Les vengo a contar una experiencia que me sucedió en un ómnibus montevideano. Yo siempre había pensado que los uruguayos eran tímidos y no les daba para hacer cosas en público. Yo me calentaba mucho leyendo los relatos de cómo la gente se tocaba y apoyaba en el subte o en los buses de otros países, y tenía ganas de realizar esa fantasía en mi país, pero lo veía difícil de que sucediera.
La historia comienza cuado me tomé un 188 desde el Centro yendo a una reunión. Soy un pibe de 19 años, 1,73m, piel blanca, pelo oscuro y muy flaquito, por lo que cuando viajo en ómnibus siempre voy muy apretado entre la gente. Casi no se podía respirar ahí adentro de toda las personas que había. Al lado mio estaba un pibe de unos 25-26 años, más alto que yo, rubio, con barba, y de cuerpo normal. Con su mano el me rosaba la pierna desde el principio del viaje, pero no pensé que fuera con ningun tipo de intención, si no producto de lo apretados que viajabamos.
En un momento toma su mochila con la mano con la que me rozaba, como para tapar lo que estaba haciendo del resto de las personas, y noto que empieza a tantear cuidadosamente con sus dedos más cerca de mi entrepierna. En ese momento, se me vinieron a la cabeza todas esas fantasías de que me manosearan en un transporte público, pero yo todavía no estaba seguro si el pibe tenía intención de tocarme o seguía siendo el movimiento del ómnibus. No pude evitar tener una erección pensando en eso, el lo noto, y sus dedos comenzaron a tantear mi pija. A partir de ese momento mi excitación fue máxima, y un nerviosismo muy placentero me recorría todo el cuerpo, se estaba cumpliendo algo con lo que venía fantaseando desde hacía mucho tiempo. El cada vez me tocaba con más ganas, y mi pija estaba más al palo que nunca. Yo le quería tocar el culo, pero tenía miedo que los otros pasajeros se dieran cuenta, además de que ya no estábamos tan apretados como al principio, asi que deje que me siguiera haciendo la paja por arriba del pantalón. Cuando se me estaba empezando a humedecer la pija, me di cuenta que estaba cerca de mi parada, y no podía llegar tarde a la reunión, por lo que tuve que parar y acercarme a la puerta para bajar, no sin antes darle un buena apretada en el culo ya sin importarme que alguien nos viera. El pibe me siguió y se bajó atrás mio, empecé a caminar todavía con la pija dura y con ganas de hacer algo más. A las dos cuadras veo que todavía me sigue, me acerco hablarle y le digo que tengo una reunión y que en este momento no puedo hacer nada. Me pide el teléfono para arreglar para después y yo se le doy. Antes de entrar a la reunión pasé por el baño para bajar la calentura.
Ya han pasado algunos meses de que me pasó esto, y el pibe no me escribió. Me hubiera encantado cogermelo. Cuentenme si alguien más ha tenido alguna experiencia así en Montevideo. Los leo.
La historia comienza cuado me tomé un 188 desde el Centro yendo a una reunión. Soy un pibe de 19 años, 1,73m, piel blanca, pelo oscuro y muy flaquito, por lo que cuando viajo en ómnibus siempre voy muy apretado entre la gente. Casi no se podía respirar ahí adentro de toda las personas que había. Al lado mio estaba un pibe de unos 25-26 años, más alto que yo, rubio, con barba, y de cuerpo normal. Con su mano el me rosaba la pierna desde el principio del viaje, pero no pensé que fuera con ningun tipo de intención, si no producto de lo apretados que viajabamos.
En un momento toma su mochila con la mano con la que me rozaba, como para tapar lo que estaba haciendo del resto de las personas, y noto que empieza a tantear cuidadosamente con sus dedos más cerca de mi entrepierna. En ese momento, se me vinieron a la cabeza todas esas fantasías de que me manosearan en un transporte público, pero yo todavía no estaba seguro si el pibe tenía intención de tocarme o seguía siendo el movimiento del ómnibus. No pude evitar tener una erección pensando en eso, el lo noto, y sus dedos comenzaron a tantear mi pija. A partir de ese momento mi excitación fue máxima, y un nerviosismo muy placentero me recorría todo el cuerpo, se estaba cumpliendo algo con lo que venía fantaseando desde hacía mucho tiempo. El cada vez me tocaba con más ganas, y mi pija estaba más al palo que nunca. Yo le quería tocar el culo, pero tenía miedo que los otros pasajeros se dieran cuenta, además de que ya no estábamos tan apretados como al principio, asi que deje que me siguiera haciendo la paja por arriba del pantalón. Cuando se me estaba empezando a humedecer la pija, me di cuenta que estaba cerca de mi parada, y no podía llegar tarde a la reunión, por lo que tuve que parar y acercarme a la puerta para bajar, no sin antes darle un buena apretada en el culo ya sin importarme que alguien nos viera. El pibe me siguió y se bajó atrás mio, empecé a caminar todavía con la pija dura y con ganas de hacer algo más. A las dos cuadras veo que todavía me sigue, me acerco hablarle y le digo que tengo una reunión y que en este momento no puedo hacer nada. Me pide el teléfono para arreglar para después y yo se le doy. Antes de entrar a la reunión pasé por el baño para bajar la calentura.
Ya han pasado algunos meses de que me pasó esto, y el pibe no me escribió. Me hubiera encantado cogermelo. Cuentenme si alguien más ha tenido alguna experiencia así en Montevideo. Los leo.
8 comentarios - Manoseado en bus de Montevideo