You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Instrucción militar de la buena

Me encontraba en plena instrucción militar - colimba que le dicen-, en una ciudad distante a 45 Km de mi casa, desde hacía 32 días, con poco tiempo para pensar en otra cosa que no fuese tratar de pasar lo mejor posible los últimos 15 días que me quedaban para regresar a mi ciudad y volver a estar con mi familia y principalmente con mi novia.
Hacía 32 días que no veía a ninguna mujer: sólo jóvenes vestidos de verde todo el día y camiones del ejército de aquí para allá. El agotamiento se apoderaba de mí al final del día y ni tiempo para clavarme una paja había tenido, pero el próximo Domingo tendríamos visitas y eso hacía mas llevaderas las horas.
Llegó el tan ansiado día de visitas y llegaron mis padres y Mari, mi novia, al predio donde se reunirían los reclutas con sus seres queridos.
Hablamos un rato largo de cómo estaban las cosas por mi casa y salimos con mi novia a recorrer las instalaciones (mi única intención era estar a solas con ella) ... Caminamos tomados de la mano, besándonos cada tanto y la calentura no tardó en aparecer. Buscamos un rincón alejado donde nadie nos veía y empezamos una franela monumental ... yo la besaba y acariciaba sus tetas y ella metía sus mano y me pajeaba suavemente. Habremos estado así unos pocos minutos cuando notamos que se acercaba gente, así que nos arreglamos la ropa y nos fuimos hacia donde esperaban mis padres.
Se despidieron de mí con promesas de esperarme con un asado y cerveza y volvieron a mi ciudad.

Llegada la noche y luego de cenar, estábamos conversando con mi compañero de cama (juntábamos colchonetas y frazadas y dormíamos de a dos en el piso) sobre nuestras respectivas visitas y fue cuando sonó el silbato que nos ordenaba terminar el "recreo" e ir a dormir.
Puse la cabeza sobre la almohada pensando que  iba a caer rendido al instante, pero muy por el contrario no podía conciliar el sueño: el recuerdo de mi novia, de sus besos, de sus tetas duras de adolescente hicieron que empezara un dolor lacerante en mis huevos. Trataba de ubicarme de lado, boca abajo, con las piernas encogidas, pero cada vez se tornaba mas intenso.
Marcelo - mi compañero de cama- se dio cuenta y me preguntó que me pasaba-:

Yo: "me duelen los huevos, es por la calentura que me agarré hoy con Mari, pudimos hacer poco  y nada y me quedé con las ganas !!"
Marcelo: "hacete una paja así se te pasa !!"
Yo: "no me puedo ni tocar !! me duele un montón !!"
Marcelo: "acomodate de costado, de frente a mi"
Yo: " y que vas a hacer, me vas a curar de palabra !! jaja
Y Marcelo deslizó su mano disimuladamente (dormíamos 110 reclutas en el mismo lugar) para que nadie se diera cuenta y comenzó a pajearme ... traté de relajarme, pero si bien me gustaba sobremanera, el dolor persistía. 
Le dije que al tocarme me hacía doler y mirándome se acercó a mi oído y me dijo: "voy a bajar y te hago acabar con mi boca... no te muevas demasiado"
Subí la frazada tapando la almohada de él para disimular que estaba durmiendo cuando Marcelo puso sus labios sobre la cabeza de mi pija ... el calor de su lengua hizo que corriera una electricidad por todo mi cuerpo ... no fueron mas de 4 o 5 las mamadas que dió, lo quise apartar pero me sacó la mano, y fue cuando comencé a largar chorros de leche que fue deglutiendo a medida que salían de mi miembro.
Perdí la noción de cuántos chorros despedí, pero debo decirles que en mi puta vida tuve una acabada como esa, y menos que se la hayan tomado toda.
Limpió mi verga desde la cabeza al tronco con su maravillosa lengua, lamió mis huevos y luego de que estuvo seguro de que no quedaban rastros, emergió cuidadosamente de abajo de las sábanas...
Se limpió la boca con su mano y mirándome a los ojos me dijo: " me debés una..."

3 comentarios - Instrucción militar de la buena

renguero94
Muy copado... Espero la segunda parte!