Parte 1
http://www.poringa.net/posts/gay/3277084/Semilla-de-macho-relato.html
Nico y Rodri yacían juntos en la cama sin decir nada. Había pasado media hora desde aquel frenesí que había culminado con tanta leche eyaculada. Los cuerpos desnudos de ambos eran bañados por la tenue luz de la calle que se colaba por las persianas. De fondo, la lluvia no daba tregua. Abrazados, después de haberse limpiado, se acariciaban el uno al otro. Nico tenía la cabeza recostada sobre el pecho de Rodri, sintiendo su corazón latir. Jamás se sintió tan feliz, lo que manifestó abrazándose con fuerza al muchacho. El apretón fue correspondido. Le dio unos besos en el pecho y unió sus labios con los del otro pibe.
El beso, antes apasionado y virulento, ahora era en una suave caricia entre las dos bocas. Las caricias, se transformaron en un apasionado beso de la piel. Los dos comenzaban a recuperar sus erecciones. Rodri se puso arriba de Nico. Nuevamente sus penes se frotaban, pero esta vez más acompasadamente, como si hubiesen descubierto el ritmo del otro. Abrió el cajón de la mesita de luz y sacó un paquete de preservativos.
Nico podía ver en la penumbra como su hombre se ponía el forro, abrió más sus piernas y comenzó a acariciarse el agujero. Pero en eso, Rodri tomó un sobre de lubricante y después de poner pasarse un poco del contenido por la pija, comenzó a aplicarlo en la cola de Nico que empezó a pajearse.
Cuando esparció el gel, de modo que estuviera conforme, se agacho hasta el visitante y le dio un beso en la boca que resonó en toda la habitación. Lo tomó por las caderas y lo acercó un poco, le abrió las piernas, le levantó la cola y con la punta empezó a buscar el agujero. Entró despacio hasta la mitad. Nico sintió al intruso entrar con suavidad. Casi no dolía, el lubricante había hecho su trabajo.
Rodri empujó suavemente y se la metió toda. El calor del cuerpo de su amigo lo envolvía. Nico blanqueó los ojos y soltó un gemido. Se besaron. Cuando la cola de Nico se adapto a la verga, Rodri empezó a embestirlo. Empezó suave, lento y profundo. Nico solo le soltaba la boca para gemir.
- ¿te gusta? - Dijo Rodri
- seee paaa mmmm- Pudo decir Nico entre sacudones
Rodri aumentó la fuerza y la velocidad de sus movimientos. La cama chirriaba marcando el ritmo de los cuerpos que estaban en plena comunión sexual. Cambiaron de posición: Rodri se recostó y Nico se subió a él, como montando un caballito. La pija entró sin problemas en la cola de Nico que ya estaba acostumbrada y bien dilatada. Ahora era él quien se movía, primero lento y después fuerte sobre la verga de su amigo. Los golpes de sus nalgas contra la pubis lampiña de Rodri eran música.
- Pará un poco - lo frenó Rodri - Ahora es mi turno -
Nico se sonrió y si decir nada se bajó. Le sacó el forro a Rodri y lo tiró al lado de la cama. Tomó uno nuevo de la caja e hizo lo mismo que su amigo había hecho con el un ratito antes. Eso si, le chupó un poco la verga primero.
Le ordenó a Rodri ponerse boca abajo. Le levantó un poco la cola y despues de ponerle una buena cantidad de gel, se la metió. Entró toda de una vez. El receptor tragó aire entre dientes. Entonces Nico, que tenía la experiencia de hacerle la cola a su novia, empezó a moverse.
Los bombazos eran firmes y potentes. Eso volvía loco a Rodri que le gustaba más el sexo duro. Nico lo abrazó y empezó a darle besos, el olor penetrante del Paco Rabanne de su amigo lo excitaba aún más. Sin sacársela lo hizo poner en cuatro y el de rodillas. El dueño de casa arqueaba la espalda como un gato en celo, gruñía de placer mientras el visitante lo cogía tirándole la cabeza hacia atrás tomándolo por el pelo.
- no doy más - dijo Nico
- llename bebé - contestó el pibe
Nico, envuelto en sudor, se arrodiló aún más, tirando Rodri hacia atrás por las caderas. Aumentó aún más sus movimientos. La fricción y el calor en su miembro eran deliciosamente insoportables. Sintió la cosquilla venir y con un largo gemido propinó fuertes embestidas en el culito de Rodri. El pasivo sintió como la pija del macho engordaba dentro suyo y tembló con los fuertes espasmos de su compañero por la espalda. No lo resistió más y la paja que se estaba haciendo terminó en una fuerte acabada mucho más intensa. Después de ese orgasmo casi al unísono. El activo salió, se sacó el forro lleno de esperma y se desplomó sobre Rodri.
Cuando se recuperaron se fueron a bañar. La lluvia seguía cayendo.
Pero lo que pasó después será motivo de otra historia...
