Una tarde de verano decidí visitar a mi vecino Lucho ya que hacía tiempo que no lo hacía. La puerta estaba abierta y pasé dada la confianza. Al parecer no estaba, pero escuchaba unos gemidos lejanos que provenían de una habitación que era de la Maxi, el hijo de 19 años de Lucho. Ahi estaba el pendejo, mirando porno en la compu y masturbándose con los jeans bajos. La pija de Maxi era descomunal. La pantalla mostraba una escena de sexo gay. Yo me puse detras de la puerta a contemplar la belleza de ese adolescente pajeandose. Hasta que decidi tocar la puerta para sobresaltarlo y ver como metia rapidamente su poronga en el pantalon y trataba de sacar el porno de la pantalla.
-No pasa nada. ¿está tu viejo?
-No... no está - me dijo con voz temblorosa
-Ey, relajate... después de todo a todos nos gusta el porno
-Bueno pero yo no soy puto, eh? Me gustan las minas
-Yo miro porno de todo tipo
-Si?
-Si... dale, ponete algo
Y puso un duo de lesbianas recalientes, lo cual me dio el pie para decir
-Viste? Y no han de ser lesbianas, tambien has de coger con tipos. Yo cojo con minas y tipos, y me gusta chupar conchas y pijas
La verga de Maxi no paraba de ponerse dura debajo de ese pantalón. Yo me bajé los míos y quedé desnudo frente a el y empecé a masturbarme. El estaba perplejo. Me arrodillé ante el y le saqué los jeans y los boxers y no ofrecía resistencia. Saltó esa poronga y me golpeó la cara! La tome con mi mano y comencé mi tarea, a la cual no tardé en sumar mi boca. Empecé a chuparle la pija al pendejo de una manera brutal, pero yo quería mas.
-Cojeme negrito, dale. Meteme esa garcha hermosa en el ojete!
Los gemidos de la pantalla se confundían con los nuestros. Yo me pajeaba pero el acabó antes. Se tiró en la cama y inmediatamente acabé sobre su vello púbico... le limpié mi leche con mi propia lengua, agarré el forro que tenía puesto y me tomé su lechita tambien...
-Pendejo hermoso, mañana venite a casa que tengo videos, revistas y un culo para que cojas...
Luego les cuento ese segundo encuentro.
-No pasa nada. ¿está tu viejo?
-No... no está - me dijo con voz temblorosa
-Ey, relajate... después de todo a todos nos gusta el porno
-Bueno pero yo no soy puto, eh? Me gustan las minas
-Yo miro porno de todo tipo
-Si?
-Si... dale, ponete algo
Y puso un duo de lesbianas recalientes, lo cual me dio el pie para decir
-Viste? Y no han de ser lesbianas, tambien has de coger con tipos. Yo cojo con minas y tipos, y me gusta chupar conchas y pijas
La verga de Maxi no paraba de ponerse dura debajo de ese pantalón. Yo me bajé los míos y quedé desnudo frente a el y empecé a masturbarme. El estaba perplejo. Me arrodillé ante el y le saqué los jeans y los boxers y no ofrecía resistencia. Saltó esa poronga y me golpeó la cara! La tome con mi mano y comencé mi tarea, a la cual no tardé en sumar mi boca. Empecé a chuparle la pija al pendejo de una manera brutal, pero yo quería mas.
-Cojeme negrito, dale. Meteme esa garcha hermosa en el ojete!
Los gemidos de la pantalla se confundían con los nuestros. Yo me pajeaba pero el acabó antes. Se tiró en la cama y inmediatamente acabé sobre su vello púbico... le limpié mi leche con mi propia lengua, agarré el forro que tenía puesto y me tomé su lechita tambien...
-Pendejo hermoso, mañana venite a casa que tengo videos, revistas y un culo para que cojas...
Luego les cuento ese segundo encuentro.
3 comentarios - Maxi, el hijo del vecino. (relato)