-Hola Ana ¿Cómo estás?- se escucho una voz muy familiar por la bocina del teléfono
-Muy bien y tú qué tal-
-Estupendo, escucha hoy voy para la ciudad y me encetaría ir a visitarte-
-Claro, me encantaría, cocinaré algo muy rico para ti-
-Nos vemos más tarde entonces-
-Bye-
Colgué, hace ya mucho tiempo que termine con él, pero no puedo negar que me emociona mucho volverlo a ver.
¿Cómo será el encuentro? No es necesario que me formula esa pregunta, ya sé lo que va a suceder, él me conoce y yo a él, ambos sabemos que somos muy caliente y cachondos; usaré algo muy sexy para esperarlo, me caerá muy bien su visita, hace ya tiempo que no estoy con un hombre y se me antoja una rica y buena verga.
Usaré el vestido rojo que alguna vez me regalo, ese vestido le encantaba, lo complementaré con medias negras y tacones, estoy tan emocionada por su visita.
Llaman a la puerta, de prisa voy a abrir, es él, tan atractivo como siempre.
-Hola nena, pero que linda te vez- su comentario me hizo feliz y me comenzaba a calentar.
-Gracias corazón, pero adelante-
Cerré la puerta, nos miramos por un instante, no dijimos mas ya nada, era claro lo que a continuación pasaría.
Lo lleve al cuarto de estar de mi departamento, nos comenzamos a besar, mientras tanto el me quitaba el vestido, sus manos me recorrían todo el cuerpo en ricas caricias, se colocó a mis espaldas, beso mis nalguitas, saco la porción de tanga que se encontraba entre ellas, abrió mis nalgas y me dio un rico beso negro.
-¿Te gusta amor?- me preguntaba sin dejar de jugar con mi colita
-Me encanta, pero quiero darte una rica mamada papi-
-Adelante cariño, chúpamela tan rico como antes-
La tenia frente a mí, no era tan gran grande pero era perfecta, lamí la punta de su miembro con mucho cariño, sus gemidos masculinos cada vez me calentaban más, succione su miembro tan rico que casi termina en mi boca.
Fuimos a la habitación, nos quitamos la ropa que aun teníamos y nos acariciamos, nos besábamos mientras yo lo masturbaba, me puse de a perrito, abrí mis nalgas, mostrándole mi colita como se iba dilatando, a punto de recibir ese rico pene.
Sentía como poco a poco me iba abriendo, sentía cada centímetro dentro de mí, mi culito cedía placentera y dolorosamente a la vez, él comenzaba a moverse lentamente, y aunque me dolía quería que me diera fuerte, y así lo hizo, sacaba la lengua de placer y gemía.
-¿te gusta putita?-
-me encanta papi, dame más fuerte, tu puta quiere toda tu verga dentro-
-eres toda una perra-
-lo soy papi, soy tu perra-
Cambiamos de posición, una de mis favoritas, me coloque boca arriba, y abrí mis piernas para recibirlo, con la misma intensidad de antes, hasta que termino dentro de mí, un rico final, para un hermoso encuentro…
-Muy bien y tú qué tal-
-Estupendo, escucha hoy voy para la ciudad y me encetaría ir a visitarte-
-Claro, me encantaría, cocinaré algo muy rico para ti-
-Nos vemos más tarde entonces-
-Bye-
Colgué, hace ya mucho tiempo que termine con él, pero no puedo negar que me emociona mucho volverlo a ver.
¿Cómo será el encuentro? No es necesario que me formula esa pregunta, ya sé lo que va a suceder, él me conoce y yo a él, ambos sabemos que somos muy caliente y cachondos; usaré algo muy sexy para esperarlo, me caerá muy bien su visita, hace ya tiempo que no estoy con un hombre y se me antoja una rica y buena verga.
Usaré el vestido rojo que alguna vez me regalo, ese vestido le encantaba, lo complementaré con medias negras y tacones, estoy tan emocionada por su visita.
Llaman a la puerta, de prisa voy a abrir, es él, tan atractivo como siempre.
-Hola nena, pero que linda te vez- su comentario me hizo feliz y me comenzaba a calentar.
-Gracias corazón, pero adelante-
Cerré la puerta, nos miramos por un instante, no dijimos mas ya nada, era claro lo que a continuación pasaría.
Lo lleve al cuarto de estar de mi departamento, nos comenzamos a besar, mientras tanto el me quitaba el vestido, sus manos me recorrían todo el cuerpo en ricas caricias, se colocó a mis espaldas, beso mis nalguitas, saco la porción de tanga que se encontraba entre ellas, abrió mis nalgas y me dio un rico beso negro.
-¿Te gusta amor?- me preguntaba sin dejar de jugar con mi colita
-Me encanta, pero quiero darte una rica mamada papi-
-Adelante cariño, chúpamela tan rico como antes-
La tenia frente a mí, no era tan gran grande pero era perfecta, lamí la punta de su miembro con mucho cariño, sus gemidos masculinos cada vez me calentaban más, succione su miembro tan rico que casi termina en mi boca.
Fuimos a la habitación, nos quitamos la ropa que aun teníamos y nos acariciamos, nos besábamos mientras yo lo masturbaba, me puse de a perrito, abrí mis nalgas, mostrándole mi colita como se iba dilatando, a punto de recibir ese rico pene.
Sentía como poco a poco me iba abriendo, sentía cada centímetro dentro de mí, mi culito cedía placentera y dolorosamente a la vez, él comenzaba a moverse lentamente, y aunque me dolía quería que me diera fuerte, y así lo hizo, sacaba la lengua de placer y gemía.
-¿te gusta putita?-
-me encanta papi, dame más fuerte, tu puta quiere toda tu verga dentro-
-eres toda una perra-
-lo soy papi, soy tu perra-
Cambiamos de posición, una de mis favoritas, me coloque boca arriba, y abrí mis piernas para recibirlo, con la misma intensidad de antes, hasta que termino dentro de mí, un rico final, para un hermoso encuentro…
7 comentarios - Reencuetro (relato ana travesti)