You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Verano caliente con mi primo

Lo que les voy a contar esta vez pasó unas semanas después del relato de mi primer post (Mi primera vez).

Todavía era verano y las vacaciones se hacían interminables. Y más con los días de calor y humedad de principios de marzo.
Para evitar morir de un golpe de calor, decidí ir a la casa de mis tíos y pasar un rato en la pileta y pasar un poco de tiempo con mis primos.
Cuando llegué me abre la puerta Sebastián, solo con la malla puesta (se notaba que recién salía del agua) y me invita a pasar. Desde la última vez que nos vimos, no hablamos del tema e hicimos como que nada pasó. Así que entré, me puse la malla y me fui a la pileta con él.
Cuando le pregunté por Darío (su hermano más grande) me contó que se había ido a estudiar con unos compañeros. Eso quería decir que íbamos a estar solos hasta tarde, cuando volvieran mis tíos.

Nos quedamos disfrutando del agua todo el día, jugamos a ver quien nadaba más rápido todo el largo de la pileta, quien aguantaba más la respiración y hasta una especie de "waterpolo" pero de a 2. Ese juego empezó bien, hasta que empezamos a usar la fuerza para tratar de vencer al otro.
Empezamos forcejeando para intentar sacarnos la pelota. O agarrándonos de las piernas para evitar que el otro llegue al lado contrario. Hasta que en un momento Sebastián me agarra de la malla y tratando de zafar, se me salió. No me importó quedarme desnudo, el objetivo era anotar el gol. Y lo logré.
Pero cuando me doy vuelta para ir a buscar la malla, mi primo me la muestra como si fuera un trofeo de batalla y la tira afuera de la pileta. Me enojé un poco y le dije que vaya a buscarla, pero se negó. Con vergüenza fui hasta el borde de la pileta para ir a buscar mi short. Pero al mismo tiempo él sale corriendo y la agarra antes que yo.

Así que nos quedamos forcejeando ahora por tratar de recuperar la malla y por algún motivo, estar desnudo peleando con mi primo me excitó. Y empecé a tener una erección. Sebastián me terminó ganando y en ese momento mira que tenía mi verga dura como una piedra. Levanta la vista y me dice:

- Epa! parece que andás con ganas de repetir lo de la otra vez.

Yo con vergüenza traté de taparme con las manos, pero era inútil. Al mismo tiempo vi que en la malla de Sebstián también se empezaba a notar una especie de carpa. Y le respondí:

- ¿Y vos, te calienta verme así? ¿O a caso querés algo más?

Sebastián sin disimular, me miraba la pija y con una sonrisa entre los labios me dijo:

- Si querés, podemos hacer algo distinto.

Me hace un gesto con la cabeza para que lo siga y nos vamos para su habitación. Cuando llegamos casi inmediatamente se saca la malla y quedamos los dos desnudos. En ese momento vi que él estaba muy excitado. Al ver su verga me dieron ganas de tocarla y chuparla como la otra vez.
Pero él me ganó de mano y se arrodilló y me empezó a chupar. Realmente sentí como disfrutaba de chuparla. En cada vaivén escuchaba pequeños gemidos que hacían que me excite aún más. Sin dejar de chuparla mantenía el contacto visual conmigo dirigiendo la mirada hacia arriba. Incluso en un momento me guiñó el ojo con cara de pícaro.
Hacía tan bien su trabajo que no quería que pare. Aunque de a ratos sentía que tragaba mi chota hasta la garganta y hacía que me estremezca, pero sin llegar a un orgasmo.

Después de unos minutos que él me chupó mi pija mientras se masturbaba, veo que se moja los dedos de una mano y se los empieza a refregar por la cola. En ese momento mi cabeza estalló en pensamientos. Sabía lo que Sebastián quería, se estaba preparando para que lo penetre. Pero a la vez era mi primo, alguien "prohibido". Pero también me excitaba mucho la idea de sentir mi verga en su cola. Así que cerré los ojos por unos segundos y me dejé llevar.

Cuando vuelvo a abrir los ojos, deja de chupármela por un rato, y sin soltarme la verga se da vuelta hacia el cajón de su mesa de luz. Busca un preservativo y manteniendo la sonrisa pícara en su cara me dice:

- Espero que sepas como usarlo. 😉

Yo asiento con la cabeza vergonzosamente, abro el paquete con los dientes y me pongo el forro. Mientras hacía esto, Sebastián se acomodó en cuatro patas sobre la cama, entregándome su cola enorme y marcada por los años de jugar al fútbol. Quedé casi atónito, solamente pude acercarme y acariciar su cola casi lampiña y suave. Admirando esa perfección. Pero mi primo estaba ansioso y torciendo la cabeza para atrás, me dice:

- ¿Te vas a quedar mirando todo el día o me la vas a meter?

Yo casi obedeciendo sus ordenes, empecé a hacer presión sobre su agujero. Tratando de no ser muy rudo. Pero él empujaba su cuerpo sobre el mío haciendo más fuerza. En unos segundos ya había entrado toda, hasta que mi pelvis chocó con su cola. Fue una sensación genial, entre los nervios y la excitación, no podía coordinar mis movimientos. Así que Sebastián empezó a moverse hacia adelante y hacia atrás. Después de unos segundos yo acompañé ese movimiento, haciéndolo más rápido y vigoroso. Hasta el punto de sentir un ruido fuerte que se producía por el choque de nuestros cuerpos. Sebastián gemía sin parar y eso me excitaba mucho.

Después de unos minutos así, le pido que se de vuelta, para poder verle su cara. Él accedió haciendo un movimiento acrobático, sin si quiera hacer que mi pija se salga. Yo le levanté las piernas con las manos y seguí penetrándolo con un ritmo constante pero con más fuerza cada vez.
Miraba su cara y veía la expresión de placer que le provocaba y como los gemidos se hacían más fuertes. Al poco tiempo se empezó a masturbar y pareció que su pija estalló. Saltaron chorros de semen por todo su cuerpo. Mientras yo no dejaba de bombear, parecía que eso lo hacía acabar más fuerte.
Pero no pude continuar por mucho más, porque al sentir que su culo se cerraba con cada chorro de leche que tiraba, mi orgasmo se hizo inminente.
Seguí moviéndome al mismo tiempo que acababa. Hasta caer casi extenuado sobre su cuerpo. No me importó quedar los dos pegoteados por toda la leche que tenía en el torso.

Después de un rato de tratar de recuperar el aire me empecé a incorporar y mirando el enchastre que habíamos hecho, soltamos los dos una carcajada. Así como estábamos, todavía con las dos pijas duras, nos fuimos a dar una ducha juntos.

Con Seba nos seguimos viendo varias veces más, poniendo de excusa el calor y la pileta. Cuando podía iba a visitarlo a su casa, aprovechando que mis tíos trabajaban hasta tarde.

7 comentarios - Verano caliente con mi primo

tumacho05 +3
que rico se me paro la pija mmmm
Verano caliente con mi primo

Verano caliente con mi primo
rastlin +1
me pusiste la verga re al palo
cebollita74
hermosa historia .. me sacaste la leche
gonzaloud +1
wow. estoy manejando y leyendo. me puso la verga re dura. excelente historia
ffll22
como me calento el relato que ganas de pija em dieron
Elchicoiglesia
Que lindo es cojerse a un primo el mío la chupa mejor que mi novia algún día contaré la historia