Los días posteriores pasaron sin ninguna novedad que alterara mi aburrida rutina. Volvía a mi casa del trabajo cuando un extraño mensaje me llegó.
El mismo era de un número desconocido, contenía una foto de 2 señoras de unos 40 y tantos años de edad según lo que pensaba y un número arriba de la foto “$5000”.
“avísame si te va, somos súper discretas”
A decir verdad, no le di mucha importancia. Luego de cenar en casa ya predispuesto a acostarme, pude ponerme a analizar la propuesta. Miraba una y otra vez la foto, las mujeres no estaban en su mejor forma , habían tenido mejores épocas seguramente pero aún quedaba algún remanente de belleza en ellas. Les respondí el mensaje pidiendo instrucciones del encuentro, no me animé a preguntar cómo habían conseguido mi numero o quien les había hablado de mí, arriesgándome a perder ese dinero que tan bien me venía y tanto me gustaba. De hecho me estaba empezando a sentir a gusto con la situación, ganaba muy buen dinero mientras lo disfrutaba, en el fondo me sentía utilizado, un objeto, pero la remuneración valía la pena realmente en ese entonces. Me contestaron que luego iban a contactarse conmigo. Fue lo último que contestaron ese día.
Volvieron a escribir el sábado a la noche, solo me mandaron una dirección con el nombre de un hotel que no conocía y el número de habitación.
Yo había quedado de salir con mis amigos, lo cuales al enterarse de mi cancelación no lo tomaron tan bien y me hicieron sentir como si los hubiese traicionado. Supuse que eran cosas de amigos, y no estaban tan ofendidos, igualmente así lo estuvieran no iba a desperdiciar la oportunidad de ganar 5000 un sábado a la noche.
Al llegar al hotel me dirigí al ascensor ante la atenta mirada del “botones”. Me pregunto a donde iba, le dije el número de habitación y con un “ok” me otorgó su aceptación.
Al llegar a la habitación me atendió un hombre, fue una sorpresa inesperada, casi tanto como que estuviera desnudo. Rápidamente me dijo “pasá” y tomándome de un brazo me adentró en la habitación.
En la cama estaban las 2 mujeres, totalmente desnudas haciendo una tijera lésbica, el juego se detuvo mientras me miraban de arriba abajo, como contemplando la mercancía. El hombre me dijo que sintiera cómodo, que el solo iba a mirar, que yo era la estrella principal. También me dijo que presentarnos no era necesario, que todo iba a quedar en el anonimato.
Me quede como paralizado, mientras miraba a las mujeres que hablaban entre ellas del pedazo de carne, asi me sentí que había arribado a la habitación. sin perder tiempo se pararon y rodeándome pegaron sus cuerpos a mí.
La de adelante alababa mis ojos mientras acariciaba mi pecho, mientras la de atrás me abrazaba por la cintura apretando su cuerpo contra el mío, haciéndome sentir sus pechos en mi espalda mientras me murmuraba al oído.
- No sabes la enfiestada que te vamos a pegar, nene.
No tardaron mucho en desvestirme, la mujer de adelante desprendía mi cinto mientras que por atrás me levantaban la remera.
Levantando los brazos se deshicieron de mi remera, y no sé dónde termino pero pude ver que salía volando. Los besos en mi espalda, nuca y cuello no se hicieron esperar, mientras tanto me abrazaba desde atrás acariciando mi pecho y apretando mis pezones. Para aclarar era la primera vez que alguien jugaba con mis tetillas, era una sensación nueva pero bastante placentera.
Mis pantalones cayeron al piso junto con mi ropa interior en un solo movimiento. Mi verga salió a saludar como un resorte, el tener 2 mujeres que me estaban excitando me sacaba fuera de mi.
- Ay dios mira el pedazo de pija que tiene, dijo mientras me la recorría con las manos y me agarraba los huevos como queriendo tomar su peso
- Y de atrás no está nada mal tampoco, tiene un culo hermoso, respondió mientras me apretaba los glúteos con ambas manos.
La mujer de atrás mío se alejó unos pasos para tener una mejor perspectiva de mi cola.
- Mmm tiene una cola bien redondita, realmente desde atrás sería muy fácil confundirlo con una mujer.
- Desde acá adelante sería fácil confundirlo con un burro, exclamo la otra
- Mmm, a ver…
Tomándome de la mano, me hicieron girar. Al fin de frente pude ver el silencioso testigo del espectáculo. Estaba sentado sobre una silla, con las piernas abiertas y masturbando solo con 2 dedos un minúsculo y fláccido pene, que por algunos segundos genero algo de lastima en mí.
- Wow todo esto es para nosotras, miraba atentamente mi pene, como perdida en sus pensamientos mientras se dejaba caer de rodillas como si la fuerza de sus piernas las hubiese abandonado.
Me pajeó un rato mientras miraba desde abajo fijamente hacia mis ojos. Escupió sobre mi verga y comenzó a degustarla suavemente. Me encantó lo de la escupida.
Por detrás mío sentía como las uñas de la otra mujer se clavaban en mis glúteos mientras los sacudía fuertemente. Una sucesión de besos en mi espalda fue bajando por mi columna hasta mi cola.
Estaba en el paraíso, la mujer de adelante se había aferrado a mis muslos de los cuales me sostenía mientras intentaba clavarse mi miembro en lo más profundo de su boca. Era toda una experta, nunca dejo de mirarme, veía la sumisión y la lujuria en el fondo de sus ojos, instintivamente y sin poder detenerme comenzaba a gemir de goce.
Mientras la otra mordía, sin llegar a ser doloroso, y besaba mis glúteos, sensación que me hacía estremecer hasta que abrió mis nalgas y enterró su cara en mi cola. Intente oponer resistencia llevando mis caderas hacia adelante pero me sostenían de mis muslos, lo que me lo imposibilito, el placer era demasiado y termine entregándome. Me agache sacando la cola para darle mejor acceso, estaba ardiendo de gusto. El hombre que nos estaba viendo notó esto y me miraba fijamente mientras mordía sus propios labios y tocaba su pene impotente.
Garchános me pidieron mientras se subían a 4 patas a la cama y apoyando sus cabezas en la cama, me ofrecían el acceso a sus dos culos generosamente. Se miraban expectantes a los ojos y sonreían mientras me esperaban que las penetrara.
La imagen de esas 2 mujeres ofreciéndome su cuerpo, el hombre impotente atrás mío me hicieron sentir el semental de la habitación, el macho alfa que disponía de todo sometiendo a su voluntad a todo ser que se le atravesara. Estaba re caliente, intenté elegir a cual clavársela primero, fue indiferente, me las iba a coger a las 2 independientemente del orden.
