Hoy tenía el día al pedo y estaba como siempre que ando al pedo y no está mi jermu; tentando a algún poringuero para pajas cruzadas y me escribe un pendejo que habíamos comenzamos a escribirnos hace tiempo. Muuuy vueltero, por eso yo lo había cortado.
Me dice "tus relatos me ponen muy caliente. Quiero petearte y pajearte ya" Si es sin vueltas venite, le digo, convencido que arrugaría. Me pide la dirección, se la doy y me dice esperame en 20 minutos.
Mientras tanto comienzo a revisar mis diálogos con él. Me contaba que era Colombiano, que trabajaba en un bar y que en los ratos libres vendía cosméticos. Que le encantaban los maduros casados y que le daba mucho morbo chuparle la pija a un casado. Vi que me había enviado unas fotos, decía que tenía 30, pero en realidad en la foto parecía de 20.
Me puse a chatear un poco con un amigo y escucho el timbre. Bajo a abrir y lo veo chiquito, haciendo equilibrio en su moto, porque casi no tocaba el suelo. Hola, soy Matew de Poringa ¿Puedo dejar la moto dentro? me pregunta. Si pendejo, pasá y dejá la moto.
Vamos al fondo, le dije. Allí tengo un sofá y me tiro en el. Le pregunto si quiera algo fresco. No gracias, dice, se quita los lentes de sol y saca de su mochila agua tónica fresca, también unas cremas y aceite de coco. Yo cuando lo vi pensé este tiene menos de 20 seguro. Morochito, con ojos claros, boca carnosa y roja. La verdad que me recalentó.
Se sentó a mi lado luego de tomar un poco del agua tónica y me desabrochó el pantalón- Comenzó a tocarme por sobre el boxer, yo hice lo mismo con él y de pronto me comió la boca, al toque se me puso dura y pelé, el también peló y le bajé los pantalones luego hice lo mismo con los míos.
Ya estábamos pajeándonos y a los besos, cuando el pendejo baja a petearme y lo hace con tal maestría que yo le pedía que parara, porque explotaba allí mismo, paró y me coló los dedos untados con aceite de coco mientras él me pajeaba Yo ya no daba más Me enloquecía.
Supo para a tiempo porque sino acababa. Me puso su colita cerca de mi boca le lamí mal el orto y el pendejo gemía, allí también aproveché a pajearlo y devolverle la atención, cuando el pendejo se viene a los chorros de semen y a los gritos temblando como una hoja... No quería acabar tan rápido me dice (Me sentí culpable) pero comezó a comerme la boca con tanta pasión que casi termino. allí mismo bajó y me peteó hasta hacerme acabar a mi también a los gritos.
Esperamos un rato y comenzamos de nuevo. Vamos más despacito que ahora ya descargamos los dos, me dice. Yo ya lo seguía a él. había demostrado ser más hábil que yo. Esta vez me puso en cuatro me comenzó a chupar el orto tan bien, que se me puso a tono enseguida.
Se dio vuelta y se deslizó tan rápido que quedó debajo mío peteandome y dejando su pija bastante chica pero muy dura al frente de mi cara Allí me prendí y trataba de contestarle sus peteadas, pero me hacía recalentar mal, yo estaba que explotaba otra vez.
Me abraza desde abajo y me hace rodar Quedó sobre mi y me pide que levante las patitas. Me ensartó el pendejo, pero como la tenía chiquita me hizo acabar muy placenteramente sin dolor, Luego se pajeó son mis dedos en su ano y volcó sobre mi panza otra vez a los gritos y temblando.
Ya se le hacía tarde y me pidió el baño. Me encantó tanto que nos bañamos juntos y mientras nos bañabamos me dijo “ la tuya me da un poquito de miedo porque es gruesa pero la próxima vez me gustaría tenerla adentro”. Bueno, quedamos así. Le dije.
¿Te gustó? me dice Me encantó le contesté. Dejó que lo enjabonara, lo bañara y lo secara, se vistió, sacó la moto y se fue haciéndola rugir. A la media hora me llega un mensaje del pendejo en la bandeja de poringa “Me quedé con el sabor de un día pleno”. Y yo, aquí estoy. Relatando lo sucedido y esperando que se repita.
