Conociendo a mi primo (parte 3)

Hola gente linda, vamos con la 3era parte de mis aventuras con mi primo, que como les dije son 100% reales. Para quienes no leyeron mi anterior post, les dejo el link: http://www.poringa.net/posts/gay/3350192/Conociendo-a-mi-primo-2-parte.html


La situación que había sucedido hacía unos momentos no me dejaba dormir: Edu me había masturbado y me había dejado penetrarlo parcialmente pero no había llegado a eyacular. Mis huevos estaban duros y dolorosos y daba vueltas en la cama,  cuando escucho pasos en la galería: uno de mis tíos se había levantado al baño. 
A nuestra habitación llegó un leve resplandor de luz y pude observar que mi primo estaba acostado boca abajo, totalmente desnudo !! Debo decirles - para que comprendan mejor la situación-  que el culo de Edu era increíblemente redondo, tanto es así que su madre lo apodaba "culón", y sin miedo a equivocarme debo ser sincero y reconocer que ha sido uno de las mejores colas que he visto en mi vida.
Se aceleraron mis pulsaciones (sobre todo las de mi pija) y esperé a que quien había ido al baño apagase la luz. Cuando eso sucedió bajé de mi cama, la pija a punto de reventar recordando la imagen de ese culo maravilloso dormido y a mi merced... subí despacio a su cama (no lo quería despertar) y tanteando suavemente logré subirme sobre la espalda de Edu. Acomodé mi miembro entre sus nalgas y empecé a moverme despacio. Edu se despertó y con su mano tomó mi pija y la puso en la entrada de su ano ... 
Empujé un par de veces hasta que calzó la cabeza, luego comencé a introducir lentamente mi verga, deteniéndome cada vez que mi primo ponía su mano sobre mi vientre pidiéndome que parara ... alzó un poco más la cola y empecé a moverme dentro de él, primero despacio y después acelerando el movimiento ... la calentura me indicaba que no iba a demorar mucho en terminar, cuando Edu me pidió que la sacara porque le dolía mucho, insistí en que me dejara un rato más pero me rogó que por favor no siguiera ... saqué lentamente mi pija y me acosté sobre su espalda, sudado y con la cabeza a mil ... me agarró el miembro con una de sus manos, lo puso entre sus nalgas y pidiéndome perdón por no haber soportado el dolor, comenzó a mover su cola hasta hacerme acabar sobre sus espalda.
Estábamos pegoteados de transpiración y semen, con los latidos aún acelerados, y entre sonrisas y susurros volvió a pedirme disculpas por no dejarme seguir dentro suyo, aunque la frase que alimentó mis ratones fue "... a la mañana te prometo que lo intentamos de nuevo..."