Me deje llevar por mis más profundos instintos, era un primate taladrando a 2 hembras sin piedad, nada podía detenerme. Mientras recibían mi masculinidad sin ningún tipo de piedad o cordura se decían entre ellas lo mucho que estaban gozando, también se besaban de forma muy sensual.
Fue mientras me clavaba a una con las piernas en mis hombros que la otra se fue atrás mío y me empezó a lamer el culo de manera obsesiva mientras que me agarraba los huevos. Esto me excito de forma brutal y ante la advertencia de acabar ellas saltaron de la cama como poseídas y se arrodillaron atrás mío. Cuando me di vuelta mientras apretaba mi pene tratando de demorar unos segundos mi eyaculación, fue para mi desconcierto que no solo las 2 mujeres esperaban por mi leche sino que también el hombre que nos espectaba se había sumado a ellas.
Ya no podía esperar más, mi orgasmo era inminente. Soltando la presión en mi miembro, acaricié suavemente mi glande desatando una lluvia de leche sobre las 2 mujeres y el hombre que esperaban con lujuria.
Lancé una cantidad de semen inhumana, procuré repartirlo de forma equitativa entre todos, les di más que suficiente. Me estimulaba el hacer eso, el macho cabria que marcaba territorio con su semen sobre todos, tanto mujeres como hombres. Ellos se besaban entre los 3 y lamian los restos de leche que habían aterrizado en sus tetas, caras y cuellos. Era un espectáculo morboso que estaba disfrutando como nunca.
Después de esto nos vestimos, y sin hablar demasiado, nos saludamos como extraños y cada uno tomo su rumbo. Me había ganado $5000 en una noche, jugando al macho alfa, no me podía sentir mejor que eso.
Con el paso del tiempo el “negocio” fue creciendo por fin podía ayudar a mis viejos y ahorrar muy buen dinero y darme gustos como comprarme ropa y perfumes sin sentir culpa, había encontrado mi vocación.
Había ampliado mi oferta posteando fotos de mi pene en poringa y ofreciendo mis servicios. Recibí mucha demanda de hombres, muy poca de mujeres y solo un pequeño porcentajes de estas se concretaban. Siempre preferí las mujeres, con los hombres solo los dejaba que me la chuparan y la idea de penetrar uno me desagradaba un poco. La mayoría de mi clientela eran viejas solteronas o algún homosexual que quería chuparme la verga, generalmente de 40 o 50 años para arriba. El negocio iba viento en popa.
Me llamo la atención cuando una adolescente de nombre Valeria me contactó por mis servicios. Era muy linda, carita de inocente, sus caderas eran finitas y tenía muy buen culo. Me dijo que no podía cubrir por completo el pago de mis servicios, me hizo una oferta que de no haberme calentado su personalidad angelical hubiera rechazado. Me aclaro que estaba en transición de hombre a mujer y que era totalmente pasiva, me provocaba curiosidad y morbo al mismo tiempo.
Nos juntamos en su departamento, me atendió con una sonrisa que me derritió por dentro. Sin decirle nada, la tomé de sus caderas y comenzamos a besarnos como enamorados. Ella era de complexión pequeña, flaquita y con diminutas tetas, pero una cola redonda y carnosa que no tardé en manosear.
Valeria rodeó mi cuello con sus brazos y dando un saltito se me colgó rodeando mi cintura, yo la sostenía del culo y nos fundíamos en un beso apasionado. La llevé cargando hasta su habitación mientras ella me daba instrucciones de cómo llegar y nos reíamos de la situación.
La tiré en la cama y ella me seguía abrazando con sus piernas, me tenía cautivo, no quería dejarme escapar. Seguíamos besándonos como locos mientras nuestras manos recorrían toda la extensión de nuestros cuerpos. Tenía unas tetas diminutas que apenas podía sentir en mis manos, jugaba con sus pezones, estirándolos y pellizcándolos, ella lanzaba pequeños quejidos mientras clavaba sus uñas en mi espalda, ufff como me calentaba.
Comenzamos a desvestirnos en la oscuridad como poseídos, queríamos llegar lo más rápido posible a estar desnudos y dar rienda suelta a nuestra pasión. Me asombré al darme cuenta que no era una mujer, al menos no una mujer con todas las letras. En su entrepierna había un diminuto pene. No sé si fue que estaba demasiado caliente, me volvía loco su carita, intenté no demostrar sorpresa para no matar el ambiente que habíamos generado. Una vez desnudos ella tomo mi miembro y me masturbaba apaciblemente entre sus piernas. Se arrodillo frente a mí y sin juego previo la llevo a su boca que abierta a su máxima extensión apenas permitía la entrada de mi verga. Era muy delicada, ya poco importaba su sexo para mí era una princesita, muy femenina, frágil, dócil, sumisa. Me enamoró un poco durante esa noche. La iba a hacer sentir una mujer.
La tenia acostada con las piernas bien abiertas, estaba haciendo algo que no imaginaba hacer nunca, alternaba entre chupar su pequeñísimo pene, sus huevos y su ano, ella temblaba del placer.
Me paso un gel y me pidió que le la lubricara. Yo unte mis dedos y deje caer un chorro sobre su cola que esparcí con mis manos. Masajeaba la entrada de su ano, se sentía suave.
No pude detenerme y hacia presión con mi dedo para penetrarla, ella se quejaba me pedía que fuera despacio, su vos femenina provocaba el impulso contrario en mí. Ya con 2 dedos en su culo y un ritmo de entrada frenético, era un depredador que cruelmente preparaba a su presa para el golpe final. Tire un chorro de lubricante en mi pija que esparcí en toda su extensión, volví a lubricar su ano y haciendo presión ante sus pedidos de misericordia se la iba clavando despacito pero decididamente. Después de entrar la cabeza sentía como milímetro a milímetro mi pija se iba abriendo paso en sus entrañas, motivado por sus suspiros y algún que otro quejido no pensaba dar marcha atrás, estaba decidido a llegar al fondo.
Nuestras pelvis hicieron contacto, mis huevos quedaron apretados contra sus glúteos, marcando el límite de la penetración. Por un momento se la dejé quieta, esperando que su vientre se acostumbrara al intruso que tanto placer me había dado introducirle.
Empecé a bombearla muy despacio, su ano apretaba mi pija como queriendo cortarla, tenía miedo de lastimarla.
Le dolía, me lo demostraba respirando profundo, mordiendo sus labios mientras cerraba vigorosamente sus ojos, gimiendo femeninamente. La estaba reafirmando como la mujer que ella deseaba ser, esa noche era su macho, se había entregado a mí y no había vuelta atrás.
Esa noche nos dimos masa como amantes, en varias posiciones.
