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mi feminizacion V (relato trans)

Salimos dejando atrás a Agustina y los demás. Caminamos hacia el auto de Bruno, había viento y pude sentir algo de frio en el cuerpo. Habíamos abandonado la casa donde tanto calor habíamos sentido.

Me senté en el asiento de atrás, casi recostándome.  Rubén puso música.
Estaba perdida en mis pensamientos, ellos venían hablando pero no les preste atención. No podía sacarme de la cabeza la imagen de agustina siento penetrada por todos lados, estaba un poco celosa? Podía ser eso? 3 días atrás quizás me hubiera peleado desarmado con un oso polar por una chance de estar con una mujer como agustina y ahora quería ser ella, siendo el objeto de deseo de cualquier macho que se cruzara y entregándome a sus más bajos y primitivos instintos.

El sabor a leche de Bruno todavía estaba presente en mi boca, y sentía mi garganta seca, recordé también la mamada que habíamos compartido con Gabriela, también hubiera matado por estar con alguien como ella.

-    O no diana? Dijo bruno, lo que me hizo volver a la realidad, sacándome de las fantasías de  la putita que estaba descubriendo en mí y había tomado el control de mis pensamientos.
-    Perdón no estaba prestando atención. Respondí
-    Que si la pasaste bien. Te gusto?
-    Sí, me encanto!! Dije con una voz que hasta a mí me pareció femenina y hasta algo forzada.
-    Qué bueno, yo también gocé mucho con ustedes.
-    La noche es joven, intervino Gabriela, además todavía queda una sorpresa para Daiana en casa.
-    Mmm, que será? Respondió en complicidad Bruno


Fuese lo que fuese esa sorpresa, estaba entregada, iba a aceptar lo que viniera, mi voluntad se había doblegado al placer de sentirme mujer y no hubiera podido negarme a nada. Trataba de imaginar que podría ser la sorpresa, me había hecho la idea de bruno cogiéndome como una gata en celo.

El auto aceleraba cada vez más, el motor rugía en la autopista y los postes de luz pasaban velozmente por mi ventana. Había un consenso general, algo que nadie dijo pero estábamos todos de acuerdo, había que llegar rápido, la excitación en nuestros cuerpos y mentes así lo requerían.  
Llegamos después de lo que me pareció toda una eternidad. Cuando entramos a la casa, Gabriela me dijo que fuera para mi pieza. Por un momento, me entristecí, pensé que me estaba dejando afuera de cualquier cosa que fueran a hacer con bruno. Con cara de pesadez obedecí, como una nena pequeña a la que acababan de castigar.


Cuando iba acercándome a mi habitación pude ver que la luz estaba encendida, me la había olvidado encendida.
Mi sorpresa fue muy grande cuando descubrí que no era yo quien había dejado prendida la luz. Un joven hercúleo estaba masturbándose sentando en mi cama. Él también me estaba descubriendo. Me apoye sobre el marco de la puerta, como si mis piernas hubiesen perdido su fuerza. Tome unos instantes mientras contemplaba la situación. Era un joven de pelo corto, algo moreno y con cara de nene, no creo que tuviese más de 17 años. Tenía el abdomen marcado, sus abdominales se marcaban mientras recorría su larga verga de arriba abajo lentamente mientras me miraba fijamente. La película que estaba viendo ya no le importaba y había centrado su atención en mí. Había  sido dejado allí por Gabriela, como una leona deja un pedazo de carne a sus cachorros para alimentarlos y lo iba a aprovechar.

Mordí mis labios instintivamente, mi putita interior volvía a tomar el control de mí haciendo desaparecer mi masculinidad por completo una vez más. No pude evitar caminar hacia mi presa, el hambre era demasiado, el me miro a los ojos y luego clavo su mirada en su verga mientras la sacudió como invitándome.
Me subí a la cama y camine de perrito hasta tener mi boca cerca de la suya, él había cerrado sus piernas para facilitármelo. Intento besarme, a lo que tome con mi mano su pelo y tirando  del mismo alejé su boca de la mía. Él era un juguete que había sido dejado para mí y el control de la situación era mío, estaba haciéndoselo saber.
 mi feminizacion V (relato trans)

Dejé caer mis caderas sobre su verga, me senté sobre ella, quedo atrapada entre los cachetes de mi culo. El me tomo de la cintura con ambas manos mientras con las mías recorría su cara,  su pecho y esos duros abdominales que me volvían loca. Cada vez que mis manos se acercaban a su boca el intentaba chupar mis dedos los cuales sacaba rápidamente impidiéndoselo. Podía sentir su verga entre mis piernas, era larga, sus huevos se frotaban en mi culito y pasando por debajo de mi bombacha su cabeza se asomaba entre mis piernas. Movía mis caderas hacia atrás y adelante para sentirla mejor, estaba férrea, gozaba sintiéndola, el empezó a jadear y me dijo si así bebe. Puse un dedo sobre su boca para silenciarlo, solo yo podía gemir.
Lleve mis manos a mi boca  y chupe 2 de mis dedos, que luego fueron hacia mi culo. Me incline un poco hacia delante y levantando la cola corrí mi tanga dejando libre mi agujerito que comenzaba a recibir el cariño de mis dedos. Estuve así un rato hasta que pude lubricarme completamente y tras un poco de maña y  esfuerzo dos dedos entraban con relativa facilidad.

