- Mi miró a los ojos como para incendiarme, y con una sonrisa como para enamorarme.
-Vamos a tener que pasar al consultorio del fondo y me va a tener que mostrar la herramienta que provocó el daño para evaluar la dosis-, mi pija respondió antes que yo, Adrián, así se llamaba, garrapateó sobre un papel "abrimos a las 10", lo pegó en la puerta de la farmacia y cerró con llave.
El consultorio era muy pequeño, una camilla sobre una pared y un pasillo ancho, nada más. Me paré junto a la camilla sin saber qué hacer. El se paró casi pegado a mi cuerpo, rozó apenas mis labios con los suyos y me dijo -con permiso-
Se puso en cuclillas delante de mi bragueta y me bajó el cierre, metió la mano y sacó mi pija medio dormida por los nervios.
-Veamos-, dijo, se la metió en la boca y comenzó a chuparla, en instantes mi verga estaba dura. Se la sacó de la boca y me miró a los ojos
-Mmm, ya me imagino cómo quedó el culito de su novia-, me peló el glande y me dio una mamada como nunca me habían dado. Comencé a cogerlo con furia por la boca, pero sus planes eran otros. Me alejó poniendo sus manos en mi cadera y se incorporó. Sin sacar su mano de mi verga, mientras me la pajeaba despacito, me dijo -ya evalué el grado de daño en el culito de su novia, ahora traigo la crema y le explico cómo aplicarla-.
Salió y me dejó solo y caliente en el consultorio. Ahí terminaba la cosa?, o me sacaba la leche con la boca o le enchastraba la pared del consultorio con el pajazo!
Volvió en unos minutos con un pomo que decía "noseque proct" y un pote que decía "analove".
-El pomo es lo que necesita para su novia, con este otro le voy a explicar cómo se aplica-, me dijo tomando el pote de "analove".
-Primero le tiene que aplicar un poco con los dedos, vamos a practicar?- Se bajó el pantalón del ambo blanco y descubrió unas nalgas perfectas, lampiñas, de curvas suaves. Se reclinó sobre la camilla y se las abrió. Tenía un asterisquito hermoso, rosado, húmedo, palpitante, me dieron ganas de chupárselo, pero preferí seguir su plan. Me unté un dedo con el analove y se lo fui metiendo despacito.
-Así doctor?-
-Así, pero llévelo bien hasta el fondo y muévalo un poco- Le clavé a fondo el dedo y se lo revolví. El farmacéutico comenzó a gemir suavecito.
-Ahora siga con dos-, índice y mayor lubricados fueron a seguir abriéndole el culo al farmacéutico, con el sólo fin de aprender cómo aplicarle el tratamiento a Martín, por supuesto.
-Bien, veo que aprende rápido.- Se incorporó sin avisarme, -saque ya, que pasamos a la aplicación. Debe usar el aplicador que viene con el pomo, de esta manera-, tomó el analove y me lubricó la pija por todos lados. Se quitó el pantalón y se volvió a recostar en la camilla. -Aplique, por favor-
Mi jean y mi slip volaron y se la clavé de una, gimió y mordió la sábana de la camilla.
-Se acabó el juego putito, ahora te reviento el culo, nene-, comencé a bombearlo con furia, el analove era genial.
-Si, pendejo destrozame el culo-, me respondió entre gemidos
La camilla golpeando contra la pared rompía el enduido, las jeringas del pequeño estante temblaban, la botella de alcohol cayó al piso, mi putito ocasional chillaba con voz de mina, mi pubis golpeaba contra sus nalgas enrojecidas.
Lo di vuelta y me puse sus piernas en el hombro, su pija considerable pero completamente dormida estaba encharcada de su preseminal
-Ay mi macho!, haceme sangrar como a tu novio, partime en cuatro!
-Sos demasiado puto para sangrar nene, pero igual te voy a llenar de leche!-
Lo bajé de la camilla y quedó parado apoyado contra la pared del fondo, se la volví a clavar.
-Ahora es tu turno, mové esa cola hermosa que tenés-, me miró por sobre el hombro y sonrió pícaro
Me cogió con el culo mejor que como yo cojo con mi pija, lo retiraba hasta que mi glande quedaba en su puerta y pujaba de golpe para clavárselo a fondo, dejaba sólo mi glande adentro y me lo presionaba con el esfinter, que controlaba como quería hasta hacerme gemir, lo movia, me tomaba con su manos de las nalgas y me apretaba más contra su culo, me ordeñó, no aguanté y en un par de minutos le inundé el ojete de leche.
Adrían empezó a reir, entre sus piernas caían guesos chorros de semen y su esfinter se contraía espasmódico como para ordeñar los últimos restos de leche de mi poronga.
Bajada la calentura, volví a la realidad y miré la hora, Martín debía estar inquieto. Adrían se dio cuenta.
-Tu novio no te puede ver llegar así, vení.
Tiró la camisa de su ambo sobre el charco de semen del piso y caminando como una diosa griega me hizo que lo siguiera al baño.
Nos duchamos entre besos y caricias con toda la franela que no habíamos tenido en nuestra sesión de sexo express. Ya secos, antes de vestirnos, me dijo
-Por el bien de tu novio, tengo que hacerte ahora un tratamiento adicional a vos-
Me sentó en una banqueta alta del laboratorio y entre tubos de ensayos y frascos con quimicos me chupó la pija hasta arrancarme un segundo polvo.
-Así vas a estar tranquilito y no te lo vas a querer coger en un rato-
Me besó con el sabor de mi leche, nos vestimos, me regaló el analove y el remedio para Martín.
Nos dimos un último beso
-No quiero que te enfermes, pero me encantaría que vuelvas a la Farmacia.
- Seguro vuelvo Adri, mmm, vos haces delivery nocturno?
-Por supuesto, llámenme cuando quieran-
-Tal vez te pidamos algo una noche de éstas-
Me dio un apretón de manos, se revistió de nuevo con su expresión formal y caracúlica, pero no pudo dejar de tirarme un beso con los labios desde el otro lado del vidrio. Por suerte la calle seguí vacía.
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