La que más recuerdo que me gusto es ella acostada dándome la espalda, había llevado un brazo atrás y rodeaba mi cuello mientras girando su cabeza nos besábamos muy dócilmente. Ella había levantado una pierna para permitir que la penetrara de atrás, yo sacudía la cama con cada embestida. Acabé dentro de ella.
Recuerdo que habíamos formado una amistad con mucho afecto, nos hablamos por whatsapp todo el día, nos contábamos todo. Nos apoyábamos mutuamente. Éramos el uno para el otro.
Ocasionalmente teníamos sexo. Ella era mi “princesa”, la nena sumisa que complacía todos cada uno de mis deseos más enfermos y fantasías sin reproche alguno , mi voluntad era su ley. Yo era su “papi”.
Con el pasar del tiempo, nos fuimos conociendo mejor y aceptándonos con todas nuestras virtudes y defectos. Nuestros afectos fueron creciendo y me cuesta decirlo pero hasta quizás nos enamoramos un poco.
Ella comprendía mi actividad, mi negocio, mi trabajo y hasta el desmedido amor por el dinero que parecía una enfermedad en mí y también aceptaba que lo nuestro quedaría por siempre confinado a las 4 paredes que marcaban el límite de su departamento.
Yo por mi parte entendía que a ella le gustara salir a bailar con amigos y amigas, y ocasionalmente tuviese sexo con extraños. También soportaba sus cambios de humor debido a la terapia hormonal que llevaba a cabo religiosamente. A medida que pasaba el tiempo iba desarrollando cada vez su feminidad, tanto física como emocionalmente. Cada vez que la veía me gustaba más.
Teníamos una relación abierta con sentimientos de por medio, era algo complicado pero lo llevábamos adelante.
Me contó que venía de otra provincia que vivía con su hermana, pues sus padres habían fallecido, pero que había decidido mudarse porque incomodaba la vida social dicha hermana, que si bien había aceptado su decisión de transgredir su género, parecía ocultarla de sus amigos y conocidos.
- Che vale y como te diste cuenta que querías ser mujer.
- Emmm, es medio complicado, no fue algo espontaneo, desde muy chica tuve dudas de mi hombría, siempre me sentí mejor entre nenas, con los varones me sentía fuera de lugar, me parecían violentos. Con la adolescencia me empecé a sentir un poco más atraída hacia ellos, de una forma sexual, se entiende.
- Si, entiendo.
- Después que falleciera mi padre como mi hermana estudiaba afuera de la provincia, viví un tiempo con mi tío, el hermano de mi mama y ya con 13 años el notaba que me gustaba más ser una hembrita y me apoyaba con eso. Me compraba ropita de nena, me trataba suavemente y bueno lo lógico era que me enseñara la parte sexual también.
- Wooow, te violaba?
- No, aunque suene como que sí, siempre me trató con mucho cariño, siempre respetó mis límites y era yo la que le marcaba lo que quería hacer, me tuvo mucha paciencia, la verdad lo sigo queriendo mucho y a veces lo extraño.
- Vaya historia que tenés.
- Si supongo que todas las personas que pasamos por estos cambios vivimos algo similar. Y vos?
- Y yo que?
- Nunca tuviste una experiencia homosexual?
- Si pero no quiero hablar de eso.
- Bueno, pero son los gajes del oficio no? Jaja, contame.
- No, en el trabajo sí, pero siempre hago de activo, no me gusta mucho tampoco pero los gays pagan muy bien. Me refería a otra cosa.
- Bueno, me vas a contar todo con lujo de detalles, estamos en confianza no? Aguántame que preparo unos mates y seguimos.
Volvió a la habitación con la bandeja del mate, tras preparar todo, me sonrió tiernamente.
- Dale contame
- No hay mucho para contar, no recuerdo bien la edad, habré tenido unos 14 años, por ahí andábamos con un compañero de la escuela por el campo, el había repetido 2 veces y era mayor que yo por unos años.
- Era un día de semana por lo que no había casi gente por el lugar. En esa edad uno anda con las hormonas a full y nos sentamos bajo un árbol a hablar de mujeres. Charlábamos de las compañeras del curso, cual era más linda, cual tenía mejores tetas, que alguna ya había tenido sexo y cosas así, cuando “me dijo para mí la mejor cola del curso si tenemos en cuenta a todos, es la tuya”.
- Jajajaj, si tenés muy linda cola vos, a veces siento envidia. Afirmó Valeria.
- Bueno si te vas a burlar de mí no sigo.
- No perdón, no interrumpo más, toma! Mientras me pasaba el mate.
- Bueno cuando me dijo eso, me sentí confundido, estaba enojado porque lo tome como una burla, un insulto y le que mirarle la cola a otro hombre era de puto. “no lo tomes a mal” era un cumplido.
- Y que pasó?
- Nada me pidió si se la dejaba ver. Me decía que si aceptaba no me iba a molestar más con el tema. Me insistió tanto que accedí mas por el cansancio de obstinación. Me pare delante de él y me agaché un poco, y tiré de mi pantalón para adelante para que se marcara bien mi cola. “Así no se vale” me dijo, bájate el pantalón.
- Ohhh criaturita y vos que hiciste.
- Termine haciéndolo, me dijo que no valía tampoco mostrar los calzoncillos que el trato era ver mi cola, la cual logro ver. Me pedía que me la habrá un poquito con las manos. Cuando me sentí incomodo volví a subirme la ropa y él estaba a full acariciando su pija por sobre el pantalón, estaba más desarrollado que yo, en ese momento parecía mucho más gorda que la que yo tenía.
- Y no pasó nada mas?
- No, nos volvimos porque ya estaba oscureciendo.
- Y vos como te sentiste?
- Ahora jugamos a la psicóloga? Dije con tono irónico.
- Si dale, juguemos. Sonrió. Respóndeme lo que te pregunte.
- No sé, era muy chico, no entendía muy bien la situación.
- Mmm a ver, y como te sentís ahora que recordas esa situación?
- No se algo confundido, siempre me gusto ser alguien que provoque sexualmente a las personas, pero en lo referido a las mujeres, con un hombre es algo que se siente raro, y no sé si es tan placentero.
- Y de ahí no pasó nada mas con tu amigo?
- No, fue como que borramos ese recuerdo de nuestra historia, nos seguimos juntando un tiempo, pero nunca hablamos de eso.
- Y nunca pensaste en estar con un hombre, de pasivo digo
- No, nunca me llamó la atención, debe ser doloroso.
- Depende, si no te relajas o te preparas bien si puede ponerse fea la cosa, si no es como una molestia al principio, pero lo gozas muchísimo más.
- En serio? A vos no te duele?
