Desperté con unas ganas tremendas de coger, pero quería hacer algo especial, una fantasía que tenía desde hace algún tiempo que era hacerlo en un baño público. Le comente esto a un amigo y le propuse que lo hiciéramos, él acepto.
Concretamos nuestro encuentro en una plaza de la ciudad. Le pregunte que quería que me pusiera; él era fanático de las medias así que me lo menciono, y me preparé, una medias negras con un liguero y una tanga del mismo color, todo esto bajo mi ropa de chico.
Me encamine a la plaza, mientras en iba en el metrobus de la ciudad, iba imaginándome el encuentro, baje antes a comprar un paquete de condones. Cuando llegue a la plaza, mi amigo me estaba esperando.
-Hola, qué tal Ana ¿cómo te va?- me pregunto
-Hola, bien y tú qué tal-
-Muy bien, ¿lista?-
-claro-
Nos miramos y nos notábamos nerviosos, propuse ir a dar un paseo en la plaza para estar mas serenos y planear bien lo que íbamos a hacer.
Caminamos durante unos diez minutos, planeamos ir a los baños del estacionamiento, ya que están algo escondidos y no mucha gente va.
Llegamos al lugar y entramos, había un señor en los mijitorios, y alguien en una cabina, nos metimos en cabinas vecinas, en lo que esperamos que se fueran las personas, saque del bolsillo una botellita de lubricante, y comencé a dilatarme el culito paraqué cuando llegara el momento lo hiciéramos más fácil y sin perder tiempo, escuche salir las dos personas, y después escuche abrir la puerta de la cabina vecina donde se encontraba mi amigo, me toco la puerta y le abrí.
Una vez dentro le baje el pantalón y comencé a acariciar su miembro por encima de su ropa interior, sentía como se iba endureciendo.
-Bájate el pantalón, quiero verte- me ordeno.
-Sí, papi-
Me desabroche el pantalón, me di la vuelta y comencé a bajarme el pantalón poco a poco, descubriendo primero mis nalguitas y después las piernas.
-Que rica te ves mami-
Me dio la vuelta, me toco las nalgas, se mojo el dedo y me lo comenzó a meter.
-Quieres verga perrita, verdad- me pregunto muy cachondo.
-la quiero toda dentro de mi papi-
Le di un condón y se lo puso, me lubrique el culito, me hice a un lado la tanga y me abrí las nalgas para él, mostrando mi culito dilatado y lubricado listo para ser penetrado.
Me tomo de la cintura y me la metió de golpe, me dolió pero me encanto.
-No te muevas, me duele un poco- dije
-que culito más apretado tienes corazón-
-Es tuyo papi-
Después de que mi culito se acostumbro a su miembro, comenzó a moverse, metiéndola y sacándola, sentía cada milímetro de su verga que entraba y salía de mí.
-que rico papi, dame toda cógeme-
-eres una puta-
-si soy una puta-
Cada vez que la metía trataba de apretar el culito, y escuchaba un gemido de placer cada vez que lo hacía, mientras hacíamos eso, me acariciaba las piernas y las nalgas.
-que sexy te vez con esas medias-
-gracias papi, me las puse para ti-
Pasamos un rato así.
-quiero chupártela- le dije
-quiero que te la comas toda, perra-
Me la saco, me baje hasta que su verga la tuve frente a mí, le puso otro condón, y comencé a mamarla, me la comí toda, sentía que me ahogaba cuando la punta de su miembro llegaba a mi garganta, hacía esto un rato después le chupaba solo la puntita, succionando y jugando con mi lengua, esto hizo que pronto quisiera terminar, le dije que aguanta porque quería que me penetrara de nuevo.
Justo cuando le iba a cambiar el condón para otra sesión de sexo anal, alguien entro al baño, me subí rápidamente sobre la tasa con miedo a que se rompiera, y a que nos descubrieran, pasaron unos minutos y después escuchamos el lavamanos y la puerta de entrada, y silencio.
Nos miramos un instante y reímos aliviados; en todo el rato que pasamos no había entrado nadie, hasta ese momento.
Pasados unos instantes, mi amigo de sentó en el escusado, se puso el condón y me dijo que me montara, eso significaría que tenía que liberar una pierna del pantalón para acomodarme bien, lo pensé, me sentía aun algo nerviosa, pero acepte, me quite el pantalón completo, y si alguien venia solo me subía nuevamente al escusado. Me acomode sobre él, y comencé a meterme su miembro en mi culito, esa era una de mis posiciones favoritas, mis gemidos eran silenciosos pero paso un rato y me sentía confiada así que me queje aun más fuerte.
-Dame toda papi, siii, quiero toda dentro de mí, termina dentro-
No escuchamos la puerta de la entrada, ni los pasos acercándose, cuando de repente se abrió la puerta de un golpe; al parecer había cerrado mal y no puse bien el seguro, una mirada furtiva nos veía, me saque la verga de mi amigo, me acomode la tanga y me puse el pantalón lo más rápido que pude.
