Esta es una historia ficticia y no representa a nadie espero que la disfruté, tanto como yo al hacerla. 7u7r
Era un sábado por la mañana, el pobre Ian no había dormido bien ya que su querido vecino realizo una fiesta, Por toda la noche, hecho que le molesto al pobre Ian quien solo durmió escasamente 3 horas, como al rededor del medio día saco la basura como es costumbre para depositarla en contenedor, al regresar ve a su vecino todo ebrio aún.
-Oye!!! la próxima vez que hagas fiesta por favor acuérdate que los demás queremos dormir- dijo ian molesto por no dormir sus horas habituales, eso basto para que el vecino que aún estaba alcoholizado se entendiera.
- Es mi departamento y yo puedo hacer lo que quiera- repuso el vecino aproximándose a el algo atontado aún por el alcohol en su sangre.
-Ok... pero solo recuerda que tienes departamentos a los lados y los demás queremos dormir- comento el chico ya en un tono más enojado, hizo que se enojara su vecino lo tomo de la playera y lo estampó contra la pared.
-Creo que necesitas saber respetarle- el vecino afirmó en un tono muy serio, por la cabeza del pobre Ian pasaba la idea de que sería golpeado ya que antes de había peleado con otros vecinos....
El vecino sometió al pobre Ian donde la pared poniéndo su rostro en la pared, aquel chico sentía miedo de lo que pasaría ya que el no sabía defenderse y no tendía oportunidad contra el y de hecho le atraía su físico fornido, muchas veces había fantasiado con el, pero cuál fue su sorpresa cuando su vecino empezó a meterle mano y tocar su redondita colita.
- Ya tenía tiempo que quería darle uso a esa colita tuya- susurro el vecino en el oído de ian, el cual cambió su cara de susto y se mordió el labio pero quiso aparentar su excitación para ver hasta donde llegaba...
-pe pero... de que hablas?... que?.. que está haciendo?- el vecino sometió a Ian llevándolo al interior de su departamento lo avento al sillón, desde quedó sentado en el sillón sin dar crédito a lo que pasaba mientras su vecino cerró la puerta, camino hacia el se tocaba su entrepierna, al llegar a su presa se quito los pantalones y vio su tremendo pene quedando boquiabierto, sin mencionar el picor en su colita ya la quería dentro de el, el vecino se dio el lujo de cachetearlo con ese monstruo de carne, mientras se pajeba para despertarlo.
Cuando aquel monstruo, se lo froto en el rostro de Ian, este solo sentía el calor que emanaba de ese trozo de carne, ian quería tragarselo en ese instante pero guardo la compostura y se dejó llevar por el juego de su vecino quien le restregaba en toda la cara su miembro para que se impregnara con su olor, en un momento el vecino puso la cabeza de su miembro en sus labios, pasó aquella cabecita por los labios del chico, quería sentir la textura de esos labios rosaditos, mientras tanto su víctima de quedaba quieto como cordero finalmente el bruto del vecino de la metió hasta la garganta de un solo movimiento.
El maniobraba la cabeza de Ian quien se estaba ahogando con tanta carne, el vecino lo tomo del cabello con fuerza para cogerle la boca a su gusto.
-Asi me gusta, que la perra sea obediente-. Ian empezó cuando de acopló al ritmo de su vecino empezó a succionar su pene, este sintió al instante la presión que ejercía haciendo más erraticos los movimientos. El vecino gemia como el había hecho gemir a tantas chicas, ya que Ian escuchaba todo desde su departamento, no tardo mucho y se vino directamente en su garganta, al instante saco su pene de la boca del chico el cual jadeo y tomo aire, quedó paseando un rato pero aquel vecino seguía como si nada con aquella Anaconda a todo lo que daba.
El vecino lo tomo de la playera y lo levantó, siguió tomándome la colita. Le susurro al oído que se desvistiera que aún no habían terminado, este no la pensó dos veces, se desvistio, mientras el lo hacia, el vecino de seguía pajeando.
Cuando Ian estaba desnudo se le abalanzo acariciando su colita, apriendosela y metiéndole su los dedos en si anito que estaba mojadito.
-Wow Que perra eres... ese anito ya está bien mojado- nalgueo a Ian, jugó con su colita un rato mientras Ian besaba su cuello y acariciaba su espalda, ocasionalmente le agarraba tu pene y sus bolas.
-Asi me gusta que este sumisa perra, atiene bien a tu amo...- entonces en el sillón avento a Ian el cual no podía esperar más quería que le llenarán la colita, se puso en cuatro así que el vecino froto su pene en la colita de arriba a bajo.
-Vamos amo alimenta a tu perra- dijo ian impaciente no termino la frase cuando el vecino se la incrusto en su colita redondita, lo sometió e hizo que su cara quedará en el asiento del sillón, comenzó las embestidas sin piedad y aunque Ian ya estaba mojado no fue suficiente, las embestidas brutales aunado a lo rápido de la penetración empezó a molestar a Ian
-Aaahhh!! Espe.. espera... idiotaaaa... ohh.. me vas a partir en dos...- dijo Ian quien tenía el ano irritado por lo abrupto de la penetración al vecino no le importó, siguió embestiendo lo más fuerte que pudo, el pobre anito de Ian recintio su reclamo.
-Silencio perra ohh - le hundió más la cabeza y esto hizo que se le incrustara más su verga en su anito, después de un rato Ian dejo de sentir el ardor de su colita y empezó a ceder su anito empezando a sentir el placer que tanto quería sus gemidos de dolor ahora eran de placer, los dos gemian demasiado por el placer que sentían, el vecino lo agarró del cabello y lo jalo, apegandolo hacia el, lo tomo del cuello con su otra mano empezó a masturbarlo a Ian cuando seguía embestirlo, el pobre Ian estaba gozando de lo rico que sentía casi con los ojos en blanco y la lengua de fuera, no tardaron mucho de eso y se vinieron los dos al mismo tiempo. La colita de ian se llenó del semen de espeso de vecino pero la cosa no acabo ahí ya que siguieron toda la tarde cogiendo como animales hasta que perdieron la conciencia. A la mañana siguiente el vecino se despertó con la boca llena de semen seco y con un intenso dolor en la cola, vio a Ian poniéndose su ropa, rápido se paró y lo abrazo manoseando su colita de Ian.
-Esto lo tenemos que repetir- le susurro al oido, beso su cuello y apretó sus nalgas de Ian, a este no le pareció mala idea en respuesta sonrió y acento con la cabeza.
-Cuando quieras- se mordio el labio, le agarró la entrepierna y salio del departamento de su vecino.
1 comentarios - Vecino ebrio