- Mira vos tenés una pija bastante grande y a veces duele un poco pero al ratito se desvanece el dolor y me haces gozar y acabar como una yegua. No se es algo que tendrías que probar, al menos una vez en la vida. “macho es el que probó y no le gustó”
- Jajaja ni en pedo.
- Créeme que te puede llegar a gustar muchísimo. A vos te encanta que juegue con mi lengüita en tu cola, imagínate ese gozo pero multiplícalo por mil.
- Mmm que rico dije con voz de afeminado y tono sarcástico.
- Dale gor, déjame hacértelo probar, algunos hombres me lo han pedido y han gozado como nunca, te prometo que no te va a doler, y cuando quieras paramos, además es solo un dedo, vos sabes que no se me para. Porfi te lo pido, siempre hacemos todo lo que vos querés nomas.
Su cara de ternura mientras me pedía esto, me derretía por dentro. No quería hacerlo, era el macho alfa, pero hizo ceder algo en mí.
- Primero explícame que vamos a hacer.
- Antes que nada hay que limpiar bien la zona. Después nos relajamos y probamos suavecito y si no te gusta paramos y me coges como siempre. Te va?
- La verdad no mucho, pero es para que no puedas decir que no hacemos lo que vos me pedís.
- No te das una idea de cómo lo vas a disfrutar, vas a ver. Sácate la ropa y vamos al baño.
Estaba en el baño bajo la ducha, mis dudas crecían, quería frenar todo ella miraba desde afuera.
- Ella cambio mediante una llave de la ducha cambio el recorrido del agua hacia una cánula de aluminio, que parecía un consolador finito. Con sus manos tanteo el agua, para asegurarse que no estuviera ni muy fría, ni muy caliente. Jugueteó con las llaves un poco hasta que lo logró, yo veía como el agua salía con mucha presión de la punta de aquel artefacto. Agarro la crema de enjuague y lo untó para lubricarlo. Volvió a cagar sus dedos con la crema
- Alto ahi!!! Policia!!! Me pidió que me diera vuelta, que apoyara mis manos en la pared del baño y abriera un poco mis piernas. Todo era un juego para ella.
Accedí contra toda voluntad, sentí un frio en mi ano mientras ella me lubricaba pasando sus dedos, rodeaba mi esfínter desde afuera y pedía que lo relajara. Sentí la cánula hacer presión contra mi ano, intenté cerrarlo lo más posible, pero el agua penetraba lentamente el sello que intentaba ponerle. Tras unos segundos ya no pude oponer más resistencia. La punta de aquel artefacto había logrado invadir mi cuerpo.
Al principio fue una sensación agradable, el agua tibia entraba en mi pero a medida que mi interior se inundaba me empezaba a doler la panza, sentía que me hinchaba como un globo. Cuando estaba llegando a mi limite, ella retiro el intruso.
- Ahora tenés que apretar fuerte la cola y aguantar lo que más puedas. Cuando no puedas más largas todo en el inodoro. Valeria me guiaba hacia él.
Cuando no pude aguantar más un fuerte chorro de agua y heces chocaba contra el agua del inodoro. Valeria sonreía mientras miraba el espectáculo escatológico que a mi tanto asco me provocaba protagonizar.
- Ahora hay que hacerlo de nuevo, otra vez
- No basta, ya fue hasta acá llegué. Es un asco.
- Ya paso la peor parte, ahora es solo para asegurarnos. Pronuncio mientras tiraba la cadena.
Lo hicimos 2 veces más en las que pude aguantar un poco más el agua en mi interior, cuando ella noto que estaba limpio, me ayudo a secarme con un toallón, con la delicadeza a la que una madre trata a su recién nacido.
- Espérame en la pieza, Joaquín. Ahí voy yo.
Ella se acostó a mi lado, todo comenzó como siempre, caricias y besos tiernos. Me pidió que me acostara boca abajo y montándose a mi espalda empezó a masajear mis hombros y cuello. Ocasionalmente me daba unos besos, se detuvieron cuando sentí que aceitaba mi espalda para seguir con el profundo masaje. Estuvimos mucho rato así, me relaje al límite de la somnolencia, confiaba plenamente en ella.
Ella se levantó de mi, yo relaje mi cintura que estaba soportando su peso, fue aliviador. Pronto siguieron mis pies, mis pantorrillas, muslos y finalmente glúteos. Esa noche tuve el placer de sentir sus manos recorrer todo mi cuerpo, eran suaves, tiernas, cálidas, gentiles. Masajeaba mis glúteos, el aceite se esparcía cada más y mas cerca de mi ano, acompañando a sus movimientos. Freno un momento y pidiendo que levantara mi cintura me coloco una almohada por debajo. Sabia a donde iba esto, pero la relajación y las sensaciones de lo que sentía me hicieron olvidar de la situación.
Pude sentir sus dedos revoloteando alrededor de mi esfínter una vez más. Estaba profundamente estimulado y relajado. Mi esfínter se relajaba progresivamente, sus dedos con suaves movimientos habían logrado quebrantar su instinto y se ofrecía a ser penetrado.
Ella empezó dócilmente a meter y sacar la punta de su dedo, se sentía muy rico.
- Te gusta papi?
No respondí nada, mi orgullo no quería aceptar que estaba gozando de esa forma.
Sigo?... “el que calla otorga”, dijo con vos picarona. Ella jugaba con su dedo dentro de mí, cada vez más profundo, mientras lo movía como expandiendo mi interior a sus límites. Se sentía tan bien.
Siguieron 2 dedos, esta vez me molesto un poco, por lo que cerraba mi esfínter apretándolos, ella se detenía al sentirlo y cuando me relajaba seguía con sus movimientos.
- Creo que hasta acá llegamos por hoy, me dijo haciéndome volver en mí.
Sus dedos habían dejado un pequeño vacío en mí, quería que siguiera pero no me animé a pedírselo.
- Viste que lo ibas a disfrutar. No fue nada del otro mundo no? Decime si te gusto.
- Si la verdad me gustó un poquito pero es incómodo, respondí tímidamente.
- A mí también me gustó mucho hacértelo, me re calenté mal jajá
- Bueno ahora te voy a devolver el favor.
Cuando me levante note que mi verga estaba al palo, como a punto de explotar, me había olvidado de ella, de que tenia verga, concentrado en las sensaciones de mi culo. Había liquido pre seminal por toda la almohada.
Esa noche hicimos el amor. No se cómo plasmarlo en palabras, fue algo más allá de lo físico, aunque suene “cursi” fue lento, como si el tiempo se detuviera alrededor nuestro, mientras desnudábamos nuestras almas. Esa fue la primera noche que me quedé a dormir con Valeria.
Continuará.
Si les gustó dejen unos puntitos, besos.
