Me atendía hace un tiempo en la peluquería de Adrián, un cuarentón rubio bastante depravado, que gustaba e mezclar revistas porno entre las Gráfico, las Gente y los diarios del día. Eran Playboy brasileras o españolas y decía, atrás, tenía las "Suecas" y algunos videos (VHS, estamos hablando de los 90)
Don Esteban era otro viejo pajero que venía a babearse viendo las chicas y de vez en cuando pasaba "atrás" y se clavaba unas pajas, el decía...
No era un viejo sucio, para nada, venía bien vestido a hablar al pedo un rato y, si pintaba, se quedaba viendo las revistas...
Una tarde, muy caliente tras mirar esas putas en bolas y garchando, me animé y le dije a Adrían "Puedo pasar atrás?"
"Si, pero cuidate de Esteban, que va a querer que le hagas una paja y un pete, jajajaja. Andá, cualquier cosa yo entro tambien y nos pajeamos los tres! jajajaja!"
Lo decia medio en joda, medio en serio. Accedí, tras un pasillo corto, a lo que era un pequeño depósito, medio incómodo, pero donde, tras descubrir las revistas (bastante hot, por cierto) me bajé los pantalones y el boxer y sentí la extraña libertad de la desnudez en un lugar ajeno. Mi tarea masturbatoria había comenzado y cerré los ojos - estaba en un sofá - y escucho la respiración pesada y cuando abro los ojos, estaba Esteban con su chota al aire. Me sorprendió el tamaño, no era algo descomunal, pero me llevó a que mi mano recorriera desde sus huevos hasta su glande. Me terminé de desnudar junto con él y comencé a pajearlo. De más está decir que cuando me agarró la cabeza para llevarla a su entrepierna, no puse nada de resistencia, y me mandé ese pedazo a la boca para saborearlo. En eso cae Adrían, ya desnudo, también, poniendo una película en la tele gigante. Me empezó a tocar y a tocarse. Era sabido, el me estaba masturbando, se estaba pajeando y al mismo tiempo, yo le estaba dando a Esteban una mamada colosal, que terminó cuando comenzó a gemir, me aparté y mi mano ayudó a que ese espeso semen saliera de su verga. No me contuve, me puse la pija llena de leche en la boca y segui chupando, mientras sentía la boca de Adrián en mi sexo. Era una escena caliente de sexo en la hora en la cual todos se van a cenar. Acabé en la boca de Adrián, quien se tomo toda mi leche. Esteban ya estaba vestido y Adrián y yo nos quedamos un rato más jugando con dildos que el tenía guardado. Amaba esa perversión y estaba dispuesto a sacarle provecho...
(Continuará...)
Don Esteban era otro viejo pajero que venía a babearse viendo las chicas y de vez en cuando pasaba "atrás" y se clavaba unas pajas, el decía...
No era un viejo sucio, para nada, venía bien vestido a hablar al pedo un rato y, si pintaba, se quedaba viendo las revistas...
Una tarde, muy caliente tras mirar esas putas en bolas y garchando, me animé y le dije a Adrían "Puedo pasar atrás?"
"Si, pero cuidate de Esteban, que va a querer que le hagas una paja y un pete, jajajaja. Andá, cualquier cosa yo entro tambien y nos pajeamos los tres! jajajaja!"
Lo decia medio en joda, medio en serio. Accedí, tras un pasillo corto, a lo que era un pequeño depósito, medio incómodo, pero donde, tras descubrir las revistas (bastante hot, por cierto) me bajé los pantalones y el boxer y sentí la extraña libertad de la desnudez en un lugar ajeno. Mi tarea masturbatoria había comenzado y cerré los ojos - estaba en un sofá - y escucho la respiración pesada y cuando abro los ojos, estaba Esteban con su chota al aire. Me sorprendió el tamaño, no era algo descomunal, pero me llevó a que mi mano recorriera desde sus huevos hasta su glande. Me terminé de desnudar junto con él y comencé a pajearlo. De más está decir que cuando me agarró la cabeza para llevarla a su entrepierna, no puse nada de resistencia, y me mandé ese pedazo a la boca para saborearlo. En eso cae Adrían, ya desnudo, también, poniendo una película en la tele gigante. Me empezó a tocar y a tocarse. Era sabido, el me estaba masturbando, se estaba pajeando y al mismo tiempo, yo le estaba dando a Esteban una mamada colosal, que terminó cuando comenzó a gemir, me aparté y mi mano ayudó a que ese espeso semen saliera de su verga. No me contuve, me puse la pija llena de leche en la boca y segui chupando, mientras sentía la boca de Adrián en mi sexo. Era una escena caliente de sexo en la hora en la cual todos se van a cenar. Acabé en la boca de Adrián, quien se tomo toda mi leche. Esteban ya estaba vestido y Adrián y yo nos quedamos un rato más jugando con dildos que el tenía guardado. Amaba esa perversión y estaba dispuesto a sacarle provecho...
(Continuará...)
4 comentarios - El viejo de la peluquería