Buenas a todos, mi nombre es Julián, soy de Tucumán. Quería contarles una hermosa experiencia que tuve a mis 19 años, actualmente tengo 24. Creo que no es necesario describirme, así que iré directamente a la historia.
En aquellos años comenzaba a descubrir mi gusto por los hombres y decidí unirme a una de esas tantas aplicaciones para encuentros sexuales. Después de tantas idas y vueltas con varios, encontré a un chico que captó inmediatamente mi atención... buen cuerpo, aparentemente atlético, y con una cara divina. Se llama Martín. Comencé a hablar por unos días con él, intercambiamos números de celular, para que finalmente termine proponiéndome ir a su casa con la idea de pasarla bien.
Algo me ponía nervioso, no sé cuál era el motivo, pero me animé y fui a su casa una noche. Abre la puerta y lo veo a él, con musculosa y un short que le marcaba un culo divino. Veo que su casa tiene varios aparatos de gimnasia, y me comenta que es profesor. Después de hablar al respecto, inmediatamente vamos a su habitación. Él me dice riéndose: "Pensé que era más petiso por las fotos, a ver, comparemos". Me agarra de la cintura y me lleva hacia él, apoyándome con su cuerpo tonificado, lo que me permite sentir un bulto bastante importante. Solo necesitaba eso para ponerme re caliente. Él aprovecha la oportunidad y me da un beso que hasta ahora lo recuerdo, mientras noto que su verga empezaba a ponerse dura. Después de chapar por unos minutos y de tener la oportunidad de manotearlo un poco, se saca el short y me pide que me agache, mientras que pela una pija hermosa, mayor a 20cm. si no me equivoco. Al instante comencé a chuparla, sin dudarlo, mientras este macho gemía y me agarraba la cabeza para meterme la pija hasta el fondo.
La cosa seguía, ya totalmente desvestidos, e hicimos un 69, lo que le permitió buscar la posición para comenzar a chuparme y dilatar. Estuvimos así unos minutos, franeleamos también un poco, y me preguntó si podía cogerme. Yo encantado por esa propuesta, continúo chupándole la verga un rato y procede a ponerse el preservativo para romperme la cola. Yo en cuatro y lubricándome bastante, él pone su pija en mi colita y comienza a meterla despacito, algo que me dolía un poco pero me excitaba a la vez. Empieza a moverse despacito con delicadez, mientras me decía cosas como: "¿Te gusta putito?". Esas cosas me vuelven loco, sentirme el putito de un macho. Empieza a garcharme cada vez más fuerte, mientras me daba cachetadas en la cola y me agarraba del pelo dándome pija como nunca. La sensación era indescriptible, gemía de placer. Hicimos varias posiciones, pero ahora saca su pija y me levanta para hacer una posición que soñaba hacer. Él con bastante fuerza, hace que ponga mis brazos en su cuello, me levanta y pongo mis piernas en su cintura. Comienza a garcharme como nunca, mientras transpirábamos y gemíamos los dos. Después de tenerme unos minutos así, me lleva a una parte de su gimnasio, toda espejada, recuerdo que estaba a oscuras y me acuesta en una cama que parecía ser de pilates o algo así. Ver su reflejo mientras me daba pija me excitaba más y más. Sus gemidos se incrementaban y me dijo si quería leche. Sin dudarlo le pedí que me la diera. Diciéndome cosas sucias al oído y yo respondiéndole de igual manera, saca su pija y su preservativo, y me da leche calentita en mi pecho, lo que me hizo acabar de igual forma.
Fue increíble. Después de eso nos bañamos juntos, aproveché para chuparle la pija en la ducha y volvió a cogerme de nuevo por unos minutos.
Nos acostamos un rato y al rato me fui. Afortunadamente repetimos la experiencia varias veces. Espero que les haya gustado, tanto como a mi.
En aquellos años comenzaba a descubrir mi gusto por los hombres y decidí unirme a una de esas tantas aplicaciones para encuentros sexuales. Después de tantas idas y vueltas con varios, encontré a un chico que captó inmediatamente mi atención... buen cuerpo, aparentemente atlético, y con una cara divina. Se llama Martín. Comencé a hablar por unos días con él, intercambiamos números de celular, para que finalmente termine proponiéndome ir a su casa con la idea de pasarla bien.
Algo me ponía nervioso, no sé cuál era el motivo, pero me animé y fui a su casa una noche. Abre la puerta y lo veo a él, con musculosa y un short que le marcaba un culo divino. Veo que su casa tiene varios aparatos de gimnasia, y me comenta que es profesor. Después de hablar al respecto, inmediatamente vamos a su habitación. Él me dice riéndose: "Pensé que era más petiso por las fotos, a ver, comparemos". Me agarra de la cintura y me lleva hacia él, apoyándome con su cuerpo tonificado, lo que me permite sentir un bulto bastante importante. Solo necesitaba eso para ponerme re caliente. Él aprovecha la oportunidad y me da un beso que hasta ahora lo recuerdo, mientras noto que su verga empezaba a ponerse dura. Después de chapar por unos minutos y de tener la oportunidad de manotearlo un poco, se saca el short y me pide que me agache, mientras que pela una pija hermosa, mayor a 20cm. si no me equivoco. Al instante comencé a chuparla, sin dudarlo, mientras este macho gemía y me agarraba la cabeza para meterme la pija hasta el fondo.
La cosa seguía, ya totalmente desvestidos, e hicimos un 69, lo que le permitió buscar la posición para comenzar a chuparme y dilatar. Estuvimos así unos minutos, franeleamos también un poco, y me preguntó si podía cogerme. Yo encantado por esa propuesta, continúo chupándole la verga un rato y procede a ponerse el preservativo para romperme la cola. Yo en cuatro y lubricándome bastante, él pone su pija en mi colita y comienza a meterla despacito, algo que me dolía un poco pero me excitaba a la vez. Empieza a moverse despacito con delicadez, mientras me decía cosas como: "¿Te gusta putito?". Esas cosas me vuelven loco, sentirme el putito de un macho. Empieza a garcharme cada vez más fuerte, mientras me daba cachetadas en la cola y me agarraba del pelo dándome pija como nunca. La sensación era indescriptible, gemía de placer. Hicimos varias posiciones, pero ahora saca su pija y me levanta para hacer una posición que soñaba hacer. Él con bastante fuerza, hace que ponga mis brazos en su cuello, me levanta y pongo mis piernas en su cintura. Comienza a garcharme como nunca, mientras transpirábamos y gemíamos los dos. Después de tenerme unos minutos así, me lleva a una parte de su gimnasio, toda espejada, recuerdo que estaba a oscuras y me acuesta en una cama que parecía ser de pilates o algo así. Ver su reflejo mientras me daba pija me excitaba más y más. Sus gemidos se incrementaban y me dijo si quería leche. Sin dudarlo le pedí que me la diera. Diciéndome cosas sucias al oído y yo respondiéndole de igual manera, saca su pija y su preservativo, y me da leche calentita en mi pecho, lo que me hizo acabar de igual forma.
Fue increíble. Después de eso nos bañamos juntos, aproveché para chuparle la pija en la ducha y volvió a cogerme de nuevo por unos minutos.
Nos acostamos un rato y al rato me fui. Afortunadamente repetimos la experiencia varias veces. Espero que les haya gustado, tanto como a mi.
6 comentarios - Encuentro con el profe (Relato)