Me dice "tus relatos me ponen muy caliente. Quiero petearte y pajearte ya" Si es sin vueltas venite, le digo, convencido que arrugaría. Me pide la dirección, se la doy y me dice esperame en 20 minutos.
Mientras tanto comienzo a revisar mis diálogos con él. Me contaba que era Colombiano, que trabajaba en un bar y que en los ratos libres vendía cosméticos. Que le encantaban los maduros casados y que le daba mucho morbo chuparle la pija a un casado. Vi que me había enviado unas fotos, decía que tenía 30, pero en realidad en la foto parecía de 20.
Me puse a chatear un poco con un amigo y escucho el timbre. Bajo a abrir y lo veo chiquito, haciendo equilibrio en su moto, porque casi no tocaba el suelo. Hola, soy Matew de Poringa ¿Puedo dejar la moto dentro? me pregunta. Si pendejo, pasá y dejá la moto.
Vamos al fondo, le dije. Allí tengo un sofá y me tiro en el. Le pregunto si quiera algo fresco. No gracias, dice, se quita los lentes de sol y saca de su mochila agua tónica fresca, también unas cremas y aceite de coco. Yo cuando lo vi pensé este tiene menos de 20 seguro. Morochito, con ojos claros, boca carnosa y roja. La verdad que me recalentó.
Se sentó a mi lado luego de tomar un poco del agua tónica y me desabrochó el pantalón- Comenzó a tocarme por sobre el boxer, yo hice lo mismo con él y de pronto me comió la boca, al toque se me puso dura y pelé, el también peló y le bajé los pantalones luego hice lo mismo con los míos.
Ya estábamos pajeándonos y a los besos, cuando el pendejo baja a petearme y lo hace con tal maestría que yo le pedía que parara, porque explotaba allí mismo, paró y me coló los dedos untados con aceite de coco mientras él me pajeaba Yo ya no daba más Me enloquecía.
Supo para a tiempo porque sino acababa. Me puso su colita cerca de mi boca le lamí mal el orto y el pendejo gemía, allí también aproveché a pajearlo y devolverle la atención, cuando el pendejo se viene a los chorros de semen y a los gritos temblando como una hoja... No quería acabar tan rápido me dice (Me sentí culpable) pero comezó a comerme la boca con tanta pasión que casi termino. allí mismo bajó y me peteó hasta hacerme acabar a mi también a los gritos.
Esperamos un rato y comenzamos de nuevo. Vamos más despacito que ahora ya descargamos los dos, me dice. Yo ya lo seguía a él. había demostrado ser más hábil que yo. Esta vez me puso en cuatro me comenzó a chupar el orto tan bien, que se me puso a tono enseguida.
Se dio vuelta y se deslizó tan rápido que quedó debajo mío peteandome y dejando su pija bastante chica pero muy dura al frente de mi cara Allí me prendí y trataba de contestarle sus peteadas, pero me hacía recalentar mal, yo estaba que explotaba otra vez.
Me abraza desde abajo y me hace rodar Quedó sobre mi y me pide que levante las patitas. Me ensartó el pendejo, pero como la tenía chiquita me hizo acabar muy placenteramente sin dolor, Luego se pajeó son mis dedos en su ano y volcó sobre mi panza otra vez a los gritos y temblando.
Ya se le hacía tarde y me pidió el baño. Me encantó tanto que nos bañamos juntos y mientras nos bañabamos me dijo “ la tuya me da un poquito de miedo porque es gruesa pero la próxima vez me gustaría tenerla adentro”. Bueno, quedamos así. Le dije.
¿Te gustó? me dice Me encantó le contesté. Dejó que lo enjabonara, lo bañara y lo secara, se vistió, sacó la moto y se fue haciéndola rugir. A la media hora me llega un mensaje del pendejo en la bandeja de poringa “Me quedé con el sabor de un día pleno”. Y yo, aquí estoy. Relatando lo sucedido y esperando que se repita.
16 comentarios - El chico de la moto y yo, pasándola bien.
Buenísimo !!
Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos.
Hay montones de pendejos que me prometen chuparme la pija y todavía los estoy esperando...
Muy vuelteros...