La situación me sobrepasa, no pensaba, solo actuaba.
Levantándome un poco con la misma mano que tenía dándole placer a mi ano tome su verga y la dirigí a mi culo. Si bien era larga no era tan gruesa como ninguna de las vergas que había tenido el gusto de conocer este fin de semana. Gabriela estaba en todos los detalles, me había conseguido un macho a medida para me desvirgara el culo, a lo cual estaba sumamente agradecida.

Me deje caer un poco sobre esa verga, su cabeza hacia presión contra mi ano, intentaba relajarme pero sentía un poco de dolor y  no pude conseguir que entrará. Volví a lubricarme con saliva y a meter 2 dedos, esta vez sí me dolió un poco más cuando entraron. Cuando mi mano hizo tope, moví los dedos dentro de mi culo a pesar del dolor nada iba a impedirme disfrutar de aquel regalo. Así estuve un rato, una segunda vez no alcanzo y repetí el procedimiento. Con mis dedos adentro tome una bocanada de aire, respire profundo y mientras me cogía con 2 dedos intentaba relajar mi esfínter ante la atenta mirada del macho adolescente que tenía entre mis piernas, el cual mordía sus labios sin emitir sonido alguno. Este último intento y un poco más de saliva permitieron la proeza, ya tenía la cabeza de su pija adentro. Me provocaba incomodidad y algo de dolor, movía mis caderas un poco para acostumbrar mi cuerpo a su intruso. Me deje caer un poco más sintiendo cada milímetro de verga que empezaba a abrirse paso en mí. La sacaba un poquito levantándome y volvía a empalarme a mí misma  en esa verga, el empezó a gemir, a mí ya no me importaba, estaba concentrada en hacer que mi culo devorara esa verga.

Me entraba cada vez más profundo, mis piernas habían llegado a su límite y mi esfínter apretaba a más no poder. Ya me había entrado más de la mitad de su miembro, mis piernas me traicionaron y me dejaron caer sobre la totalidad de su verga, sentí sus huevos en mi culo, hacían tope, lo había logrado. Mi satisfacción por tal hazaña no duro mucho, el dolor se apodero de mí, sentía como ese falo intruso presionaba contra mis entrañas, largue un pequeño y femenino grito. Me quede quieta como esperando acostumbrarme a estar empalada, el dolor iba desapareciendo de a poco. Comencé a cabalgarla despacio, me sentía excitada más allá de la  incomodidad, toda la preparación de los  días anteriores culminaban en este momento, me había vuelto una mujer  tenía una pija adentro y lo estaba disfrutando. Mientras cabalgaba sintiéndome una amazona poseída galopando en su semental el bombeaba hacia arriba haciendo que sus huevos toparan en mi cola,  asegurándose que llegaba a los más profundo de mi que podía llegar.
Mi pija luchaba por pararse dentro de su prisión, me hacía doler pero era sobrepasada por la lujuria y el placer que aquel adolescente generaba en mí y en mi culo.

-    Parece que le gusto el regalo, escuche la voz de bruno.


Me detuve a mirar sobre mi hombro y pude ver a Gabriela y bruno, estaban disfrutando el show que ella tan detalladamente había preparado para mí, mientras el metía su mano por debajo de la tanga y masturbaba a Gabriela que gemía mientras nos miraba.


Ayudándome con la cabecera de la cama me saque  despacio la verga del culo y  me paré sintiendo como resbalaba por mi culo mientras lo hacía.

Aproveche para sacarme la tanga y dándome vuelta me puse en 4 patas ofreciendo mi culito otra vez a mi amante que al entender mi proposición se dispuso a complacerme. Me dio una nalgada fuerte cuyo sonido estremeció  la habitación. Abrió mi culo  con ambas manos y sintiendo mi hoyito expuesto sentí como escupía en el. Se arrodillo detrás mío y me la volvió a meter, ya no había resistencia, me bombeo suavemente y fue acelerando su ritmo. Sus huevos golpeaban sobre mi cola, me volvía loca.
Bruno masturbaba brutalmente a Gabriela, que intentaba cerrar sus piernas mientras lanzaba gritos de placer. Bruno la empujó hacia la cama haciendo que apoyase ambas manos sobre el colchón, su rostro angelical quedo en frente del mío, nos miramos a los ojos, como agradeciéndonos mutuamente por todo lo que estábamos viviendo. La bombacha de Gabriela fue bajada hasta sus rodillas casi agresivamente, y un gemido de Gabriela mientras abría su boca y  sus pupilas se fueron para arriba, me dio a entender que su amante le  había clavado profundamente  y sin compasión.