El mismo era de un número desconocido, contenía una foto de 2 señoras de unos 40 y tantos años de edad según lo que pensaba y un número arriba de la foto “$5000”.
“avísame si te va, somos súper discretas”
A decir verdad, no le di mucha importancia. Luego de cenar en casa ya predispuesto a acostarme, pude ponerme a analizar la propuesta. Miraba una y otra vez la foto, las mujeres no estaban en su mejor forma , habían tenido mejores épocas seguramente pero aún quedaba algún remanente de belleza en ellas. Les respondí el mensaje pidiendo instrucciones del encuentro, no me animé a preguntar cómo habían conseguido mi numero o quien les había hablado de mí, arriesgándome a perder ese dinero que tan bien me venía y tanto me gustaba. De hecho me estaba empezando a sentir a gusto con la situación, ganaba muy buen dinero mientras lo disfrutaba, en el fondo me sentía utilizado, un objeto, pero la remuneración valía la pena realmente en ese entonces. Me contestaron que luego iban a contactarse conmigo. Fue lo último que contestaron ese día.
Volvieron a escribir el sábado a la noche, solo me mandaron una dirección con el nombre de un hotel que no conocía y el número de habitación.
Yo había quedado de salir con mis amigos, lo cuales al enterarse de mi cancelación no lo tomaron tan bien y me hicieron sentir como si los hubiese traicionado. Supuse que eran cosas de amigos, y no estaban tan ofendidos, igualmente así lo estuvieran no iba a desperdiciar la oportunidad de ganar 5000 un sábado a la noche.
Al llegar al hotel me dirigí al ascensor ante la atenta mirada del “botones”. Me pregunto a donde iba, le dije el número de habitación y con un “ok” me otorgó su aceptación.
Al llegar a la habitación me atendió un hombre, fue una sorpresa inesperada, casi tanto como que estuviera desnudo. Rápidamente me dijo “pasá” y tomándome de un brazo me adentró en la habitación.
En la cama estaban las 2 mujeres, totalmente desnudas haciendo una tijera lésbica, el juego se detuvo mientras me miraban de arriba abajo, como contemplando la mercancía. El hombre me dijo que sintiera cómodo, que el solo iba a mirar, que yo era la estrella principal. También me dijo que presentarnos no era necesario, que todo iba a quedar en el anonimato.
Me quede como paralizado, mientras miraba a las mujeres que hablaban entre ellas del pedazo de carne, asi me sentí que había arribado a la habitación. sin perder tiempo se pararon y rodeándome pegaron sus cuerpos a mí.
La de adelante alababa mis ojos mientras acariciaba mi pecho, mientras la de atrás me abrazaba por la cintura apretando su cuerpo contra el mío, haciéndome sentir sus pechos en mi espalda mientras me murmuraba al oído.
- No sabes la enfiestada que te vamos a pegar, nene.
No tardaron mucho en desvestirme, la mujer de adelante desprendía mi cinto mientras que por atrás me levantaban la remera.
Levantando los brazos se deshicieron de mi remera, y no sé dónde termino pero pude ver que salía volando. Los besos en mi espalda, nuca y cuello no se hicieron esperar, mientras tanto me abrazaba desde atrás acariciando mi pecho y apretando mis pezones. Para aclarar era la primera vez que alguien jugaba con mis tetillas, era una sensación nueva pero bastante placentera.
Mis pantalones cayeron al piso junto con mi ropa interior en un solo movimiento. Mi verga salió a saludar como un resorte, el tener 2 mujeres que me estaban excitando me sacaba fuera de mi.
- Ay dios mira el pedazo de pija que tiene, dijo mientras me la recorría con las manos y me agarraba los huevos como queriendo tomar su peso
- Y de atrás no está nada mal tampoco, tiene un culo hermoso, respondió mientras me apretaba los glúteos con ambas manos.
La mujer de atrás mío se alejó unos pasos para tener una mejor perspectiva de mi cola.
- Mmm tiene una cola bien redondita, realmente desde atrás sería muy fácil confundirlo con una mujer.
- Desde acá adelante sería fácil confundirlo con un burro, exclamo la otra
- Mmm, a ver…
Tomándome de la mano, me hicieron girar. Al fin de frente pude ver el silencioso testigo del espectáculo. Estaba sentado sobre una silla, con las piernas abiertas y masturbando solo con 2 dedos un minúsculo y fláccido pene, que por algunos segundos genero algo de lastima en mí.
- Wow todo esto es para nosotras, miraba atentamente mi pene, como perdida en sus pensamientos mientras se dejaba caer de rodillas como si la fuerza de sus piernas las hubiese abandonado.
Me pajeó un rato mientras miraba desde abajo fijamente hacia mis ojos. Escupió sobre mi verga y comenzó a degustarla suavemente. Me encantó lo de la escupida.
Por detrás mío sentía como las uñas de la otra mujer se clavaban en mis glúteos mientras los sacudía fuertemente. Una sucesión de besos en mi espalda fue bajando por mi columna hasta mi cola.
Estaba en el paraíso, la mujer de adelante se había aferrado a mis muslos de los cuales me sostenía mientras intentaba clavarse mi miembro en lo más profundo de su boca. Era toda una experta, nunca dejo de mirarme, veía la sumisión y la lujuria en el fondo de sus ojos, instintivamente y sin poder detenerme comenzaba a gemir de goce.
Mientras la otra mordía, sin llegar a ser doloroso, y besaba mis glúteos, sensación que me hacía estremecer hasta que abrió mis nalgas y enterró su cara en mi cola. Intente oponer resistencia llevando mis caderas hacia adelante pero me sostenían de mis muslos, lo que me lo imposibilito, el placer era demasiado y termine entregándome. Me agache sacando la cola para darle mejor acceso, estaba ardiendo de gusto. El hombre que nos estaba viendo notó esto y me miraba fijamente mientras mordía sus propios labios y tocaba su pene impotente.
Garchános me pidieron mientras se subían a 4 patas a la cama y apoyando sus cabezas en la cama, me ofrecían el acceso a sus dos culos generosamente. Se miraban expectantes a los ojos y sonreían mientras me esperaban que las penetrara.
La imagen de esas 2 mujeres ofreciéndome su cuerpo, el hombre impotente atrás mío me hicieron sentir el semental de la habitación, el macho alfa que disponía de todo sometiendo a su voluntad a todo ser que se le atravesara. Estaba re caliente, intenté elegir a cual clavársela primero, fue indiferente, me las iba a coger a las 2 independientemente del orden.
Me deje llevar por mis más profundos instintos, era un primate taladrando a 2 hembras sin piedad, nada podía detenerme. Mientras recibían mi masculinidad sin ningún tipo de piedad o cordura se decían entre ellas lo mucho que estaban gozando, también se besaban de forma muy sensual.