Era un policía.
-¿Qué hacen jóvenes?-
CONTINUARA...
Concretamos nuestro encuentro en una plaza de la ciudad. Le pregunte que quería que me pusiera; él era fanático de las medias así que me lo menciono, y me preparé, una medias negras con un liguero y una tanga del mismo color, todo esto bajo mi ropa de chico.
Me encamine a la plaza, mientras en iba en el metrobus de la ciudad, iba imaginándome el encuentro, baje antes a comprar un paquete de condones. Cuando llegue a la plaza, mi amigo me estaba esperando.
-Hola, qué tal Ana ¿cómo te va?- me pregunto
-Hola, bien y tú qué tal-
-Muy bien, ¿lista?-
-claro-
Nos miramos y nos notábamos nerviosos, propuse ir a dar un paseo en la plaza para estar mas serenos y planear bien lo que íbamos a hacer.
Caminamos durante unos diez minutos, planeamos ir a los baños del estacionamiento, ya que están algo escondidos y no mucha gente va.
Llegamos al lugar y entramos, había un señor en los mijitorios, y alguien en una cabina, nos metimos en cabinas vecinas, en lo que esperamos que se fueran las personas, saque del bolsillo una botellita de lubricante, y comencé a dilatarme el culito paraqué cuando llegara el momento lo hiciéramos más fácil y sin perder tiempo, escuche salir las dos personas, y después escuche abrir la puerta de la cabina vecina donde se encontraba mi amigo, me toco la puerta y le abrí.
Una vez dentro le baje el pantalón y comencé a acariciar su miembro por encima de su ropa interior, sentía como se iba endureciendo.
-Bájate el pantalón, quiero verte- me ordeno.
-Sí, papi-
Me desabroche el pantalón, me di la vuelta y comencé a bajarme el pantalón poco a poco, descubriendo primero mis nalguitas y después las piernas.
-Que rica te ves mami-
Me dio la vuelta, me toco las nalgas, se mojo el dedo y me lo comenzó a meter.
-Quieres verga perrita, verdad- me pregunto muy cachondo.
-la quiero toda dentro de mi papi-
Le di un condón y se lo puso, me lubrique el culito, me hice a un lado la tanga y me abrí las nalgas para él, mostrando mi culito dilatado y lubricado listo para ser penetrado.
Me tomo de la cintura y me la metió de golpe, me dolió pero me encanto.
-No te muevas, me duele un poco- dije
-que culito más apretado tienes corazón-
-Es tuyo papi-
Después de que mi culito se acostumbro a su miembro, comenzó a moverse, metiéndola y sacándola, sentía cada milímetro de su verga que entraba y salía de mí.
-que rico papi, dame toda cógeme-
-eres una puta-
-si soy una puta-
Cada vez que la metía trataba de apretar el culito, y escuchaba un gemido de placer cada vez que lo hacía, mientras hacíamos eso, me acariciaba las piernas y las nalgas.
-que sexy te vez con esas medias-
-gracias papi, me las puse para ti-
Pasamos un rato así.
-quiero chupártela- le dije
-quiero que te la comas toda, perra-
Me la saco, me baje hasta que su verga la tuve frente a mí, le puso otro condón, y comencé a mamarla, me la comí toda, sentía que me ahogaba cuando la punta de su miembro llegaba a mi garganta, hacía esto un rato después le chupaba solo la puntita, succionando y jugando con mi lengua, esto hizo que pronto quisiera terminar, le dije que aguanta porque quería que me penetrara de nuevo.
Justo cuando le iba a cambiar el condón para otra sesión de sexo anal, alguien entro al baño, me subí rápidamente sobre la tasa con miedo a que se rompiera, y a que nos descubrieran, pasaron unos minutos y después escuchamos el lavamanos y la puerta de entrada, y silencio.
Nos miramos un instante y reímos aliviados; en todo el rato que pasamos no había entrado nadie, hasta ese momento.
Pasados unos instantes, mi amigo de sentó en el escusado, se puso el condón y me dijo que me montara, eso significaría que tenía que liberar una pierna del pantalón para acomodarme bien, lo pensé, me sentía aun algo nerviosa, pero acepte, me quite el pantalón completo, y si alguien venia solo me subía nuevamente al escusado. Me acomode sobre él, y comencé a meterme su miembro en mi culito, esa era una de mis posiciones favoritas, mis gemidos eran silenciosos pero paso un rato y me sentía confiada así que me queje aun más fuerte.
-Dame toda papi, siii, quiero toda dentro de mí, termina dentro-
No escuchamos la puerta de la entrada, ni los pasos acercándose, cuando de repente se abrió la puerta de un golpe; al parecer había cerrado mal y no puse bien el seguro, una mirada furtiva nos veía, me saque la verga de mi amigo, me acomode la tanga y me puse el pantalón lo más rápido que pude.
Era un policía.
-¿Qué hacen jóvenes?-
CONTINUARA...
4 comentarios - Cachondeo el la plaza (relato ana tv)