En ese momento pude sentir como mi semental dejaba su pija enterrada y cada bombeo hacia que mi esfínter se expandiera mientras me llenaba el culo de leche.
La cama se movía violentamente  ante las embestidas de bruno a Gabriela, sus jadeos llegaban a mi rostro como un suave y relajante viento tibio, estaba llena de leche, mi verga escupía sus jugos por segunda vez en la noche y mi amante  sin haber sacado su verga de mi empezaba a darme masa de nuevo.  El ritmo de nuestros machos se iba acelerando al igual que nuestros gemidos, pronto el ruido de sus pelvis y huevos rebotando contra nuestros culos había ensordecido la habitación
Nos mirábamos con Gaby como 2 cómplices y sonreíamos cada vez que nuestros ojos se encontraban, estábamos gozando como nunca.


 Mi chico me saco su pija y tomando el interior de mi muslo me dio a entender que quería que me diera vuelta. No tardé en hacerlo, me sentía vacía y quería que volviera a llenar ese espacio rápidamente. Tomo mis piernas en sus brazos y llevándome hacia el me la volvió a meter.
Gabriela también aprovecho para acomodarse, tras sacarse el panty paso sus rodillas por encima de mi cara, quedando de perrito arriba mío. Bruno agachándose pasaba la lengua por su ano, era un espectador de lujo de la situación. Metió sus dedos dentro del culo de Gaby y sus jugos goteaban sobre mi cara, intente recibirlos con mi lengua, se sentían ácidos, un néctar prohibido que degustaba mientras me seguían rompiendo el culo, placer que Gabriela no tardaron en darle también, haciéndola gemir como poseída. Veía los huevos de bruno balanceándose y rebotando en la concha que seguía derramando su líquido sobre mi cara mientras me daban masa. Estuvimos así un rato, bruno sacaba su pija, y me la ofrecía para que la degustara, cosa a la que no hubiese pensado negarme, era una catadora de los sabores  de Gabriela y bruno, el alternaba entre su culo y su concha. Gabriela debía estar haciendo lo mismo, me desaparecía la pija de adentro mío para volver a clavarse brutalmente unos segundos después. Éramos una máquina de satisfacer instintos sexuales trabajando en equipo.


Voy a acabar, dijo bruno, ella rápidamente se salió y se acostó a mi lado abriendo la boca y mirando esa hermosa pija dijo “danos la lechita”. Fue mi señal para copiar su gesto y abrir mi boca para esperar el tan ansiado manjar.
Gabriela se clavaba los dedos en la concha y con su otra mano se masajeaba las tetas, mientras bruno se masturbaba más rápido cada vez. Yo sentía que las embestidas de mi  juguete violador se aceleraban y se hacían más fuertes, ambos se estaban calentando a punto de acabar. Un gemido anuncio la acabada de bruno, que gentilmente compartió su leche con ambas llevando su miembro a cada una de nuestras bocas. Su sabor era intoxicante y  agridulce. Jugué con él en mi boca un ratito, y luego me lo trague. Volví a abrir la boca mostrando que me había tragado todo y bruno nos dijo que éramos unas putitas obedientes. Gabriela le limpio la pija sacando hasta el último rastro de leche. Le agradecimos como buenas putitas.

Podía volver a concentrarme en mi macho y la cogida que me estaba pegando, me dolía un poco pero no quería que se detuviera. Gabi me acariciaba los huevos, lo disfrutaba muchísimo.


-    Si así cógeme!!!, dame más duro!!!, cógeme como una puta!!!, dale, cógeme como un hombre, maricon!!!


Esto último toco una fibra en él. Me dijo toma hija de puta y empezó a darme sacando su verga casi en su totalidad para volver a clavarla a fondo con la cadencia digna de una máquina de coser. Volví a acabar, mucho más fuerte esta vez. Cada embestida me hacía salir más leche de mi verga. Mi mente se puso en blanco, la sangre se había ido de mi cabeza, la habitación me daba vueltas, estaba en el cielo. Me la saco, y parándose sobre la cama nos bañó en una lluvia de leche que rego por todos nuestros cuerpos, la cama y el piso. Era mi primer cogida y la había disfrutado a pleno. Estaba exhausta, lo último que recuerdo era una lengua que limpiaba mis cachetes dulcemente. Cerré los ojos y desfallecí, me había quedado dormida. Lo último que recuerdo de esa noche es que Gabriela levanto mi cabeza para poner una almohada debajo,  se acostó a mi lado y pasando su pierna por sobre las mías abrazo mi cintura apoyando su cabeza en mi hombro.

-    Te vas a quedar conmigo, no? Dijo con vos angelical.
-    Si, mi amor, nunca podría dejarte.

el plan perfecto de gabriela, se habia llevado a cabo con una precision milimetrica, estaba en sus manos, donde queria estar.


Quizás continúe? xD


Muchas gracias por leer. Dejen sus comentarios o escríbanme que les pareció la historia. Besos.

3 comentarios - mi feminizacion V (relato trans)

ffll22
tremendo relato que ganas de pija tengo