Fue mientras me clavaba a una con las piernas en mis hombros que la otra se fue atrás mío y me empezó a lamer el culo de manera obsesiva mientras que me agarraba los huevos. Esto me excito de forma brutal y ante la advertencia de acabar ellas saltaron de la cama como poseídas y se arrodillaron atrás mío. Cuando me di vuelta mientras apretaba mi pene tratando de demorar unos segundos mi eyaculación, fue para mi desconcierto que no solo las 2 mujeres esperaban por mi leche sino que también el hombre que nos espectaba se había sumado a ellas.
Ya no podía esperar más, mi orgasmo era inminente. Soltando la presión en mi miembro, acaricié suavemente mi glande desatando una lluvia de leche sobre las 2 mujeres y el hombre que esperaban con lujuria.
Lancé una cantidad de semen inhumana, procuré repartirlo de forma equitativa entre todos, les di más que suficiente. Me estimulaba el hacer eso, el macho cabria que marcaba territorio con su semen sobre todos, tanto mujeres como hombres. Ellos se besaban entre los 3 y lamian los restos de leche que habían aterrizado en sus tetas, caras y cuellos. Era un espectáculo morboso que estaba disfrutando como nunca.
Después de esto nos vestimos, y sin hablar demasiado, nos saludamos como extraños y cada uno tomo su rumbo. Me había ganado $5000 en una noche, jugando al macho alfa, no me podía sentir mejor que eso.
Con el paso del tiempo el “negocio” fue creciendo por fin podía ayudar a mis viejos y ahorrar muy buen dinero y darme gustos como comprarme ropa y perfumes sin sentir culpa, había encontrado mi vocación.
Había ampliado mi oferta posteando fotos de mi pene en poringa y ofreciendo mis servicios. Recibí mucha demanda de hombres, muy poca de mujeres y solo un pequeño porcentajes de estas se concretaban. Siempre preferí las mujeres, con los hombres solo los dejaba que me la chuparan y la idea de penetrar uno me desagradaba un poco. La mayoría de mi clientela eran viejas solteronas o algún homosexual que quería chuparme la verga, generalmente de 40 o 50 años para arriba. El negocio iba viento en popa.
Me llamo la atención cuando una adolescente de nombre Valeria me contactó por mis servicios. Era muy linda, carita de inocente, sus caderas eran finitas y tenía muy buen culo. Me dijo que no podía cubrir por completo el pago de mis servicios, me hizo una oferta que de no haberme calentado su personalidad angelical hubiera rechazado. Me aclaro que estaba en transición de hombre a mujer y que era totalmente pasiva, me provocaba curiosidad y morbo al mismo tiempo.
Nos juntamos en su departamento, me atendió con una sonrisa que me derritió por dentro. Sin decirle nada, la tomé de sus caderas y comenzamos a besarnos como enamorados. Ella era de complexión pequeña, flaquita y con diminutas tetas, pero una cola redonda y carnosa que no tardé en manosear.
Valeria rodeó mi cuello con sus brazos y dando un saltito se me colgó rodeando mi cintura, yo la sostenía del culo y nos fundíamos en un beso apasionado. La llevé cargando hasta su habitación mientras ella me daba instrucciones de cómo llegar y nos reíamos de la situación.
La tiré en la cama y ella me seguía abrazando con sus piernas, me tenía cautivo, no quería dejarme escapar. Seguíamos besándonos como locos mientras nuestras manos recorrían toda la extensión de nuestros cuerpos. Tenía unas tetas diminutas que apenas podía sentir en mis manos, jugaba con sus pezones, estirándolos y pellizcándolos, ella lanzaba pequeños quejidos mientras clavaba sus uñas en mi espalda, ufff como me calentaba.
Comenzamos a desvestirnos en la oscuridad como poseídos, queríamos llegar lo más rápido posible a estar desnudos y dar rienda suelta a nuestra pasión. Me asombré al darme cuenta que no era una mujer, al menos no una mujer con todas las letras. En su entrepierna había un diminuto pene. No sé si fue que estaba demasiado caliente, me volvía loco su carita, intenté no demostrar sorpresa para no matar el ambiente que habíamos generado. Una vez desnudos ella tomo mi miembro y me masturbaba apaciblemente entre sus piernas. Se arrodillo frente a mí y sin juego previo la llevo a su boca que abierta a su máxima extensión apenas permitía la entrada de mi verga. Era muy delicada, ya poco importaba su sexo para mí era una princesita, muy femenina, frágil, dócil, sumisa. Me enamoró un poco durante esa noche. La iba a hacer sentir una mujer.
La tenia acostada con las piernas bien abiertas, estaba haciendo algo que no imaginaba hacer nunca, alternaba entre chupar su pequeñísimo pene, sus huevos y su ano, ella temblaba del placer.
Me paso un gel y me pidió que le la lubricara. Yo unte mis dedos y deje caer un chorro sobre su cola que esparcí con mis manos. Masajeaba la entrada de su ano, se sentía suave.
No pude detenerme y hacia presión con mi dedo para penetrarla, ella se quejaba me pedía que fuera despacio, su vos femenina provocaba el impulso contrario en mí. Ya con 2 dedos en su culo y un ritmo de entrada frenético, era un depredador que cruelmente preparaba a su presa para el golpe final. Tire un chorro de lubricante en mi pija que esparcí en toda su extensión, volví a lubricar su ano y haciendo presión ante sus pedidos de misericordia se la iba clavando despacito pero decididamente. Después de entrar la cabeza sentía como milímetro a milímetro mi pija se iba abriendo paso en sus entrañas, motivado por sus suspiros y algún que otro quejido no pensaba dar marcha atrás, estaba decidido a llegar al fondo.
Nuestras pelvis hicieron contacto, mis huevos quedaron apretados contra sus glúteos, marcando el límite de la penetración. Por un momento se la dejé quieta, esperando que su vientre se acostumbrara al intruso que tanto placer me había dado introducirle.
Empecé a bombearla muy despacio, su ano apretaba mi pija como queriendo cortarla, tenía miedo de lastimarla.
Le dolía, me lo demostraba respirando profundo, mordiendo sus labios mientras cerraba vigorosamente sus ojos, gimiendo femeninamente. La estaba reafirmando como la mujer que ella deseaba ser, esa noche era su macho, se había entregado a mí y no había vuelta atrás.
Esa noche nos dimos masa como amantes, en varias posiciones.