Continuará...
http://www.poringa.net/posts/gay/3277084/Semilla-de-macho-relato.html
Nico y Rodri yacían juntos en la cama sin decir nada. Había pasado media hora desde aquel frenesí que había culminado con tanta leche eyaculada. Los cuerpos desnudos de ambos eran bañados por la tenue luz de la calle que se colaba por las persianas. De fondo, la lluvia no daba tregua. Abrazados, después de haberse limpiado, se acariciaban el uno al otro. Nico tenía la cabeza recostada sobre el pecho de Rodri, sintiendo su corazón latir. Jamás se sintió tan feliz, lo que manifestó abrazándose con fuerza al muchacho. El apretón fue correspondido. Le dio unos besos en el pecho y unió sus labios con los del otro pibe.
El beso, antes apasionado y virulento, ahora era en una suave caricia entre las dos bocas. Las caricias, se transformaron en un apasionado beso de la piel. Los dos comenzaban a recuperar sus erecciones. Rodri se puso arriba de Nico. Nuevamente sus penes se frotaban, pero esta vez más acompasadamente, como si hubiesen descubierto el ritmo del otro. Abrió el cajón de la mesita de luz y sacó un paquete de preservativos.
Nico podía ver en la penumbra como su hombre se ponía el forro, abrió más sus piernas y comenzó a acariciarse el agujero. Pero en eso, Rodri tomó un sobre de lubricante y después de poner pasarse un poco del contenido por la pija, comenzó a aplicarlo en la cola de Nico que empezó a pajearse.
Cuando esparció el gel, de modo que estuviera conforme, se agacho hasta el visitante y le dio un beso en la boca que resonó en toda la habitación. Lo tomó por las caderas y lo acercó un poco, le abrió las piernas, le levantó la cola y con la punta empezó a buscar el agujero. Entró despacio hasta la mitad. Nico sintió al intruso entrar con suavidad. Casi no dolía, el lubricante había hecho su trabajo.
Rodri empujó suavemente y se la metió toda. El calor del cuerpo de su amigo lo envolvía. Nico blanqueó los ojos y soltó un gemido. Se besaron. Cuando la cola de Nico se adapto a la verga, Rodri empezó a embestirlo. Empezó suave, lento y profundo. Nico solo le soltaba la boca para gemir.
- ¿te gusta? - Dijo Rodri
- seee paaa mmmm- Pudo decir Nico entre sacudones
Rodri aumentó la fuerza y la velocidad de sus movimientos. La cama chirriaba marcando el ritmo de los cuerpos que estaban en plena comunión sexual. Cambiaron de posición: Rodri se recostó y Nico se subió a él, como montando un caballito. La pija entró sin problemas en la cola de Nico que ya estaba acostumbrada y bien dilatada. Ahora era él quien se movía, primero lento y después fuerte sobre la verga de su amigo. Los golpes de sus nalgas contra la pubis lampiña de Rodri eran música.
- Pará un poco - lo frenó Rodri - Ahora es mi turno -
Nico se sonrió y si decir nada se bajó. Le sacó el forro a Rodri y lo tiró al lado de la cama. Tomó uno nuevo de la caja e hizo lo mismo que su amigo había hecho con el un ratito antes. Eso si, le chupó un poco la verga primero.
Le ordenó a Rodri ponerse boca abajo. Le levantó un poco la cola y despues de ponerle una buena cantidad de gel, se la metió. Entró toda de una vez. El receptor tragó aire entre dientes. Entonces Nico, que tenía la experiencia de hacerle la cola a su novia, empezó a moverse.
Los bombazos eran firmes y potentes. Eso volvía loco a Rodri que le gustaba más el sexo duro. Nico lo abrazó y empezó a darle besos, el olor penetrante del Paco Rabanne de su amigo lo excitaba aún más. Sin sacársela lo hizo poner en cuatro y el de rodillas. El dueño de casa arqueaba la espalda como un gato en celo, gruñía de placer mientras el visitante lo cogía tirándole la cabeza hacia atrás tomándolo por el pelo.
- no doy más - dijo Nico
- llename bebé - contestó el pibe
Nico, envuelto en sudor, se arrodiló aún más, tirando Rodri hacia atrás por las caderas. Aumentó aún más sus movimientos. La fricción y el calor en su miembro eran deliciosamente insoportables. Sintió la cosquilla venir y con un largo gemido propinó fuertes embestidas en el culito de Rodri. El pasivo sintió como la pija del macho engordaba dentro suyo y tembló con los fuertes espasmos de su compañero por la espalda. No lo resistió más y la paja que se estaba haciendo terminó en una fuerte acabada mucho más intensa. Después de ese orgasmo casi al unísono. El activo salió, se sacó el forro lleno de esperma y se desplomó sobre Rodri.
Cuando se recuperaron se fueron a bañar. La lluvia seguía cayendo.
Pero lo que pasó después será motivo de otra historia...
Continuará...
6 comentarios - Semilla de macho (parte dos)