La que más recuerdo que me gusto es ella acostada dándome la espalda, había llevado un brazo atrás y rodeaba mi cuello mientras girando su cabeza nos besábamos muy dócilmente. Ella había levantado una pierna para permitir que la penetrara de atrás, yo sacudía la cama con cada embestida. Acabé dentro de ella.
Recuerdo que habíamos formado una amistad con mucho afecto, nos hablamos por whatsapp todo el día, nos contábamos todo. Nos apoyábamos mutuamente. Éramos el uno para el otro.
Ocasionalmente teníamos sexo. Ella era mi “princesa”, la nena sumisa que complacía todos cada uno de mis deseos más enfermos y fantasías sin reproche alguno , mi voluntad era su ley. Yo era su “papi”.
Con el pasar del tiempo, nos fuimos conociendo mejor y aceptándonos con todas nuestras virtudes y defectos. Nuestros afectos fueron creciendo y me cuesta decirlo pero hasta quizás nos enamoramos un poco.
Ella comprendía mi actividad, mi negocio, mi trabajo y hasta el desmedido amor por el dinero que parecía una enfermedad en mí y también aceptaba que lo nuestro quedaría por siempre confinado a las 4 paredes que marcaban el límite de su departamento.
Yo por mi parte entendía que a ella le gustara salir a bailar con amigos y amigas, y ocasionalmente tuviese sexo con extraños. También soportaba sus cambios de humor debido a la terapia hormonal que llevaba a cabo religiosamente. A medida que pasaba el tiempo iba desarrollando cada vez su feminidad, tanto física como emocionalmente. Cada vez que la veía me gustaba más.
Teníamos una relación abierta con sentimientos de por medio, era algo complicado pero lo llevábamos adelante.
Me contó que venía de otra provincia que vivía con su hermana, pues sus padres habían fallecido, pero que había decidido mudarse porque incomodaba la vida social dicha hermana, que si bien había aceptado su decisión de transgredir su género, parecía ocultarla de sus amigos y conocidos.
- Che vale y como te diste cuenta que querías ser mujer.
- Emmm, es medio complicado, no fue algo espontaneo, desde muy chica tuve dudas de mi hombría, siempre me sentí mejor entre nenas, con los varones me sentía fuera de lugar, me parecían violentos. Con la adolescencia me empecé a sentir un poco más atraída hacia ellos, de una forma sexual, se entiende.
- Si, entiendo.
- Después que falleciera mi padre como mi hermana estudiaba afuera de la provincia, viví un tiempo con mi tío, el hermano de mi mama y ya con 13 años el notaba que me gustaba más ser una hembrita y me apoyaba con eso. Me compraba ropita de nena, me trataba suavemente y bueno lo lógico era que me enseñara la parte sexual también.
- Wooow, te violaba?
- No, aunque suene como que sí, siempre me trató con mucho cariño, siempre respetó mis límites y era yo la que le marcaba lo que quería hacer, me tuvo mucha paciencia, la verdad lo sigo queriendo mucho y a veces lo extraño.
- Vaya historia que tenés.
- Si supongo que todas las personas que pasamos por estos cambios vivimos algo similar. Y vos?
- Y yo que?
- Nunca tuviste una experiencia homosexual?
- Si pero no quiero hablar de eso.
- Bueno, pero son los gajes del oficio no? Jaja, contame.
- No, en el trabajo sí, pero siempre hago de activo, no me gusta mucho tampoco pero los gays pagan muy bien. Me refería a otra cosa.
- Bueno, me vas a contar todo con lujo de detalles, estamos en confianza no? Aguántame que preparo unos mates y seguimos.
Volvió a la habitación con la bandeja del mate, tras preparar todo, me sonrió tiernamente.
- Dale contame
- No hay mucho para contar, no recuerdo bien la edad, habré tenido unos 14 años, por ahí andábamos con un compañero de la escuela por el campo, el había repetido 2 veces y era mayor que yo por unos años.
- Era un día de semana por lo que no había casi gente por el lugar. En esa edad uno anda con las hormonas a full y nos sentamos bajo un árbol a hablar de mujeres. Charlábamos de las compañeras del curso, cual era más linda, cual tenía mejores tetas, que alguna ya había tenido sexo y cosas así, cuando “me dijo para mí la mejor cola del curso si tenemos en cuenta a todos, es la tuya”.
- Jajajaj, si tenés muy linda cola vos, a veces siento envidia. Afirmó Valeria.
- Bueno si te vas a burlar de mí no sigo.
- No perdón, no interrumpo más, toma! Mientras me pasaba el mate.
- Bueno cuando me dijo eso, me sentí confundido, estaba enojado porque lo tome como una burla, un insulto y le que mirarle la cola a otro hombre era de puto. “no lo tomes a mal” era un cumplido.
- Y que pasó?
- Nada me pidió si se la dejaba ver. Me decía que si aceptaba no me iba a molestar más con el tema. Me insistió tanto que accedí mas por el cansancio de obstinación. Me pare delante de él y me agaché un poco, y tiré de mi pantalón para adelante para que se marcara bien mi cola. “Así no se vale” me dijo, bájate el pantalón.
- Ohhh criaturita y vos que hiciste.
- Termine haciéndolo, me dijo que no valía tampoco mostrar los calzoncillos que el trato era ver mi cola, la cual logro ver. Me pedía que me la habrá un poquito con las manos. Cuando me sentí incomodo volví a subirme la ropa y él estaba a full acariciando su pija por sobre el pantalón, estaba más desarrollado que yo, en ese momento parecía mucho más gorda que la que yo tenía.
- Y no pasó nada mas?
- No, nos volvimos porque ya estaba oscureciendo.
- Y vos como te sentiste?
- Ahora jugamos a la psicóloga? Dije con tono irónico.
- Si dale, juguemos. Sonrió. Respóndeme lo que te pregunte.
- No sé, era muy chico, no entendía muy bien la situación.
- Mmm a ver, y como te sentís ahora que recordas esa situación?
- No se algo confundido, siempre me gusto ser alguien que provoque sexualmente a las personas, pero en lo referido a las mujeres, con un hombre es algo que se siente raro, y no sé si es tan placentero.
- Y de ahí no pasó nada mas con tu amigo?
- No, fue como que borramos ese recuerdo de nuestra historia, nos seguimos juntando un tiempo, pero nunca hablamos de eso.
- Y nunca pensaste en estar con un hombre, de pasivo digo
- No, nunca me llamó la atención, debe ser doloroso.
- Depende, si no te relajas o te preparas bien si puede ponerse fea la cosa, si no es como una molestia al principio, pero lo gozas muchísimo más.
- En serio? A vos no te duele?
- Mira vos tenés una pija bastante grande y a veces duele un poco pero al ratito se desvanece el dolor y me haces gozar y acabar como una yegua. No se es algo que tendrías que probar, al menos una vez en la vida. “macho es el que probó y no le gustó”
- Jajaja ni en pedo.
- Créeme que te puede llegar a gustar muchísimo. A vos te encanta que juegue con mi lengüita en tu cola, imagínate ese gozo pero multiplícalo por mil.
- Mmm que rico dije con voz de afeminado y tono sarcástico.
- Dale gor, déjame hacértelo probar, algunos hombres me lo han pedido y han gozado como nunca, te prometo que no te va a doler, y cuando quieras paramos, además es solo un dedo, vos sabes que no se me para. Porfi te lo pido, siempre hacemos todo lo que vos querés nomas.
Su cara de ternura mientras me pedía esto, me derretía por dentro. No quería hacerlo, era el macho alfa, pero hizo ceder algo en mí.
- Primero explícame que vamos a hacer.
- Antes que nada hay que limpiar bien la zona. Después nos relajamos y probamos suavecito y si no te gusta paramos y me coges como siempre. Te va?
- La verdad no mucho, pero es para que no puedas decir que no hacemos lo que vos me pedís.
- No te das una idea de cómo lo vas a disfrutar, vas a ver. Sácate la ropa y vamos al baño.
Estaba en el baño bajo la ducha, mis dudas crecían, quería frenar todo ella miraba desde afuera.
- Ella cambio mediante una llave de la ducha cambio el recorrido del agua hacia una cánula de aluminio, que parecía un consolador finito. Con sus manos tanteo el agua, para asegurarse que no estuviera ni muy fría, ni muy caliente. Jugueteó con las llaves un poco hasta que lo logró, yo veía como el agua salía con mucha presión de la punta de aquel artefacto. Agarro la crema de enjuague y lo untó para lubricarlo. Volvió a cagar sus dedos con la crema
- Alto ahi!!! Policia!!! Me pidió que me diera vuelta, que apoyara mis manos en la pared del baño y abriera un poco mis piernas. Todo era un juego para ella.
Accedí contra toda voluntad, sentí un frio en mi ano mientras ella me lubricaba pasando sus dedos, rodeaba mi esfínter desde afuera y pedía que lo relajara. Sentí la cánula hacer presión contra mi ano, intenté cerrarlo lo más posible, pero el agua penetraba lentamente el sello que intentaba ponerle. Tras unos segundos ya no pude oponer más resistencia. La punta de aquel artefacto había logrado invadir mi cuerpo.
Al principio fue una sensación agradable, el agua tibia entraba en mi pero a medida que mi interior se inundaba me empezaba a doler la panza, sentía que me hinchaba como un globo. Cuando estaba llegando a mi limite, ella retiro el intruso.
- Ahora tenés que apretar fuerte la cola y aguantar lo que más puedas. Cuando no puedas más largas todo en el inodoro. Valeria me guiaba hacia él.
Cuando no pude aguantar más un fuerte chorro de agua y heces chocaba contra el agua del inodoro. Valeria sonreía mientras miraba el espectáculo escatológico que a mi tanto asco me provocaba protagonizar.
- Ahora hay que hacerlo de nuevo, otra vez
- No basta, ya fue hasta acá llegué. Es un asco.
- Ya paso la peor parte, ahora es solo para asegurarnos. Pronuncio mientras tiraba la cadena.
Lo hicimos 2 veces más en las que pude aguantar un poco más el agua en mi interior, cuando ella noto que estaba limpio, me ayudo a secarme con un toallón, con la delicadeza a la que una madre trata a su recién nacido.
- Espérame en la pieza, Joaquín. Ahí voy yo.
Ella se acostó a mi lado, todo comenzó como siempre, caricias y besos tiernos. Me pidió que me acostara boca abajo y montándose a mi espalda empezó a masajear mis hombros y cuello. Ocasionalmente me daba unos besos, se detuvieron cuando sentí que aceitaba mi espalda para seguir con el profundo masaje. Estuvimos mucho rato así, me relaje al límite de la somnolencia, confiaba plenamente en ella.
Ella se levantó de mi, yo relaje mi cintura que estaba soportando su peso, fue aliviador. Pronto siguieron mis pies, mis pantorrillas, muslos y finalmente glúteos. Esa noche tuve el placer de sentir sus manos recorrer todo mi cuerpo, eran suaves, tiernas, cálidas, gentiles. Masajeaba mis glúteos, el aceite se esparcía cada más y mas cerca de mi ano, acompañando a sus movimientos. Freno un momento y pidiendo que levantara mi cintura me coloco una almohada por debajo. Sabia a donde iba esto, pero la relajación y las sensaciones de lo que sentía me hicieron olvidar de la situación.
Pude sentir sus dedos revoloteando alrededor de mi esfínter una vez más. Estaba profundamente estimulado y relajado. Mi esfínter se relajaba progresivamente, sus dedos con suaves movimientos habían logrado quebrantar su instinto y se ofrecía a ser penetrado.
Ella empezó dócilmente a meter y sacar la punta de su dedo, se sentía muy rico.
- Te gusta papi?
No respondí nada, mi orgullo no quería aceptar que estaba gozando de esa forma.
Sigo?... “el que calla otorga”, dijo con vos picarona. Ella jugaba con su dedo dentro de mí, cada vez más profundo, mientras lo movía como expandiendo mi interior a sus límites. Se sentía tan bien.
Siguieron 2 dedos, esta vez me molesto un poco, por lo que cerraba mi esfínter apretándolos, ella se detenía al sentirlo y cuando me relajaba seguía con sus movimientos.
- Creo que hasta acá llegamos por hoy, me dijo haciéndome volver en mí.
Sus dedos habían dejado un pequeño vacío en mí, quería que siguiera pero no me animé a pedírselo.
- Viste que lo ibas a disfrutar. No fue nada del otro mundo no? Decime si te gusto.
- Si la verdad me gustó un poquito pero es incómodo, respondí tímidamente.
- A mí también me gustó mucho hacértelo, me re calenté mal jajá
- Bueno ahora te voy a devolver el favor.
Cuando me levante note que mi verga estaba al palo, como a punto de explotar, me había olvidado de ella, de que tenia verga, concentrado en las sensaciones de mi culo. Había liquido pre seminal por toda la almohada.
Esa noche hicimos el amor. No se cómo plasmarlo en palabras, fue algo más allá de lo físico, aunque suene “cursi” fue lento, como si el tiempo se detuviera alrededor nuestro, mientras desnudábamos nuestras almas. Esa fue la primera noche que me quedé a dormir con Valeria.
Continuará.
Si les gustó dejen unos puntitos, besos.
4 comentarios - De alfa a esclava II (nuevos horizontes)
Segui haciendolo, lo haces muy bien. besito!